Primer Informe de Labores de la Sedena: menos ruido, más resultados

Primer Informe de Labores de la Sedena: menos ruido, más resultados

En un mundo ideal, las fuerzas armadas mexicanas existirían con el único propósito de defender el territorio de un enemigo extranjero

Opinión del experto nacional 08/09/2013 00:34

Primer Informe de Labores de la Sedena: menos ruido, más resultados
Por Íñigo Guevara y Moyano*


El primer informe de labores de la Sedena muestra un Ejército y Fuerza Aérea en plena transición para adaptarse a una nueva política de seguridad nacional. Sin embargo, un análisis del documento aclara que son el despliegue y la narrativa lo que ha cambiado, mas no la misión.

El documento es explícito en definir el adiestramiento militar en dos facetas: la defensa nacional y la seguridad interior. La primera es la razón de existir de toda fuerza armada, la segunda es una necesidad nacional. En un mundo ideal, las fuerzas armadas mexicanas existirían con el único propósito de defender el territorio de un enemigo extranjero o, incluso, se podrían dar el lujo de participar en operaciones internacionales de mantenimiento de paz en lugares como Haití o el Congo; los civiles las veríamos desfilar un día al año y regresarían a sus cuarteles los otros 364. Pero en el mundo real son la única fuerza que provee estabilidad ante el fracaso de las políticas de prevención, la inalcanzable reforma policial, la endémica corrupción política y la interminable reforma judicial.

El informe muestra dos panoramas contrastantes: nuevamente el ideal, en donde se mantienen un efectivo de 103 mil preparado para la defensa nacional y el real, en el que se enfoca el adiestramiento para garantizar la vida institucional del país y el orden interno. Este último enfoque implica desarrollar operaciones no convencionales, como establecer un puesto de control, realizar patrullaje en el interior de un poblado, contraemboscadas a vehículos militares en movimiento y realizar una incursión en un área urbana. Todos elementos de la doctrina contrainsurgente.

Sobre la participación en las operaciones de seguridad pública hay un cambio clave de confrontación directa a coordinación interinstitucional. El objetivo claro ahí es evitar la competencia entre instituciones y fomentar su interacción. Con ello se definen las Bases de Operaciones Mixtas (BOM) como el instrumento para trabajar de manera coordinada con las instituciones de seguridad pública de los tres niveles de gobierno, estableciéndose 97 BOM en zonas delictivas de alto riesgo, principalmente en el Estado de México, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Veracruz y Zacatecas. El número de efectivos destinados a las BOM es de 2 mil 173, que da un promedio de 22 militares en cada unidad, lo que aclara su papel coordinador. En esta misma dirección el documento plasma la reducción significativa del número de los puestos militares de seguridad —los llamados retenes— y que el documento menciona: con fecha 21 de diciembre de 2012 el Alto Mando ordenó reducir en un 50 por ciento (sic) los puestos militares de seguridad regionales, pasando de 126 a 81 y el 8 de marzo de 2013 se ordena otra reducción del 50 por ciento de los servicios de intercepción, específicamente los que habían generado resultados escasos, con el objetivo de evitar molestias innecesarias a la población.

En cuanto a la narrativa de la lucha contra el narcotráfico y crimen organizado, pasando a denominarse actividades para reducir los índices de violencia. De las 41 operaciones para reducir la violencia en el país, 30 son operaciones de intercepción y 11 de erradicación de enervantes. La variante sustantiva que presentan es que se da impulso a las operaciones en horas de oscuridad, que sumado a los puntos anteriores nos da un objetivo que se puede resumir con la máxima menos ruido, más resultados.

Si se busca incrementar la eficiencia de las operaciones —específicamente para disminuir la visibilidad de las fuerzas armadas— será necesario un mejor y mayor empleo de inteligencia de la mano de un programa de adquisición de tecnología y equipamiento, aeronaves de transporte, combate e inteligencia, que reemplacen a las 64 retiradas por la Fuerza Aérea el pasado julio. Aunque no lo consigna el informe de la Sedena, el Informe de Gobierno sí menciona la intención de expandir el sistema de vigilancia aérea mediante la adquisición de nuevos aviones de inteligencia, incluyendo aviones no tripulados. La aviación no tripulada (UAV, por sus siglas en inglés) es un componente muy valioso y su empleo por parte de la Sedena se encuentra en una etapa de maduración. El Primer Informe de Labores en este sentido es completo y revela tanto los modelos como el uso que se le da: la FAM cuenta con UAV tácticos G-1 Guerrero y S-4 Ehécatl, ambos de construcción nacional que realizaron 29 y 25 misiones, respectivamente, sumando 140 horas de vuelo y con UAV medianos Hermes 450 de construcción israelita que volaron 62 misiones, sumando 393 horas.

En cuanto a equipamiento, el documento menciona un proyecto muy relevante: el acelere del proyecto para dotar al Ejército de vehículos tácticos blindados DN-XI para operaciones urbanas, doblando la capacidad de la Ensambladora Militar para producir 200 unidades al año. Éstos son vehículos protegidos especialmente diseñados tomando en cuenta los requisitos de las operaciones en el norte del país. El requisito original era de mil ejemplares. Para quienes seguimos de cerca el equipamiento de las fuerzas armadas, ya sea como profesión o afición, entendemos que el equipamiento de una fuerza “habla” más allá que la política.

Retaguardia

De especial interés encontré la referencia a la directiva con fecha 7 de marzo de 2013 para evitar que el personal militar emplee el leguaje utilizado por narcotraficantes y miembros de la delincuencia organizada.

*Consultor sobre Seguridad Nacional

Universidad de Georgetown

será necesario un mejor y mayor empleo de inteligencia de la mano de un programa de adquisición de tecnología y equipamiento, aeronaves de transporte, combate e inteligencia, que reemplacen a las 64 retiradas por la Fuerza Aérea el pasado julio.

la FAM cuenta con UAV tácticos G-1 Guerrero y S-4 Ehécatl, ambos de construcción nacional que realizaron 29 y 25 misiones, respectivamente, sumando 140 horas de vuelo y con UAV medianos Hermes 450 de construcción israelita que volaron 62 misiones, sumando 393 horas.