El caso #LadyAttolini: ¿desconfianza o irrespeto a la autoridad?

#LADIES Y #GENTLEMEN

El caso #LadyAttolini: ¿desconfianza o irrespeto a la autoridad?

¿Se le ha perdido el respeto a la autoridad en México? ¿Nadie confía en la policía? ¿Se puede insultar y encarar a un agente de seguridad sin consecuencias? La acalorada discusión del ex vocero del movimiento estudiantil #YoSoy132, hoy asesor de un senador, permite hacerse estas preguntas sobre nuestra relación con los uniformados.

Antonio Attolini, ex vocero del movimiento estudiantil #YoSoy132, se hizo de palabras con un policía vial en Paseo de la Reforma. En un video difundido en YouTube el 8 de abril del 2015, Attolini encara al agente y le cuestiona por qué dejó que cuatro vehículos se pasaran el alto y bloquearan su avance como peatón. El policía se defiende, exige a Attolini que lo trate con respeto y no lo llame “hijo de la c******a”.

Los usuarios de distintos medios sociales, como Facebook y Twitter, calificaron al actual asesor del senador Zoé Robledo como #LadyAttolini, en referencia a otros casos donde hombres y mujeres han faltado el respeto a la autoridad en México y son exhibidos en Internet.

El estereotipo de las #Lady y #Gentleman “refleja una cultura de cierto sector social que discrimina y ve como ‘empleado’, en el sentido más despectivo, el trabajo de los policías y no como un representante de una institución del Estado encargado de hacer cumplir la ley”, explicó Édgar Cortez Morales, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.

De acuerdo al artículo 287 del Código Penal para el Distrito Federal, “al que ultraje a una autoridad en el ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y multa de 20 a 100 días”. En el caso de Attolini no hubo consecuencias.



Los gentlemen y las ladies tienen que “ver con la manera en la que una persona puede responder a la adversidad. Pueden ser personas hasta cierto grado explosivas o poco acostumbradas a este tipo de frustraciones (…) con cierto grado socioeconómico y con cierto privilegio”, dijo Juan Francisco Flores, médico psiquiatra.

Una persona que le falta el respeto a la autoridad es porque seguramente “ha vivido experiencias con policías en donde siente que se están violentando sus derechos humanos. Es una respuesta muy natural y visceral porque su razón no está filtrando esa información”, dijo Carlos Becerril Romo, psicólogo educativo por la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) y la Universidad Iberoamericana.

La corrupción en las instituciones

La poca confianza de la sociedad mexicana hacia las figuras de autoridad, por ejemplo los policías, es un fenómeno de hartazgo, dijo Flores, médico psiquiatra.

México se encuentra reprobado en el Índice de Percepción de la Corrupción 2013 de la organización Transparencia Internacional. El país ocupó el lugar 103 de los 175 países evaluados y tiene la peor calificación de los 34 países que forman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

En otro estudio de Transparencia Internacional, el Barómetro Global de la Corrupción del 2013, 73% de los mexicanos ve a la Policía como la Institución más “extremadamente corrupta”, seguida de los partidos políticos, funcionarios públicos y el Poder Judicial.

“¿Qué significa el poli para nosotros? Tiene varias décadas donde el policía ha perdido ese valor de protector de la comunidad, un agente de justicia y ha empezado a ser el poli corrupto que infringe la ley”, dijo Carlos Becerril Romo.

Los cuerpos policiacos han sufrido de este deterioro y estereotipos porque los gobernantes no han contribuido a la profesionalización de los agentes y han utilizado a la Policía como un órgano para reprimir o para usarse en función de intereses particulares, dijo Édgar Cortez, investigador del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.

Para combatir este hartazgo y el estereotipo del poli es necesario “crear una policía profesional, con preparación y formación continua, para que el servicio de policía sea un asunto que se valore. Parte del problema es que en nuestra cultura local el trabajo del policía no tiene una valoración social”, dijo Édgar Cortez.

La discusión entre el policía y Antonio Attolini duró unos cuantos minutos. Al final, el ex estudiante del ITAM y asesor del senador Zoé Robledo, siguió su rumbo y el policía de tránsito siguió con su trabajo.

mario.calixto@eleconomista.mx