"La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
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Lanceros de Toluca
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Guillermina Cabañas, de niña a guerrillera
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Guillermina Cabañas, de niña a guerrillera
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Guillermina Cabañas, de niña a guerrillera
Participará Guillermina Cabañas con otras mujeres ex guerrilleras en una jornada académica el próximo 8 de marzo
CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 6, 2010.- De las fiestas, los bailes, los juegos con sus hermanos en columpios que su papá construía en los árboles, y los paseos en burro por el campo al lado de sus padres, Guillermina Cabañas dio un salto repentino a la lucha guerrillera, después de asistir a las reuniones donde su primo Lucio hablaba a los campesinos sobre la necesidad de organizarse, luchar contra las injusticias que padecían y defender sus derechos.
Era finales de la década de los años sesenta cuando Guillermina Cabañas, de apenas 18 años de edad, se sumaba a la guerrilla en la sierra de Guerrero. Atrás quedarían la niñez y adolescencia pacíficas; las fiestas donde tocaba la orquesta formada por su padre, hermanos, primos y sobrinos; las mañanas en el campo dedicada a la cosecha de arroz, frijol, maíz y café.
De ello hablará la ex combatiente junto con otras ex militantes de organizaciones armadas de la segunda mitad del siglo XX, en la jornada académica De Niñas a Guerrilleras, que se realizará el lunes 8 de marzo, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), como parte de su Seminario Permanente sobre Movimientos Armados en América Latina, y en el marco del Día Internacional de la Mujer.
"El propósito es que se reúnan para contribuir con sus testimonios a la memoria de la participación de las mujeres en las luchas sociales. De este modo, una decena de mujeres expondrá el camino recorrido que las llevó a optar por las armas para luchar por una vida mejor", explicó Raquel Velázquez, de la Jefatura de la Licenciatura en Antropología Social de esta escuela del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y organizadora del encuentro.
Una de las participantes en este foro académico será Guillermina Cabañas Alvarado, quien al hablar de su experiencia, se refirió con especial nostalgia a su niñez en el pueblo de San Juan de las Flores, municipio de Atoyac de Álvarez Guerrero, en el estado de Guerrero.
"Mi infancia se desarrolló en el campo, mi papá era campesino, cultivaba arroz, frijol, maíz, fue muy apegado a nosotros, nos hacía columpios sostenidos de los árboles y nos amarraba con un rebozo arriba de un burro para llevarnos a pasear. Él hacía fichas de dominó, cartas de baraja, y muchos juegos para entretenernos... Además, era músico, tocaba el violín, y con otros dos señores tocaban en las fiestas del pueblo. Luego hizo una orquesta con mis hermanos, primos, sobrinos, y animaban todas las fiestas. Mi papá nos consintió mucho, se llamaba Felipe Cabañas Ocampo y mi mamá era Aris de Alvarado Zamora", cuenta Guillermina.
Con gran orgullo, Guillermina recordó también su primer contacto con Lucio Cabañas:
"Era maestro, y allá en la sierra empezó a organizar a la gente de los pueblos para que no dejaran que hubiera tanta tala de madera, porque después iban a venir las consecuencias. Les decía que había que pedir centros de salud, agua potable, carreteras. Mi papá iba a las reuniones con mis tíos y así fue como lo conocí".
El primer acto violento contra su primo ocurrió en la primaria de Atoyac de Álvarez Guerrero, donde la directora -dice la ex combatiente- explotaba a los padres de familia, a quienes les pedía cooperaciones muy altas y obligaba a los niños a que compraran su torta en la escuela, además de exigirles llevar el uniforme, de lo contrario no podían entrar.
"Lucio empezó a organizar a los padres de familia para que protestaran por esas medidas, hicieron un mitin en la escuela y en esa movilización los balacearon porque querían matar a Lucio, pero la gente lo cubrió y resultaron muertas otras cinco personas", dice la ex combatiente.
Después de ese suceso, salió del pueblo y empezó a organizar grupos clandestinos. Empezó a enviar cartas a la familia para prevenirlos de posibles persecuciones. Y a Guillermina le pidió que hablara con los jóvenes para que tomaran conciencia de la situación y lucharan por mejorar las cosas.
"Ahí empecé indirectamente, pero luego vino la persecución, llegaban helicópteros y sacaban de sus casas a la gente, la llevaban a las canchas de basquetbol y colocaban a las mujeres de un lado y a los hombres del otro, anotaban nombres, apellidos, y si eras Cabañas, te ponían contra la pared con las manos para atrás... Las mujeres empezábamos a gritar, nos lanzábamos contra ellos, pero nos replegaban a culatazos. Y así se los llevaban sin tener ninguna orden de aprehensión. Los militares cometieron muchos atropellos, muchos familiares siguen desaparecidos", relata.
Como su familia ya no podía estar tranquila, sus padres y hermanos se fueron del pueblo y sólo ella se quedó para hacerse cargo de los trabajos del campo. "Le pedí a mis papás que me permitieran quedarme y fue cuando me integré a la guerrilla, no fue fácil, tenía mucho miedo de las armas, pero empecé a practicar, a aprender, y pues aquí estoy todavía, contando esa historia".
Cinco años permaneció en la lucha, escondida en la sierra, comiendo muchas veces sólo raíces y frutas, y empapados por la lluvia. "Todos compartíamos lo poco que teníamos, éramos como hermanos".
A los 23 años, en 1974 dejó la batalla-dos meses antes de que mataran a Lucio-, porque tenía cinco meses de embarazo y su esposo, también guerrillero, le pidió que se retirara.
"Logré salvarme pero todavía tenemos un hermano desaparecido, lo agarraron acá en la Ciudad de México. Mucho tiempo tuvimos que ocultar nuestra identidad, no podíamos dar los nombres verdaderos. Hasta principios de los años 90 empezó a calmarse la situación. Cuando mis hijos entraron a la escuela, a la secundaria, les expliqué por qué en algunas colonias me conocían con otro nombre".
A la distancia, dice que ese movimiento valió la pena porque ahora la gente exige más y defiende sus derechos, a pesar de que aún persisten muchas injusticias. Y comentó que tiene el proyecto de plasmar en un libro toda esta experiencia, "ya tengo más de 60 años y no me vaya a sorprender la muerte".
De "Niñas a Guerrilleras" contará con la participación de más de una docena de mujeres ex combatientes, entre ellas María de la Luz Aguilar, Alejandra Cárdenas Santana y Marta Piña Barba, entre otras. La jornada se realizará este 8 de marzo en la ENAH, ubicada en la calle Zapote, esquina con Periférico Sur, Colonia Isidro Fabela, de las 16:00 a 21:00 horas.
CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 6, 2010.- De las fiestas, los bailes, los juegos con sus hermanos en columpios que su papá construía en los árboles, y los paseos en burro por el campo al lado de sus padres, Guillermina Cabañas dio un salto repentino a la lucha guerrillera, después de asistir a las reuniones donde su primo Lucio hablaba a los campesinos sobre la necesidad de organizarse, luchar contra las injusticias que padecían y defender sus derechos.
Era finales de la década de los años sesenta cuando Guillermina Cabañas, de apenas 18 años de edad, se sumaba a la guerrilla en la sierra de Guerrero. Atrás quedarían la niñez y adolescencia pacíficas; las fiestas donde tocaba la orquesta formada por su padre, hermanos, primos y sobrinos; las mañanas en el campo dedicada a la cosecha de arroz, frijol, maíz y café.
De ello hablará la ex combatiente junto con otras ex militantes de organizaciones armadas de la segunda mitad del siglo XX, en la jornada académica De Niñas a Guerrilleras, que se realizará el lunes 8 de marzo, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), como parte de su Seminario Permanente sobre Movimientos Armados en América Latina, y en el marco del Día Internacional de la Mujer.
"El propósito es que se reúnan para contribuir con sus testimonios a la memoria de la participación de las mujeres en las luchas sociales. De este modo, una decena de mujeres expondrá el camino recorrido que las llevó a optar por las armas para luchar por una vida mejor", explicó Raquel Velázquez, de la Jefatura de la Licenciatura en Antropología Social de esta escuela del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y organizadora del encuentro.
Una de las participantes en este foro académico será Guillermina Cabañas Alvarado, quien al hablar de su experiencia, se refirió con especial nostalgia a su niñez en el pueblo de San Juan de las Flores, municipio de Atoyac de Álvarez Guerrero, en el estado de Guerrero.
"Mi infancia se desarrolló en el campo, mi papá era campesino, cultivaba arroz, frijol, maíz, fue muy apegado a nosotros, nos hacía columpios sostenidos de los árboles y nos amarraba con un rebozo arriba de un burro para llevarnos a pasear. Él hacía fichas de dominó, cartas de baraja, y muchos juegos para entretenernos... Además, era músico, tocaba el violín, y con otros dos señores tocaban en las fiestas del pueblo. Luego hizo una orquesta con mis hermanos, primos, sobrinos, y animaban todas las fiestas. Mi papá nos consintió mucho, se llamaba Felipe Cabañas Ocampo y mi mamá era Aris de Alvarado Zamora", cuenta Guillermina.
Con gran orgullo, Guillermina recordó también su primer contacto con Lucio Cabañas:
"Era maestro, y allá en la sierra empezó a organizar a la gente de los pueblos para que no dejaran que hubiera tanta tala de madera, porque después iban a venir las consecuencias. Les decía que había que pedir centros de salud, agua potable, carreteras. Mi papá iba a las reuniones con mis tíos y así fue como lo conocí".
El primer acto violento contra su primo ocurrió en la primaria de Atoyac de Álvarez Guerrero, donde la directora -dice la ex combatiente- explotaba a los padres de familia, a quienes les pedía cooperaciones muy altas y obligaba a los niños a que compraran su torta en la escuela, además de exigirles llevar el uniforme, de lo contrario no podían entrar.
"Lucio empezó a organizar a los padres de familia para que protestaran por esas medidas, hicieron un mitin en la escuela y en esa movilización los balacearon porque querían matar a Lucio, pero la gente lo cubrió y resultaron muertas otras cinco personas", dice la ex combatiente.
Después de ese suceso, salió del pueblo y empezó a organizar grupos clandestinos. Empezó a enviar cartas a la familia para prevenirlos de posibles persecuciones. Y a Guillermina le pidió que hablara con los jóvenes para que tomaran conciencia de la situación y lucharan por mejorar las cosas.
"Ahí empecé indirectamente, pero luego vino la persecución, llegaban helicópteros y sacaban de sus casas a la gente, la llevaban a las canchas de basquetbol y colocaban a las mujeres de un lado y a los hombres del otro, anotaban nombres, apellidos, y si eras Cabañas, te ponían contra la pared con las manos para atrás... Las mujeres empezábamos a gritar, nos lanzábamos contra ellos, pero nos replegaban a culatazos. Y así se los llevaban sin tener ninguna orden de aprehensión. Los militares cometieron muchos atropellos, muchos familiares siguen desaparecidos", relata.
Como su familia ya no podía estar tranquila, sus padres y hermanos se fueron del pueblo y sólo ella se quedó para hacerse cargo de los trabajos del campo. "Le pedí a mis papás que me permitieran quedarme y fue cuando me integré a la guerrilla, no fue fácil, tenía mucho miedo de las armas, pero empecé a practicar, a aprender, y pues aquí estoy todavía, contando esa historia".
Cinco años permaneció en la lucha, escondida en la sierra, comiendo muchas veces sólo raíces y frutas, y empapados por la lluvia. "Todos compartíamos lo poco que teníamos, éramos como hermanos".
A los 23 años, en 1974 dejó la batalla-dos meses antes de que mataran a Lucio-, porque tenía cinco meses de embarazo y su esposo, también guerrillero, le pidió que se retirara.
"Logré salvarme pero todavía tenemos un hermano desaparecido, lo agarraron acá en la Ciudad de México. Mucho tiempo tuvimos que ocultar nuestra identidad, no podíamos dar los nombres verdaderos. Hasta principios de los años 90 empezó a calmarse la situación. Cuando mis hijos entraron a la escuela, a la secundaria, les expliqué por qué en algunas colonias me conocían con otro nombre".
A la distancia, dice que ese movimiento valió la pena porque ahora la gente exige más y defiende sus derechos, a pesar de que aún persisten muchas injusticias. Y comentó que tiene el proyecto de plasmar en un libro toda esta experiencia, "ya tengo más de 60 años y no me vaya a sorprender la muerte".
De "Niñas a Guerrilleras" contará con la participación de más de una docena de mujeres ex combatientes, entre ellas María de la Luz Aguilar, Alejandra Cárdenas Santana y Marta Piña Barba, entre otras. La jornada se realizará este 8 de marzo en la ENAH, ubicada en la calle Zapote, esquina con Periférico Sur, Colonia Isidro Fabela, de las 16:00 a 21:00 horas.
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"La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]El Ejército, responsable directo de la guerra sucia en Guerrero: Comverdad
Sergio Ocampo Arista
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 20
Chilpancingo, Gro.,17 de octubre. Datos recabados en torno a la guerra sucia en el estado de Guerrero entre 1969 y 1979 confirman que “los responsables directos de los abusos y crímenes cometidos contra civiles, participantes o no (del movimiento), así como contra sus familiares, conocidos o desconocidos civiles, pertenecieron al Ejército Mexicano, (la extinta) Policía Judicial Federal, policía judicial estatal, policías municipales, la denominada Brigada Blanca, así como los gobiernos estatal y federal de aquel entonces”, informó la Comisión de la Verdad (Comverdad).
José Enrique González Ruiz, presidente de la Comverdad, presentó hoy en las instalaciones del Congreso local un informe parcial de sus actividades, que abarca del 17 de abril al 17 de octubre. "Se cuenta con 134 casos trabajados previamente por la Fiscalía Especial para los Movimientos Políticos del Pasado (FEMOSPP), que junto con los 119 testimoniales obtenidos por la Comverdad en septiembre pasado se tienen 253 testimonios".
En el lugar estuvieron una docena de campesinos de la comunidad El Quemado, municipio de Atoyac de Álvarez, sobrevivientes de la tortura de la que fueron objeto en la cancha del lugar 105 pobladores en 1972, cinco de los cuales están en calidad de desaparecidos.
Se les vinculó con la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos, luego que ésta emboscó a soldados en el poblado Arroyo Oscuro, en agosto de ese año. "La mayoría de los campesinos no andaba con los revolucionarios (la guerrilla), sino que trabajaban en el campo", dijo el hijo de uno de los sobrevivientes. Un campesino de El Quemado pidió a la Comverdad que no mienta, como hicieron los de la Femospp, que solamente fueron a tomar las historias de los sucesos y ya no regresaron.
"Eso es lo que estamos intentando, actuar con toda la verdad", respondió González Ruiz
Última edición por Lanceros de Toluca el Marzo 28th 2015, 18:01, editado 2 veces
Familiares de desaparecidos de la “guerra sucia” encaran a Osorio Chong.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Familiares de desaparecidos de la “guerra sucia” encaran a Osorio Chong.
Gloria Leticia Díaz
1 de marzo de 2013 · 24 Comentarios
Nacional
MÉXICO, D.F. (apro).- El rostro del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong se endureció. Lo desconcertaron los gritos de decenas de familiares de desaparecidos por miembros del Ejército Mexicano durante la “guerra sucia” que este viernes acudieron al palacio de Cobián desde Atoyac y Chilpancingo, Guerrero.
En el salón Jesús Reyes Heroles, el grito de “¡Desaparecidos, presentación!”, que desde hace casi cuarenta años han lanzado familiares de personas sustraídas por policías o militares durante las décadas de los setenta y ochenta, no pudo apagarse con los aplausos de empleados de la Segob que pretendieron aligerar el malestar de Osorio Chong.
El secretario presidió la presentación del libro Señores, soy campesino, una semblanza de la vida de Rosendo Radilla Pacheco, en cumplimiento de un punto de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh).
La familia Radilla esperaba que fuera un evento que resarciera el fallido acto de reconocimiento público de responsabilidad internacional del Estado mexicano durante el sexenio de Felipe Calderón, por la desaparición de líder campesino a manos del Ejército en 1974, y al cual los descendientes del luchador social no asistieron.
Una vez más, los representantes del Estado mexicano, dijo Tita Radilla Martínez, no cumplieron con los acuerdos establecidos desde hace dos meses para la realización de este evento de difusión de la vida de Radilla Pacheco.
“De última hora nos cambiaron la sede del evento; se acordó que fuera en el Museo de la Memoria y la Tolerancia, yo me enteré llegando al Distrito Federal, por ese cambio mucha gente que habíamos invitado no pudo venir, porque no se les avisó; también se acordó que hubiera una amplia cobertura de medios de comunicación, pero al final los abogados tuvieron que pelearse porque querían hacer el evento a escondidas, querían que fuera privado”, comentó decepcionada Tita Radilla, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de México (Afadem).
Octavio Amezcua Noriega, director de defensa de la Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de Derechos Humanos (CMDPDH), que representa a la familia Radilla, agregó que otro punto que no se cumplió fue darle la palabra a esa organización, en voz de su fundadora Mariclaire Acosta Urquidi.
El evento se limitó a los discursos de la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Lía Limón García; de Ana María Radilla Martínez y de Osorio Chong, en ese orden.
Aun cuando en el primer discurso, la subsecretaria se refirió a una “disculpa pública y sentida por parte del Estado mexicano, en un momento que además confirma el derecho que se tiene a la verdad”, el titular de la dependencia de plano evitó referirse a los crímenes de Estado cometidos en el pasado, cuando gobernaba el PRI, y habló de ver hacia el futuro.
En su discurso, que inició dirigiéndose a Emilio Álvarez Icaza, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ausente en el evento, Osorio Chong aseguró que Rosendo Radilla ya forma parte de la historia, pero que “no es el momento de quedarnos atrapados en el pasado, pero sí de cuestionarlo con objetividad y seriedad para crear un mejor porvenir”.
A unos días de que la Segob admitió la existencia de casi 27 mil desaparecidos durante el sexenio de Felipe Calderón, el titular de la dependencia dijo que “México es distinto al que fue en aquellos años de Rosendo Radilla; hoy tenemos una sociedad más abierta una sociedad más crítica participativa e informada; tenemos mayor transparencia y rendición de cuentas en materia de derechos humanos”.
En un país donde no se ha esclarecido ninguna de las mil 300 desapariciones del pasado ni las casi 27 mil de la guerra contra el narcotráfico que impulsó Calderón, Osorio Chong sostuvo que con el impulso que ha dado la familia Radilla para el cumplimiento de la sentencia de la Coidh y que se realicen las investigaciones –no concluidas—“seguramente se podrán evitar, podremos evitar que (las desapariciones) vuelvan a ocurrir”.
Previo a la exposición del secretario, una de las hermanas Radilla, Ana María, dejó en claro que lo más importante es la localización de éste, sino de cientos de desaparecidos de la “guerra sucia”, época en la que Atoyac fue el municipio más castigado, con cerca de 400 desaparecidos, de los más de 600 casos registrados en Guerrero.
Radilla Martínez responsabilizó al Estado mexicano de mantener la impunidad que obstaculiza la justicia para los crímenes del pasado y el presente.
“La impunidad en la que permanecen las violaciones de derechos humanos tienen que ver con el trabajo permanente del Estado para evitar que se haga justicia, trayendo la guerra sucia hasta nuestros días”, dijo Ana María.
La hija del desaparecido líder campesino exigió investigaciones “efectivas para la localización de Rosendo y de los desaparecidos de la época”, así como sanciones penales para los responsables de las desapariciones forzadas.
Al término de su participación, en medio de los aplausos, de pie los familiares de desaparecidos de la “guerra sucia”, exigieron su derecho a saber qué ocurrió con sus seres queridos: “¡Desaparecidos, presentación!”
Fuera del recinto, Rosendo Radilla Martínez, testigo de la detención de su padre por soldados del Ejército Mexicano, aquel 25 de agosto de 1974, se refirió al momento en que Osorio Chong se vio desconcertado por los gritos de los familiares de las víctimas.
“Fue un receso para el alma, ver a esos señores escuchándonos, fue como echarles aunque sea una piedrita. (El evento) no fue lo que esperábamos, pero vamos a seguir adelante, no vamos a descansar hasta que tengamos los cuerpos con nosotros”, puntualizó Rosendo Radilla.
En el estrado, con Osorio Chong, estuvieron presentes el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva; y el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Manuel Gómez Robledo.
En Tejemaneje: La guerrilla y los hilos de la lucha clandestina
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23 de septiembre de 2013•20:44 • actualizado a las 20:48
En Tejemaneje: La guerrilla y los hilos de la lucha clandestina
La Liga Comunista 23 de Septiembre estuvo involucrada en varios hechos de violencia que pretendían poner fin al régimen priista.
México.- Este martes 23 de septiembre de 2013 a las 13:00 hrs., no te pierdas el programa Tejemaneje: La guerrilla en México, donde Fernando del Collado y Mario Gutiérrez, junto con sus invitados, analizan y opinan sobre la vigencia de la lucha de estos grupos armados en el México actual, así como de sus métodos.
Te invitamos a seguir la página oficial de Tejemaneje en Facebook.
Con el regreso del PRI a la presidencia, vuelve a la luz pública un actor que ha participado en varias etapas de la historia de México: La Guerrilla. Las organizaciones político militares se encuentran en una etapa de acumulación de fuerzas en silencio.
Eso quiere decir que no se dan a conocer, evitan todo enfrentamiento si no es de autodefensa, explica a la BBC Jorge Lofredo, coordinador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (Cedema).
El 23 de septiembre de 1965 un grupo de campesinos, obreros, maestros y estudiantes armados atacó un cuartel del Ejército en Madera, Chihuahua.
La mayoría de los agresores murieron en el intento, pero este fallido asalto, fue la chispa que detonó el surgimiento de las guerrillas modernas en México, una historia que no ha desaparecido y que llega hasta nuestros días.
El 23 de septiembre significó tanto para los movimientos armados, que la organización guerrillera más extensa y activa de la historia contemporánea del país se llamó Liga Comunista 23 de septiembre.
La Liga buscó desestabilizar al régimen priista con secuestros, asaltos y atentados.
La brutal respuesta del Gobierno trajo años de represión, espionaje y violencia en contra de opositores políticos, activistas y ciudadanos. Cientos de guerrilleros fueron torturados, asesinados o desaparecidos, pero otros viven para contarlo.
Si te interesa saber la opinión y conclusiones del análisis que conductores e invitados tienen sobre la Guerrilla en México, no te pierdas la transmisión de "Tejemaneje… Los hilos de la lucha clandestina ", este martes 24 de septiembre del 2013, a las 13:00 hrs.
Aqui el link del video: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
CaballeroDelMar- Staff
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Fecha de inscripción : 16/03/2012 Edad : 39
RECORDANDO:LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE.
Fuente:http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n3132256.htm
Guerrilla chihuahuense sacude a toda la nación
LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE.
El Mexicano
23 de septiembre de 2013
Moisés Villeda / El Heraldo de Chihuahua
Chihuahua,Chihuahua.-El viento que precede al amanecer del 23 de septiembre de 1965 tiembla de frío en Madera, pero las manos de Modesto Sierra Holguín sudan al sostener con fuerza su rifle.
Las rodillas también le tiemblan pero en su mente impera una lucidez pavorosa y una firme voluntad: iniciar una revuelta que redima a campesinos y trabajadores de las injusticias de que son objeto a manos de empresarios, caciques y gobernantes.
Irónicamente el número de insurrectos apenas iguala al grupo que encabezó Jesús en la última cena.
Modesto, recostado entre la hierba húmeda junto a sus 12 compañeros sublevados, recuerda en la hora más oscura las palabras que días antes escribió a su madre....
"Se acercan importantes actividades. Todo se hace en privado y lucho con compañeros netamente revolucionaros".
Estas serían las últimas palabras escritas por el juarense, que tenía su domicilio en la calle "Y" número 305, ubicado cerca de la primaria Nicolás Bravo, en donde Modesto era el abanderado de la escolta.
Quién sabe por qué diantres los movimientos revolucionarios encuentran siempre mayor eco en Chihuahua. Y esta escaramuza, al parecer estéril, desencadenaría en el telúrico movimiento estudiantil del 2 de octubre del 68, mismo que sacudió la estructura política de la nación y la conciencia de todo un país.
Incluso, el alzamiento motivó que el presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, pidiera su dimisión al gobernador Oscar Flores Sánchez y éste amenazara con romper con el "Pacto de la Unión" y separar al estado de Chihuahua del resto de la República Mexicana.
LEVANTAMIENTO ARMADO EN MADERA
Modesto, como la mayoría de los sublevados, ha permanecido en vela toda esa noche, pues se apresta a atacar el cuartel militar del serrano poblado del noroeste del estado, a donde normalmente eran destacados solo 30 soldados.
Los jóvenes son comandados por un maestro normalista de 39 años de edad; Pablo Gómez Ramírez (tío del líder barzonista Pablo Gómez Caballero).
Los 13 alzados repegan con fuerza a sus cuerpos su precarias armas, rifles .22, 30-06, escopetas, granadas y bombas molotov.
A las seis de la mañana, en la penumbra, el toque del clarín despierta a la tropa y llama a formación para el pase de lista.
-¡Ríndanse. Están rodeados!, se oye de pronto un grito atronador en medio de la oscuridad y entonces los guerrilleros comienzan a disparar.
Algunos soldados se tiran al suelo y otros corren con desesperación en busca de sus armas. Luego se desata la refriega que al principio concede logros a los atacantes, pues unos soldados caen heridos y otros muertos.
Los sediciosos pretenden tomar el cuartel, apropiarse de las armas, y apoderarse de la estación de radio local y de las oficinas de gobierno, para finalmente entregar un manifiesto.
Lo que no saben los insurrectos es que están infiltrados y que con antelación fueron enviados a dicho cuartel 120 soldados del Ejército Mexicano. Lo que parecía una fácil incursión lleva ya hora y media de balazos.
Para mala suerte del grupo guerrillero, a sus espaldas han quedado las vías del tren y precisamente a esa hora pasa lentamente una máquina de ferrocarril que los aluza y los ubica como en el tiro al blanco.
Estos, en una especie de suicidio colectivo, deciden no ordenar la retirada y se baten hasta la muerte.
Al final, con sus modernas armas, principalmente rifles M-1, los soldados logran repeler la agresión y la balacera culmina en una masacre. Pablo Gómez es acribillado por ráfagas de metralleta.
Para colmo, al segundo de abordo, el maestro rural, Arturo Gámiz García y a Salvador Gaytán, les estalla accidentalmente una de sus granadas y pierden la vida inútilmente.
A todos los sublevados heridos les propinan el tiro de gracia. Por eso es que no hay rebeldes capturados.
LOS ALZADOS ERAN MAESTROS
La mayoría de los guerrilleros son maestros, gente que se indigna con por las injusticias que en contra de los trabajadores tolera y fomenta el sistema político.
Al comando de Pablo Gómez debían apoyarlo otros dos grupos revolucionarios que nunca llegaron: uno por la crecida de un río y el otro está en camino y viaja en el tren, en donde se enteran por la radio de las novedades.
"Nueve guerrilleros muertos en una fallida intentona de tomar por asalto el cuartel militar de Madera".
Entre los muertos se encuentran: Miguel Quiñónez Pedroza, de 22 años, director de la Escuela Rural Federal de Arisiachic y Rafael Martínez Valdivia, de 20 años, maestro de ese mismo plantel.
En el montón de cadáveres apilados en el centro del cuartel también se encuentran los de: Oscar Sandoval Salinas, estudiante de la Escuela Normal del Estado y el de Emilio Gámiz, estudiante de la Normal y hermano de Arturo.
También han muerto: Antonio Scobell Gaytán, estudiante de 17 años; Salomón Gaytán Aguirre, labriego de 22 años y el juarense Modesto Sierra Holguín.
Quienes logran huir, apoyados por los mismos campesinos que les proporcionan ropa y comida, son: Ramón Mendoza Torres, Florencio Lugo Matías, Guadalupe Scobell y Antonio Gaytán.
Los cuerpos fueron enterrados en una fosa común, en la que manos desconocidas pintaron: "Ellos saben por qué lo hicieron".
Las bajas del ejército son seis: sargento Nicolás Estrada Gómez, cabo Felipe Reyna López, sargento Moisés Bustillos Orozco, teniente Rigoberto Aguilar y los soldados Jorge Vázquez y Virgilio Yáñez Gómez.
SE DESATA LA CACERÍA DE REBELDES
Ese mismo día la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) emite un comunicado que informa:
"De Ciudad Juárez salieron 100 soldados tras la gavilla del Frente Nacional del Pueblo y del Frente de Liberación Nacional".
En lo sucesivo no habría paz en México, pues la lucha guerrillera se ramificaría a lo largo y ancho del país.
Esta ciudad exportó a muchos de sus luchadores sociales para aquellas acciones insurgentes, en su mayoría estudiantes y obreros.
Actualmente algunos de ellos viven en la inopia y el desencanto, aunque otros son encumbrados políticos y funcionaros universitarios.
Casi todos ellos prefieren olvidar y hasta negar que algún día formaron parte de la clandestina y violenta Liga Comunista 23 de Septiembre.
Roberto Domínguez Rodríguez, ahora en silla de ruedas, fue uno de esos guerrilleros e incluso fue testigo cuando las Brigadas Blancas desaparecieron al hermano menor de Arturo Gámiz (Jacobo) en Acapulco.
"Antes del ataque al cuartel de Madera se habían dado otras acciones de guerrilla clandestina. Los jóvenes querían terminar con las injusticias", dijo quien alguna vez fue candidato a alcalde por el PRD.
"El Che Guevara era entonces el máximo ejemplo e inspiración de la juventud y Fidel Castro Ruz había salido de México con un puñado de valientes en el barco Granma (1957) para derrocar al dictador cubano Fulgencio Batista, recordó.
"Oíamos la música de los Rolling Stons y los Beatles y los estudiantes, junto con otros sectores de la sociedad, anhelábamos un cambio político", apuntó.
"Después de la incursión en Madera, los estudiantes comprendimos que la acción subversiva debía seguir por medio de la lucha armada", dijo.
"Entonces nos dividimos en dos grupos: uno para organizar a trabajadores y campesinos y el otro se volvió al clandestinaje", explicó.
Domínguez y cuatro de sus hermanos formaron parte de las brigadas de la lucha armada de La Liga, formando focos de resistencia y de resistencia armada contra el estado.
A su vez, Gustavo de la Rosa Híckerson -quien junto con Jaime García Chávez formó parte de la "Comisión de Estudiantes de Leyes de Chihuahua"-, resumió así las demandas:
"Democratizar a la sociedad, destitución de los responsables de la matanza de Tlatelolco, derogación del 145 constitucional que tipificaba como disolución social quien no comulgara con el régimen".
Mientras tanto en la ciudad de Chihuahua se había radicalizado el grupo de guerrilleros urbanos del ingeniero Diego Lucero Martínez, Marcos Rascón y Francisco Javier Pizarro.
A su vez, en Juárez actuaban clandestinamente: Avelina Gallegos y Óscar Montes, quienes habían reclutado obreros y estudiantes de diferentes escuelas secundarias y preparatorias.
SECUESTROS Y ASALTOS BANCARIOS
A estos grupos se les achacaron 60 acciones armadas, entre ellas seis secuestros y el triple asalto bancario perpetrado el 15 de enero del 72.
"¡Esta es una expropiación revolucionaria!", gritaron en aquella ocasión los miembros de la Brigada Roja durante dichos asaltos.
Algunos brigadistas perdieron la vida en acción y otros más fueron posteriormente ubicados y ejecutados sin misericordia por parte de agentes judiciales y de la Dirección Federal de Seguridad (DFS).
En la ciudad de Chihuahua los alzados lograron un botín de 300 mil pesos tras los asaltos al Banco de Comercio, sucursales Futurama y El Reloj.
El dinero fue escondido en la casa del profesor Adolfo Anchondo, situado en calle 52 y Media, número 2408. Los rebeldes, a su vez, se refugiaron en la casa de seguridad de Juan Aceves 1209, en donde fueron masacrados por la policía.
El gobernador Óscar Flores Sánchez había dado la orden de "mano dura" contra los de La Liga y el ajusticiamiento extrajudicial enfrentó al mandatario estatal con el presidente Luis Echeverría.
Tras aquella matanza el Presidente Echeverría buscó a Flores Sánchez y lo localizó telefónicamente por la noche en un restaurante de la capital del estado.
-¿Don Óscar? -, preguntó el primer mandatario.
-Sí señor Presidente -, dijo quien se había casado con la actriz Blanca Patricia Clark, cuyo seudónimo era "Patricia Morán".
-Tengo noticias de que allá han detenido a unos compañeros de la Liga 23 de Septiembre. Hay que invitarlos al diálogo, señor gobernador.
Cabe señalar que en esos años se rumoraba que era el mismo Presidente de la República quien apoyaba la guerrilla urbana para amagar a la Iniciativa Privada que se oponía a sus programas de corte socialista.
-El diálogo ya se dio señor Presidente; fue de escuadras contra metralletas. Todos están muertos -, dijo quien más tarde ocuparía la Procuraduría General de la República.
PIDA LICENCIA SEÑOR GOBERNADOR
-Tal vez sea tiempo de que pida licencia a su encargo en el gobierno de Chihuahua, señor gobernador -, sentenció Echeverría.
-Aquí tengo un Congreso de jóvenes políticos hechos a mi sombra. Tal vez sea el tiempo de que Chihuahua se independice y rompa con el pacto de la unión -espetó con severidad el gobernador del estado, nativo de Ciudad Juárez.
En estricto rigor, La Liga fue creada como tal hasta el 25 de marzo del 73, cuando Óscar Sánchez Obregón convocó a todas las células armadas del país en Guadalajara.
De entre estas acudieron: Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, Unión del Pueblo, Movimiento Acción Revolucionaria, Frente Estudiantil Revolucionario, Frente Urbano Zapatista, Los Lacandones y la Guerrilla Rural Chihuahuense.
A esa alianza de sublevados se le nombró "Liga Comunista 23 de Septiembre", en honor a los serranos de la entidad que arremetieron contra el cuartel de Madera hace 48 años.
Entre los juarenses renombrados de La Liga se encontraba Amanda Arcinega Cano, entonces obrara de la maquiladora Toco.
Ella logró salir viva del reclusorio clandestino del Campo Militar Número Uno en la ciudad de México, misma que por miedo se negó a ser entrevistada por EL MEXICANO.
Juárez era en esos años un importante centro de reclutamiento para el grupo revolucionario, mismo que permeó las principales escuelas de educación media y superior.
Entre estas: Secundaria Altavista, Secundaria Estatal 4, Federal Uno, Prepa Chamizal, Prepa Altavista, Prepa Francisco Villa, ETIC y el ITCJ, de donde surgió El Gallo, un estudiante que se convirtió en un ícono para los rebeldes armados.
También destacaron en La Liga los hermanos Morales (Rosalío, Trinidad y Ernesto), los hermanos Domínguez (Roberto, Miguel, José y Gabriel) y Benjamín Pérez Aragón, quien estuvo ocho años en la cárcel de Lecumberri.
Entonces se multiplicaron los asaltos, principalmente a bancos y empresas maquiladoras. Para ello fueron aleccionados algunos de los hermanos Corral y Florencio Coronel Chavarría, un muchacho de 16 años que fue desaparecido.
Su madre, Irma Chavarría, fue la principal dirigente aquí del Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos. Florencio fue desaparecido el 8 de mayo del 76 en presencia de su propia madre.
LA GUERRA SUCIA
También la juarense Judith Galarza se abocó a la defensa de los Derechos Humanos de los guerrilleros, pues su hermana formó parte de La Liga.
"Después de la espiral de violencia que desataron las mismas fuerzas policiacas al matar como perros a nuestros activistas, las ejecuciones recayeron en los efectivos policiacos", reconoció el ex guerrillero Roberto Domínguez Rodríguez, quien fue entrevistado por EL MEXICANO.
"Además nuestra organización comenzó a asaltar bancos y empresas para subsidiar la lucha", continuó.
Aquí, dijo, varios miembros de La Liga fueron acribillados por los agentes de la DFS: Ramón Rodríguez García, Cuauhtémoc, Ortiz, Javier Castañeda Valles y Marcos García López Gudín.
"Mis compañeros se encontraban ese día en su reducto de la calle Mercurio, a dos cuadras de la sede de la Policía Judicial del Estado; 16 de Septiembre y Oro.
"Aquí los insurrectos asaltaron dos bancos -Serfin y Banamex- y las maquiladoras Subensambles y Toco", dijo.
"El movimiento era apoyado abiertamente por obreras de las empresas: RCA, AMF, Toco, Acapulco Fashion, Trasportes Valle de Juárez y Transportes Chihuahuenses", refirió.
Entonces el estado mexicano decidió combatir aquí con furia a los comunistas y envió a esta frontera lo más granado de la Brigada Especial, conocida como la Brigada Blanca.
El 5 de enero de 1978 la DFS emitió el siguiente comunicado: "Como resultado de las investigaciones realizadas por la Brigada Especial se han dado dos enfrentamientos con miembros de la Liga 23 de Septiembre.
"Tras ellos se detuvieron a cuatro miembros de ese grupo subversivo y otros tres resultaron muertos.
"Se logró la captura de Alicia de los Ríos Merino, responsable del Comité Militar de la Liga, estudiante de Ingeniería y originaria de Chihuahua...
Los encargados aquí de enfrentar a los sediciosos por parte de la DFS, más tarde se dedicaron al trasiego de drogas, como Rafael Aguilar Guajardo e incluso el agente Cuauhtémoc Ortiz fue ejecutado.
Última edición por CaballeroDelMar el Septiembre 23rd 2013, 22:06, editado 1 vez (Razón : cambiar titulo)
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10 de junio de 1971- Masacre del jueves de Corpus
Matanza del Jueves de Corpus.
La Masacre del Jueves de Corpus o La Masacre de Corpus Christi — llamada El Halconazo por la participación de un grupo paramilitar conocido con ese nombre — es como se le conoce a los hechos ocurridos en Ciudad de México, el 10 de junio de 1971 (día de la festividad de Corpus Christi, de donde tiene origen el nombre coloquial de la matanza), cuando una manifestación estudiantil en apoyo a los estudiantes de Monterrey, fue violentamente reprimida por un grupo paramilitar al servicio del estado llamado "Los Halcones". El presidente, Luis Echeverría Álvarez, se desligó de los hechos; pero nunca aclaró la situación que fue siempre negada oficialmente. De los hechos sangrientos nadie se responsabilizó y mucho menos fue llevado ante la justicia
Antecedentes.
Desde sus primeros días de gobierno, el presidente Luis Echeverría Álvarez anunció reformas de apertura democrática en el país. Inmediatamente permitió el regreso de algunos líderes del movimiento estudiantil de 1968 exiliados en Chile y la excarcelación de muchos otros presos desde hacía dos años (En abril de 1971 la prensa habló de próximas reformas educativas y pronto resurgieron en el ámbito político personajes como José Revueltas y Heberto Castillo, encarcelados dos años y medio atrás). Los estudiantes estaban entusiasmados y creyeron que habría oportunidades para regresar a las calles a manifestarse en contra del gobierno. El conflicto en la Universidad Autónoma de Nuevo León les dio una razón más para hacerlo: A finales de 1970 profesores y estudiantes de la universidad presentaron una ley orgánica que proponía un gobierno paritario y en marzo de 1971 llegó Héctor Ulises a la rectoría bajo esta nueva ley. El gobierno estatal, en desacuerdo, redujo drásticamente el presupuesto, lo que disgustó a los universitarios, y obligó al Consejo Universitario a aprobar un nuevo proyecto de ley que prácticamente suprimía la autonomía de la institución. Los universitarios comenzaron una huelga y se pidió solidaridad a las demás universidades del país. La Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional inmediatamente respondieron y los estudiantes convocaron a una manifestación masiva en apoyo a Nuevo León el día 10 de junio.
El 30 de mayo el gobernador de Nuevo León, Eduardo A. Elizondo Lozano, renunció como parte del programa de conciliación de la Secretaría de Educación Pública y el 5 de junio entró en vigor una nueva ley orgánica que resolvía el conflicto. Los estudiantes capitalinos, pese a ello, decidieron manifestarse, aun cuando las demandas no eran claras (el Comité coordinador de comités de lucha -CoCo- estaba dividido; había quienes pensaban que la marcha era inútil y sólo provocaría al gobierno, sin embargo, la mayoría la apoyó arguyendo que había muchos problemas más sin resolver). Se pedían desde 500 millas de mar territorial hasta efectividad en la apertura democrática prometida por Echeverría. Era, además, una oportunidad para que el gobierno mostrara que no sería represor como el anterior. En los días previos a la manifestación, muchos agentes policiacos comenzaron a patrullar los alrededores del Casco de Santo Tomás.
10 de junio.
La marcha comenzaría en el Casco de Santo Tomás y recorrería las avenidas Carpio y de los Maestros para salir a la Calzada México-Tacuba para finalmente dirigirse al Zócalo capitalino. Las calles que desembocan a la Avenida de los Maestros estaban bloqueadas por granaderos y agentes policiacos, los cuales impidieron el paso de los estudiantes. Asimismo, también había tanquetas antimotines a lo largo de Melchor Ocampo junto con transportes del ejército, los cuales se ubicaban cerca del colegio militar y transportes de granaderos en un enorme contingente policíaco en el cruce de las avenidas Melchor Ocampo y San Cosme. Un grupo de choque entrenado por la Dirección Federal de Seguridad y la C.I.A.,conocido como "Los Halcones", los cuales vinieron en camiones y camionetas grises y transportes de granaderos atacó brutalmente a los estudiantes desde las calles aledañas a la Avenida de los Maestros después de que los granaderos abrieran sus filas. Los paramilitares venían armados con varas de bambú, palos de kendo y porras, por lo que en un principio fueron fácilmente repelidos por los estudiantes. En un contraataque, los Halcones agredieron a los manifestantes una vez más, esta vez, no sólo con sus garrotes, sino con armas de fuego de alto calibre.1 Los estudiantes, por su parte, intentaron inútilmente esconderse de los jóvenes armados. La policía no intervino porque no tenía órdenes de hacerlo y permaneció como espectadora permitiendo la masacre. El tiroteo se prolongó por varios minutos, durante los cuales algunos transportes daban apoyo logístico al grupo paramilitar, dotándolo con armas y transportes improvisados, como lo fueron automóviles privados, camionetas, patrullas policíacas e incluso una ambulancia de la Cruz Verde. Los heridos fueron llevados al hospital general Rubén Leñero, pero fue inútil, pues los Halcones llegaron al nosocomio y allí dieron remate a los jóvenes aún en el quirófano, además de intimidar a los internos. El número de muertos fue cercano a 120, entre ellos un muchacho de catorce años: Jorge Callejas Contreras.
Esa misma noche, elementos del ejército resguardaron el Palacio Nacional y el entonces presidente Luis Echeverría anunció una investigación sobre la matanza y afirmó que castigarían a los culpables. Alfonso Martínez Domínguez, regente de la ciudad, y Julio Sánchez Vargas, procurador general, negaron que hubiera Halcones y los jefes policíacos culparon a los estudiantes de haber creado grupos extremistas dentro de su propio movimiento, quienes finalmente habrían atacado a sus compañeros. Pasó una semana hasta que Escobar aceptara que los había, pero no los involucró en la matanza. El alto número de periodistas agredidos y de evidencia gráfica de los sucesos logró que la prensa contradijera la versión oficial del gobierno y aceptara la existencia del grupo. Martínez Domínguez entregó su renuncia a Echeverría el 15 de junio pues estaba convencido de que los manifestantes habían sido provocados, entre otras cosas, para que el gobierno tuviera un pretexto y se deshiciera de él. Así y todo, durante años, Martínez Domínguez recibió el apodo popular de "Don Halconzo" (ya que formalmente se le conocía como Don Alfonso), en alusión a la matanza del Jueves de Corpus.
El terrible saldo de la manifestación desanimó a muchos estudiantes, pero también propició que se radicalizaran otros más, quienes más tarde formarían parte de las organizaciones guerrilleras urbanas. Los estudiantes en 1971 demandaban especialmente la democratización de la enseñanza, el control del presupuesto universitario por los alumnos y profesores y que éste representara un 12% del PIB, así como libertad política donde obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales gozaran de libertades democráticas reales y controlaran el régimen social; Educación de calidad para todos, en especial para campesinos y obreros, y mayor importancia y respeto a la diversidad cultural mexicana; estricta apertura democrática, apoyo a la vida política sindical de los obreros y fin de la represión por parte del gobierno. Estas y otras expresiones de la oposición empezarían a canalizarse años después a través de la Reforma Política de 1977, impulsada por José López-Portillo desde las entrañas del régimen y que terminaría con la razón de ser de las guerrillas y la clandestinidad política.
Los Halcones.
Los Halcones eran un grupo de choque creado a finales de los años 60 para evitar otro movimiento popular grande como lo fue el Movimiento estudiantil en México de 1968. Su primera participación fue el 2 de octubre de 1969, en el primer aniversario de la matanza de Tlatelolco. Al público capitalino se le informó por parte del gobierno que habría un destacamento especial creado para la seguridad del recién inaugurado Metro de la Ciudad de México. El pueblo, desde luego, ignoraba el verdadero nombre del grupo de choque y más aún su verdadero propósito. Los integrantes de los Halcones eran identificados con apodos y sus integrantes eran muy variados. Los más jóvenes provenían de clubes deportivos. Otros eran "porros" de las universidades, creados para contrarrestar y vigilar a los estudiantes de tendencia izquierdista (después del Halconazo, su número se incrementó exponencialmente); algunos Halcones eran militares, los cuales eran referidos con el mote de "profesores" o "paisanos" (estos últimos teniendo a su mando a decenas de "Halcones" y la gran mayoría eran "veteranos" de la matanza de Tlatelolco) y otros más, pandilleros que fueron liberados de las cárceles de la ciudad con la promesa de tener un sueldo mayor si se unían al destacamento paramilitar.
Caso Legal.
En 2005 se debatió en México si los delitos cometidos en este hecho deberían considerarse prescritos o si podían ser aún juzgados los responsables eventuales, ya que para algunos la responsabilidad de Echeverría nunca se aclaró por estar protegido por la ley.
El 29 de noviembre del 2006, se declaró responsable a Luis Echeverría Álvarez, así como su formal prisión por estos hechos, revocando la decisión previa del 8 de julio que había declarado prescritos los delitos de genocidio. En el 2009 Luis Echeverría fue exonerado al no encontrarse suficientes pruebas en su contra.
El filme.
Gabriel Retes produce, dirige y actúa una película denominada El bulto. Su personaje, Lauro, es un reportero gráfico de un periódico que cubría el momento en que la manifestación era reprimida cuando recibió un toletazo de un miembro de Los Halcones, dejándolo en coma por veinte años.
Libros.
Solís Mimendi, Antonio (1972), Jueves de Corpus sangriento: sensacionales revelaciones de un halcón, Editorial Argo, 155p.
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CaballeroDelMar- Staff
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
Y ahora un documental que habla de los Halcones del canal seis de julio, recomendable...
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CaballeroDelMar- Staff
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
Sinopsis: La Liga Comunista 23 de Septiembre fue el más importante movimiento de guerrilla urbana organizado en la década de los setenta, con presencia destacada en las ciudades de Monterrey, Guadalajara, y en la misma ciudad de México. De orientación marxista-leninista, la Liga 23S se organiza tomando como denominación la fecha emblemática en la que un grupo guerrillero comandado por Arturo Gámiz, miembro de la UGOCM, intenta tomar por asalto al Cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de Septiembre de 1965. La operación fracasó por completo. En este Debate de Plaza de Armas, Elías Orozco, miembro del extinto grupo, hace un balance político y biográfico de aquéllos años de intensa y dramática agudización de los antagonismos políticos e ideológicos en el seno del Estado mexicano. En todo caso, el expediente de la Liga Comunista 23 de Septiembre no debe ser consignado en modo alguno como un "expediente policial" o, peor, criminal, en la historia de México; debe ser visto, esta es nuestra tesis, como un "expediente político" de la vida del Estado en el más estricto sentido posible.
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CaballeroDelMar- Staff
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
Es posible que el mismo Echeverría por medio de agentes provocadores propiciara a estos grupos subversivos, que además nunca tuvieron la menor oportunidad de ganar. Lo que hicieron fue inútil. No iban a cambiar las cosas ni acabar con las injusticias, aunque algunos de ellos ingenuamente así lo creyeran. Si ganaban, iban a implantar una dictadura comunista como la de Cuba o la Venezuela chavista... pobre México. Pero no podìan ganar. Y lo que hicieron no tiene justificación alguna, asesinaron, secuestraron, robaron. Fueron criminales aunque a los románticos les duela. Por más idealistas que fueran, por más que quisieran engañarse a sí mismos, eran criminales.
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Seguía la CIA tácticas del Ejército durante ‘guerra sucia’ en Guerrero: Comverdad
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Seguía la CIA tácticas del Ejército durante ‘guerra sucia’ en Guerrero: Comverdad
Ezequiel Flores Contreras
29 de abril de 2014
Nacional
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La búsqueda de los desaparecidos durante la guerra sucia en el cuartel militar de Atoyac, Guerrero.
Foto: Claudio Vargas
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- La Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) “dio seguimiento diario” a las operaciones del Ejército Mexicano durante la guerra sucia en Guerrero, reveló el presidente de la Comisión de la Verdad en la entidad (Comverdad), Enrique González Ruiz.
Hasta el momento, el organismo creado en diciembre de 2011 para investigar los trágicos hechos registrados en Guerrero en la década de 1969 a 1979, ha documentado 230 desapariciones forzadas (206 hombres, 15 mujeres y nueve menores de edad), así como 24 ejecuciones sumarias y dos violaciones, entre ellas la de una menor.
A través de documentos desclasificados en Estados Unidos, integrantes de la Comverdad determinaron que, en los sesenta y setenta, la CIA contaba con una estación en la embajada de Estados Unidos en México que daba seguimiento puntual a lo que sucedía en Guerrero y enviaba reportes a Washington.
El jefe de la estación de la CIA desayunaba “todos los días” con el extitular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Miguel Nazar Haro, para darle seguimiento a la guerra sucia desatada por el Ejército en Guerrero, afirmó González Ruiz en entrevista.
“No te puedo asegurar si la CIA dirigía las operaciones del Ejército, a través de (Miguel) Nazar Haro, pero las seguían diariamente”, indicó el exrector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
No obstante, el presidente de la comisión encargada de investigar los asesinatos, actos de tortura y desaparición forzada de personas registrados en la etapa de la guerra sucia en la entidad, dijo que analizan la influencia que ejerció la CIA en las acciones del Ejército Mexicano.
Esta mañana, los miembros de la comisión presentaron en la sede del Congreso estatal el cuarto informe preliminar sobre las acciones realizadas por este organismo creado el 19 de diciembre de 2011 y conformado por Hilda Navarrete Gorjón, Pilar Noriega García, Nicómedes Fuentes García, Arquímedes Morales Carranza y González Ruiz.
Al respecto, el presidente de la comisión informó que hasta el momento han recabado 373 testimonios de familiares de víctimas y sobrevivientes de desaparición forzada.
Así, llevan un registro de 468 tipos de violaciones a los derechos humanos: 230 desapariciones forzadas; 205 sobrevivientes de desaparición forzada; 24 ejecuciones sumarias; dos violaciones sexuales, entre ellas la de una menor, y siete desplazamientos individuales.
La Comverdad ha determinado violaciones de derechos humanos contra “poblaciones o comunidades enteras que llegaron al desplazamiento masivo de las mismas e incluso a su extinción”, refiere el informe preliminar.
El documento destaca que en la etapa de la guerra sucia, el Ejército y diversas corporaciones policiacas del Estado mexicano utilizaron diferentes tácticas, en especial la desaparición forzada, la tortura y las ejecuciones arbitrarias, incluyendo masacres.
La aberrante práctica tenía como propósito “la contención política y social destinada a controlar o destruir a grupos disidentes (ya fueran reales o percibidos, violentos o pacíficos), así como a sus bases y redes de apoyo.
Para ello, el Ejército implementó dos operaciones denominadas “Telaraña y Caza Conejos”, indica el documento de la Comverdad.
Al respecto, González Ruiz informó que el 27 de marzo pasado se realizó una audiencia temática ante integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde se expusieron los principales desafíos que ha enfrentado la Comverdad en el desempeño de su labor.
Los retos son: Trascender el ámbito local para que el Estado mexicano reconozca su responsabilidad en la violación de los derechos humanos durante la guerra sucia y aclare el destino final de las personas desaparecidas, así como la obstaculización en el acceso a la información y, por lo tanto, la conservación y recuperación de la memoria histórica.
El presidente de la comisión dijo que la impunidad provoca que sigan ocurriendo este tipo de prácticas que atentan en contra de la dignidad humana.
“Mientras no se castigue a los responsables, no se encuentre a los que causaron estos hechos y se les sancione, seguirán ocurriendo estos hechos”, expresó Enrique González Ruiz
La Comverdad, anunció, presentará su informe final a más tardar el 17 de octubre próximo, y aseguró que buscarán ir más allá de la resolución de la CNDH y los trabajos que realizó la Fiscalía Especializada sobre Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), acciones que fueron calificadas como “la gran decepción”.
ivan_077- Staff
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Fecha de inscripción : 14/11/2010
Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
Me ganaste a colocarlo, me pareció un excelente artículo. Aunque la verdad nada que no se supiera.
belze- Staff
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Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
No me sorprende, a una conclusion similar habia llegado despues de leer "La CIA en Mexico", "El General Sin Memoria" y "Mis Generales"; seguramente "El Ejercito y El Poder" tambien diria algo de esto entre lineas
Hallan restos de un guerrillero abatido por soldados hace 40 años en Guerrero
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Hallan restos de un guerrillero abatido por soldados hace 40 años en Guerrero
Roberto Ramírez Bravo
La Jornada Guerrero
Periódico La Jornada
Lunes 16 de junio de 2014, p. 13
Posquelite, Gro., 15 de junio.
Antropólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal desenterraron, a petición y bajo resguardo de la Comisión de la Verdad de Guerrero (Comverdad), los restos de un guerrillero abatido hace 40 años por el Ejército, e inhumado clandestinamente en un cerro de esta población el mismo día en que fue rescatado el entonces senador Rubén Figueroa Figueroa de manos de la guerrilla de Lucio Cabañas.
Con la diligencia, que comenzó el sábado y continuó este domingo, se logró recuperar un cráneo, un fémur, un coxis y un hueso de la mano, así como cuatro monedas, de las cuales al menos una fue acuñada en 1971, restos de tela y una treintena de otros indicios.
Los comisionados de la Com-verdad, Nicomedes Fuentes García y María del Pilar Noriega García, que encabezaron la diligencia, relataron que ésta se llevó a cabo sin personal de la Procuraduría de Guerrero aunque en coordinación con la dependencia, porque al principio no se sabía si se hallarían restos humanos. Después, al confirmarse el descubrimiento, la procuraduría determinó que los comisarios del poblado se constituyeran en auxiliares del Ministerio Público, ya que están legalmente facultados para ello.
Posquelite se encuentra en la sierra media del municipio de Atoyac y toda esa zona fue considerada territorio de influencia de la guerrilla que comandaba Lucio Cabañas Barrientos. El 8 de septiembre de 1974, en el poblado La Pascua, a unos cuatro kilómetros de Posquelite, en el municipio de Atoyac, Figueroa Figueroa fue liberado de su secuestro.
Esa tarde, según habitantes, ocurrió un enfrentamiento entre dos guerrilleros que al parecer provenían de La Pasuca, y efectivos del Ejército. Los rebeldes, después de enfrentarse durante toda la tarde, cayeron abatidos en el paraje Cerro de las Clavellinas, ubicado junto al poblado.
Al día siguiente, habitantes pidieron a los militares autorización para sepultar los cuerpos, por temor a una epidemia. Los militares aceptaron con la condición de que se hiciera ahí mismo y en una fosa sin señal alguna.
Después de 40 años, cuando la historia de esos cuerpos ya se consideraba una leyenda, el sábado a la 1:16 de la tarde fue localizado un hueso metacarpiano, del dorso de la mano, y a las cuatro en punto, un cráneo, como primeros indicios. El domingo en la mañana fueron ubicados el coxis y el fémur y las monedas, mientras la excavación continuaba en busca del segundo guerrillero.
Sobre la identidad de los guerrilleros abatidos nada se sabe, coincidieron el cronista de la ciudad de Atoyac, Víctor Cardona Galindo, y Fuentes García; este último comentó que los trabajos se realizaban con mucho cuidado, pues los huesos podrían sufrir deterioro.
Descansen en paz
ivan_077- Staff
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Fecha de inscripción : 14/11/2010
Comverdad: el combate a la guerrilla en Guerrero derivó en crimen de Estado
Las acciones para exterminar a las “gavillas” incluyó agresiones a la población civil
Comverdad: el combate a la guerrilla en Guerrero derivó en crimen de Estado
La comisión presentará hoy en Chilpancingo su informe, tras dos años y medio de investigaciones
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de octubre de 2014, p. 10
El primero de diciembre de 1971, un telegrama originado en Lomas de Sotelo, Distrito Federal, fue recibido en la comandancia de la 35 Zona Militar de Chilpancingo, el cual fue firmado por el entonces secretario de la Defensa Nacional, general Hermenegildo Cuenca Díaz, y que a continuación se transcribe:
“Ratifícase orden sentido incremente actividades fin localizar, hostigar, capturar o exterminar gavillas operan en esa región, debiendo utilizar máximo medidas de seguridad.”
A partir de esa fecha, en Guerrero se desata el periodo más crítico del conflicto armado, se intensifican los choques entre batallones del Ejército y unidades del Partido de los Pobres en la Costa Grande guerrerense. Es el lapso en el que se ubica el mayor número de detenidos, desaparecidos, de presos en cárceles clandestinas, de casos de tortura, narrados todavía con dolor por los sobrevivientes.
Son los años en los que las comunidades de la zona, cuyos testimonios figuran por primera vez en una investigación para el esclarecimiento de la verdad histórica de la guerra sucia, padecieron el mayor número de atropellos en manos de los soldados: cerco militar, “taponamiento” de caminos, control y restricciones de acceso a víveres, acoso, virtual estado de excepción. espionaje e infiltraciones de agentes. Y también ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y torturas a población no combatiente.
El telegrama de Cuenca Díaz, así como otros documentos recuperados del Archivo General de la Nación, demuestran que en la década de los 70 del siglo pasado hubo una orden al más alto nivel del Estado para exterminar a los grupos insurgentes y su base social.
El grado de confrontación alcanzó su clímax en la Costa Grande guerrerense en 1974, cuando la guerrilla del Partido de los Pobres, al mando de Lucio Cabañas, secuestró el 30 de mayo a Rubén Figueroa, quien entonces era senador y precandidato del PRI a la gubernatura.
“Para atención de la superioridad”
Pruebas de este tipo demuestran que el exterminio de “maleantes” y “gavillas”, a los que los militares decidieron llamar así para no reconocer la presencia de fuerzas guerrilleras, fue una orden directa del entonces presidente de la República Luis Echeverría Álvarez al secretario de la Defensa Nacional, general diplomado de Estado Mayor Hermenegildo Cuenca Díaz.
Los documentos serán aportados hoy por la Comisión de la Verdad (Comverdad) creada para la investigación de la violación a los derechos humanos en la guerra sucia en Guerrero, cuando presente en Chilpancingo su informe final, después de dos años y medio de investigaciones.
El general Hermengildo Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional de 1970 a 1976, fue el artífice de las acciones contra la guerrillaFoto Sedena
Entre otras evidencias, se incluye una amplia evaluación de la situación militar en la zona de Atoyac y Coyuca en 1974, donde los hombres de Lucio Cabañas mantenían secuestrado al senador y futuro gobernador priísta Rubén Figueroa. En diversos telegramas y documentos militares se incluyen órdenes precisas de “cercar” las comunidades, controlando los accesos y el paso de víveres para los pobladores.
“Quitarle el agua al pez”
El 2 de julio, después de dos meses de búsqueda infructuosa, el general Alberto Sánchez López, entonces jefe del Estado Mayor –y partícipe en la Operación Galeana en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968– firmó un extenso informe, donde hace una evaluación en torno al secuestro de Figueroa. Está dirigido “a la superioridad”.
Ahí se detalla que para encontrar a Figueroa se implementó la Operación Atoyac, con despliegues en Petatlán, Acapulco, Cruz Grande, Iguala, Chilpancingo, Zihuatanejo y Ciudad Altamirano. La misión de las zonas militares 27 y 35 consistió en “localizar, capturar o destruir maleantes”. Y para ello se mandó “cercar” las comunidades.
El documento constituye una sólida evidencia de lo que se entiende en términos de la justicia universal como un crimen de Estado, ya que el presidente de la República y el secretario de la Defensa ordenaron, además de redoblar el patrullaje de la zona, el bloqueo de caminos y la intensificación de vigilancia en carreteras y aeropuertos, así como ampliar los efectos de la Operación Atoyac a la población civil. Este plan, se especifica en el documento, comprende un total control sobre las poblaciones al estilo de los manuales de guerra de Estados Unidos en Vietnam, que atacaban a civiles con el fin de restarle base social al Vietcong, con una táctica que se llamó “quitarle el agua al pez”.
Se montó un “control de la población civil a base de cartillas de identificación (…) de abastecimientos, principalmente víveres, que consumen las gavillas de Lucio Cabañas.
“Además, lograr la infiltración de elementos propios, previamente adoctrinados y adiestrados.”
El documento reconoce que se identificará como “maleantes o gavilleros” a los guerrilleros para “no deteriorar la imagen de México en el exterior”.
Entre otros datos reveladores, esta evaluación interna, que no había sido hecha pública hasta ahora, admite que en la guerrilla de Lucio Cabañas participaron “elementos militares que desertaron por diversos motivos”.
sergio
El máximo líder del ejercito es el presidente, ¿que hubiese pasado si el General Hermenegildo Cuenca se hubiese negado a asesinar a los campesinos, un concejo de guerra?
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Los soldados siempre han sido asesinos
Miguel Angel
Los soldados siempre han sido asesinos del pueblo mexicano, y los presidentes han sido los autores intelectuales de los asesinatos contra el pueblo. - - - El ejército mexicano tal como está DEBE DESAPARECER, y más ahora que los soldados son el instrumento (genocida) del narco presidente (Véase el fusilamiento de 21 individuos, caso Tlatlaya).- Así como los narco policías son instrumento (genocida) de los narco presidentes municipales (véase caso Iguala, el 26 de septiembre de este 2014, los narco policías de Iguala, mataron 6 personas, una de esas personas es un estudiante al que desollaron -le quitaron la piel de la cara y le sacaron los ojos - y ese mismo día se llevaron a 43 estudiantes de la escuela “Raúl Isidro Burgos”, en las patrullas: 017, 018, 020, 022, 028 y 302, y a la fecha los estudiantes no aparecen - - - Ojalá que este trabajo de Blanche Petrich, tenga mucha difusión. - - .- Que sepa la sociedad lo nocivo que ha sido el ejército, asesinos de la sociedad mexicana.
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Ordenó la Sedena exterminio en 1971
por cosas como estas me dan ñañaras los cursos de contrainsurgencia que se daban en la escuela de las américas.
cosas como estas no deberian suceder en cualquier país. hasta reportaje sobre genocidio camboyano parece, c******a madre.
cosas como esta no sirven, porque la serpiente resucita para morderte más fuerte. Cuando un gobierno se acostumbra a metodos asi en lugar de mejor su sistema politico es que es una mierda.
Menuda bomba.
Bueno, al parecer la idea es atacar al ejercito desde todos los frentes y lo estan haciendo muy bien.
¿Cómo chingados pasan cosas como esta en nuestro pais?
cosas como estas no deberian suceder en cualquier país. hasta reportaje sobre genocidio camboyano parece, c******a madre.
cosas como esta no sirven, porque la serpiente resucita para morderte más fuerte. Cuando un gobierno se acostumbra a metodos asi en lugar de mejor su sistema politico es que es una mierda.
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Ordenó la Sedena exterminio en 1971
Laura Castellanos | El Universal
Lunes 26 de enero de 2015
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Telegrama firmado por el secretario de la Defensa, Hermenegildo Cuenca, en 1971, donde instruye exterminar a la guerrilla Especial
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Estas son algunas de las 512 víctimas de desaparición forzada en Guerrero Especial
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[Revisaron cada vehículo y decidieron quien era sospechoso para detenerlo. Aurora Navarro en la foto, una de las desaparecidas Especial]
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[En la serranía inspeccionaron rancherías, milpas y cuevas. Aquí la imagen de Petronilo Castro Hernández Especial]
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[Mandos militares detuvieron sin orden de aprehensión entre 500 y mil 500 personas. Tania Cascante en la imagen Especial]
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[En helicópteros o camiones trasladaron a los "paquetes" a instalaciones castrenses. Vicente Higinio en la foto Especial]
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[Nombres de los mandos militares que actuaron en Guerrero entre 1960 y 1979, están en el informe de Comverdad. En la fotografía otra víctima, Victoria Hernández Especial]
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[Hasta el día de hoy, 100 días después, no existe investigación alguna del caso. Elpidio Ocampo en la fotografía Especial]
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[La trascendencia de este documento se opacó con el caso Ayotzinapa. En la imagen, Eugenio Reséndiz, otro desaparecido en la Guerra Sucia Especial]
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[El informe que integra documentos desclasificados, podría arrojar claridad también en el actual caso Iguala. Aquí otra imagen, ahora de Inocencio Castro Especial]
El informe que integra d[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Documentos desclasificados, podría arrojar claridad también en el actual caso Iguala. Aquí otra imagen, ahora de Inocencio Castro Especial
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[En el informe se entiende como el Ejército actúa cuando ve fenómenos de riesgo, explican. Aquí María Teresa Torres, otra víctima Especial]
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[Revelaron que el llamado Grupo Sangre era tenebroso, muy similar a lo que ahora son los Guerreros Unidos Especial]
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[El informe enlista a 326 responsables de desapariciones forzadas y 17 son políticos. En la imagen, la víctima Bernardo Reséndiz Especial]
El informe enlista a 326 responsables de desapariciones forzadas y 17 son políticos. En la imagen, la víctima Bernardo Reséndiz Especial
Orden� la Sedena exterminio en 1971
DOCUMENTO. Telegrama firmado por el entonces secretario de la Defensa Nacional, general Hermenegildo Cuenca Díaz, en 1971, donde se ratifica la instrucción para "exterminar" a la guerrilla. (Foto: INFORME DE LA COMVERDAD )
Sitios Relacionados:
Galería Desaparecidos en Guerrero por Guerra Sucia de los 70s
Documento Listado de 326 responsables de desaparición forzada
Telegrama Hermenegildo Cuenca instruye "exterminar" a la guerrilla
Telegrama Sedena bombardeó sierra de Atoyac
Documento Estrategia de Sedena contra Cabañas y simpatizantes
Web de ComVerdad Rostros de personas desaparecidas
En 1971, en medio de la llamada Guerra sucia, el entonces secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz, envió un telegrama a los mandos castrenses del estado de Guerrero en el que les ordenó "localizar, hostigar, capturar o exterminar" estudiantes, profesores, activistas, campesinos, indígenas, mujeres, infantes y ancianos considerados enemigos y que se ubicaban en la región Centro, Costa Grande y Costa Chica
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Documentos oficiales desclasificados revelan que 227 mandos militares con sus tropas escudriñaron en viviendas de colonias populares y de poblados en busca de sus enemigos, para lo cual también establecieron retenes en carreteras, caminos de terracería y en las entradas de ciudades y pueblos de las regiones Centro, Costa Grande y Costa Chica de Guerrero. Ellos contaron con el apoyo de 54 policías forjados para no tener piedad y por un número indefinido de criminales.
Revisaron cada vehículo o camión de pasajeros y decidieron quién era sospechoso de ser detenido. En la serranía, inspeccionaron rancherías, milpas, cuevas. Y en su asedio por la montaña utilizaron morteros que dispararon proyectiles de gran destrucción.
Los mandos militares detuvieron sin orden de aprehensión entre 500 y mil 500 estudiantes, profesores, activistas, campesinos, indígenas, mujeres, infantes y ancianos. En sus reportes oficiales los nombraron “paquetes para su revisión”. En helicópteros o camiones trasladaron a los “paquetes” a instalaciones castrenses para torturarlos y, a la gran mayoría, desaparecerlos.
Los nombres de esos 227 mandos militares que actuaron en Guerrero entre 1960 y 1979 —en la llamada Guerra sucia, en la que se aniquiló a grupos guerrilleros de la época—, están en el informe final que la Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero (Comverdad) entregó al Congreso estatal y al Ministerio Público el 17 de octubre de 2014, sin que hasta el día de hoy —100 días después— se inicie investigación alguna.
Enrique González Ruiz, uno de los cinco comisionados de la Comverdad, creada a instancias del Congreso guerrerense en 2011, advierte que la trascendencia del documento se “opacó” por la gravedad de los hechos ocurridos 22 días antes, con la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Sin embargo, considera que el reporte elaborado durante dos años, que integra documentos oficiales desclasificados, podría arrojar claridad sobre la responsabilidad de las fuerzas federales en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, al mostrar las estrategias históricas para combatir a las disidencias políticas.
En el informe “van a entender los hechos de Iguala, cómo el Ejército actúa cuando ve fenómenos de riesgo a los intereses que representa”, afirma González.
“El Grupo Sangre era tenebroso, y ahora lo son los Guerreros Unidos, es lo mismo”. Explica: “La delincuencia organizada y el Ejército en Guerrero no son antagónicos, los primeros están bajo el control de los segundos, en el informe se ve claramente cómo desplegaban sus tácticas para perseguir subversivos”.
Los impunes
El informe enlista a 326 responsables de desapariciones forzadas, de los cuales 17 son políticos de orden federal y estatal, y 21 son agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS).
Entre los 227 mandos castrenses hay 59 generales, siete de los cuales son generales de brigada diplomados del Estado Mayor. Sumando a estos siete militares más de tropa o de los que no se precisa cargo, y 54 policías judiciales bajo sus órdenes, da un total de 288 victimarios, que representan 93% del listado total.
Es decir: el Ejército es el principal responsable de los 512 casos de desaparición forzada documentados por Comverdad, cifra que se eleva a mil 500 casos de desapariciones forzadas tan sólo en la base militar de Pie de la Cuesta, en Acapulco, según el testimonio citado de uno de los victimarios, el ex policía militar Gustavo Tarín, quien asegura que las víctimas fueron arrojadas desde aviones a mar abierto.
El informe registra el nombre del mando castrense, fechas y lugares de actuación, y en algunos casos señala los nombres de las personas desaparecidas o ejecutadas de las que se le responsabiliza o se consigna su traslado a instalaciones militares. También habla de diferentes operativos castrenses, como el Atoyac, que en 1974 desplegó a unos 5 mil elementos y tuvo como finalidad reprimir a posibles simpatizantes de las guerrillas.
De los 512 casos de desaparición forzada de Comverdad, cuatro eran profesores y 20 estudiantes, 15 de ellos preparatorianos.
Uno de los casos es el del profesor Inocencio Castro Estrada, amigo del líder guerrillero Lucio Cabañas. Estudió con él en la Normal Rural de Ayotzinapa y fungió como parte del brazo urbano de la guerrilla de Cabañas. Fue uno de los intermediarios en la liberación del senador Rubén Figueroa, secuestrado por el guerrillero.
El informe revela: “Es uno de los 48 casos de secuestrados por militares a los que, eludiendo su responsabilidad, la Secretaría de la Defensa Nacional pretende justificarlos como muertos en combate”. Del profesor Castro precisa su destino tras su detención ocurrida el 20 de junio de 1974, de acuerdo con documentos desclasificados: “Trasladado al Campo Militar No. 1”, en el DF.
Más registros oficiales dan cuenta del internamiento de civiles desaparecidos en el Campo Militar número 1, considerado el centro de reclusión clandestino más grande de la época. Así quedó constancia del ingreso de María Guadalupe Castro Molina, María Isabel Jiménez Hernández, Luis Cabañas Ocampo y Margarito Roque Texta, el 25 de junio de 1972, a las 7:00 am.
Coludidos con el crimen
Otra de las aportaciones del informe es que se da a conocer por vez primera cómo el Ejército y el gobernador Rubén Figueroa Figueroa se valieron de ex militares, ex policías y criminales para aplastar a media docena de guerrillas y a la oposición política que actuó en Guerrero en la época. Uno de esos grupos paramilitares, conocido como Grupo Sangre, estuvo a cargo del capitán Francisco Javier Barquín.
De acuerdo con el reporte desclasificado de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), fechado en 1976, el grupo tenía como objetivo “vengar insultos al gobernador o personas que han tenido problemas con el Ejército, traficantes de drogas [para tener un acuerdo]”.
El escrito asegura que las detenciones se realizan por “órdenes expresas del comandante de la 27 Zona Militar, con sede en Acapulco, general de división de Estado Mayor, Salvador Rangel Medina”, con el fin de eliminar a presuntos contactos de Lucio Cabañas.
El documento oficial describe que a los capturados se les interroga “por diferentes medios” y luego “se les da a tomar gasolina y se les prende fuego; posteriormente se les abandona en lugares solitarios, en donde aparecen con desfiguraciones provocadas por las llamas y presentando impactos de armas de fuego”.
Comverdad advierte además que los dos mandos militares señalados como los principales responsables de las desapariciones forzadas en Guerrero: el mayor Mario Arturo Acosta Chaparro, y el teniente coronel Francisco Quiróz Hermosillo, conformaron sus propios grupos represores en los que incluyeron a civiles.
Quiróz Hermosillo, de 1974 a 1975 fue comandante en jefe de Operaciones en la República Mexicana en el combate al crimen organizado y a grupos guerrilleros. Su grupo funcionó con “100 elementos de la Policía Militar y 40 civiles”.
Comverdad agrega que entre los torturadores que más destacaron por su brutalidad están precisamente algunos civiles o policías judiciales que estuvieron bajo mandos militares.
“Los hermanos Gustavo, Manuel y Alfredo Tarín Chávez , así como Ramón y Bruno Muñoz Márquez, Pascual Tarín, y los agentes judiciales Gabino Monroy, Julián Almazán (teniente de la Policía Militar), David Avilés Mendoza y Miguel López Sotelo (ex guerrillero convertido en agente torturador)”, entre otros.
El telegrama
Una contribución nodal de Comverdad es que por primera vez se revela en registros oficiales una verdad histórica: la estrategia de combate del Estado contra la oposición política y la guerrilla.
El secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz, ordena en un telegrama enviado a sus mandos castrenses en Guerrero en 1971: “Ratifícase orden sentido incremento de actividades fin localizar, hostigar, capturar o exterminar gavillas”.
González Ruiz advierte que si bien la finalidad del informe era que se procediera jurídicamente contra los responsables, el Congreso del estado no sólo no ha creado la comisión investigadora del mismo, sino que ni siquiera lo ha publicado.
La Comverdad, precisa, se ha disuelto tras la entrega del documento, por lo que ahora corresponde actuar al Congreso estatal y al Ministerio Público. “Ahí están los nombres de los perpetradores, el Ministerio Público tiene que llamarlos y fincarles responsabilidades”, externa.
Tita Radilla, hija del desaparecido Rosendo Radilla en 1974, y parte de la Asociación de Familiares de Desaparecidos en México, coincide en que los victimarios deben ser juzgados, aunque la mayoría ya están muertos. “No ha habido sanción para nadie responsable de esos hechos”, lamenta en la plaza de Atoyac, “y por lo tanto cualquiera puede con total impunidad desaparecer y matar a una persona y no hay justicia”.
González Ruiz coincide en que si no se hace justicia en este capítulo guerrerense, tampoco la habrá en el caso Ayotzinapa. “Ya se comprobó que quemaron a uno de los 43 desaparecidos, dicen que fue la delincuencia organizada, pero ¿quién le dio la orden a la delincuencia organizada, suponiendo que ellos fueron? ¿Qué ganaba ésta quemando estudiantes?, no tiene lógica”, dice.
“Es el Ejército y hay que buscarle por ahí, es lo mismo que hacían antes y que quedó impune”, advierte el comisionado de la Comverdad.
Menuda bomba.
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
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Ordenan a la PGR abrir expedientes por genocidio en 1968 y 1971
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La Redacción
27 de enero de 2015
Nacional
El Comité del 68 a 46 años de la matanza de Tlatelolco. Foto: Octavio Gómez
El Comité del 68 a 46 años de la matanza de Tlatelolco.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- La Procuraduría General de la República (PGR) deberá entregar la versión pública de dos expedientes de averiguación previa por delitos de genocidio en 1968 y 1971, consignados por la extinta Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) contra varias personas, incluido el expresidente Luis Echeverría Álvarez.
Así lo ordenó el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai) al resolver un recurso de revisión interpuesto por un particular a quien la PGR le respondió que la información era inexistente porque ambas averiguaciones previas han sido consignadas a juzgados federales.
El requirente solicitó las versiones públicas de los expedientes de averiguación previa números PGR/FEMOS/011/2002 y PGR/FEMOS/002/2002, en donde, refirió, se consignaron por el delito de genocidio a varias personas, incluido el expresidente Luis Echeverría.
Durante los alegatos la PGR reiteró su respuesta y además solicitó sobreseer el caso con el argumento de que en recursos anteriores ya había sido resuelta la materia del recurso interpuesto.
Al analizar el caso, el comisionado ponente Joel Salas Suárez advirtió que en recursos de revisión anteriores, en los que se solicitaron averiguaciones previas y la PGR declaró inexistencia, el Ifai revocó la respuesta y la instruyó a entregar versiones públicas.
La PGR dio cumplimiento a esas resoluciones por lo que el comisionado argumentó que sí pueden entregar la información solicitada por el requirente.
Además indicó que el Ministerio Público representado por la PGR debe conservar copia por duplicado de las actuaciones en sus archivos. “Por lo tanto, creemos que debido a que debe de tener copia, la PGR sí debe contar con esta información que se solicita”, subrayó Salas Suárez.
“Resulta imprescindible recalcar que los hechos de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, y de 1971, en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, forman parte de una de las fases más penosas de la historia contemporánea de nuestro país”, argumentó el comisionado.
Y por ello cuestionó si tratándose de un tema de relevancia histórica y de interés nacional, “¿no convendría hacer un esfuerzo por sistematizarla y tenerla disponible para atender cualquier solicitud de información?”
El 14 de diciembre pasado, recordó, el Senado emitió un dictamen para requerir a la PGR informe sobre el estado que guardan las indagatorias, procesos penales y demás asuntos que dejó pendiente la extinta Fiscalía.
El comisionado ponente criticó que declarar inexistencia de información “es una práctica recurrente” de la PGR y respaldó sus dichos con cifras: en el 2014, refirió, la dependencia alegó inexistencia en 11% de las solicitudes de información recibidas.
Además está dentro de los primeros cinco sujetos obligados con más recursos de revisión interpuestos ante el Ifai. “Más de 3.5% de los recursos recibidos en el 2014 fueron contra la PGR, es decir, estamos hablando de 212 recursos de revisión”, comentó el comisionado.
En 107 de esos recursos, el Ifai revocó y ordenó la modificación de la respuesta dada por la PGR.
Y en temas de crímenes contra la humanidad, genocidio y violación de derechos humanos, “sin duda debemos aplicar el principio de máxima publicidad”, argumentó.
Por ello, Salas Suárez propuso al pleno del Ifai revocar la respuesta de la PGR e instruirle a realizar una búsqueda exhaustiva de la información requerida en todas las unidades administrativas competentes.
Entre ellas, la Coordinación General de Investigación adscrita a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales y la Dirección General de Recursos Materiales y Servicios Generales dependientes de la Oficialía Mayor, a efecto de entregar al particular la versión pública de los expedientes de averiguación previa PGR/FEMOS/011/2002 y PGR/FEMOS/002/2002. La propuesta fue aprobada por unanimidad.
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Grupo Popular Guerrillero y asalto al cuartel Madera
Grupo Popular Guerrillero y asalto al cuartel Madera.
Mensaje por alezatf el 18/10/2010, 6:41 pm
“Era tierra por lo que peleaban, ¿no? ¡Pues denles tierra hasta que se harten!”[1]
Durante las décadas de 1950 y 60, en México se produjeron varias protestas de gran importancia como la rebelión de ferrocarrileros que azotó los estados de Sinaloa comandada por Germán Ruelas, en Nayarit comandada por Miguel Gómez y en Jalisco por Antonio Hernández. En 1965 se produce el levantamiento en Chihuahua. También, los civiles se levantaron por la falta de democracia y esto originó la represión, como la matanza a los manifestantes de Tlatelolco en 1968.
Al norte de México se encuentra el Estado de Chihuahua, donde el 23 de septiembre de 1965, en la ciudad de Madera, un grupo guerrillero y revolucionario comandado por Arturo Gámiz García y Pablo Gómez Ramírez intento tomar por asalto el cuartel militar del ejército mexicano.
La lucha campesina en el estado de Chihuahua comenzaba a ser más fuerte a comienzos de la década de 1960 para enfrentar a la burguesía latifundista, ganadera, minera y maderera de Chihuahua, ya que tenían en su poder 3.7 millones de hectáreas en su poder repartidos sólo entre poco más de un centenar de familias. Esta organización campesina estaba encabezada por la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOMCM) quienes organizaron las protestas y las luchas a lo largo y ancho de toda la región.
Los distintos grupos organizados para reclamar por sus derechos de mejores condiciones de vida y trabajo, se distribuyeron el estado en dos grupos, el primero, en Madera sobre la región de la Sierra, este grupo fue encabezado por Arturo Gámiz y los hermanos Salvador y Salomón Gaytán. El segundo grupo se ubicaba en la ciudad de Delicias, y estaba encabezado por los hermanos Pablo y Raúl Gómez Ramírez, el primero abogado y el segundo profesor, quién a raíz de su participación política fue cesado de su cargo y enviado a una región más alejada. Ellos además se encargaron de coordinar con los líderes agrarios Álvaro Ríos y el dirigente nacional Jacinto López.
Hubo dos hechos fundamentales en la formación del grupo guerrillero y revolucionario que llevaría adelante el levantamiento al cuartel del ejército mexicano, el primero se da en octubre del 63, cuando se produjo el primer “Encuentro de la Sierra”, y en febrero del 65, se produce el segundo “Encuentro de la Sierra” donde se dan a conocer cinco documentos de base para este grupo revolucionario: I El imperialismo, el capitalismo. II El mundo colonial y semi colonial. III Breve resumen, medio siglo de dictadura burguesa. IV La burguesía incapaz de resolver los problemas nacionales. Y V El único camino a seguir.
En la madrugada del 23 de septiembre de 1965 el grupo guerrillero revolucionario conducido por Arturo Gámiz García y Pablo Gómez Ramírez decidió, cansado del sometimiento del Estado y la burguesía tomar el cuartel del ejército mexicano de la cuidad de Madera, pero este intento en busca de la igualdad y mejores condiciones de vida y trabajo para los campesinos y mayor distribución de la tierra, al igual que tantos otros a lo largo de la historia fue aniquilado. Junto a Gámiz y Gómez fueron acribillados otros seis revolucionarios entre los que se encontraban estudiantes, profesores y campesinos.
Tanto la prensa como los lugareños dieron diferentes versiones de los hechos sucedidos esa madrugada. Los medios estatales, nacionales y algunos extranjeros difunden el acontecimiento diciendo que un grupo guerrillero decidió enfrentar a la política y estructuras de gobierno y al Estado mexicano por el camino de las armas. Mientas que las versiones de los lugareños hablan del tiempo que duró el enfrentamiento y las consecuencias de lo que este dejó. Estas versiones van desde que el enfrentamiento se mantuvo por unas pocas horas hasta versiones que dicen que alcanzo el medio día, o también que seis revolucionarios murieron en el acto, otros dos fueron atrapados y fusilados, y que dos lograron escapar. Las versiones fueron muchas, pero lo cierto fue que al llegar al cuartel el gobernado de del Estado de Chihuahua, Ginger Duran, dijo: “Era tierra por lo que peleaban, ¿no? ¡Pues denles tierra hasta que se harten!” enviando los cuerpos de los revolucionarios a una fosa común, mientras que los militares caídos en el enfrentamiento fueron sepultados con honores.
La última acción de este grupo de revolucionarios no fue un acto de inconciencia, sino que fue el último recurso para enfrentar al Estado y a la clase dominante, burguesa y latifundista de ésta época por la vía de las armas, tal vez sabiendo que podrían fallar, pero que a la vez dejarían en la memoria del pueblo mexicano y latinoamericano el espíritu revolucionario y de cambio para los tiempos que siguieron a su época.
si alguien desea ahonar en el tema:
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
23 DE SEPTIEMBRE DE 1965:
El asalto al cuartel de Cd. Madera, Chihuahua
Por: Ignacio lagarda Lagarda 1
“Nuestro deseo es cambiar el mundo y eso nos llevará mucho tiempo.
Mientras más pronto empecemos a luchar por cambiarlo, mejor”
Arturo Gámiz García
Inspirados seguramente en la acción realizada por Fidel Castro, en el año de 1953 contra el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, y que lo llevó al poder en 1959, la madrugada del 23 de septiembre de 1965, un grupo de jóvenes guerrilleros asaltó el pequeño cuartel militar de la población de Madera, Chihuahua. Los atacantes eran comandados por Arturo Gámiz García; un profesor de 25 años originario de Las Nieves, Durango y por Pablo Gómez Ramírez; un médico y profesor rural de 39 años, ambos dirigentes del movimiento campesino, estudiantil y magisterial que desde los años sesenta, se había desarrollado en Chihuahua y el norte de Durango. Ambas acciones tuvieran algo en común: fracasaron.
El 23 de septiembre de 1965, marca la fecha del inicio de las operaciones ofensivas del movimiento revolucionario armado socialista marxista en nuestro país. Dio origen también a importantes organizaciones regionales que se ramificaron a nivel nacional, como el Movimiento 23 de Septiembre, el Grupo Popular Guerrillero «Arturo Gámiz», los Guajiros, Los Procesos, Movimiento de Acción Revolucionaria 23 de Septiembre, el Partido de los Pobres y dio origen también, al grupo guerrillero urbano llamado Liga Comunista 23 de Septiembre. Todos esos grupos fenecieron en la segunda mitad de los años ochenta.
El municipio de Madera se localiza en la parte noroeste del estado de Chihuahua, a 276 kilómetros de la capital del estado. Limita al norte con Casas Grandes; al este con los de Ignacio
Zaragoza, Gómez Farías y Temosachi; al sur con este último y al oeste con los de Nácori Chico, Bacadéhuachi y Sahuaripa del estado de Sonora y alcanza una altitud de 2,110 metros sobre el nivel del mar.
El nombre de Madera, tiene su origen en un aserradero de madera y una estación de tren para el embarque de la misma, que estableció en 1906, la empresa Sierra Madre Land Lumber Company en el punto llamado Ciénega de San Pedro.
La operación militar tenía por objetivo disminuir la moral del ejército, cortar las comunicaciones, asaltar el banco para obtener dinero, saquear de provisión a la empresa Mercantil de la Sierra y tomar la radio para dirigirse a la población y explicarle el porque se hacía aquello.
Circunstancias fortuitas impidieron la coordinación final de los tres grupos formados. El dirigido por Saúl Ornelas y Pedro Uranga, conformado con estudiantes normalistas, se pierde en la sierra y no llega al lugar de la cita. El otro comandado capitaneado por Salvador Gaytán, integrado por alrededor de treinta campesinos, tampoco llega a la cita, debido a la crecida de los ríos por las lluvias de septiembre. Así, el grupo de ataque quedó reducido solamente a trece miembros.
La lucha obrera, campesina y estudiantil en el estado de Chihuahua se inicia en 1962. En este año Arturo Gámiz, es el dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM) desde la cual llama a la ocupación pacífica de la tierra por parte de los campesinos.
Entre junio y julio de 1963, el periódico La voz de Chihuahua publica el estudio de Arturo titulado “La tenencia de la tierra”, en el que explicaba que en dicho Estado, 24.5 millones
hectáreas pertenecían a 300 latifundistas mientras que 100 mil ejidatarios se repartían 4.5 millones de hectáreas. En el mismo periódico, el periodista Carlos G. Fierro escribía el 16 de junio que “en Chihuahua importa más una cabeza de ganado que el estomago de diez mil campesinos”.
Durante los años de 1964 y 1965, en el proceso de la lucha contra el latifundio y contra el gobierno protector del mismo, los estudiantes de la Normal de Chihuahua, La Normal Rural de Salaices (varones) y la Normal Rural "Ricardo Flores Magón" (mujeres), acompañan a los campesinos en las invasiones de tierras y las marchas, los apoyan en sus mítines y en la toma de oficinas. Aquello se convierte en un proceso campesino, estudiantil y magisterial que vivió sus mejores etapas en la década de los sesenta que desemboca en 1968 y 1971 con el despertar de la rebelión universitaria.
Movimiento campesino, estudiantil y magisterial 1964 – 1965
En octubre de 1963 se llevó a cabo, el primer Encuentro de la Sierra, llamado Heraclio Bernal, en Dolores de Cebadilla, municipio de Madera, donde se dan a conocer cinco documentos básicos del movimiento y en febrero de 1965 el segundo, también llamado igual en Torreón de Cañas, Las Nieves, Durango, En enero de 1965 se realiza un congreso de la UGOCM en la Cd. de Madera de donde surge la idea de tomar otras medidas - de tipo armado - contra los caciques de la región.
Pero desde 1963 la guerrilla ya había empezado a actuar: Un grupo de 11 personas, comienza a ser perseguido por los Estados de Sonora y Chihuahua y el 15 de julio combaten contra un grupo de cinco policías judiciales de este último Estado, al que derrotan y desarman.
El 29 febrero de 1964 vuelan un puente propiedad de don Florentino Ibarra, conocido terrateniente a quien ejecutan el 5 de marzo y luego, el 12 de abril le queman la casa y una estación de radio.
En mayo 1965, atacan a un pelotón de soldados y policías cerca de Ciudad Madera, al que también derrotan, hiriendo a tres de ellos y apoderándose de equipo militar.
Durante los primeros meses de ese año, algunos compañeros se concentran en Zacatecas, otros en la Cd. de México para llevar a cabo un proceso de entrenamiento y preparación para la lucha armada y frontal contra el gobierno federal.
Ante la imposibilidad de realizar una lucha pacífica, que era duramente golpeada con cárcel y represión, Arturo Gámiz decide que es el momento de tomar las armas: “Durante años, por las buenas estuvimos pidiendo justicia pero usted, señor gobernador, nos despidió siempre con insultos, se puso de parte de los latifundistas y les dio fueros. Empuñamos las armas para hacer por nuestra propia mano la justicia que le niegan a los pobres", le expresó al Gobernador Práxedes Giner Durán en un desplegado.
Para septiembre la desición ya había sido tomada: atacar el cuartel militar de Cd. Madera y al amanecer del 23 de ese mes, el grupo de Arturo Gámiz, compuesto por 13 personas, ataca por sorpresa el cuartel de Ciudad Madera en el que se encontraban 125 soldados. La inexperiencia de los guerrilleros les hizo cometer un gran error táctico: a sus espaldas se encontraba una inmensa explanada de unos dos kilómetros antes de llegar al monte donde hubiese sido más fácil esconderse en caso de huida o retroceso.
El 24 de septiembre de 1965 el país entero se conmovió con la información que dieron los diarios del país: el cuartel que alojaba en Madera, Chihuahua a 125 soldados federales, fue asaltado por un grupo todavía no precisado en su número pero que no llegaba a veinte, de jóvenes que al grito de ¡¡¡¡ ríndanse, los tenemos completamente rodeados!!!!, intentaron apoderarse del cuartel:
unas barracas de madera que las Compañías Madereras habían proporcionado al ejercito y convertir en prisioneros a los soldados federales allí acuartelados. El hecho sangriento tuvo lugar en las últimas horas de la madrugada del día 23.
Cuartel Militar de Cd. Madera, Chihuahua.
Un diario afirmó que “los primeros disparos se escucharon a las 6:10 de la mañana y que el tiroteo duró tres horas”. Otro señaló las 5:50 horas como el momento, en que el ataque se inició y le dio una duración de hora y media. La verdad es que debió iniciar el tiroteo cuando todavía faltaba totalmente la luz solar. El maquinista ferrocarrilero que a esa hora se preparaba para la diaria jornada, al encender el farol de la maquina a su cuidado, iluminó a los atacantes que se encontraban parapetados en la vía del ferrocarril y a los soldados que avanzaban sobre ellos. De acuerdo con el plano recogido del cadáver de Arturo Gámiz García, los atacantes se colocaron en cuatro lugares: tras la vía férrea, frente al cuartel, en la escuela y la iglesia, en la Casa Redonda y en la casa del Sr. Pacheco y detrás de una camioneta.
En ese mismo plano -figura una relación de 12 nombres de personas, entre las que no está el de Arturo Gámiz-, señalando las posiciones, armas, granadas, etc., de que cada uno disponía. Debido a que ese documento se considera como plan de ataque al cuartel, se fortalece la suposición de que fueron trece los autores del asalto: los doce enlistados más Arturo Gámiz.
Los primeros disparos que ocurrieron justamente en el momento en el que, los soldados acuartelados, realizaban las maniobras necesarias para tomar el primer alimento del día. La disciplina militar se impuso entre el grupo de soldados desarmados que en esos momentos salían para recibir "el rancho". Se tiraron pecho a tierra y poco a poco fueron recogiendo sus armas y municiones mientras que -desde cuatro rumbos distintos- les disparaban y lanzaban bombas de fabricación casera y granadas que -ya antes- los guerrilleros habían recogido como botín al copar y apresar a una patrulla de soldados federales, a los cuales dieron libertad después de desarmarlos, como también ya antes habían hecho prisionera a una patrulla de soldados estatales, a los que también desarmaron y dejaron en libertad. A esa hora la oscuridad era completa: los soldados disparaban guiándose únicamente por los fogonazos producidos por los disparos de los asaltantes y por el rumbo que señalaban los gritos e intimaciones para que se rindieran.
Aunque al principio por el factor sorpresa los rebeldes tienen la iniciativa, esta pronto termina. Gracias a la delación de los planes del ataque por parte del infiltrado ex capitán Lorenzo Cárdenas Barajas, el ejército ataca desde dos posiciones envolventes y prácticamente aniquila los comandos.
Una vez pasado el suceso y hecho el recuento de los muertos y heridos de ambos bandos, el resultado era el siguiente:
Los rebeldes caídos fueron: Arturo Gámiz García, ex -profesor rural de 25 años que sirvió en una escuela rural de Estado y principal dirigente de la guerrilla; Pablo Gómez Ramírez, médico y profesor normalista de 39 años, casado con cinco hij@s , que cayó con una bandera blanca que tenía escrito "¡Viva la Libertad!”; Emilio Gámiz García, hermano de Arturo de 20 años, estudiante; Antonio Scobell Gaytán, campesinote 23 años; Salomón Gaytán Aguirre, hermano del anterior, campesino de 23 años; Oscar Sandoval Salinas, estudiante de 20 años, alumno de la Escuela Normal de Estado en Chihuahua, hasta noviembre de 1964, Miguel Quiñones Pedroza, maestro normalista rural de 22 años, egresado de la Normal de Salaices y Director de la Escuela Rural Federal en Ariseáchic; y Rafael Martínez Valdivia, de 21 años, profesor rural en Basúchil.
Lograron escapar con vida: Guadalupe Scobell Gaytán; se incorpora con Oscar González Eguiarte a la guerrilla en 1968 y muere fusilado por el ejército en Rosario, Tesopaco, Sonora; Ramón Mendoza Torres, es detenido junto con Oscar González Eguiarte, preso en las Islas Marías de donde se fuga; Florencio Lugo Hernández, se incorpora a la guerrilla urbana, es detenido y pasa años en la cárcel, escribió dos libros testimoniales; Juan José Fernández Adame, dirigió grupos de solicitantes de tierras en Tamaulipas y San Luis Potosí, murió en 2004; Francisco Ornelas Gómez, maestro jubilado, sobrino de Pablo Gómez, el 2005 escribe el libro Sueños de Libertad.
Por parte del ejército murieron: Tte. Marcelino Rigoberto Aguilar, Sgto. Nicolas Estrada Gómez Sgto. Moisés Bustillo Orozco, Cabo Felipe Reyna López, Soldado Jorge Velázquez y Soldado Virgilio Yáñez Gómez.
Y resultaron heridos: Teniente Rigoberto Aguilar Marín, Sargentos Virgilio Argüelles López, Eugenio Ramírez López, Manuel Ramírez Cabral y Aurelio Ramírez. Soldados Natividad Juárez Hernández, Adán Jiménez Martínez, Manuel Félix Hernández, José García Martínez y Roberto García Mendoza, José Santos Rodríguez.
Como escarmiento, los militares pasearon por el pueblo arriba de un camión maderero, los cuerpos de los guerrilleros muertos. El gobernador del Estado, Gral. Práxedes Giner Durán, ordenó que los guerrilleros fueran sepultados en una fosa común mientras que los militares caídos se enterrasen recibiendo honores militares. El gobernador expresó ¿Querían tierra? ¡Dénles tierra hasta que se harten!
Después, el sacerdote local Roberto Rodríguez Piña, fue llamado para que oficiara la ceremonia organizada para sepultar a los cinco soldados muertos -cada uno en su caja de madera decorosamente forrada con tela- no tuvo inconveniente alguno para participar en su calidad de sacerdote católico, en las honras fúnebres hechas a los militares; bendijo los ataúdes de los soldados, vistió las ropas usuales en estos casos y dijo las palabras apropiadas -de acuerdo con sus ritos- para el acto. Vecinos y algunos familiares presentes, conmovidos por la tragedia de los ocho muertos en el asalto al cuartel le pidieron lo mismo: que oficiara, que bendijera a Gámiz, a Gómez Ramírez y a sus seis compañeros, pero el sacerdote se negó a hacerlo. Los ocho hombres fueron arrojados como animales en una fosa común llenos de tierra y pólvora, sangrantes después de haber sido paseados sobre la plataforma del camión maderero, los dejaron caer en una gran zanja, sobre la cual, con el tiempo, el pueblo habría de levantar un monumento.
¿La guerrilla se encontraba mal armada para hacer frente a los soldados del cuartel? ¿Fue una acción suicida? En parte sí, como también lo fue la del Moncada. Pero los alzados pensaban que, además de contar con el factor sorpresa, los soldados presentarían poca resistencia en cuanto comenzasen los disparos. Sin embargo no fue así, estaban muy bien adiestrados para ofrecerse a morir en defensa de su cuartel.
En los años posteriores al suceso, se forma un nuevo grupo guerrillero encabezado por Oscar González Eguiarte, que quema un aserradero en Tomochi, Chihuahua, son perseguidos por el ejército, detenidos y fusilados en 1968 en Rosario, Tesopaco, Sonora.
A principio de los años setenta, otro grupo guerrillero aparece en la sierra de Sonora, en el municipio de Álamos, que secuestra al comerciante Hermenegildo Sáenz Cano y ejecuta a Agapito Enríquez y a su hijo del mismo nombre, en la población de San Bernardo.
En la actualidad, el cuartel militar de Cd. Madera sigue operando normalmente, en él se asienta una partida militar encargada oficialmente, de coordinar a los cuerpos de guardias rurales de la región. Al frente, tiene un monumento dedicado a los soldados que en 1965, dieron su vida en el cumplimiento de su deber.
Ignacio lagarda
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
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Canceló Gobernación el acceso directo a los archivos sobre la guerra sucia
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de marzo de 2015, p. 9
La Secretaría de Gobernación canceló el acceso directo a los archivos sobre la guerra sucia (ocurrida durante los años 70 y parte de los 80) y otros documentos aportados desde 2002 por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Especialistas en archivística advirtieron que si continúa esa tendencia se afectará la investigación de otros episodios históricos, como las desapariciones en el sexenio de Felipe Calderón o el incendio en la guardería ABC, de Hermosillo, por citar dos ejemplos.
Hace 14 años, el gobierno federal decidió abrir los expedientes con el propósito de contribuir a esclarecer hechos del pasado. Diversas instancias aportaron documentos, como el Cisen, dependiente de Gobernación; la Secretaría de la Defensa Nacional y la cancillería.
Con base en esos documentos pudieron aclararse casos como el de Rosendo Radilla, líder social guerrerense desaparecido por militares en 1974, o el de Aleida Gallangos, quien logró localizar a su hermano, cuyos padres y ellos mismos fueron víctimas de la guerra sucia, mediante registros de inteligencia hallados en el Archivo General de la Nación (AGN).
Los expedientes del Cisen y de instancias anteriores (Dirección Federal de Seguridad) podían ser consultados en el AGN.
La búsqueda y el acceso documental eran directos. Sin embargo, ahora ya no es posible, indicaron las especialistas consultadas. "De continuar esa tendencia, en adelante sólo podremos investigar el virreinato y el siglo XIX", lamentó Susana Zavala, investigadora de archivos públicos.
Es una medida arbitraria porque se niega el acceso a expedientes relacionados con violaciones a derechos humanos, además de que no hubo aviso previo a los usuarios del AGN, el cual es responsable al no oponerse a esa decisión.
Desde hace cuatro años (La Jornada, 28/3/11), María Teresa Dorantes, presidenta de Archiveros Sin Fronteras, sección México, advirtió que la Ley Federal de Archivos era un retroceso en materia de transparencia y contraria al espíritu del artículo sexto constitucional. Al entrar en vigor esa norma, en enero de 2012, alertó nuevamente acerca de los efectos del cambio.
Ahora, comentó, se está haciendo efectivo el artículo 27 y ya no pueden consultarse documentos valiosos, como los relacionados con la masacre del 2 de octubre de 1968.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha hecho referencia a medio millar de desapariciones forzadas durante la guerra sucia. El registro actual de personas extraviadas o desaparecidas indica 226 casos anteriores a 2007 y 742 de antigüedad "no especificada".
Ahora, las consultas deben hacerse mediante solicitudes de información pública y su obtención podría resultar en textos con datos suprimidos.
El AGN explica en su página electrónica que la Ley Federal de Archivos regula el acceso a documentos históricos con información confidencial. El artículo 27 de esa norma señala que conservará el carácter confidencial por 30 años o por 70 años cuando los documentos incluyan datos personales.
Lo anterior implica "que en dichos archivos se encuentran documentos con información confidencial que aún no se puede difundir ni son susceptibles de acceso".
Por tanto, agrega el AGN, "para orientar a los archivos históricos en relación con el procedimiento a seguir para una adecuada atención de las solicitudes de acceso a documentos histórico-confidenciales", remite las consultas al proceso estipulado en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, su reglamento y "demás norma aplicable".
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
La vIda de Lucio Cabañas
Autonomía - agos05
Escrito por regenerazion
Profesor y Comandante LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS nació en El Porvenir, municipio de Atoyac de Álvarez Guerrero, el 15 de diciembre de 1936, hijo de Rafaela Barrientos y Cesáreo Cabañas Iturio, además miembro de una numerosa familia (entre primos, hermanos) vecinos del pueblo El Ticuí, Y nieto del general Pablo Cabañas, otro guerrillero que se levantó en armas después de la muerte de Zapata y combatió por los ideales agraristas en la Costa Grande de Guerrero, paso su niñez en el campo y ya grandecito cortaba café. Termino la primaria en El Cayaco, Gro. Después se fue a estudiar a la escuela normal de Ayotzinapa, donde aun permanecía el bachillerato pedagógico (de tres años) y posteriormente a la normal que estaban juntos con el bachillerato, fue ahí donde comienza su lucha dentro de una vida activa estudiantil siempre apasionado de la política, participó en movimientos estudiantiles; Secretario General de la Normal Rural de AYOTZINAPA, representa a sus estudiantes en diversas partes de la república.
LUCIO CABAÑAS EN SUS ÉPOCAS DE ESTUDIANTE.
Posteriormente es elegido Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) en 1962,cuando esta estaba atravesando por momentos muy críticos inclusive se llego a pensar que algunas normales se iban a separar de la federación como por ejemplo El Mexe Hidalgo, a lo cual Lucio Cabañas deja de estudiar un año para sacar adelante a la Federación luego regreso a la Normal para terminar con sus estudios, asimismo durante su época de estudiante y líder, los estudiantes de la universidad se declaran en huelga para pedir el reconocimiento de la autonomía universitaria, recorriendo la mayoría de las escuelas del estado. En asamblea los estudiantes de la Normal de AYOTZINAPA acordaron apoyar dicha huelga. También recibieron la visita de Genaro Vázquez que en esos días organizaba la Asociación Cívica Guerrerense. Lucio era tranquilo en el plano personal. No bebía, no fumaba, asistía a fiestas con poca regularidad, su expresión y comportamiento eran tranquilos y de carácter amigable, sumamente frió y reflexivo.
Al terminar sus estudios recibe la plaza de maestro de primaria en un poblado llamado Mexcaltepec, municipio de Atoyac a 100 Km., de la sierra.
DE PROFESOR DE ESCUELA A MAESTRO DE LA REVOLUCION
Era muy querido en las comunidades para solucionar sus problemáticas y es por eso que el 18 de mayo de 1967 se presento una revuelta en Atoyac debido a un conflicto del personal docente de la escuela “Juan N. Álvarez”. En el tiroteo hay una ráfaga que intenta abatir a Lucio pero afortunadamente sale ileso y escapa hacia la Sierra el blanco no fue logrado.
Empezó a recorrer la sierra sistemáticamente, a visitar pueblos, a realizar asambleas en el monte, y en las milpillas, a hablar con unos en el camino, con otros en los cerros. Acción de propaganda y concientización, orientación revolucionaria de la gente”. Dos años de peregrinaje para construir una guerrilla campesina: la brigada de ajusticiamiento del futuro partido de los pobres. En marzo del 69 se hicieron los primeros ajusticiamientos: dos caciques. En 70, el primer secuestro político, que les reporto 100,000 pesos.
Durante los tres siguientes años, el PDLP participó en asaltos bancarios —el 2 de marzo de 1971 contra el Banco del Centro de Aguascalientes, con una "expropiación" de 400,000 pesos, y el 13 de abril de 1973 al Banco Comercial Mexicano, ubicado en la Secretaría de Educación Pública llevándose dos millones de pesos, entre otros— emboscadas al ejército —el 25 de junio de 1972 en el lugar llamado Arroyo de las Piñas, entre los poblados de San Andrés de la Cruz y Santiago de la Unión, y el 23 de agosto siguiente a la altura del Río Santiago, en el camino que conduce de Atoyac de Álvarez a San Vicente de Benítez, y numerosos secuestros, entre ellos los de Jaime Farril Novelo, Jaime Castrejón y Margarita Saad, ésta última ajusticiada.
Los postulados generales de la lucha estaban resumidos en los puntos de un ideario, dado a conocer el 30 de marzo de 1972, que contenía cláusulas de la revolución pobristas.
Desde principios de 1974, el senador Rubén Figueroa Figueroa se perfilaba como sucesor del gobernador Israel Nogueda Otero en Guerrero. Figueroa quería éxito político por eso busco un contacto con la guerrilla, se estableció en los primeros meses de del 74.Los intermediarios fueron Pascual y Luis Cabañas, tíos de Lucio. La fecha: 30 de mayo a las nueve de la mañana. El grupo que finalmente hizo contacto con la guerrilla estaba formado por Figueroa, su secretaria privada Gloria Brito, su pariente Febronio Díaz Figueroa y los tíos de Lucio, Luis y Pascual Cabañas, la historia que sigue es conocida.
LA ÚLTIMA MAÑANA
Le tendieron un cerco que se prolongó hasta el 2 de diciembre. Treinta y cinco patrullas con 35 soldados cada una, del 27 Batallón de Infantería. El 28 de noviembre de 1974 Cabañas fue cercado a 27 kilómetros del Otatal. El Ejército lo había detectado cerca de la comunidad Santa María y escapó. Lo siguieron por medio de un helicóptero por una zona no boscosa y desde el aire abrieron fuego contra él y otros dos hombres.
Uno murió en aquel paraje y Lucio emprendió la fuga hasta el sitio donde finalmente murió.
El 2 de diciembre, los movimientos se efectuaron con precisión y fueron facilitados por la luz lunar la cual permitió que los vehículos se desplazaran por la brecha sin emplear las luces, los ruidos que el personal hace cuando se mueve fueron casi Eliminado ya que se ordeno que las tropas llevaran únicamente consigo sus armas y sus cargadores deberían portarlos en el cinturón sin furtinas; a los que tenían zapatos tenis se les permitió usarlos y algunos prefirieron caminar descalzo. A las 0700 horas el contingente arribo al Otatal, Guerrero las columnas iniciaron su movimiento en direcciones diferentes, hasta un punto donde las cabezas de la columna hicieron un movimiento convergente para cerrar el cerco.
El cerco quedo establecido a alas 0815 horas, el comandante de las fuerzas ordeno que todos sus elementos avanzaran cuidadosamente 5 metros hacia el centro y en ese momento las fuerzas de lucio hicieron fuego contra las tropas resultaron dos heridos por parte del gobierno, casi al amanecer, Cabañas salió a un claro del monte acompañado por cinco hombres. Llevaba una carabina 30/2 en la espalda y un AR-15 en las manos. el batallón de infantería disparo contra un individuo que posteriormente se identificaría como Arturo, a las 0900 horas se escucharon algunos disparos y por la radio el capitán Pedro Bravo Torres tengo una novedad muy importante.... parece que ya mate a lucio ordenaron que verificara el informe, vieron que efectivamente estaba muerto Lucio Cabañas y otro individuo.
Posteriormente el cuerpo de Lucio es trasladado a Atoyac.
Donde se informa que recibió dos balazos uno en el maxilar derecho y otro en la espalda.
Es así como ultimaron a uno de los hombres con la conciencia y la convicción de luchar por una patria libre de explotación. Lucio Cabañas Barrientos forma parte de una serie de ilustres personajes que se han formado al interior de nuestra Normal Rural de Ayotzinapa, en donde adquirió la convicción de luchar al lado del pueblo para construir una patria mas justa. Los ideales de justicia y libertad para la clase explotada, los adquirió al formar parte de nuestra organización estudiantil que dignamente la representó. Por eso a los LXXVIII años de vida de la Normal de Ayotzinapa lo recordamos fervor revolucionario.
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Sueños de revolución truncados, historias de la guerrilla mexicana
Sueños de revolución truncados, historias de la guerrilla mexicana
Mensaje por Mateo1985 el 27/1/2013, 12:13 pm
Sueños de revolución truncados; historias de la guerrilla mexicana
En la década de los 60 algunos jóvenes querían transformar el país por la vía de las armas, aunque no sabían usar ni resorteras. Por eso decidieron pedirle entrenamiento militar a cinco países socialistas. Ex guerrilleros narran cómo 60 de ellos recibieron seis meses de instrucción de Norcorea y diez más del régimen chino.
Claudia Solera
27/01/2013 11:01:07
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de enero.- Para algunos jóvenes mexicanos que vivieron la época de la Guerra Fría era insuficiente salir a las calles a gritar su descontento en contra del gobierno, así que decidieron escalar sus acciones con la convicción de que transformarían el país y establecieron contacto con países socialistas y comunistas. Les solicitaron entrenamiento militar, pues querían aprender a realizar una emboscada, a manejar explosivos y a operar granadas, morteros y todo tipo de armas. Entre los países que aceptaron la petición estuvieron Corea del Norte y China.
“Nos dimos cuenta de que pretendíamos hacer la revolución y no sabíamos ni usar una resortera. Un entrenamiento militar constituyó una tarea que era imposible hacer a un lado o posponer. Así que decidimos hacer este planteamiento a cinco gobiernos: Vietnam, Argelia, Cuba, China y Corea del Norte”, recuerda Salvador Castañeda, ex guerrillero que viajó a Asia a recibir adoctrinamiento socialista y entrenamiento militar.
Los últimos dos países accedieron a la solicitud de los compañeros de Salvador Castañeda, sólo que China los recibiría como turistas y los mexicanos debían financiar su estancia; por eso eligieron la segunda opción, Corea del Norte. Después de varios viajes a Pyonyang, la capital, quedó establecido el compromiso. En total viajaron a Asia 60 jóvenes de Michoacán, Chi-huahua y Sonora, entre otros estados, para entrenarse.
Un par de años más tarde, en 1969, otro grupo de diez personas, entre quienes estaban Florencio El Güero Medrano y Rosalba Robles Vessi, actual coordinadora del Gran Museo Maya, llegaron a Pekín también buscando aprender tácticas de guerrillas.
“El gobierno de Pekín aceptó formar a este grupo de intelectuales. Fueron diez jóvenes que se entrenaron en la academia militar de Nanjing, en el sur de China. Recibieron asesoría teórico militar, porque estos mexicanos pretendían la conformación de un ejército para ser el brazo armado de su grupo político (Partido Revolucionario del Proletariado Mexicano, PRPM). Entonces, tenían el apoyo de intérpretes chinos que les traducían al español el grueso de las clases”, dice a Excélsior Jorge Octavio Fernández, historiador por la Universidad de Pekín y experto en las relaciones sino-mexicanas.
Tiempo de cambios
Eran los años sesenta y se vivía la efervescencia socialista. Muy poco tiempo después del triunfo de la revolución cubana, en 1959, afloraron numerosos grupos armados en Latinoamérica.
“Las fotografías en la revista Life (en su versión en español), tomadas entonces y antes en la Sierra Maestra, en los campamentos y en la ciudad, eran una gráfica de la historia en caliente que despertaba en los jóvenes un impulso hacia la aventura”, describe Salvador Castañeda en su libro La negación del número. La guerrilla en México 1965-1996: una aproximación crítica. Con la guerra de Vietnam en auge y tras la invasión estadunidense a República Dominicana, en México un núcleo del Grupo Popular Guerrillero intentó el asalto al cuartel Madera, en Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965.
“Teníamos el ejemplo de los cubanos que habían hecho la revolución”, dice Castañeda, 47 años después de aquel sueño de tomar la sierra de Chihua-hua como lo habían hecho Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en la Sierra Maestra, lo cual nunca llegó, pero que idealizó al grupo guerrillero Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) que creó desde Moscú junto con otros tres mexicanos que estudiaban en la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba.
Los encargados de contactar a las autoridades de Corea del Norte fueron los mismos fundadores del MAR, entre ellos Salvador Castañeda. Los estudiantes visitaron por varios meses la embajada coreana en Moscú hasta que el gobierno socialista aceptó el siguiente trato: entrenamiento militar y financiar la estadía de medio año de 60 mexicanos en los campamentos y sus tickets de avión.
En el caso de China, Javier Fuentes Gutiérrez estableció el contacto, pues ya tenía relación muy estrecha con este país. Era el dueño de la Distribuidora Interamericana de Publicaciones Chinas en México, donde periódicamente recibía gratuitamente del gobierno comunista toneladas de libros; él sólo se encargaba de pagar el flete.
“A raíz del 2 de octubre del 68, Javier Fuentes (también secretario del PRPM) determinó que ya existían los elementos básicos para comenzar un movimiento revolucionario; el gobierno había masacrado a los estudiantes. Nada más que faltaba la urgente creación de un ejército; por eso se pidió ayuda al gobierno comunista de Pekín”, explica Fernández de la Universidad de Pekín.
Entre los protagonistas que viajaron a Asia para aprender tácticas guerrilleras existen ciertas coincidencias. El Güero Medrano fue hijo de campesinos en extrema pobreza y analfabeta hasta la adolescencia; y Salvador Castañeda, hijo de campesinos también, se vio obligado a abandonar sus estudios por escasez de recursos, que años más tarde financiaría la Unión Soviética a través de una beca.
Pero de aquellas enseñanzas militares en Corea del Norte, Salvador poco o más bien nada pudo aplicar en México.
“Sólo medidas de seguridad. No se puso en práctica mayor cosa. Nos fuimos a la cárcel, pasamos cuatro años en Lecumberri.”
Medrano sí corrió con mejor suerte para su causa, cuando importó enseñanzas maoístas. “El Güero repartió los mil quinientos lotes de la Jaramillo (expropió una hacienda de Morelos, Villa de las Flores) con la idea de fundar una comuna china, la primera en América Latina”, escribe Elena Poniatowska, en el libro Fuerte es el silencio.
Tres años después de que diez mexicanos volaron a Pekín, y ya con Luis Echeverría en la Presidencia, se establecieron las relaciones diplomáticas entre México y la República Popular China (14 de febrero de 1972), ocho meses después del halconazo del 10 de junio de 1971.
Corea del Norte adiestró a 60 jóvenes mexicanos
Pyonyang encubrió muy bien el adiestramiento militar de mexicanos
Un convoy diplomático de Corea del Norte ya esperaba en el aeropuerto de Pyonyang a los recién llegados guerrilleros mexicanos. Las ventanas de los carros que trasladarían a Salvador Castañeda y a sus compañeros estaban perfectamente cubiertas para que nadie notara la presencia de los jóvenes radicales internados en ese país. Era el verano de 1967.
Salvador entró camuflado a Corea del Norte. El pasaporte falso con el que cruzó la aduana lo identificaba como Kim, de nacionalidad coreana. Luego de dos días en la capital fue enviado, por fin, a un campamento en la sierra, donde durante seis meses recibió entrenamiento militar y adoctrinamiento.
Al recordar aquellas jornadas entre militares coreanos sólo puede concluir que eran “horribles y muy cansadas. Había muchos compañeros que ya no podían dar un paso más, a veces se nos hacían las piernas como palo, de tanto caminar”.
En ese instante en que el cuerpo se paralizaba después de hasta 24 horas seguidas de adiestramiento, en los cuales muchas veces los instructores se hacían pasar por el enemigo y los mexicanos se convertían en el objetivo a aniquilar, el único aliciente que mantenía firme al entonces guerrillero era “hacer la revolución socialista en México. Me imaginaba que iba a transformar al país desde abajo, con nueva Constitución y todo”.
Esa obsesión de Salvador, de reventar al gobierno mexicano a través de las armas, nació mientras estaba becado en la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba, a las orillas de Moscú.
“En la universidad era una cosa muy caliente. En lugares distantes, en invierno sobre la nieve, entre los pasillos, en comedores, a horas diferentes y en días desiguales para eludir a las autoridades de la institución (afanadas en impedir la actividad política de los estudiantes), los planteamientos cada vez más radicales tomaban forma real”, recuerda Castañeda.
Entonces, Salvador y otros tres compañeros mexicanos acordaron ir a diferentes embajadas en Moscú a pedir ayuda. “El entrenamiento militar resultaba una tarea imposible de posponer y sólo lo conseguiríamos en un país socialista”. Cada estudiante debía tocar la puerta de Cuba, Vietnam, Corea del Norte, China y Argelia.
A Salvador le tocó ir a la sede cubana. “Primero nos acercábamos a las embajadas pidiendo información sobre su país, tratando así de sondear y adentrarnos un poco.
“Yo iba hasta tres veces a la semana al centro de Moscú a visitar el edifico diplomático con el pretexto de conocer las noticias de los países socialistas en guerra. Después de un año de visitas periódicas, me gané tanta confianza que los cubanos me permitían bajar al sótano para leer los teletipos que llegaban.”
Cuando Salvador logró tener grandes amigos cubanos “dije, ahora sí, vamos a aventarles el tiro y a ver qué onda”. Pero las autoridades les negaron el entrenamiento, porque México era el único país de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no había roto las relaciones comerciales con la isla y representaba una valiosa vía de entrada hacia Latinoamérica. “No iban a arriesgar eso, y se entendió”.
De los cinco países, Corea del Norte fue el único que aceptó sin objeción. “Los coreanos dijeron que sí y financiaron todo; sólo nos preguntaron cuántos mexicanos íbamos a enviar y yo respondí que a 60 cabrones”.
Los 60 mexicanos llegaron en tres bloques a Pyonyang, cada uno de ellos reclutados a detalle por Salvador y sus colegas de confianza. Además de estudiantes había historiadores, filólogos, ingenieros, maestros rurales, normalistas e incluso campesinos que, después de diversas charlas, concluían que a México le había llegado el tiempo de la revolución socialista.
“Primero volamos diez, entre los que estaba yo.”
En su equipaje, Salvador llevaba todos los planos topográficos del territorio mexicano elaborados por la Secretaría de la Defensa. “Esos mapas me iban a servir en Corea”.
La ruta tomada fue: DF-París; París-Berlín Occidental-Berlín Oriental (allí Salvador recibió los pasaportes falsos para continuar su travesía); Berlín Oriental-Moscú y, por último, Moscú-Pyonyang.
Los carros diplomáticos que recibieron a los mexicanos en el aeropuerto los llevaron al hotel del Partido Comunista, donde se hospedaban militantes de todo el mundo. Allí durmieron dos días y luego partieron a la sierra.
Las instalaciones en los campamentos se parecían mucho a las de un internado. Había dormitorios, comedores, cocinas, “absolutamente todo”.
La estadía de los mexicanos en este sitio fue de medio año. Los tres primeros meses fueron de pura doctrina, traducida por coreanos que habían aprendido el español en Cuba. En las aulas también les enseñaron cómo formar una columna, cómo realizar una emboscada, a manejar explosivos y todo tipo de armas, desde morteros hasta granadas.
Luego vino la segunda y última etapa, la praxis. Pero para los extranjeros no todo significaba guerra, pues los fines de semana podían ir a la ciudad a disfrutar del ballet, del teatro principal y de los conciertos. “Íbamos a festivales muy bonitos”, eso sí, custodiados por coreanos y transportados en carros diplomáticos cubiertos con cortinas para que nadie descubriera su presencia.
Ya durante el entrenamiento militar no les dieron concesiones. De lunes a domingo, y a veces hasta 24 horas seguidas, Salvador y los demás se sometía al adiestramiento. “Eran caminatas de todo el día y toda la noche. Caminando dos horas y descansando diez minutos”.
Al terminar el curso y después de soportar ese nivel de presión, se sentían invencibles y en verdad creyeron que estas herramientas militares serían suficientes para desestabilizar al gobierno mexicano.
De hacer la revolución, “una parte sostenía la ‘subida en caliente’. Apenas se bajarán del avión los camaradas llegados de Asia, se decía, habría que meterlos en camionetas cerradas para llevarlos a la sierra a darle”.
El sueño de los 60 guerrilleros, de iniciar la revolución socialista en México, caería como plomo poco tiempo después y ellos terminarían en la cárcel.
A Salvador Castañeda lo detuvo el mismísmo Miguel Nazar Haro, entonces temido titular de la Dirección Federal de Seguridad y fallecido el año pasado. Su historia guerrillera concluyó con cuatro años de cárcel en Lecumberri, dos años más en el Reclusorio Norte y otro en el penal de Santa Martha Acatitla.
Un fantasma recorría el mundo
Cuando Salvador Castañeda y amigos eran jóvenes se vivía una efervescencia por las doctrinas socialistas y comunistas, y el mundo estaba convulsionado:
En Cuba triunfó, en 1959, la revolución encabezada por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, ícono de los alzamientos latinoamericanos.
La Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS estaba en su apogeo, incluida la carrera espacial, que incluyó lanzamientos de satélites y la llegada del hombre a la Luna. En 1962 estalló la Crisis de los Misiles que, según expertos, estuvo a punto de provocar una tercera guerra mundial.
La guerra de Vietnam, iniciada en 1964, que duró diez años, dio como fruto una república socialista.
China inicia en 1966 su polémica Revolución Cultural que, a decir de sus críticos, fue una cacería de brujas contra la burocracia del partido comunista e intelectuales a quienes se acusó de traicionar los ideales revolucionarios para seguir “el camino capitalista”.
México y China iniciaron relaciones diplomáticas en febrero de 1972. Mao Tse-Tung y Luis Echeverría se reunieron en abril de 1973, en Pekín.
En Europa y América (Francia y Chile, especialmente) se levantaron a finales de los 60 movimientos estudiantiles; también en México hubo uno que culminó con la matanza del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, de Tlaltelolco. Tres años después, en junio de 1971, se daba otra represión estudiantil. Fue una década de movimientos guerrilleros urbanos y rurales. En AL surgió la llamada teología de la liberación.
Incluso en Estados Unidos había activismo provocado por el surgimiento del rock y los hippies; el movimiento por la reivindicación de la raza negra culminó con el asesinato de Martin Luther King, en 1968.
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Re: "La Guerra Sucia" (Contrainsurgencia Militar Mexicana 1960's-1970's)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]El gobierno creó en 1976 brigada especial para “aplastar” a guerrilleros en el valle de México.
Los integrantes del grupo contaban con recursos ilimitados; disponían incluso de aeronaves
Gustavo Castillo García
La Brigada Especial, como se le llamó oficialmente a la Brigada Blanca, integró en junio de 1976 un grupo con 240 elementos, entre policías capitalinos y mexiquenses; militares y personal de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), así como de la Policía Judicial Federal, para “investigar y localizar por todos los medios a los miembros de la llamada Liga Comunista 23 de Septiembre.
La orden era limitar las actividades de la liga y detener” a los guerrilleros que actuaban en el valle de México, revelan documentos obtenidos de la Procuraduría General de la República (PGR), que son el respaldo de las investigaciones que aún se realizan en torno a hechos sucedidos durante la llamada guerra sucia.
Según los reportes oficiales, aunque la Brigada Blanca se formó en 1972 y operó en Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Jalisco, Puebla y Morelos, fue hasta junio de 1976 cuando el gobierno de Luis Echeverría decidió que se integrara un grupo especial que actuara en la ciudad de México, y en el que los mandos estaban en manos del coronel Francisco Quiroz Hermosillo, el capitán Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nazar Haro.
Los documentos consultados tienen su original bajo resguardo en el Archivo General de la Nación. En ellos se detalla el “Plan de Operaciones Número Uno: Rastreo”. El grupo contaba con 55 vehículos, 253 armas: de ellas 153 eran Browning calibre nueve milímetros.
Según estos informes, de los cuales La Jornada posee copia, cada agente, sin importar si era militar o no, recibía compensaciones mensuales de tres mil pesos, y sus “gastos generales” eran: “los que sean necesarios”.
El llamado “cuadro de necesidades” señala que los agentes de la Brigada Blanca utilizaban o tenía presupuestados 3 mil 300 litros de gasolina diarios y refiere que se dio la siguiente recomendación: “sería conveniente que Pemex satisficiera de este combustible a la gasolinería del Campo Militar número Uno, para que de ahí se surta a las unidades”. También se consumían 70 litros de aceite “por día”.
Los documentos acreditan que la DFS y particularmente la Brigada Blanca contaba con: “instalaciones dentro del Campo Militar número Uno”, había “oficinas, mobiliario, artículos de oficina y alojamiento para 80 personas; cada grupo descansaría 24 horas; otros estarían en entrenamiento y el resto en actividad, distribuidos”.
La Operación Rastreo en el Distrito Federal y los municipios conurbados de la capital mexicana estaba dividida en “grupos operativos”, integrados cada uno por “dos vehículos con ocho elementos y una motocicleta con dos agentes que operarían conjuntamente en su área designada”.
También había “tres grupos de localización y neutralización de artefactos explosivos, compuestos cada uno de cinco elementos y un vehículo.
“Cada grupo de acción integrado por 10 elementos con armamento especializado.
“Grupos de interrogadores compuestos por cuatro elementos especializados.
“Grupo aéreo, operará dos helicópteros de la Dirección General de Policía y Tránsito que funcionarán uno en el aire y el otro en alerta terrestre, durante horas de visibilidad.”
Las “áreas críticas”, según los documentos, eran Cuautitlán-Zumpango-Tlalnepantla; La Venta-Ciudad Azteca-Ecatepec-Campestre Guadalupana-Santa Clara-Xalostoc; Cuchilla del Tesoro-Agrícola Oriental-Romero Rubio; Iztapalapa-Tláhuac-Churubusco; Coapa-Xochimilco-Tlalpan; Álvaro Obregón-Magdalena Contreras; Santa Fe-Olivar del Conde; Naucalpan-San Mateo-Atizapán.”
Los integrantes de esta operación se sometieron a un programa de entrenamiento que incluía: “información y análisis sobre la integración, desarrollo y actividades de la llamada Liga Comunista 23 de Septiembre; conocimientos sobre armamento y prácticas de tiro; técnicas de seguridad; entrenamiento físico y combate sin armas; comunicaciones y codificación; conducción de vehículos en patrullaje y conservación del equipo de trabajo”.
También eran adiestrados en la “fabricación de artefactos explosivos e incendiarios; técnicas de búsqueda y seguridad y neutralización de artefactos explosivos”.
Cada agente contaba con “dos cargadores para sus pistolas Browning, igual número para las carabinas M-1”. La dotación inicial de cartuchos fue de 15 mil 300 para pistola; 30 mil 600 para el adiestramiento; 11 mil para carabina con el fin de usarse en enfrentamientos con grupos de guerrilleros; 11 mil para carabina para ser usados en el entrenamiento; 2 mil 750 cartuchos para escopeta para uso en operaciones, y 5 mil 500 para adiestramiento.
Los equipos de radiocomunicación que usaban estaban “constituidos por una central y 55 corresponsales. Se emplearía de momento patrullas de la Dirección General de Policía y Tránsito del Departamento del Distrito Federal”.
El Plan Rastreo consideraba que durante los primeros meses de 1976 los miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre desarrollaron “una serie de acciones a mano armada, que han motivado la alteración del orden público y puesto en entredicho la eficacia del sistema de seguridad gubernamental.
“Para realizar sus acciones (la liga) está organizada en comandos independientes que cubren las áreas más críticas del valle de México, concentrándose principalmente en zonas fabriles, estudiantiles y de construcciones, en las que busca cubrirse y donde tienen oportunidad de distribuir literatura de carácter subversivo o realizar pintas en contra del gobierno y la burguesía.
“Las áreas de acción de la liga generalmente están localizadas en razón de sus casas de seguridad, a fin de tener oportunidad de despistar a las corporaciones policiacas; sus objetivos, normalmente son el asesinato de agentes policiacos en situación pasiva, evitando los encuentros directos, así como asaltos y secuestros por los que piden como rescate varios millones de pesos, con los que día a día se fortalecen, teniendo medios para comprar armas, alquilar casas y para mantenerse en la clandestinidad”.
Las acciones de “rastreo permanente” iniciaron “a partir del 7 de junio de 1976 en zonas críticas del valle de México”.
Inclusive se planeó ofrecer 100 mil pesos de recompensa a quienes delataran a los guerrilleros, y una campaña mediática que incluyera “el anonimato absoluto”, con la “garantía de que no se daría molestias al denunciante”; los recursos para pagar saldrían de “un fideicomiso, creado para tal objeto, lo cual no sería criticado por la opinión pública”, y se ofrecería “protección policiaca sin límite al denunciante y sus familiares”.
Para el gobierno, según los documentos, las delaciones no debían sentirse como “un acto denigrante, sino por el contrario, como una actitud patriótica y viril”. Era parte de la guerra sucia en México.
Los grupos rebeldes
En los años 60 y 70, en México actuaban más de 25 distintas organizaciones guerrilleras, entre ellas el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, el Frente Urbano Zapatista y la Federación de Estudiantes Revolucionarios. La Liga Comunista 23 de Septiembre surgió de la unión del Frente Estudiantil Revolucionario, los Enfermos de Sinaloa, el Comando Lacandones, Los Guajiros y miembros del MAR.
Ante las acciones guerrilleras, el gobierno respondió con la creación de la Brigada Blanca, que entre otros, estuvo integrada por Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo, Miguel Nazar Haro, Salomón Tanuz y Francisco Sahagún Vaca.
La Brigada Blanca fue el instrumento para aplastar a las organizaciones armadas de esa época.
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