Operan activistas en PGR y Segob.

Operan activistas en PGR y Segob.

28 de abril del 2013
Por Administrador

México, 28 de abril (Reforma).- Convencidos de que pueden incidir en la causa de los derechos humanos desde el Gobierno federal, tres reconocidos activistas se han sumado a las filas de diferentes dependencias para operar la política nacional de derechos humanos.

Juan Carlos Gutiérrez, ex director de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y quien llevó el caso de la desaparición en los 70 de Rosendo Radilla ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), es actualmente el titular de la Unidad de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.

Eliana García, activista del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y una de las principales impulsoras de la Ley de Víctimas y de la reforma constitucional en materia de derechos humanos, ocupa la Coordinación General de Políticas Públicas de la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR.

En tanto que Patricia Colchero, también del Movimiento por la Paz, y ex integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, se encarga del área de derechos humanos en la Subsecretaría de Seguridad Pública.

Convocados por el periódico REFORMA, los activistas argumentaron que decidieron incorporase a la Administración del Presidente Enrique Peña Nieto al notar un cambio en la política de derechos humanos y en la estrategia de seguridad, que los había desmotivado durante el sexenio de Felipe Calderón, y porque les pareció que tenían cierto margen de acción bajo el nuevo Gobierno.

Incluso, advirtieron que la decisión de incorporarse al Gobierno fue consultada con algunos de sus compañeros de la sociedad civil, quienes concluyeron que resultaba conveniente operar desde la Secretaría de Gobernación y desde la Procuraduría General de la República para favorecer la causa de los derechos humanos.

“De entrada, el discurso inicial del nuevo Gobierno me llamó la atención. La verdad no esperaba que una de las líneas presidenciales fuera tal cual el tema de derechos humanos”, indicó Colchero.

“Estuve en el Movimiento por la Paz antes de integrarme a este Gobierno. Con el tema de familiares desaparecidos, las trabas que nos encontramos con las autoridades para poder lograr avances concretos, fue una lucha muy desgastante. Cuando se abren espacios en lugares donde alguno puede tener alguna incidencia, es importante poderlos aprovechar.

“La condición es que nos permitan movernos, expresarnos. Cuando uno no pueda decir las cosas como tenga que decirlas y hacer lo que tiene que hacer, será momento de retirarse”, sostuvo.

Según Eliana García, quien fue diputada federal por el PRD y quien por nueve años estuvo trabajando en la reforma constitucional en materia de derechos humanos, aseguró es posible empujar desde el Ejecutivo las causas que se han defendido desde otros espacios.

“La causa de derechos humanos no tiene colores, sino compromisos y personas dispuestas. En razón de eso es que estamos participando. Uno está en un lugar hasta donde puede hacer lo que cree y lo que se necesita, y si eventualmente uno pierde esta posibilidad, siempre tiene el derecho de salirse por la puerta grande”, expuso.

“Sigo siendo del Movimiento por la Paz y mantengo una relación de trabajo, de colaboración y de cercanía con el movimiento y con otras organizaciones de derechos humanos con las tengo relación desde hace muchos años. Me reivindico activista por los derechos humanos con un cargo público”, agregó.

Para Gutiérrez, que entre sus obligaciones está, precisamente, el de dar seguimiento al cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana, incluido el caso Radilla, estar en el Gobierno no significa dejar de ser un defensor de derechos humanos.

“No me ubico como alguien que se está moviendo de un lado a otro, soy un defensor de derechos humanos, aquí y en cualquier lugar, independientemente de que en este momento esté actuando como funcionario federal. Un defensor de derechos humanos puede cumplir su labor desde cualquier espacio”, manifestó.

“Hay que romper este paradigma de que para defender los derechos humanos hay que trabajar en las organizaciones de la sociedad civil”, añadió.

Silvia Garduño