Ejecutora de La Línea admite haber participado en 30 asesinatos

Ejecutora de La Línea admite haber participado en 30 asesinatos


Por Angélica Martínez
Para agorarevista.com
2013-09-06


Los cárteles de drogas están reclutando a cantidades cada vez mayores de muchachas y mujeres jóvenes para trabajar como ejecutoras en la región de Sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua, según las autoridades policiales.
La mayoría del reclutamiento está siendo realizado por el Cártel de Sinaloa, que está enfrentado al Nuevo Cártel de Juárez y su facción armada, La Línea, por el control de rutas de narcotráfico en la región, según indicaron las autoridades. Algunas de las ejecutoras son secuestradas y obligadas a luchar y matar para el crimen organizado, afirmaron las autoridades.
En 2008, oprativos del Cártel de Sinaloa llegaron a la región en grandes cantidades para hacerse cargo de rutas de narcotráfico. El cártel está encabezado por el capo fugitivo Joaquín “El Chapo” Guzmán. Las fuerzas de El Chapo comenzaron a luchar contra el Cártel de Juárez (que es ahora el Nuevo Cártel de Juárez, o NCJ) y La Línea, el brazo armado del cártel.
El Chapo recluta a mujeres
Las fuerzas de El Chapo cobraron control de muchas de las rutas de narcotráfico, según informes publicados. En 2012, cuando el Cártel de Sinaloa continuaba luchando contra el NCJ y La Línea, las fuerzas de El Chapo aumentaron su reclutamiento de muchachas y mujeres para hacer de ejecutoras, dijo Marcelina Bustilloa Romero, gobernadora del pueblo indígena Raramuri.
Operativos del Cártel de Sinaloa reclutaron a muchas jóvenes y mujeres en Norogachi, una pequeña aldea en la región de la Sierra Tarahumara. La mayoría de los pueblerinos son indígenas. La llegada de operativos del cártel de drogas causó miedo a muchos residentes del pueblo, comentó Bustilloa Romero.
“Las ‘malas’ (efectivos de cárteles de drogas) fueron vistas caminando en las montañas; nadie salía de su casa por la noche”, afirmó.
Algunas jóvenes y mujeres de Raramuri fueron secuestradas por efectivos de El Chapo y reaparecieron unos meses después con armas de fuego, dijo Martín Chávez, miembro de la tribu Tarahumara. Las víctimas de secuestros habían sido entrenadas como ejecutoras, afirmó.
La historia de Sugey
Sugey es una de las mujeres reclutadas para trabajar como ejecutora; en su caso, por La Línea. Agentes de seguridad la capturaron en 2010. Procuradores federales la acusaron de asesinato, tenencia ilegal de armas de fuego, actividad de crimen organizado y crímenes contra la salud pública. Sugey se ha declarado culpable y espera su condena. Agora no la identifica por su nombre completo por motivos de seguridad.
La Línea no la secuestró ni la obligó a ser ejecutora, dijo Sugey. Un primo más joven de ella era amigo de efectivos de La Línea, comentó en una entrevista en un centro federal de detención.
El padre de uno de los amigos de su primo lo contrató para hacer mandados. Un día le pidió a ella que manejara un camión. El camión contenía un rifle largo, que Sugey sabía manejar porque había ido a la escuela militar. El hombre le pidió que trabajara para él, explicó.
Sugey comenzó a trabajar para el hombre, un efectivo de La Línea, principalmente como conductora. Unos meses después, rivales del crimen organizado secuestraron a su primo, que tenía 20 años aproximadamente. Los secuestradores mataron a su primo y dejaron el cadáver quemado y decapitado en su aldea. Los asesinos entregaron la cabeza de la víctima a la madre de éste y dejaron una señal advirtiendo a la familia que no organizase una vigilia por la víctima.
Una ejecutora
En ese momento, Sugey decidió vengar a su primo. Se convirtió en asistente de los ejecutores y luego en ejecutora. Llegó a ser líder de un grupo de efectivos de La Línea y recibió un pago de 35.000 pesos por mes, con pago adicional por robos.
Los grupos que trabajaban para La Línea estaban integrados por un máximo de cinco miembros y eran conocidos como “patrullas”. Era la única mujer en su grupo y pronto se convirtió en líder. Ganó el privilegio de usar un uniforme, un cinturón de cartuchos, munición y armas.
Primera víctima
La primera víctima de Sugey fue una mujer madre de tres hijos. La mujer la había denunciado ante las autoridades, acusándola de vender drogas para La Línea, dijo Sugey. A raíz de esto le perpetró varios disparos en la cabeza a la mujer, explicó.
Antes de su captura, participó en unos 30 asesinatos, comentó Sugey, quien afirmó haber matado a algunas de las víctimas ella misma y haber sido observadora durante otras matanzas.