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Sentencian a más mujeres que hombres por delitos contra la salud: CIDE 2vwzcep

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Sentencian a más mujeres que hombres por delitos contra la salud: CIDE

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Sentencian a más mujeres que hombres por delitos contra la salud: CIDE Empty Más abusos y persecución contra mujeres con la guerra antinarco

Mensaje por Lanceros de Toluca Noviembre 25th 2012, 18:28

Más abusos y persecución contra mujeres con la guerra antinarco

Empieza hoy campaña de concientización
Autoridades ignoran a las víctimas, señalan ONG

Manifestación de ayer en la ciudad de México con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Ariane Díaz
Periódico La Jornada
Domingo 25 de noviembre de 2012, p. 5
Con la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este domingo empieza también la campaña internacional 16 días de activismo contra la violencia de género, cuyo tema central –por tercer año consecutivo– es la militarización.

En México, diversas organizaciones civiles han denunciado el aumento de las violaciones a los derechos humanos del sector femenino con la presencia de las fuerzas armadas en las calles.

Para muchas, la militarización ha estado presente desde que éramos niñas. Es una estrategia del gobierno que nos ha tenido en la criminalización constante, en crisis sicológica, en la persecución. A pesar de las denuncias, las autoridades tienen nulo interés en retirar a los militares de territorios indígenas, porque quieren continuar con la imposición de una visión de lo que según ellos es la seguridad, sostuvo Martha Sánchez Néstor, coordinadora de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México.

Reportes de organizaciones civiles dan cuenta de que con la lucha antinarco emprendida por la administración que está por concluir y la militarización que la acompañó aumentaron los abusos contra las mujeres.

“Datos estadísticos muestran correlación entre la aplicación de operativos conjuntos en algunas regiones de México y el aumento de homicidios”, refiere un informe del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres y la organización Justicia para Nuestras Hijas, con sede en Chihuahua.

Lucha Castro, directora de dicho organismo, apuntó que con el Operativo Conjunto Chihuahua, que es una política de Estado con perspectiva eminentemente masculina y militarista, el gobierno dejó de lado a 50 por ciento de la población, al no pensar en los efectos que tendría sobre ella, los cuales han estado invisibilizados.

Cabe recordar que en las recién difundidas observaciones del Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), derivadas de la revisión de los informes periódicos presentados por el país, se exhorta al gobierno a revisar su estrategia de seguridad pública contra la delincuencia organizada, a fin de adaptarla a sus obligaciones internacionales de derechos humanos.

También se recomienda adoptar las medidas apropiadas para que los miembros de las fuerzas armadas y los agentes del orden público que prestan servicio en las comunidades indígenas o cerca de ellas respeten las garantías fundamentales de las mujeres.

El gran desafío, coinciden las activistas, es la aplicación de las recomendaciones para que no queden en letra muerta.

Eso requiere voluntad política y presupuestos etiquetados dignos, señaló Martha Sánchez, mientras Lucha Castro apuntó que la administración entrante va a tener que responder a esto de forma clara.

Los 16 días de activismo constituyen una campaña coordinada por el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres, el cual expuso que para ellas, el militarismo sigue siendo un factor clave para la violencia. Como parte de esta ideología, que crea una cultura del miedo, el militarismo promueve el uso de violencia, agresión e intervenciones castrenses para solucionar disputas y proteger intereses políticos y económicos.

Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) recordaron que según encuestas recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 42.4 por ciento de las mayores de 15 años han recibido algún tipo de agresión emocional, a 24 por ciento les controlan sus ingresos económicos y 13 por ciento han sufrido algún tipo de violencia física, con daños permanentes o temporales.

Además, el estado de México se sitúa como la entidad con mayor prevalencia de violencia de pareja: emocional, económica y física a lo largo de la relación, mientras que la entidad con mayor prevalencia de violencia sexual es Colima.

De acuerdo con los sondeos, persisten estereotipos de género, pues dos de cada 10 mujeres están de acuerdo en que una esposa debe obedecer a su pareja en todo lo que ordene.

La CNDH, dirigida por Raúl Plascencia Villanueva, lamentó que la violencia esté tan arraigada que 30 por ciento de las mujeres agredidas piensa que los golpes o maltratos son asuntos de familia que ahí deben quedar.

Para el Inmujeres, entre los retos para abatir la violencia de género está continuar con la armonización de la legislación civil y penal en materia de violencia, trata de personas, igualdad y no discriminación; lograr una efectiva operación institucional, capacitar en derechos humanos de manera permanente al personal que atiende casos de violencia y realizar acciones de prevención.
http://www.jornada.unam.mx/2012/11/25/politica/005n1pol

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Mensaje por Lanceros de Toluca Diciembre 5th 2012, 21:01

Sentencian a más mujeres que hombres por delitos contra la salud: CIDE

LA REDACCIÓN
5 DE DICIEMBRE DE 2012 · 1 COMENTARIO
NACIONAL

MÉXICO, D.F. (apro).- Las mujeres sentenciadas por delitos contra la salud superan con mucho a los varones, según una encuesta realizada por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

Coordinado por las investigadoras Catalina Pérez y Elena Azaola, el reporte detalla que el promedio de mujeres sentenciadas por ese delito es de 80% contra 60.2% de los hombres.

“Las mujeres internas en los centros federales están sentenciadas en su gran mayoría por delitos contra la salud, no violentos. Son mujeres sin antecedentes penales, ya que 98.9% de los casos no había sido condenada previamente.

“Sentenciadas sin concurso de delitos (80% están condenadas únicamente por el delito de drogas) y 91.6% de los casos reporta no haber portado armas. Mientras que sólo 2% de los internos varones tiene a su pareja en prisión, 22% de las mujeres se halla en esta situación”, dice el informe.

Según la encuesta, los reos en esta circunstancia son principalmente hombres y mujeres jóvenes de entre 31 y 40 años, con hijos (78.8% de los varones y 88.4% del sexo femenino). Además, 53.7% de los hombres y 60% de mujeres no completaron sus estudios de secundaria.

Los centros del Complejo Penitenciario Islas Marías exhiben, consigna, las evaluaciones más bajas sobre dotación de servicios y reinserción de internos.

“La mayoría de los internos, especialmente en Islas Marías y Norponiente, enfrentan importantes dificultades para recibir visitas. Cerca de 90% de los reos nunca ha recibido visita”, destaca.

El reporte del CIDE resalta también que al inicio de la administración calderonista se contaba con seis centros penitenciarios y, al final, con 19 y tres más se encuentran en construcción.

A partir de 2008, la administración federal se propuso asumir la custodia del total de los presos federales, “iniciando así un ambicioso programa para incrementar su capacidad instalada”.

Mientras al principio del sexenio pasado el sistema federal albergaba a 3 mil 164 internos y 47 mil 336 reos federales se hallaban dispersos en cárceles estatales, para agosto de 2012 contaba con 20 mil 219 reos.

El estudio se basó en encuestas a 821 reos, 726 hombres y 95 mujeres, las cuales se levantaron en ocho centros federales, en los que cinco se ubican en las Islas Marías, Nayarit, y son los de Morelos, Laguna del Toro, Aserradero, Bugambilias y Rehilete.

Los otros tres fueron Cefereso 1, Altiplano, en el Estado de México: Cefereso 2, Occidente, en Jalisco, y Cefereso 8, en Sinaloa.
http://ht.ly/fRwl9

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Sentencian a más mujeres que hombres por delitos contra la salud: CIDE Empty Historias del narco: Morras de cuidado

Mensaje por Lanceros de Toluca Diciembre 16th 2012, 18:34

Historias del narco: Morras de cuidado

En nuestro país, más de nueve mil mujeres han sido detenidas por delitos federales relacionados con delincuencia organizada y tráfico de drogas en el último sexenio

María Huesca
Estas mujeres estaban relacionadas con ámbitos de violencia, no por actividades criminales, sino por violencia económica, intrafamiliar, institucional y de género que sufrían antes de ser recluidas

2012-12-11 21:51:00

CIUDAD DE MÉXICO, 11 de diciembre.- “Ahí va una morra con güevos”, dice Élmer Mendoza cuando ve acercarse en medio de los flashes de los fotógrafos y bajo un paraguas que la protege de la lluvia a Teresa Mendoza, la Reina del Sur.

Y decir que Teresa Mendoza es una “morra con güevos” tiene sentido cuando para la investigadora Edith Carrillo Hernández, “los imaginarios que predominan sobre el narcotráfico y el mundo carcelario han sido construidos bajo la idea de un sujeto masculino, es decir, sujetos violentos, transgresores de la ley, fuertes, poderosos y con una vida ostentosa”.

Estas mujeres son, según Carrillo Hernández, casos atípicos que se acercan al concepto de heroínas al estilo de Camelia la Texana, mujeres que se la rifan en un universo masculino. Teresa Mendoza pertenece a ese mundo de “absurda masculinidad del macho que aparta a la hembra de la manada y le niega otra vida que la que él le clava en las entrañas.”

La protagonista de Pérez Reverte, llevada tiempo después a la televisión, se adapta y triunfa en ese mundo y piensa: “Les impresiona mucho que una hembra sonría mientras les retuerce los huevos.”

Una de estas mujeres nació en China. Para el diario The Guardian, Xie Caiping tenía todas las características de un típico jefe de la mafia “con una gran diferencia: era mujer.”

Xie Caiping comenzó a tender redes de corrupción a través de su cuñado, Wen Qiang, subjefe de policía de la región de Chongqing.

Tras una de las operaciones más escandalosas de la historia de China, donde hubo cerca de dos mil detenidos entre mafiosos, millonarios cuya fortuna tenía orígenes ilegales, funcionarios y agentes corruptos del gobierno, el subjefe de policía Wen Qiang, entre otros, Xie Caiping fue condenada a 18 años de prisión.

Los cargos en su contra iban desde ser líder de una vasta organización criminal que controlaba el negocio de las apuestas ilegales, drogas y soborno de autoridades hasta secuestro y tortura de miembros de la policía.

Así, la mujer que fuera conocida como La Madrina debido a sus similitudes con el personaje central de la novela de Mario Puzo, se convirtió en leyenda no sólo por el tamaño de sus crímenes, sino también por tener bajo su poder lo que muchos denominaron “un harén” de 16 amantes más jóvenes que ella a quienes ofrecía dinero y lujos.

PANORAMA INTERNACIONAL

Pero la historia de Xie Caiping y de la idílica Teresa Mendoza parecen ser una excepción a la regla. La incursión de las mujeres en el mundo criminal y del narcotráfico parece estar marcada, más bien, por otro tipo de historias, más frecuentes y menos épicas.

Un reciente estudio de Harm Reduction International (HRI) ha señalado que de las 112 mil 500 mujeres en las prisiones de Europa y Asia Central, cerca del 30% lo están por delitos “no-violentos” relacionados con la posesión, venta, distribución o producción de drogas.

Se encontró, por ejemplo, que los países con el mayor número de mujeres en prisión de la región son Rusia (59 mil) y España (6,461).

En cuanto al porcentaje de mujeres en prisión por delitos relacionados con drogas, los porcentajes más altos en el estudio de 51 países de Europa y Asia Central pertenecen a Tayikistán (70%), Latvia (68.7%), Islandia (57.1%), Portugal (47.6%), Estonia (46%), España (45.4%) y Grecia (43.7%). Es de remarcar que dentro de estos países no encontramos a las grandes potencias europeas como Alemania, donde sólo el 16% de las 511 mujeres en prisión lo está por delitos relacionados con drogas, o como Francia, donde el 14% de las 308 mujeres en prisión se encuentra ahí por este tipo de delitos. Así, los países con los mayores porcentajes de mujeres en prisión por delitos relacionados con la posesión, venta, distribución o producción de drogas son aquellos que tienen una tradición de crisis económicas recurrentes como España, Portugal y Grecia, los más atrasados de la economía europea.

El estudio de HRI señala también que el número más alto de mujeres en prisión en la región pertenece a Europa del Este con 75 mil 908 (tan sólo Rusia, mencionábamos antes, tiene 59 mil).

Por otro lado, el porcentaje más alto de mujeres en prisión relacionadas con delitos de drogas está en la región sur de Europa, donde el 42.2% del total de 11 mil 424 mujeres en prisión se encuentran en la cárcel por este tipo de infracciones.

Estas mujeres comparten historias de abuso sexual y psicológico, desórdenes psiquiátricos que se vuelven más intensos en prisión, baja autoestima y educación, dependencia económica de hombres que se dedican al tráfico de drogas, ser madres solteras sin apoyo familiar y enfermedades como el sida y la hepatitis C.

Aunado a esto, se ha encontrado que gran parte de estas mujeres tiene dependencia por alguna o varias drogas. En Estonia, por ejemplo, cerca del 60% de las mujeres en prisión es adicta a alguna droga. En Rusia, la mitad de las prisioneras por delitos relacionados con drogas tiene algún tipo de adicción a éstas.

Ya no sólo hablamos de las conocidas historias de las “mulas” que transportan droga (a veces sin saberlo) y terminan en la cárcel. Son también mujeres con dependencias afectivas de novios o hijos con carreras criminales en expansión, mujeres con baja autoestima que hacen cualquier cosa por conseguir drogas y mujeres con una larga historia de maltratos, abusos y dependencias.

LAS REINAS DEL SUR

Se calcula que en 2009, en nuestro país, 11 mil 376 mujeres estaban presas. El 70% por delitos contra la salud. A finales de 2011, la prensa daba a conocer que más de nueve mil mujeres habían sido detenidas por delitos federales relacionados con delincuencia organizada y tráfico de drogas en el sexenio recién concluido.

Pero historias como la de Delia Patricia Buendía La Ma Baker, originaria del barrio de Tepito, conocida por sus actividades delincuenciales en el Estado de México y por ser una de las primeras mujeres en pasar de la administración de múltiples narcotienditas a incursionar de lleno en el mundo del narcotráfico en el denominado cártel de Neza con la complicidad de policías y funcionarios corruptos, muy al estilo de La Madrina de Chonqing, también son una excepción en nuestro país.

En un estudio realizado por Edith Carrillo Hernández en el Centro Femenil de Readaptación Social de Puente Grande, Jalisco, los hallazgos no fueron muy distintos a los encontrados en Europa.

Gran parte de las mujeres prisioneras por delitos contra la salud habían vendido o transportado pequeñas cantidades de droga, estaban en posesión de droga para uso personal o eran esposas o madres de personas ligadas al tráfico de estupefacientes.

La mayoría compartía ciertas características: mujeres desempleadas o con ingresos bajos, jóvenes mamás solteras o que no recibían ayuda económica de sus parejas, escolaridad baja e historia familiar con antecedentes delictivos.

Entre estas mujeres, el 39% cumplía una condena por posesión de drogas, 35% por venta, 13% por intento de introducir drogas a un centro de readaptación social para su novio o hijos, 9% por formar parte de un grupo organizado de narcotraficantes y 4% por transportar drogas. Al igual que en Europa, un alto índice de mujeres declaró ser consumidora de drogas (el 56%) y un 9% mencionó ser adicta a medicamentos de uso psiquiátrico.

Estas mujeres estaban relacionadas con ámbitos de violencia, no por ejercerla en contra de grupos rivales o por actividades criminales, sino por la violencia económica, intrafamiliar, institucional y de género que sufrían antes de entrar a prisión, tanta que, según algunas, su vida en prisión “llegó a representar un espacio de libertad y seguridad”.

Estas mujeres son, como las europeas, consumidoras de drogas. Según estudios realizados en nuestro país, se calcula que entre 60% y 80% del total de mujeres en prisión son consumidoras de drogas. Muchas de ellas intensifican el consumo de drogas controladas de uso psiquiátrico al estar en prisión.

Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, la edad promedio de inicio en el consumo de drogas en las mujeres ha tenido una disminución progresiva, al pasar de 23.6 años en 2002 a 20.1 años en 2011. Por otro lado, en la población femenina urbana de 12 a 17 años se observó un aumento en el consumo de cocaína de 2008 a 2011, al pasar de 0.1% (cifra que se había mantenido constante desde 1988 a 2008) a 0.6%.

Además de las ya conocidas “mulas” que transportan o distribuyen droga sin conocer su tipo ni costo en el mercado, están aquellas que participan activamente en esta actividad económica para mantener a sus familias y en ocasiones, incrementar sus ganancias. Los estudios señalan que por lo general, las mujeres que incursionan en el negocio del narcotráfico con un éxito similar al de La Reina del Sur, son mujeres que formaron parte de un mundo donde la violencia era lugar común y la delincuencia, un camino viable, mujeres que formaron parte (quizás sin saberlo) de un proceso de “socialización masculina” donde volviéndose más violentas dejaban de ocupar las posiciones subordinadas destinadas para ellas para convertirse en jefas, en “morras con güevos.”

Están también las que aman a sus esposos, novios o hijos, las que por estar ligadas a los papeles tradicionales de la mujer que siempre está en casa dedicándose al cuidado del hogar, eran también las únicas presentes durante los cateos sorpresa a las casas de los traficantes de drogas o las que se echaron la culpa para que no llevaran a sus hijos a prisión o las que temían preguntar a su esposo a qué se dedicaba y cumplían su papel de silencio en el sistema patriarcal de su hogar.

Al respecto, la investigadora Rosa del Olmo señala que “el hombre traficante sacrifica a su compañera creyendo erróneamente que el aparato de justicia tendrá un trato más benevolente con ella”. O quizás sólo la sacrifica, así, sin más.

Dice Carrillo que “la desproporción punitiva para este tipo de delitos es extrema cuando en la mayoría de los casos se reconoce que el hecho criminalizado es la adicción, la pobreza y la dependencia afectiva que se enmarca en esquemas genéricos.”

Estas son las verdaderas Reinas del Sur, mujeres que, se dice, necesitan “un hombre que lleve la rienda y que las jale”, las “gordas de moño y faldas largas que se deben comer sin rechistar las condenas de sus hombres”, mujeres “en un mundo de hombres duros”, mujeres sin elección, como Teresa Mendoza. “Porque yo nunca elegí, y la letra me la escribieron todo el tiempo otros”.

LA DECLARACIÓN DE KIEV SOBRE LA SALUD DE LAS MUJERES EN PRISIÓN

Como respuesta al aumento acelerado de mujeres en prisión, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) elaboraron la Declaración de Kiev (o de la Salud de las Mujeres en Prisión) en noviembre de 2008.

La ONU y la OMS han constatado que debido al desplazamiento de mujeres por guerras en el mundo, dificultades sociales, crisis económicas y sistemas de justicia insensibles al tema de género, en países como Inglaterra, el número de mujeres en prisión se ha incrementado en 200% en 10 años, mientras que el de los hombres, 50%.

Si bien, las mujeres representan entre el 2% y el 9% del total de la población en las cárceles del mundo, estos porcentajes están aumentando de manera acelerada.

Según el estudio preliminar de la Declaración de Kiev, las mujeres en las cárceles alrededor del mundo presentan muchas similitudes: desórdenes mentales, altos niveles de dependencia al alcohol u otras drogas antes de entrar a prisión (se calcula que el 75% de las mujeres arrestadas en el mundo tienen este tipo de problema), abuso sexual y físico antes de entrar a prisión y al interior de las cárceles, insensibilidad ante necesidades de salud específicas de las mujeres, descuido de las autoridades por las madres en prisión (que en ocasiones, son el único sostén de la familia), entre otras dificultades.

A nivel psicológico, las mujeres en prisión suelen tener estrés post-traumático, depresión, ansiedad, fobias, neurosis y/o autoflagelación que en algunos casos, termina en suicidio. Según un estudio del Departamento de Justicia de Estados Unidos, cerca del 75% de las mujeres en prisión presenta algún tipo de desorden psicológico, mientras que en la población femenina nacional, el porcentaje es de 12%.

Se ha encontrado también que ser madre representa para muchas mujeres un impedimento para pensar en suicidio. Cuando a las mujeres en prisión se les separa de sus hijos, la probabilidad de que éstas tomen una decisión así, se incrementa.

Según la declaración de Kiev, se debe reconsiderar el encarcelamiento como único camino para castigar los delitos no violentos de posesión, venta y distribución de drogas, sobre todo en contextos donde las mujeres siguen siendo vulnerables y están dispuestas a purgar condenas en lugar de sus hijos o maridos.

Mientras tanto, la OMS y la UNODC han emitido las siguientes recomendaciones para la atención de las mujeres en prisión:

- Que el encarcelamiento de las mujeres sea considerado como último recurso, sólo cuando el resto de las alternativas fallen o sean imposibles de realizar, especialmente en el caso de mujeres embarazadas o con hijos pequeños.

- Los servicios de salud para mujeres en prisión deben poner mayor atención a las enfermedades de tipo mental, el uso de sustancias tóxicas y el cuidado durante el período de estrés post-traumático.

- Se debe considerar la legislación internacional en materia del respeto al “interés superior del niño” cuando su madre esté por ser encarcelada.
http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=narcotrafico&cat=497&id_nota=874417

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