EE.UU. y China, entre la guerra y la paz

Pese al ostentoso clima de paz y la firma de acuerdos de colaboración en varias esferas, EE.UU. y China se preparan para una guerra sin cuartel, sostiene Doug Saunders, columnista de 'The Globe and Mail', el periodico de mayor circulación en Canadá.

La impresionante lista de medidas para combatir el cambio climático mediante la reducción de emisiones, la cumbre del mes pasado entre Barack Obama y Xi Jinping, o el permiso de China para que su moneda aumente de valor reduciendo el peligro de los desequilibrios mundiales, forma parte de un espectáculo de cara a la galería, asegura el autor.

"Tanto el Pentágono como el Ejército Popular de Liberación de China se están armando para una guerra sin cuartel y aplican estrategias maestras enormemente caras que asumen que esta guerra tendrá lugar”, destaca Saunders.

El autor indica que el Pentágono prosigue con los preparativos de guerra sin la aprobación de la Casa Blanca ni del Congreso, para lo cual el Ministerio de Defensa de EE.UU. se basa en la estrategia de batalla AirSea, en la que el Ejército de EE.UU. y la Fuerza Aérea se mantendrán listos para apoyar a 320.000 tropas en ataques simultáneos por tierra y aire contra China en el caso de surgir una amenaza en el mar de China Meridional o sus alrededores.

Para demostrar la consistencia de sus suposiciones, Saunders cita un análisis detallado sobre las relaciones entre los dos países publicado en 'The Yale Journal of International Affairs', en el que se expone la gravedad de las implicaciones de una posible guerra.

"El resultado imaginado de ASB [siglas en inglés de la estrategia de batalla AirSea] es la capacidad de poner fin a un conflicto con China, de la misma forma que EE.UU. puso fin a la Segunda Guerra Mundial. El ejército de EE.UU. vence a China y dicta los términos de la rendición", escribe el famoso sociólogo y experto político-militar Amitai Etzioni en su análisis, subrayando que se ha producido un cambio radical respecto a los enfoques de Guerra Fría, cuando los conflictos de escala nuclear fueron evitados cuidadosamente.

Por su parte, China no piensa rendirse y lleva a cabo preparativos para una guerra con EE.UU. reforzando sus capacidades militares con armas modernas y tecnología sofisticada. "Poco después de asumir el poder el año pasado, Xi Jinping abandonó el compromiso de su predecesor de "ascenso pacífico", tomó el mando directo de la Comisión Militar Central y ordenó a los militares que se centraran en "el combate real" con vistas a "luchar y ganar guerras", señala Doug Saunders.

"Así que estamos en la posición absurda de tener a las dos superpotencias en paz, mientras que sus ejércitos se preparan para una guerra total. Es una situación peligrosa, algo que debemos recordar cuando nos acercamos al centenario de 1914, cuando solo una incompatibilidad de esta índole llevó al mundo a la guerra", concluye Saunders.


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