Choques armados en medio de alertas

Choques armados en medio de alertas

08 de octubre del 2013
Por Juan Velediaz


Chocan militares y narcos en la sierra d GroNo son solo los temblores, menores pero continuos, que se registraron en la zona de la costa de Guerrero el pasado fin de semana, también son los grupos de la delincuencia organizada que chocan con el ejército en un sitio catalogado como foco rojo cercano a Chilpancingo. Ante el rebrote de emergencias por presencia del narco, y ante el paulatino retiro del plan DN-III, de nuevo los soldados resultan insuficientes ante el repunte de la violencia.

México, 8 de octubre.- Las primeras versiones salieron del Servicio Médico Forense de Chilpancingo, a donde arribaron los cuerpos sin vida de tres personas al caer la noche del sábado 5 de octubre. La versión que circuló y que quedó registrada en reportes de prensa al día siguiente, hablaba de un choque armado entre tropas de la 35 zona militar, con cuartel en la capital del estado de Guerrero, y un grupo de pistoleros presuntos miembros de la delincuencia organizada. El enfrentamiento tuvo lugar, según empleados del Semefo, en la sierra de Filo de Caballos, perteneciente al municipio de Leonardo Bravo cuya cabecera municipal Chichihualco, fue escenario el pasado 6 de septiembre de otra balacera donde perdieron la vida 11 personas, un militar y 10 supuestos testaferros del narco.

Pese al hermetismo característico del ejército, por medio de fuentes civiles circuló la información que los tres cuerpos que arribaron al Semefo de Chilpancingo, eran parte de un grupo que se enfrentó en la sierra con un pelotón de soldados que patrullaban la zona. En esta región montañosa, según las autoridades de seguridad del estado, se esconde un importante número de pistoleros pertenecientes a la organización denominada “Los Rojos”, cuyo líder Leonor Nava Romero, alias “la Garra”, vinculado en su origen con la organización Beltrán Leyva, fue detenido por el ejército en los primeros días del pasado mes de septiembre.

Tras aquella captura, las balaceras, los cateos y los decomisos de armas en el poblado de Chichihualco en menos de un mes, han obligado a la comandancia de 35 zona militar, que encabeza el general de brigada Juan Manuel Rico Gámez, a reforzar la presencia de los soldados. Debido a la contingencia provocada en esa región del centro del estado de Guerrero por el paso del huracán “Manuel”, la mayor parte de las tropas fueron comisionadas en el Plan DN-III de auxilio a la población civil en casos de desastre, lo que ameritó que en las últimas semanas los patrullajes de búsqueda de células de la delincuencia organizada disminuyeran. Pero pasada la alerta levantada la semana pasada en esta zona, los recorridos militares se reanudaron en búsqueda de cabecillas del narco.

Medios locales como el periódico El Sur, referían que del choque entre el ejército y testaferros de la delincuencia organizada en la sierra de Filo de Caballos, habrían fallecido entre ocho y 10 personas más. “Los hechos ocurrieron el viernes a las 10 de la mañana, cuando civiles armados y militares se enfrentaron a balazos en Filo de Caballos, después del ataque los soldados persiguieron a los hombres armados que se dirigieron hacia las comunidades de la Laguna y Campo de Aviación, y tras la persecución que duró cinco horas, se presume que murieron diez civiles de estas dos localidades”.

Nueva alerta castrense en Tierra Caliente de Guerrero

Fue una alerta que ameritó que se pidiera ayuda a la comandancia de la 35 zona militar en Chilpancingo. El apoyo a las tropas del 40 batallón de infantería que tienen bajo su jurisdicción la zona de la Tierra Caliente en los municipios de Ciudad Altamirano, Coyuca de Catalán y Arcelia, llegó de otra unidad desde la ciudad de Iguala. Se trató de soldados del 27 batallón de infantería quienes fueron enviados a la comunidad de El Cubo, perteneciente al municipio de San Miguel Totolapan, a orillas del río Balsas, y a media hora de camino desde Arcelia, donde durante el fin de semana se registró un secuestro masivo de pobladores presuntamente a manos de la delincuencia organizada.

El ejército llegó tras la petición de ayuda de las autoridades de San Miguel Totolapan, comunidad que resultó severamente dañada por el huracán Manuel ya que el puente que atraviesa el río Balsas —y que comunica a este pueblo con Arcelia—colapsó tras el paso del meteoro. Los soldados se dirigieron a la comunidad del Cubo donde los primeros reportes señalaban que desde la noche del miércoles, un grupo de hombres armados que llegó a bordo de varias camionetas, secuestró a 11 personas, entre ellas a una menor de edad. El viernes uno de los plagiados fue liberado para que llevara en un ataúd el cadáver de otra persona la cual no formaba parte del grupo que días antes se habían llevado.

La nueva alerta vino la noche del viernes cuando un individuo armado llegó a bordo de una camioneta al poblado del Cubo. Según los pobladores el conductor sostenía con una mano el volante del vehículo, y en la otra traía la cabeza de Artemio Ochoa Pérez, quien fue identificado como el segundo comisario del poblado. En la parte trasera de la unidad llevaba la osamenta de otra persona que resultó ser Filiberto González Rojas, oriundo de Arcelia. De acuerdo a los testigos cuando se dirigió a una casa para arrojar el cadáver, fue emboscado por varios pobladores quienes le dieron muerte a tiros.

Fue hasta el sábado, horas después de este suceso donde se registraron tres muertos, que los soldados del 27 batallón de infantería arribaron al Cubo. De acuerdo a los primeros reportes, los habitantes de esta comunidad habían solicitado desde hace por lo menos seis semanas la presencia del ejército para que sirvieran de garantía a sus vidas, luego de que un grupo armado golpeó y amedrentó a varios pobladores quienes tuvieron que abandonar sus casas y abandonar el pueblo. En agosto y los primeros días de septiembre habitantes del Cubo junto a otros del Remanse, el Terrero y el Guayabo, tuvieron que huir de sus lugares de origen debido a la presencia de grupos armados de la delincuencia organizada quienes los amenazaron de muerte. En esa ocasión se habló de al menos tres mil personas desplazadas por la violencia.

Poco a poco volvieron a sus comunidades, el paso del huracán solo los dejó incomunicados por unos días, pero ante el regreso de los grupos armados que se llevaron a 11 habitantes, la alerta regresó y pidieron la presencia militar. Los soldados llegaron el sábado luego de que pobladores abatieran a tiros a un presunto pistolero, quien —aparte del cadáver y la cabeza de una víctima que llevaba—, se le encontró un fusil kalashnikov con dos cargadores útiles y uno vacío. La presencia de las autoridades ministeriales federales, sirvió no solo para iniciar la investigación penal del caso, sino para constatar que esta zona de la Tierra Caliente continúa como uno más de los focos rojos que el ejército tiene detectado por narcotráfico en Guerrero.

Juan Veledíaz

@velediaz424

Estado Mayor