Que en Paz Descanse Ubaldo Ayala Tinoco

Que en Paz Descanse Ubaldo Ayala Tinoco

09 de febrero del 2014


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Estado Mayor MX acompaña en su pena a la familia Ayala Tinoco por el lamentable fallecimiento de nuestro entrañable amigo, el General Brigadier Ubaldo Ayala Tinoco, acontecido el 9 de febrero del 2014.

Mi General Ayala Tinoco

09 de febrero del 2014


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México, 9 de febrero.- Las noticias de muerte suelen ser tan imprevistas como rotundas. Uno levanta el teléfono y ya, algo, todo, terminó. Un ser humano que sentías a la mano, cerca, parte de tu entorno, se disuelve en las sombras del recuerdo. Permanece, está pero de otra forma. Mi general Ubaldo Ayala Tinoco murió éste domingo por complicaciones de una intervención quirúrgica, supongo que los problemas del corazón que venía arrastrando tuvieron que ver.


Me duele, en verdad, su partida.

Ya no escucharé su voz llamándome “jefa”, no sabré de sus esfuerzos para vencer la burocracia tanto militar como en el mundo de la seguridad, no estará para contarme de su necia vocación por el trabajo, por cambiar la realidad.

Mucho de lo que hoy vivimos en Michoacán fue advertido por Ubaldo, mucho pudo haber cambiado si lo hubiesen escuchado.

Mi general era uno de los pocos jefes militares que he conocido con vocación y capacidad para el tema de seguridad pública. Además de haber sido un militar con méritos de sobra, basta recordar a cuantos generales les ayudó o incluso escribió sus tesis en el Colegio de Defensa, o el tiempo que pasó en Estados Unidos aprendiendo sobre invasiones a otros países, era un policía. O un militar que entendía y manejaba con excelencia los esquemas de la policía.

Tal vez su paso por este ámbito, incluida la policía federal, Coahuila, Michoacán y ahora en Pemex sea lo que más lo signifique. Aunque para mí la imagen más nítida viene de Coahuila, a la mitad de un curso sobre comunicación, cuando aprendió a hablar de sí mismo y nos platicó que su vocación militar se escribía con “B” de boca, de hambre. Como huérfano descubrió que en el Ejército te daban de comer y te vestían…

Fue un hombre íntegro, que es mucho. Fue un ejemplo de lealtad, de ser humano cercano, abierto, grato. Sobre él hay mucho escrito en mi libro Mis Generales, mucho más en el corazón de quienes fuimos sus amigos.

Basten estas palabras para enviar un gran abrazo a sus hijos, a su mujer, a todos quienes nos condolemos de su muerte…

Isabel Arvide

@Isabelarvide