Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
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Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
http://www.proceso.com.mx/?p=323733La vida, andanzas y tragedia del clan Treviño
ANABEL HERNÁNDEZ
27 DE OCTUBRE DE 2012 · 10 COMENTARIOS
NARCOTRÁFICO
Miguel, José y Rodolfo Treviño. El clan.
Foto: Especial
Una vez que los gobiernos de México y de Estados Unidos declararon muerto a Heriberto Lazcano, el liderazgo de Los Zetas pasó a Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, La Mona o El Muerto. Pertenece a una extensa familia de Nuevo Laredo, Tamaulipas, integrada por 13 hermanos, de los cuales por lo menos seis han estado involucrados en el narcotráfico en los últimos 15 años. En documentos de inteligencia de ambos países y expedientes de cortes estadunidenses, Proceso encontró datos reveladores sobre la vida, las actividades delictivas y la tragedia que envuelven al clan Treviño.
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El Z-40 nació el 28 de junio de 1973 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, bastión de Los Zetas desde hace más de una década. Sus padres son Rodolfo Treviño, quien ya tenía 49 años cuando Miguel Ángel nació, y María Arcelia Morales, entonces de 34.
La pareja Treviño Morales procreó una extensa familia: Juan Francisco alias Kiko Ozuna (1955), Arcelia, Chelo (1957), Irma (1959), Alicia (1961), Rodolfo (1963), María Guadalupe (1964), José (1966), Ana Isabel (1968), Jesús (1970), Miguel Ángel (1973), Oscar Omar, Alejandro o el 42 (1976), Cristina (1978) y Adolfo (1980).
De acuerdo con información de agencias gubernamentales de inteligencia, tanto mexicanas como estadunidenses, hasta 2007 María Arcelia Morales estaba viva; ahora tendría 74 años. Residía en Nuevo Laredo, contaba con pasaporte para visitar de forma legal a algunos de sus hijos y nietos que viven en Estados Unidos y tenía a su nombre una camioneta Lincoln Navigator.
La historia de los Treviño en el crimen inició hace 19 años, con Juan Francisco, alias Kiko Ozuna, el primogénito de la pareja Treviño Morales.
El 29 de diciembre de 1993, en una revisión al azar realizada por el servicio de aduanas de Estados Unidos, el vehículo de Juan Francisco fue detenido y él negó en dos ocasiones que llevara más de 10 mil dólares en efectivo. Al buscar en el auto se encontraron 47 mil 984 dólares, que le fueron confiscados.
Ese año la DEA y la Patrulla Fronteriza habían emprendido una investigación sobre tráfico de toneladas de mariguana de Nuevo Laredo a Texas, pero sólo tenían algunas piezas del rompecabezas. De acuerdo con el expediente criminal 3:95-CR-189-R, radicado en la corte de distrito norte de Texas y del cual se tiene copia, en octubre de 1994 el gobierno de Estados Unidos acusó formalmente a Juan Francisco Treviño, a otro Treviño de nombre Armando –se desconoce si es su familiar–, a Abraham Padilla (Benny), Abel López, Fernando Quiroz (Vanna), Hipólito Ortiz (Polo), Oscar de León (Pelón), y Edel Isaac, de asociación delictuosa por poseer más de mil kilogramos de mariguana con intención de distribuirla. En ese momento, Miguel Ángel Treviño Morales tenía sólo 21 años.
El 18 de octubre de 1994 Juan Francisco Treviño, Armando Treviño y Pedro Sánchez comparecieron ante un funcionario judicial y, con base en la ley vigente, pidieron un juicio rápido que debió llevarse a cabo en los setenta días posteriores a que voluntariamente se presentaron ante la justicia.
El 26 de mayo de 1995 Juan Francisco presentó una moción para que se desecharan los cargos en su contra por no habérsele enjuiciado de manera expedita. El 15 de junio de 1995 un tribunal de primera instancia celebró una audiencia y desestimó los cargos que se le fincaron en octubre de 1994.
Kiko Ozuna pensó que saldría inmediatamente de prisión. No contaba con que días antes, el 7 de junio, la fiscalía había iniciado una nueva acusación contra él por otra conspiración para distribuir más de una tonelada de mariguana en territorio estadunidense. Mientras esperaba el juicio expedito, la DEA obtuvo pruebas suficientes para incriminarlo. Como en la mayoría de los casos, la agencia lo consiguió a través de cómplices que se acogieron al programa de informantes y testigos protegidos. Esas declaraciones hundieron por completo a Juan Francisco.
Everardo Ramírez, presentado por la fiscalía como testigo del gobierno, declaró en la corte que un sujeto de apellidos Tovar Ozuna le presentó a Juan Francisco Treviño, quien le ofreció empleo. El trabajo consistía en transportar mariguana de Nuevo Laredo a Dallas. El primer deber de Ramírez era almacenar la hierba en su casa durante varios días y luego llevarla a la casa de Pablo de Luna.
“Al siguiente mes, a petición de Tovar Ozuna, Ramírez estuvo de acuerdo en almacenar y entregar mariguana que iba a ser transportada a Dallas. El trabajo de Tovar para Juan Treviño era cruzar la mariguana por el río (Bravo) a Ramírez. A su vez, Ramírez la llevaba a casa de Pablo de Luna, donde era almacenada y luego transportada a través de una empresa de la frontera”, señala el expediente judicial.
Ramírez declaró que había participado en el tráfico de mariguana de Nuevo Laredo a Dallas cerca de tres veces al mes durante año y medio. Añadió que la mayor carga de droga que almacenó fue de 600 libras (272 kilogramos) y que en territorio estadunidense transportaban la droga en camionetas Suburban que utilizaban los caminos privados de un rancho de gran extensión para eludir los controles policiales. Frank Staggs, el dueño del rancho, declaró que el cuidador de su propiedad era Armando Treviño.
Everardo Ramírez también declaró que iba a encontrarse en un hotel de Dallas con José Treviño Morales, hermano de Juan Francisco, quien se encargaría de pagarle por sus servicios. El gobierno de Estados Unidos se tardó años en detectar y frenar las actividades delictivas de José, quien 17 años después resultó ser la cabeza de la red de lavado de dinero de Los Zetas en ese país a través del negocio de los caballos de carreras cuarto de milla.
Otro delator clave fue Joe Chávez, quien trabajaba para Kiko Ozuna. En diciembre de 1993 se acercó al agente especial de la DEA Armando Ramírez para ofrecerse como informante. “Él tenía la sensación de que esta cosa (la red delictiva) iba a derrumbarse”, se señala en el expediente judicial. El 24 de enero de 1994 Joe dio el pitazo al agente especial de la DEA sobre un cargamento de mariguana que se iba a entregar en Dallas el 26 de enero. El agente Ramírez, encubierto, ayudó a Joe Chávez a cargar más de 463 kilos de mariguana en una Suburban anexa a una casa móvil, en Laredo.
Cuando el cargamento llegó a Dallas ya los esperaban unos agentes, que arrestaron a Riky Treviño y Abel López. “Chávez declaró que la mariguana confiscada estaba destinada o pertenecía a Juan Francisco Treviño Morales”, se afirma en los documentos de la corte. Eso fue suficiente para que el mayor de los hermanos Treviño perdiera toda ilusión de salir de la cárcel.
El 1 de diciembre de 1995 Kiko Ozuna fue condenado a 22 años de prisión, que se cumplen en 2017, cuando él tenga 62 años. Fue recluido en un centro penitenciario cercano a Laredo y, de acuerdo con la sentencia, al salir tendrá una libertad supervisada durante cinco años “en condiciones normales y con cuatro condiciones adicionales”.
Juan Francisco Treviño Morales sigue en prisión. Su hermano menor, Miguel Ángel, siguió sus pasos y lo superó, hasta convertirse en el líder de una de las organizaciones criminales más poderosas del continente: Los Zetas, a la que el año pasado el gobierno de Barak Obama calificó de “amenaza global” comparable con la Camorra de Italia, los Yakuza en Japón y el Círculo de los Hermanos en Rusia.
(Fragmento del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1878, ya en circulación)
A ver si encuentran el articulo completo.
Última edición por Lanceros de Toluca el Mayo 29th 2014, 21:44, editado 1 vez
Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
Con la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, El Z 40 se convirtió en el único líder de Los Zetas
15/07/2013 19:08 Redacción
Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de julio.- Miguel Ángel Treviño Morales, conocido como “El Z 40” es considerado por la Procuraduría General de la República (PGR) como uno de los líderes de Los Zetas, ex-grupo armado del cártel del Golfo.
El Z-40, también apodado El Judas, inició su carrera delictiva junto a Los Tejas, banda dedicada al robo y narcomenudeo en Estados Unidos, para posteriormente unirse al cártel del Golfo en 1999 y convertirse en uno de los hombres de confianza de Osiel Cárdenas Guillén en Tamaulipas.
Fue así como se formó el grupo de Los Zetas, brazo armado del cártel, bajo el mando de Arturo Guzmán Decena, alias El Z-1 a quien se unió Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, también conocido como El Z-3 y El Verdugo.
En 2002, Guzmán Decena fue abatido durante un enfrentamiento en Matamoros, quedando Lazcano Lazcano como líder del grupo criminal, expandiendo su poder junto a El-Z40 en la zona norte del país.
Treviño Morales rápidamente alcanzó fama dentro del narcotráfico al ser nombrado jefe de plaza para el cártel del Golfo en Nuevo Laredo, caracterizado como un hombre sanguinario por desmembrar con vida a sus enemigos o prenderles fuego con aceite.
Buscado por Estados Unidos, por los delitos de homicidio, tráfico y distribución de droga en el país vecino, Treviño Morales junto a Lazcano Lazcano rompieron alianza con el cártel del Golfo para establecerse como un grupo delictivo independiente tras la captura de Osiel Cárdenas Guillén en 2003 y así pactar con los hermanos Beltrán Leyva con el fin de aminorar el poder de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo.
Ésta es la ficha que emitió el Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre El Z 40
asj
Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/07/15/908984#.UeSewzFDrCo.facebook
belze- Staff
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Fecha de inscripción : 10/09/2012
Así es el “Zeta 40″ (semblanza)
Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, es considerado por las autoridades de México y Estados Unidos como el hombre más peligroso y sanguinario que ha tenido tanto el cártel del Golfo como organización de los Zetas. Él fue quien llevó a los sicarios a descuartizar cuerpos y a utilizar el llamado “guiso de los enemigos”.
Su historia, a diferencia del resto de Los Zetas es distinta. Este hombre escaló todas las estructuras y puestos del narco para llegar a ser el líder de la organización De hecho empezó lavando carros y como mensajero de Osiel Cárdenas Guillen, quien fuera líder del Cártel del Golfo.
Su primer ejemplo en el mundo de las drogas fue su hermano mayor Juan Francisco Treviño, alias Kiko Ozuna, quien traficaba droga hacia Estados Unidos y empezaba a crecer en el negocio hasta que las autoridades de ese país lo detuvieron y sentenciaron a 22 años de prisión, hecho que ocurrió justo cuando Miguel Ángel tenía 19 años.
El Z-40 nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas en 1973, cuenta con 13 hermanos y de acuerdo a información de la Agencia Antidrogas Estadounidense, la DEA, sólo su mamá está viva y cuenta con 74 años de edad.
Sus padres y sus hermanos vivieron por varios años en Dallas, Texas. Fue ahí que logró contactarse con la pandilla de Los Tejas, banda dedicada al robo de autos, venta de drogas y enlace con el cártel del Golfo.
De sus hermanos se sabe que al menos Omar Treviño compartía el liderazgo y la operación de algunos estados y rutas, y ahora es justo él quien se perfila como el siguiente líder de la organización.
Miguel Ángel Treviño no tuvo una carrera militar en el Ejército, a él lo reclutó Osiel Cárdenas Guillen cuando era uno de sus principales mensajeros. Su principal virtud ahí fue hablar inglés, situación que ayudó a Osiel a sus negocios en los Estados Unidos.
Como mensajero obtuvo toda la confianza de la familia de Osiel al tiempo que creció en el liderazgo de los Tejas, pandilla dedicada a dominar el territorio de Nuevo Laredo y lugar en el que el Z-40 comenzó a cobrar derecho de piso al resto de organizaciones delictivas que trataban de operar en la entidad.
Tras ver su crecimiento, Osiel Cárdenas lo puso al servicio de su hermano Ezequiel Cárdenas, alias ‘Tony Tormenta’, cuando fue nombrado como uno de los principales sicarios de la organización.
Con la creación deLos Zetas, Osiel decide designar a Miguel Ángel Treviño como mano derecha de Heriberto Lazcano Lazcano, alias El Lazca, y así se convirtió en el principal testigo de cómo se conformó la organización.
Treviño Morales es considerado entre sus compañeros, y por las propias autoridades, como uno de los zetas más violentos, pues él fue uno de los que inició a la organización en la práctica de “guisar al enemigo”, que consiste en torturar a sus adversarios en un contenedor con aceite.
Dos historias destacan en el ascenso del Z-40 a su liderazgo dentro de Los Zetas. La primera de ellas ocurre cuando Osiel Cárdenas deja de ser líder de la organización. Entonces, Treviño Morales se asocia con los Beltrán Leyva. Esa es la época en la que se vuelve el lugarteniente de la organización e inicia la ola de asesinatos violentos en todo el país.
La segunda historia es que los métodos violentos de Treviño Morales provocaron que Los Caballeros Templarios convocaran a pandillas y miembros de otros cárteles para asesinarlo.
Fue justo a principios del año pasado cuando Miguel Ángel Treviño decidió ya no continuar con la alianza con El Lazca y dividir la organización. De acuerdo a las pesquisas que tienen las autoridades federales, la ruptura entre El Lazca y el llamado Z-40 ocasionó la captura de varios de los aliados de Heriberto Lazcano en 2012.
La PGR ofrecía por Miguel Ángel Treviño 30 millones de pesos, mientras que la DEA ofreció 5 millones de dólares por información que llevara a su captura.
Se sabe que la organización que comandaba hasta ayer Miguel Ángel Treviño tiene presencia en al menos 14 estados y que muchos de los reclutados son jóvenes de distintas partes del país y otra parte pertenecen a un grupo de centroamericanos detectados por la propia organización.
Destaca que tras la muerte de El Lazca la parte violenta y dura de la organización de Los Zetas decidió quedarse con el Z-40, lo anterior de acuerdo a reportes de la DEA y a testimonios que obtuvo el Ministerio Público de la Federación de los últimos zetas capturados.
La captura
Fue la madrugada del lunes 15 de junio cuando elementos de la Armada de México detuvieron a Miguel Ángel Treviño Morales, quien cuenta con siete órdenes de aprehensión de diversos jueces federales y está involucrado cuando menos con 12 averiguaciones previas.
De acuerdo a Eduardo Sánchez, vocero del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, el Z- 40 es investigado por ordenar el secuestro y el posterior homicidio de 265 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.
Sobre la detención se dijo que Treviño Morales se desplazaba en caminos de terracería y en caminos de tercer orden entre Coahuila y Tamaulipas y justo en uno de sus traslados fue que un helicóptero de la Armada de México interceptó a la pick-up en que viajaba sin que se produjera ningún disparo de arma de fuego.
Junto con el Z-40 viajaban otras dos personas a las que se les encontró 2 millones de dólares que traían consigo, así como ocho armas largas y alrededor de 500 cartuchos útiles de diversos calibres.
FUENTE:
http://www.animalpolitico.com/2013/07/asi-es-el-zeta-40-semblanza/#axzz2ZH0MoCBX
Su historia, a diferencia del resto de Los Zetas es distinta. Este hombre escaló todas las estructuras y puestos del narco para llegar a ser el líder de la organización De hecho empezó lavando carros y como mensajero de Osiel Cárdenas Guillen, quien fuera líder del Cártel del Golfo.
Su primer ejemplo en el mundo de las drogas fue su hermano mayor Juan Francisco Treviño, alias Kiko Ozuna, quien traficaba droga hacia Estados Unidos y empezaba a crecer en el negocio hasta que las autoridades de ese país lo detuvieron y sentenciaron a 22 años de prisión, hecho que ocurrió justo cuando Miguel Ángel tenía 19 años.
El Z-40 nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas en 1973, cuenta con 13 hermanos y de acuerdo a información de la Agencia Antidrogas Estadounidense, la DEA, sólo su mamá está viva y cuenta con 74 años de edad.
Sus padres y sus hermanos vivieron por varios años en Dallas, Texas. Fue ahí que logró contactarse con la pandilla de Los Tejas, banda dedicada al robo de autos, venta de drogas y enlace con el cártel del Golfo.
De sus hermanos se sabe que al menos Omar Treviño compartía el liderazgo y la operación de algunos estados y rutas, y ahora es justo él quien se perfila como el siguiente líder de la organización.
Miguel Ángel Treviño no tuvo una carrera militar en el Ejército, a él lo reclutó Osiel Cárdenas Guillen cuando era uno de sus principales mensajeros. Su principal virtud ahí fue hablar inglés, situación que ayudó a Osiel a sus negocios en los Estados Unidos.
Como mensajero obtuvo toda la confianza de la familia de Osiel al tiempo que creció en el liderazgo de los Tejas, pandilla dedicada a dominar el territorio de Nuevo Laredo y lugar en el que el Z-40 comenzó a cobrar derecho de piso al resto de organizaciones delictivas que trataban de operar en la entidad.
Tras ver su crecimiento, Osiel Cárdenas lo puso al servicio de su hermano Ezequiel Cárdenas, alias ‘Tony Tormenta’, cuando fue nombrado como uno de los principales sicarios de la organización.
Con la creación deLos Zetas, Osiel decide designar a Miguel Ángel Treviño como mano derecha de Heriberto Lazcano Lazcano, alias El Lazca, y así se convirtió en el principal testigo de cómo se conformó la organización.
Treviño Morales es considerado entre sus compañeros, y por las propias autoridades, como uno de los zetas más violentos, pues él fue uno de los que inició a la organización en la práctica de “guisar al enemigo”, que consiste en torturar a sus adversarios en un contenedor con aceite.
Dos historias destacan en el ascenso del Z-40 a su liderazgo dentro de Los Zetas. La primera de ellas ocurre cuando Osiel Cárdenas deja de ser líder de la organización. Entonces, Treviño Morales se asocia con los Beltrán Leyva. Esa es la época en la que se vuelve el lugarteniente de la organización e inicia la ola de asesinatos violentos en todo el país.
La segunda historia es que los métodos violentos de Treviño Morales provocaron que Los Caballeros Templarios convocaran a pandillas y miembros de otros cárteles para asesinarlo.
Fue justo a principios del año pasado cuando Miguel Ángel Treviño decidió ya no continuar con la alianza con El Lazca y dividir la organización. De acuerdo a las pesquisas que tienen las autoridades federales, la ruptura entre El Lazca y el llamado Z-40 ocasionó la captura de varios de los aliados de Heriberto Lazcano en 2012.
La PGR ofrecía por Miguel Ángel Treviño 30 millones de pesos, mientras que la DEA ofreció 5 millones de dólares por información que llevara a su captura.
Se sabe que la organización que comandaba hasta ayer Miguel Ángel Treviño tiene presencia en al menos 14 estados y que muchos de los reclutados son jóvenes de distintas partes del país y otra parte pertenecen a un grupo de centroamericanos detectados por la propia organización.
Destaca que tras la muerte de El Lazca la parte violenta y dura de la organización de Los Zetas decidió quedarse con el Z-40, lo anterior de acuerdo a reportes de la DEA y a testimonios que obtuvo el Ministerio Público de la Federación de los últimos zetas capturados.
La captura
Fue la madrugada del lunes 15 de junio cuando elementos de la Armada de México detuvieron a Miguel Ángel Treviño Morales, quien cuenta con siete órdenes de aprehensión de diversos jueces federales y está involucrado cuando menos con 12 averiguaciones previas.
De acuerdo a Eduardo Sánchez, vocero del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, el Z- 40 es investigado por ordenar el secuestro y el posterior homicidio de 265 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.
Sobre la detención se dijo que Treviño Morales se desplazaba en caminos de terracería y en caminos de tercer orden entre Coahuila y Tamaulipas y justo en uno de sus traslados fue que un helicóptero de la Armada de México interceptó a la pick-up en que viajaba sin que se produjera ningún disparo de arma de fuego.
Junto con el Z-40 viajaban otras dos personas a las que se les encontró 2 millones de dólares que traían consigo, así como ocho armas largas y alrededor de 500 cartuchos útiles de diversos calibres.
FUENTE:
http://www.animalpolitico.com/2013/07/asi-es-el-zeta-40-semblanza/#axzz2ZH0MoCBX
Invitado- Invitado
YO MATÉ CON EL Z-40: LA HISTORIA DE “KAREN”
Este articulo, neta que si lo tienen que leer. Se darán una idea de como operan los zetas si es que no lo tienen tan claro.
Fuente: http://www.sinembargo.mx/17-07-2013/689011
YO MATÉ CON EL Z-40: LA HISTORIA DE “KAREN”
Por: Humberto Padgett - julio 17 de 2013 - 0:00
Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto
Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).– El Neto juró de todas las maneras posibles que él no era, que él nada había dicho a nadie de cómo era el ir y venir de coca, heroína y muertos por Nuevo Laredo.
Que él nada tenía que ver con “la contra”, como Los Zetas se refieren a sus enemigos, más concretamente a todo quien tenga algo que ver con El Chapo Guzmán.
Miguel Ángel Treviño había golpeado al Neto durante toda la noche. Horas antes, Heriberto Lazcano, entonces líder de los militares desertores hacia el narco, le ordenó reunir a todos los halcones de la plaza, los ojos y oídos de Nuevo Laredo.
–Un cabrón está hablando. Le dicen El Neto, búscatelo –pidió a Treviño Morales El 40, afamado desde entonces, 2005, por su implacable capacidad para encontrar y levantar enemigos. Desde antes era temido y reverenciado por su crueldad.
Miguel Ángel Treviño era un L viejo o un cobra viejo, como en la nomenclatura zeta se llama a los miembros leales y antiguos del cártel, pero de origen impuro por no provenir del Ejército Mexicano.
Esta regla de oro en La Compañía sería una ley que El 40 desafiaría hasta convertirse en rey cruel.
El Neto juraba que él no lo había hecho, pero también ya estaba en un momento de la tortura en que podía decir cualquier cosa. Treviño y su estaca, una escuadra de hombres de distintos rangos diseñada a manera de una unidad militar, ya estaban cansados.
El silencio barría el paraje escogido a las afueras de Nuevo Laredo, cerca de un árbol.
Treviño Morales caminó hacia la camioneta blindada de su estaca y volvió con un enorme marro.
–¿A quién, hijo de tu p****e madre? –preguntó sobre el halcón, postrado en el piso.
El Neto balbuceó cualquier cosa, nada de utilidad para su vida.
El 40 se aferró al marro con ambas manos, tomó impulso y golpeó sobre la pierna derecha del vigía.
El hueso salió más rápido que el grito.
–Amárrenlo al árbol. Que se muera de dolor –pidió Treviño Morales, el hombre que gobernaría a Los Zetas y que fue capturado la madrugada del lunes pasado.
***
En la mitad de la década pasada, Los Zetas habían resuelto su independencia del Cártel del Golfo.
Osiel Cárdenas Guillén, el hombre que compró su deserción, estaba preso desde 2003 y fue entregado en extradición a Estados Unidos en 2005. El Mata Amigos, como se le llamaba, no volvería a México. Al menos no vivo.
El bastón de mando fue reclamado por su hermano Tony Tormenta, pero Los Zetas, militares de élite entrenados por Estados Unidos, declararon su independencia. Despreciaban a Tony Tormenta desde el día que intentó hacer negocios a espaldas de su hermano Osiel.
La emancipación zeta precipitó la guerra aún vigente en Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, principalmente, con el Cártel del Golfo, organización que debió aliarse con su enemigo histórico, el Cártel de Sinaloa, para resistir el embate de su antiguo cuerpo de sicarios.
¿Cómo era Nuevo Laredo, la ciudad de sangre, dólares y coca tomada y refundada alrededor suyo por Los Zetas hasta erigirla como su capital?
El santo y seña de la vida y muerte de esa ciudad fronteriza lo dio un hombre que desertó del ejército para convertirse en policía, de la policía para hacerse zeta y de Los Zetas para volverse informante a resguardo de las autoridades.
Este hombre, Karen, ofreció tres amplias declaraciones el 27 de septiembre de 2005 y el 15 de abril y 5 de julio de 2007. Los testimonios quedaron vertidos en la causa penal 97/2007 instruida por el Juzgado Octavo de Distrito en Reynosa, Tamaulipas.
SinEmbargo posee copia del documento completo.
El de Karen no es un relato cualquiera. Es el de uno de los hombres que levantó, torturó y asesinó al lado de Miguel Ángel Treviño, cuya vida debió cuidar como la máxima de sus prioridades.
Su narración posee otra condición: la vida implantada por el narco y por él descrita permanece vigente en Nuevo Laredo, la Capital Zeta.
***
Karen –esa afición de la Procuraduría General de la República por nombrar a sus testigos protegidos con pseudónimos de mujer– causó alta de julio o agosto de 1994 en el Ejército Mexicano como soldado raso de infantería.
Fue asignado al 65 Batallón de Infantería con sede en el Campo Militar Número Uno, en la Ciudad de México. Siempre quiso ser militar. Le venía en la sangre, aseguraba cuando alguien le preguntaba por qué vivir con la vida comprometida. Un tío suyo fue fusilero paracaidista y varios de sus primos estaban repartidos en todas las armas.
Pronto vio que Ejército no le resolvería la vida y desertó. Volvió a Veracruz, su casa, en agosto de 1995, y se enroló como policía municipal. Trabajó como uniformado hasta 2002, cuando se metió en algún problema con la ley y, con su mujer y sus dos hijos, tomó camino hacia Nuevo Laredo donde vivía un cuñado suyo.
Sin saberlo todavía, la vida de Karen quedaría amarrada para siempre a la de Miguel Ángel Treviño, El 40.
Karen se empleó en una fábrica de alambre hasta que se topó con la convocatoria de ingreso a la Policía Municipal de Nuevo Laredo. Como si el pasado no existiera, el desertor y prófugo pasó sin mayor problema el trámite de los exámenes y, para agosto de 2003, nuevamente portaba charola y arma de cargo.
Su jefe de grupo, Crescencio Astorga Castañeda, fue al grano.
–¿Quieres ganar un dinero más, para salir de perra flaca?
–¿Qué necesito hacer?– se interesó Karen.
–Revisiones de carros y personas que nos indiquen Los Zetas.
Karen aceptó un sueldo extraordinario de 300 dólares quincenales pagados por Pedro Chávez, comandante del Grupo Operativo Policiaco que recibía el dinero del Talibán. “Estaba involucrado el 90 por ciento de los policía municipales de Nuevo Laredo”, diría Karen.
El trabajo consistía en identificar cargamentos de droga que no fueran propiedad de Los Zetas, alertar a sus sicarios de la presencia de extraños en el pueblo, vigilar las casas de seguridad de sus jefes narcotraficantes. Apoyar a los halcones, el otro cuerpo de vigilantes vestidos de civil apostados en las entradas y salidas de Nuevo Laredo, los alrededores del cuartel militar, el Puente Internacional y el Aeropuerto. Advertir de los operativos militares, de la PGR o de cualquier otra autoridad.
Detener sospechosos y entregarlos ante la verdadera autoridad en esa ciudad tamaulipeca, Los Zetas. Rara vez los veían nuevamente.
En otras ocasiones, relató Karen, él y sus compañeros uniformados de azul rescataron Zetas heridos en accidentes o caídos en tiroteos en los que se alineaban en la misma línea de fuego desde la que combatían sus patrones.
***
En febrero de 2004, Karen tomó vacaciones y volvió a su pueblo en Veracruz. Nuevamente tuvo problemas legales y volvió a Nuevo Laredo hasta junio de ese año. Había causado baja de la policía municipal y buscó a un amigo suyo, policía en funciones, quien le consiguió nuevamente empleo en la ciudad, ahora francamente en el lado de Los Zetas.
Quedó a las órdenes de Daniel o El 52, hermano del Talibán, uno de los principales comandantes de la ciudad fronteriza. Karen quedó comisionado en las tiendas de cocaína y heroína de Nuevo Laredo. Estos negocios tienen el nombre clave y genérico de “punto” y a cada uno se le asigna una denominación específica, casi siempre un color: punto rojo, punto negro, punto puma, por ejemplo.
Los Zetas dividían o dividen la jornada laboral en dos horarios: el diurno, de ocho de la mañana a la medianoche, y el nocturno, de las 12 de la noche a las ocho de la mañana. Karen surtía de droga y recolectaba el dinero de las tiendas durante las noches.
¿Es el narcotráfico y su andar en el filo de la navaja un negocio exclusivo de hombres tan acaudalados que por fuerza de su riqueza deben ser excéntricos? Karen, ex soldado, ex herrero y ex policía obtenía una paga semanal de entre mil 500 y 2 mil pesos mensuales.
Además auxiliaba en la confección y empaque de pases, manufactura hecha en la oficina de un hombre identificado en el expediente como El Meño o El Tira, ubicada a un lado del Palacio Municipal.
En este lugar pesaban, cortaban y empacaban la droga para el consumo local. En el sitio trabajaban de manera permanente dos “cortadores”, responsables de cortar pedazos de papel aluminio y cuatro sujetos con el cargo de “maquiladores” o “pesadores”.
La cocaína se liaba en dosis de 0.3 gramos y la heroína en suministros de 0.1 gramos. Los paquetes recibían el nombre de “pizzas”.
La maquila estaba completa con un “checador”, encargado de verificar el correcto pesaje de los bultitos y de que los empleados no robaran nada.
En el establecimiento del Meño o El Tira se procesaban entre dos y tres kilos de coca y entre uno y dos kilos de heroína por día, droga que La Compañía, como también se llaman Los Zetas a sí mismos, entregaba diariamente al responsable de la fábrica.
Cada ciudad con presencia zeta cuenta con un informante, quien suele tener un historial judicial limpio y relaciones públicas; un contador, a quien corresponde la operación administrativa de la plaza, incluida la paga de empleados y autoridades corrompidas, y un jefe de sicarios.
Karen platicó al Meño su pasado como policía y, más importante, como soldado. Los Zetas guardan particular aprecio por los militares desertores, como lo son ellos. De ahí una parte del conflicto surgido al interior del cartel tras la muerte de Heriberto Lazcano. El Lazca o Z-3 perteneció al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, no así Miguel Ángel Treviño, quien al final logró imponerse como el sucesor al mando de Los Zetas.
El Meño pidió a Karen ir de parte suya a la gasolinera identificada por Los Zetas como “Caballero” por estar al lado de la calle de ese nombre, cerca del puente de la entrada a Nuevo Laredo y de la agencia cervecera Corona, a la que narcos-militares llaman “La Coronela”.
Cuando Karen llegó al sitio ya había varios vehículos y hombres en actitud de espera y vigilancia. Explicó que buscaba al 50 y dijo quien lo enviaba. Un tipo con actitud de autoridad le preguntó sobre su formación militar y policíaca. Le detallaron que La Compañía mantenía su formación y disciplina miliar, que los castigos eran duros, pero la paga era buena. Su sueldo en adelante sería de 200 dólares semanales. Si su rendimiento era el esperado, la paga subiría a 500 dólares por semana.
“Lo más importante es la lealtad porque y traición se paga hasta con la muerte de la familia”, le advirtieron.
Karen aceptó las condiciones. El sujeto que lo entrevistó caminó hacia una camioneta Jeep Grand Cherokee dorada y habló con un tipo sentado atrás del auto. El vehículo arrancó y se acercó al futuro testigo colaborador. Se abrió la portezuela y un hombre robusto, güero y en el primer tramo de sus 30 repitió las instrucciones, amenazas y promesas. Era El Talibán, Cobra o L-50, uno de los dueños de Nuevo Laredo en ese tiempo.
***
los-detenidosLos Zetas trabajan con la seguridad de que sus teléfonos están intervenidos. Con la idea de enredar las escuchas se referían entre ellos como “licenciados”, “ingenieros” y “maestros”. Karen recibió la orden de “un licenciado” de presentarse en la calle Héroes de Chapultepec.
Ya lo esperaba Daniel, El 52 o El Talibancillo, hermano del jefe de la plaza. Le ordenó subir a su estaca que, a semejanza de una escuadra del ejército, se compone de un vehículo tripulado por cuatro o cinco elementos, distribuidos jerárquicamente.
El “comandante” suele ser un zeta viejo o un cobra viejo. Esta diferencia estriba en el origen militar, para el primero, y civil, para el segundo. Ocupa el sitio del conductor. El lugar del copiloto corresponde a un zeta nuevo o un cobra nuevo o un kaibil, soldado desertor de las fuerzas especiales guatemaltecas. El asiento de atrás corresponde a dos o tres miembros de menor jerarquía.
Karen subió a una camioneta Suburban café y roja con placas de Texas y blindaje siete, el máximo para vehículos civiles en ese tiempo.
Condujeron al punto del Talibancillo, como en el código zeta se llama a la casa de seguridad de cada comandante, una vivienda alquilada de la que es posible huir sin mayor rastro. En ese tiempo, este comandante tenía su cuartel en el fraccionamiento Vías de San Miguel, rumbo de la carretera Anáhuac. El sitio, como los demás “puntos”, era centro de acopio de drogas, dinero y armas.
En el interior de la casa, El 52 entró en una de las recámaras y volvió con dos uniformes nuevos de color negro compuestos por botas tipo Swat, pantalón de campaña, camisola, sombrero de lona y chaleco táctico. Karen recibió además un fusil R-15 con cuatro cargadores abastecidos. Salieron en camionetas hacia un chorro, como Los Zetas llaman a los ranchos en alusión a que la mayoría cuenta con un arroyo de agua. Arribaron a un sitio conocido como El Bayo, en la salida de Nuevo Laredo a Piedras Negras.
Había 30 o 40 personas y siete u ocho camionetas. Entre ellos estaba Miguel Treviño con su estaca. La reunión fue presidida por El Pita y El Mateo. La reunión tuvo como único propósito la presentación de cuatro nuevos L, entre ellos Karen a quien en ese momento apodaron El Gori.
Sin mayor ceremonia, los narcotraficantes volvieron al trabajo.
El tiempo era ocupado en buena medida en recorrer la ciudad. Merodearla, buscar gente o casas de la contra. Las casas eran reventadas, allanadas previa autorización de Heriberto Lazcano. El hallazgo de drogas o armas ameritaba la captura de los ocupantes y su presentación en uno de los dos puntos de tenientes, sitios de detención, tortura y ejecución.
***
Karen o El Gori realizó estos recorridos entre principios de septiembre de 2004 y mayo de 2005. Durante ese tiempo perteneció, sucesivamente, a todas las estacas de Nuevo Laredo. Tras dejar el grupo del 52, quedó a las órdenes de otro comandante apodado Lucky, luego de Mateo –especialista en explosivos y zeta fundador– y, finalmente, de Miguel Ángel Treviño, “durante este tiempo eran los únicos dueños de Nuevo Laredo”.
La rotación en las estacas es una práctica zeta. Guarda el propósito de mostrar a los reclutas las diferentes formas de trabajar y la lección fundamental de mantener lealtad ante la organización en su conjunto y no hacia algún comandante en específico.
A fines de octubre de 2004, Los Zetas de Nuevo Laredo levantaron a un hombre joven, de unos 18 años de edad. Bebía cerveza en el Señor Frog’s y tenía en el estacionamiento una pick up con 40 kilos de cocaína que llevaba desde Navolato, Sinaloa. Lo llevaron a un “punto” cercano a la plaza de toros donde lo interrogaron. El muchacho admitió trabajar para Joaquín El Chapo Guzmán. Heriberto Lazcano ordenó ejecutarlo en un chorro. Pidió que lo asesinaran con discreción, que usaran una pistola calibre .22.
Llevaron al joven al borde de una excavación para la basura. El Lucky lo arrodilló y disparó una sola vez en la nuca. El Gori y otro nuevo integrante de la banda levantaron el cadáver y lo acercaron a un barril metálico de 200 litros con agujeros cerca de la base. El trabajo, en adelante, sería de dos cocineros o guisadores.
–¡Que lo hagan ellos! –ordenó el comandante Mateo y señaló con el gesto al Gori y otros tres hombres.
Como detalle biográfico de Mateo se debe decir que fue el militar designado por el Ejército para vigilar que los miembros de las fuerzas especiales, desplegados a fines de los noventa en la frontera para detener el avance del narcotráfico no se entregaran a este. No sólo ellos lo hicieron, sino que lo hicieron junto con Mateo, un hombre rudo y pendenciero.
“Bañamos el cuerpo con diesel y le prendimos fuego, indicándonos los ‘cocineros’ que, cada minuto, aproximadamente, le echáramos más combustible para mantener la flama. Mientras, picábamos el cuerpo con una pala de mango largo para deshacerlo y quemarlo más rápido. El tiempo que tarda un cuerpo en reducirse a cenizas es de cuatro horas, pero si se pica frecuentemente, puede durar sólo dos horas y media. El cuerpo se consumió totalmente y quedó una cantidad muy pequeña de cenizas que, junto con los toneles, fueron enterrados por los cocineros”, describió El Gori, en ese momento bajo las órdenes directas del Lucky.
Siguió la asignación en el comando de Mateo, ocupado en reventar casas, beber alcohol, fumar marihuana y alquilar prostitutas, en ese orden de importancia.
“Enseguida trabajé para la ‘estaca’ de Miguel Treviño El 40, quien se dedica casi exclusivamente los levantones. Es muy sanguinario, muy proclive a matar gente, la cual era ‘cocinada’ por los mismos ‘cocineros’ en una bodega vacía, ubicada entre los kilómetros 10 y 14 de Nuevo Laredo a Reynosa. Ahí sólo debe haber tambos y diesel”.
***
En ocasiones, Los Zetas de Nuevo Laredo tomaban un descanso obligado de ocho o 10 días. De vez en cuando, “la leyenda” o “la ley”, casi siempre la PGR y el Ejército aparecían, derribaban puertas, interrogaban a quien supusieran era un rufián y dejaban la ciudad patas para arriba.
Sicarios y contrabandistas abandonaban los puntos sin armas y, de dos en dos, salían de la ciudad en autobús, táctica que el propio Lazcano utilizaba con frecuencia. O viajaban con la familia completa. Se dirigían al municipio de Valle Hermoso, Tamaulipas, plaza escondite del Lazca. Entonces la cofradía de matones se repartía en las casas rentadas por La Compañía.
Hacia marzo o abril de 2005, la estaca de Miguel Ángel Treviño recibió noticias de algunos hombres con armas y cocaína, pero sin permiso de Los Zetas. Eran los restos de una banda llamada Los Texas. Treviño poseía todos los contactos en la ciudad. El 40 conocía perfectamente Nuevo Laredo. Nació ahí en 1970. Guiados por policías bajo su sueldo, los hombres del 40 fueron recibidos a balazos. Los ex militares se distribuyeron entre los autos y respondieron el fuego. Hirieron a uno de Los Texas y detuvieron a otro antes de que entrara a la casa. Lograron el asalto del sitio, pero no encontraron nada. Debieron volver con un hombre temblando de miedo y otro con los intestinos de fuera.
Cuando los subieron a la camioneta escucharon a Omar Treviño, Z-42, a través del radio, gritar por ayuda. Estaba en medio de una refriega con agentes de la Policía Estatal.
–¡Voy atrás de ti! –escucharon a Mateo.
–¡Nomás son tres P^%!@#$ patrullas! ¡Jálense para acá! –instruía El 42.
En el camino, el grupo Miguel Ángel Treviño se encontró con la estaca del Pollo, también en dirección al enfrentamiento.
La Cherokee de Omar Treviño, hermano de Miguel Ángel, estaba con las llantas reventadas y el frente impactado contra un poste. Mateo, con su vehículo utilizado como barricada, y detrás de Omar, apoyaba en la desventaja. Cuando llegaron los dos grupos de refuerzo, los policías estatales cesaron el combate y se mantuvieron bocabajo.
Los Zetas avanzaron hacia El Flaco, un hombre de la estaca del 42, con dos tiros en la espalda y huyeron.
Por el radio, los halcones no paraban de repetir que tenían al Ejército a nada de sus talones. Llevaron al Flaco al Centro de Especialidades de Nuevo Laredo y lo abandonaron en la entrada de la sala de urgencias. Continuaron a la salida a Reynosa y se internaron en el monte. Esperaron órdenes de Lazcano.
–¡Equípense, reagrúpense y rescaten al Flaco aunque se tengan que partir la madre con el Ejército! –exigió el jefe zeta.
A punto de partir hacia la clínica, Lazcano reapareció por el radio.
–Déjenlo por la paz. No tiene caso arriesgar más vidas. Si El Flaco está grave, mejor muévanse para la base –pidió.
Los hombres repartieron las camionetas y el equipo con personas de confianza. Vistieron de civil y salieron de Nuevo Laredo.
Antes, Miguel Ángel Treviño entregó a los dos hombres de Los Texas, el moribundo y el muerto de miedo. Los dejó con los “cocineros” y, junto con El Gori, continuó su camino hacia Valle Hermoso.
***
“Nuevo Laredo está muy caliente. Aguántense unos días aquí. Van a estar en 10”, pidió Lazcano en persona y en referencia a que los hombres harían adiestramiento.
Cinco días después, Lazcano consideró que el clima había mejorado en Nuevo Laredo y ordenó el regreso de Miguel Ángel Treviño con su grupo. Les comisionó el secuestro de algunos de Los Texas y de un halcón que, según Los Zetas, filtraba información al Cártel de Sinaloa.
Viajaron durante la madrugada de ese mismo día. Llegaron al retén de la entrada de Nuevo Laredo y continuaron a pie por el cerro para burlar el cerco militar. Recuperaron las camionetas encargadas en una gasolinera y obtuvieron nuevo armamento entregado por un hombre de confianza de Miguel Ángel Treviño. El arsenal oculto en la cabina de un tráiler incluía chalecos antibalas, granadas de mano, escopetas calibre 40 milímetros, lanza granadas, fusiles R-15 y pistolas.9mm.
Ya equipados, volvieron al campo. Esperaron el resto de ese día y todo el siguiente por instrucciones. A la medianoche, recibieron la orden de convocar inmediatamente a todos los halcones. Citaron a los vigías en la gasolinera de la salida de Nuevo Laredo rumbo a Piedras Negras, Coahuila.
–¿Quién es El Neto? –preguntó Treviño al grupo de hombres perplejos.
El Neto no tuvo más opción que identificarse. El 40 pidió al resto que dejaran el lugar y pidió al soplón quedarse para una comisión. Apenas quedaron solos en la estación de servicio, Treviño solicitó a sus gatilleros que esposaran al halcón.
“Llevamos al Neto a un paraje. El 40 interrogó a Neto sobre la información que se decía proporcionaba. Neto negó que pasara información. Entonces El 40 le pegó con un marro en la rodilla derecha y se la fracturó, dejándolo sin atención médica para que se muriera de dolor. Al día siguiente, Neto amaneció agonizando. El 40 ordenó que lo amarráramos a un árbol. Ahí lo dejamos a su suerte”, relataría El Gori bajo el pseudónimo de Karen.
Volvieron a la ciudad. Un informante de Treviño los condujo a la guarida de Los Texas. Los capturaron sin mayor problema y los llevaron al mismo terreno en que estuvieron horas antes. El Neto ya había muerto. Quizá sólo fueron ahí para que sus rivales en el tráfico de drogas, secuestro, extorsión y trata presintieran su destino. Pero no lo cumplieron ahí. Volvieron a Valle Hermoso y los entregaron con vida a Lazcano, un hombre que entre sus apodos tuvo el de Verdugo.
–Denles cinco días de vacaciones y 500 dólares a cada uno –reconoció Lazcano los servicios de Treviño y su estaca.
***
El entrenamiento de Los Zetas estaba hecho a imagen y semejanza del impartido a los militares de fuerzas especiales. Por esto es que Los Zetas admiran a los kaibiles guatemaltecos, hombres que sobreviven a uno de los entrenamientos más duros en el mundo.
Los expedientes relacionados con el cártel incluyen relatos de hombres ahogados por cansancio en una práctica de natación ante la mirada reprobatoria de un instructor. O ejecuciones instantáneas por actos de insubordinación. O suicidios por miedo puro.
A principios de junio de 2005, durante un adiestramiento físico en una cancha de Valle Hermoso, el comandante Mateo ordenó al Gori realizar 600 lagartijas como castigo por llegar a tarde a la formación. El hombre logró hacer únicamente 100 flexiones antes de desplomarse.
–Ya no puedo –suplicó El Gori.
–¡Me vale madres y vuelves a empezar! –bramó Mateo Díaz López, a quien también le tocaría turno de hablar ante el Ministerio Público.
El Gori se incorporó y, en un descuido, dio la espalda a Mateo.
–¡¿Te me rebelas hijo de tu p****e madre?! –rugió el comandante zeta y de inmediato levantó su fusil R-15. Caminó hacia El Gori y le disparó en el codo derecho.
–¡Perdón! ¡Perdón! –suplicó el sicario.
–¡Si quiero te mato! –gritó Mateo.
Los demás hombres intervinieron y Mateo aceptó bajar el arma. Obligado a reportar cualquier incidente con Lazcano, le mintió por radio diciendo que se trató de un accidente. El Verdugo quiso cerciorarse personalmente del estado de la tropa y se apersonó en la cancha de básquetbol del pueblo. Escuchó la versión del incidente.
–Dar la espalda a un superior es señal de desobediencia que se paga con la muerte –sentenció Lazcano, quien mostró algo parecido a la benevolencia y ordenó que llevaran al Gori a atenderse con un médico al servicio del cártel.
El Gori recibió la prescripción de dos meses de reposo y un obsequio de mil dólares, además de su sueldo regular. Volvió a Veracruz con la consigna de reportarse dos veces al día con Miguel Ángel Treviño.
–Ya deja de tirar la hueva y concéntrate en la base –ordenó El 40 al Gori.
Adolorido de todas las formas en que un hombre puede estarlo, El Gori volvió a Valle Hermoso. Le ordenaron seguir a Treviño y asistirlo en la toma del Puerto Lázaro Cárdenas, en Michoacán. Se le debía arrancar la plaza a Los Beltrán Leyva, entonces aliados y principal grupo de fuerza del Chapo Guzmán.
La avanzada de Los Zetas a Michoacán se hizo con dinero. De acuerdo con las declaraciones valoradas por el juez, los ex militares repartían hasta 50 mil dólares a cada uno de los funcionarios de la Policía Federal, de la Agencia Federal de Investigaciones y de la Policía Municipal de Lázaro Cárdenas.
Antes del asalto a Lázaro Cárdenas, instruyó Lazcano, la estaca de Treviño debía secuestrar a Arturo Beltrán Leyva en Zihuatanejo. Fueron al puerto de Guerrero, pero no encontraron al Barbas, sino a un grupo de hombres jóvenes a quienes engañaron presentándose como policías federales y luego los ejecutaron.
“Regresamos a Lázaro Cárdenas. Horas después nos enteramos que uno de los sujetos que matamos era hijo de Arturo Beltrán Leyva y que poco después de que no retiramos del lugar llegaron 30 camionetas con gente de La Barbie, quienes se llevaron los cuerpos”.
Cosas de la vida, pragmatismo de los negocios. La traición del Chapo a los hermanos Beltrán Leyva empujaría a que Arturo pactara una coalición con Lazcano y Miguel Ángel Treviño contra el Cártel de Sinaloa.
Los Zetas fracasaron en la toma de Lázaro Cárdenas. La Familia Michoacana, primero, y los Caballeros Templarios después, mantuvieron la resistencia de ese puerto clave para el ingreso de precursores químicos para la producción de metanfetaminas.
Al poco tiempo, el gobierno detuvo a varios zetas, entre ellos al Gori. Con el brazo tieso y herido de todas las formas en que un hombre puede estarlo, el ex soldado, ex herrero y ex policía habló. Habló tanto que al final ya también era un ex zeta. Y ya no era El Gori, sino Karen.
Y dio los detalles del ir y venir con coca, sangre y policías por Nuevo Laredo, la Capital Zeta. *
Fuente: http://www.sinembargo.mx/17-07-2013/689011
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"Z -40", principal sospechoso de amenazar a FCH
"Z -40", principal sospechoso de amenazar a FCH
Durante su gobierno, Felipe Calderón fue objeto de amenazas de grupos criminales en cinco ocasiones. Uno de los principales sospechosos en al menos una de las advertencias fue Miguel Ángel Treviño Morales, Z-40, capturado el lunes
Miércoles 17 de julio de 2013
Jorge Ramos | El Universal
Felipe Calderón Hinojosa recibió amenazas del narcotráfico al menos cinco veces en su sexenio. En agosto de 2012, cuando cumplió 50 años, confesó en una fiesta en Los Pinos a amigos, políticos y empresarios, que en el primer tercio de su mandato incluso amagaron con derribar el avión presidencial.
Fue el narco, se dijo, pero sin añadir que uno de los principales sospechosos de la advertencia era Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, por aquel tiempo segundo al mando de Los Zetas.
Ex colaboradores de Calderón dijeron ayer a EL UNIVERSAL que el gobierno sospechaba que la supuesta intención de tirar el avión presidencial durante una gira a Tamaulipas provino de Treviño Morales. En ese momento, el líder máximo de Los Zetas era Heriberto Lazcano, quién murió el 7 de octubre de 2012 durante un enfrentamiento con la Marina.
“Un día me buscó el general (Jesús Javier) Castillo (jefe del Estado Mayor Presidencial) para decirme que se había recogido información de que querían atentar contra el avión presidencial. Me dijo que no era la primera vez que había amenazas contra el Presidente, pero que esta vez eran creíbles y por eso me las comunicaba”, mencionó en un discurso en Los Pinos durante una fiesta con motivo de su cumpleaños número 50.
En el sexenio 2006-2012, Calderón fue amenazado en cinco ocasiones, según consta en averiguaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, hoy SEIDO), dependiente de la PGR, según la respuesta a la solicitud de información 0001700034511 de un ciudadano.
Según la respuesta oficial, las amenazas a Calderón ocurrieron en marzo de 2008 y en enero, mayo, junio y agosto de 2009. Sin dar detalles, la entonces SIEDO explicó al ciudadano que las amenazas llegaron a través de correos electrónicos.
En marzo de 2007, Calderón Hinojosa declaró que él y su familia habían recibido amenazas. Tras la declaración del entonces presidente de México, otro ciudadano pidió datos al respecto, pero las secretarías de Marina y Defensa le respondieron que no tenían información.
El 11 de agosto de 2009, EL UNIVERSAL publicó que el entonces jefe de la sección tres de la Policía Federal, Ramón Eduardo Pequeño, dijo que hubo una investigación que empezó en 2008 “por una amenaza al Presidente, a raíz de la guerra declarada en contra del crimen organizado, luego de una serie de detenciones y aseguramiento de grandes cantidades de dinero a la organización de (Ismael) El Mayo Zambada”.
Supuestamente, Dimas Díaz Ramos, presunto operador financiero del cártel del Pacífico al servicio de Ismael Zambada, habría declarado un plan para atentar contra Calderón.
“No sería ni la primera ni la última” que se hable o articule o se diga algo respecto a algún atentado en contra de mi vida”, sostuvo en esos días Calderón durante una conferencia al término de la Cumbre de Líderes de América, en Guadalajara, Jalisco.
Según fuentes consultadas ayer, no sólo sospechaban de El Z-40 y Los Zetas sobre el intento de derribar el avión presidencial, sino de otros grupos “con igual capacidad de amenaza” para la integridad de Calderón.
Fue hasta el 18 de agosto de 2012 cuando Calderón se sinceró ante unos 200 invitados en Los Pinos.
Calderón Hinojosa relató que pidió al Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales que grabara un video antes de viajar a Tamaulipas el día de la amenaza.
“Determiné realizar el viaje en medio de un dispositivo de seguridad muy amplio. Antes de ello grabé un mensaje para mis hijos en el que les aseguraba que en caso de ocurrirme algo debían tener la certeza de que su padre estaba cumpliendo las tareas que creía necesarias”, dijo.
Ayer, Calderón se refirió a la captura del Z-40.
“Felicito a la Marina Armada de México por la captura de Miguel Ángel Treviño (Z-40), resultado de un perseverante esfuerzo de inteligencia”, redactó el ex presidente de México en su cuenta de Twitter.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/primera-plana/2013/impreso/narco-amenazo-cinco-veces-a-fch-segun-datos-de-pgr-42542.html
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El "Z 40" se comía el corazón de sus víctimas
https://www.youtube.com/watch?v=zDghWCffj6g
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Z-40 lavó dinero con regios
Z-40 lavó dinero con regios
Investigación de la DEA y del FBI indica que el líder de Los Zetas detenido en Anáhuac, Nuevo León, utilizó a varios regiomontanos y una casa de cambio en San Pedro para transferir el efectivo
Por Hugo Gutiérrez - Jueves 18 de julio de 2013
Las agencias estadounidenses rastrearon cómo Miguel Ángel Treviño Morales, Z-40, ocultaba dinero en vehículos y lo transportaba a Monterrey para hacer transferencias hacia Estados Unidos.
En la investigación, el FBI señala a varios regiomontanos.
Entre ellos Ramiro Guajardo Villarreal, quien según la indagatoria, enviaba el dinero a través de transferencias de la casa de cambio Basic Enterprises, de Mauricio Páez Muñoz y su hermano Arturo Sergio Páez Muñoz.
Negocio que indica una dirección en la avenida Vasconcelos, en San Pedro, en la cual hasta hace tres meses todavía estaba ubicada, pero ya desapareció.
El capital de Z-40 llegaba al regio Guajardo Villarreal en los vehículos, quien se presentaba como un hombre de negocios, y éste lo transfería de la casa de cambio en San Pedro a varias cuentas en Texas del Bank of America.
Luego retiraban el dinero, que provenía del narcotraficante Treviño Morales, para adquirir los caballos que fueron confiscados en Oklahoma a José Treviño Morales, hermano de Z-40.
Esta investigación llevó a la detención en 2012, y a la condena en mayo pasado, de José Treviño Morales, hermano de Miguel Ángel alias Z-40 y de Óscar Omar Z-42, quien es señalado como un candidato a liderear a la organización a partir de esta semana.
Según los detalles del rastreo del dinero, José, hermano del Z-40, compró con ese dinero caballos con un valor millonario, para luego entrenarlos en su rancho de Lexington, Oklahoma.
El testimonio del regio Fernando García ante una Corte de Austin, Texas, indica que en Monterrey estuvieron involucradas varias personas en el lavado de dinero de Z-40.
Y no sólo en el envío de dinero vía la casa de cambio Basic Enterprises, sino también en el entrenamiento, compra y venta de esos caballos.
De hecho, el regio García, fue quien vendió al caballo “Mr. Piloto”, un pura sangre cuarto de milla, a la compañía Tremor Enterprises, que ganó una carrera de 1 millón de dólares en Ruidoso, New Mexico.
Empresa que recibe su nombre de las primeras letras de los apellidos de la familia de Miguel Ángel Treviño Morales alias Z-40.
Jorge Hernández, agente del FBI, leyó sus derechos al regio Fernando García y el agente especial Billy Williams condujo el interrogatorio, en el que el mexicano aseguró no conocer a Z-40, pero aceptó que intervino en la compra-venta de los caballos para la empresa Tremor Enterprises.
Con esa empresa, José Treviño Morales lavó cerca de 18 millones de dólares con origen del narcotráfico y otros delitos de los que se acusa a Z-40.
El regio también dice en este testimonio que trabajaba para Bonanza Racing Stables, compañía dedicada al descubrimiento y entrenamiento de caballos para cuarto de milla.
Y agrega que en el rancho de Bonanza, propiedad de Francisco Silva Ramos, de Tuxpan, Veracruz, había caballos de Francisco Colorado Cessa, El Colorado, otro veracruzano implicado en esta operación de lavado de dinero.
También aparecen involucrados en la investigación Carlos Miguel Nayen Borbolla, Víctor Manuel López, Sergio Guerrero Rincón, Adán Farías, Eusevio (sic.) Maldonado Huitrón, Felipe Alejandro Quintero, Raúl Ramírez y Luis Gerardo Aguirre.
El agente del FBI Jason R. Preece, uno de los investigadores, indica que Los Zetas enviaban el dinero en efectivo a Monterrey oculto en el compartimiento secreto de una camioneta.
Que en muchas ocasiones lo hicieron desde Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Posteriormente lo transferían a al suroeste de Estados Unidos para la compra de los caballos cuarto de milla para competir en el futurity.
El documento dice que un hombre de Monterrey llamado Ramiro Guajardo Villarreal utilizaba cuentas bancarias, que supuestamente eran de empresas importadoras, para hacer las transferencias del dinero.
“En 2008 o 2009, Guajardo Villarreal, de Monterrey, pudo comprar caballos en el Heritage Place de la ciudad de Oklahoma, junto con otras personas de México.
Es precisamente Guajardo Villarreal quien adquiere el caballo Mr. Piloto para la empresa de José Treviño Morales.
Es decir, un regio acusado de lavar dinero, compra a otro regio, a Fernando García, un caballo para Treviño Morales a un costo aproximado de 100 mil dólares.
Según Jason R. Preece del FBI, los caballos eran adquiridos en subastas en California, Oklahoma, Nuevo México y Texas.
Y luego eran llevados al rancho denominado “Zule Farms”, en honor a Zulema, la esposa de José Treviño Morales.
En ese rancho, la familia de Z-40 llegó a tener hasta 300 caballos entre yeguas y sementales pura sangre.
Es por ello que la detención de José Treviño Morales en 2012, ayudó a rastrear el lavado de dinero de Z-40 y de sus operaciones en la frontera.
Desaparece casa de cambio
En la investigación se indica un domicilio en San Pedro que coincide con la empresa Basic Enterprises y una casa de cambio.
Reporte Indigo publicó en junio de 2012 que en esa dirección está el local 1-B de la Plaza Exprés.
Centro comercial localizado en la Avenida Vasconcelos número 1501.
El negocio se llama Divisas Regio Más, sin embargo los comprobantes fiscales que expide la casa de cambio están a nombre de la sociedad anónima Centro Cambiario Divisas Vasconcelos, S.A. de C.V.
Según un reporte de la empresa Basic Enterprises, S.A. de C.V., publicado en el Periódico Oficial del Estado, los socios de la empresa son los regios Mauricio Páez Muñoz y su hermano Arturo Sergio Páez Muñoz.
Hasta hace unos meses la casa de cambio se encontraba en ese domicilio, pero ayer, en una visita al local, el negocio ya no se encuentra y en su lugar se extendió otra local.
¿Los sucesores?
Estos personajes son parte de la organización y podrían ser quienes disputen o tomen el liderazgo de Los Zetas:
> Óscar Omar Treviño
Morales, hermano de Z-40.
> Mario Alfonso Cuéllar Salazar.
> Sergio Ricardo Basurto Peña, El Grande.
> Maxiley Barahona Nadales, El Contador.
> Román Ricardo Palomo Rincones, El Coyote.
Fuente: http://www.reporteindigo.com/reporte/monterrey/z-40-lavo-dinero-con-regios?page=2
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El Z-40 era informante de la DEA desde 2011
El Z-40 era informante de la DEA desde 2011
María Idalia Gómez e Itzel Reyes
Julio 18, 2013 1:25 am
Desde hace por lo menos tres años, las agencias de Estados Unidos conocía los movimientos de Miguel Ángel Treviño Morales y de otros integrantes del Los Zetas, pero no lo informaron a México sino apenas hace unas semanas
Desde 2011, por lo menos, la DEA conocía las operaciones y movimientos de Miguel Ángel Treviño Morales, incluso sus agentes lograron que les proporcionara información sobre sus enemigos y rivales de otros cárteles y de los mismos Zetas, pero esos datos no fueron entregados a las autoridades mexicanas, revelaron fuentes del gobierno federal.
Funcionarios de primer nivel consultados por 24 HORAS, reconocieron estar molestos porque la agencia antinarcóticos estadounidense mantiene su propia agenda y de las operaciones que se le permitió realizar en la administración pasada obtuvo mucha información que no compartió con México, permitiendo, coincidieron, que un narcotraficante como “El Z-40″ operara sin ser detenido, “porque les era útil”.
“Esta relación con Estados Unidos debe cambiar, ahora la información deberá ser compartida y no administrada por ellos, en eso estamos trabajando”, sostuvo una de las fuentes.
Tras analizar la información que en los últimos tres años proporcionó la DEA a la Policía Federal, Marina y el Ejército sobre Los Zetas, los investigadores encontraron un patrón y detalles con los que lograron establecer que la DEA cuenta con informantes dentro de la estructura de ese grupo paramilitar.
Pero los detalles que más llamaron la atención de las oficinas mexicanas, es que esa misma información mostraba que desde hace varios años conocían los movimientos de “El Z-40″, algunas de sus casas de seguridad en Tamaulipas, Veracruz y Coahuila, así como sus contactos en México y Estados Unidos, y algunas de las balaceras que protagonizó en Tamaulipas, por ejemplo.
A partir de 2012, dentro de la estructura de Los Zetas, comenzaron las acusaciones contra Heriberto Lazcano, “El Lazca”, líder del grupo entonces, y el propio Treviño Morales, como delatores de sus propios compañeros, los jefes de plaza y de células de sicarios. Tras la muerte del primero, los señalamientos se volcaron hacia “El Z-40″.
“Sabemos que es verdad que ‘El Z-40′ proporcionó información sobre algunos de sus rivales dentro de la organización para que fueran detenidos y esos datos los obtuvo la DEA”, comentó otro de los funcionarios.
Aparentemente eso ocurrió en los casos de Raúl Lucio Hernández, “El Z-16, y Enrique Rejón Aguilar, “El Mamito”, detenidos en 2011, en diciembre en Veracruz y en julio en la Ciudad de México, respectivamente.
Otros casos en los que las autoridades mexicanas sospechan que “El Z-40 también los delató son: Luis Reyes Enriquez, “El Z-12″; Jamie González Durán, “El Hummer”, y Daniel Pérez, “El Chachetes”, capturados entre 2008 y 2009.
A finales del año pasado, Treviño Morales tuvo que replegarse, disminuyó su poder dentro del cártel, de acuerdo con la información actualizada que tienen las autoridades mexicanas, esto debido a que se le acusaba con mayor fuerza de las traiciones que había cometido para ascender dentro de Los Zetas, incluso se le señalaba como uno de los responsables de que “El Lazca” fuera abatido el año pasado por la Marina.
Sin embargo, no abandonó la zona de Tamaulipas y Coahuila, donde se sentía más protegido y podía tener control de algunas operaciones de trasiego de drogas, robo de combustible y tráfico de migrantes, y con ello dinero fresco para moverse. Pero estaba buscando nuevos contactos con pandillas en Estados Unidos y aparentemente la información que proporcionaba ya no era de tanta utilidad, “por eso quizá ya no le era útil a las agencias, y por eso dieron (hace unas semanas) la información sobre su escondite, el cual conocían desde hace mucho tiempo”, precisó el funcionario.
Fuente: http://www.24-horas.mx/el-z-40-era-informante-de-la-dea-desde-2011/
Lo bueno es que según ellos se jactaban de ser "el único cártel no informante de los gringos".
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¿Dónde están los desaparecidos?, la pregunta para el ‘Z-40’
Organizaciones de familiares de desaparecidos y defensores de derechos humanos celebran que Miguel Ángel Treviño haya sido aprehendido con vida, pues suponen que el dirigente de Los Zetas conoce el paradero de muchos de los secuestrados por ese grupo criminal al cruzar el llamado “Triángulo de la Muerte”, el territorio entre Nuevo Laredo, Reynosa y Monterrey.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Alfonso Moreno Díaz extiende sobre la mesa de su oficina un mapa que muestra los caminos rurales, semidesérticos, que se abren paso como várices por extensas tierras deshabitadas –y salpicadas de pueblos casi fantasmas– entre Nuevo León y Tamaulipas. Un círculo señala el tramo de estas carreteras que cruzan territorio zeta donde fue capturado su hijo, el ingeniero Alejandro Alfonso Moreno Baca y en el que han desaparecido más de 220 personas.
“Este es el Triángulo de la Muerte: las carreteras que unen Nuevo Laredo, Reynosa y Monterrey, donde las organizaciones civiles han contado más de 200 desaparecidos de 2010 a 2012. Son muchos más si sumamos a los de todo el noreste (Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila)”, dice este hombre, quien junto con su esposa Lucía se ha dedicado a buscar a su hijo desde el 27 de enero de 2011.
Una de las brechas se hizo famosa porque Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, la recorría aparentemente con un solo escolta. Al momento de su aprehensión intentaba llegar a Anáhuac, Nuevo León. Sabía que hasta la caseta de Sabinas Hidalgo el camino estaba libre de obstáculos.
En medio de ese triángulo la tierra está sembrada de huesos y regada con sangre. Sus huizaches ocultan ranchos que tienen a narcotraficantes como nuevos propietarios, ayudados por notarios y pistoleros. Esconde campos de entrenamiento para sicarios y galerones donde ocultan a seres humanos que utilizan como si fueran mercancía.
Por aquí son capturados cada tanto asesinos seriales, se encuentran complejos equipos de comunicación y algunas veces instalaciones para la disolución de cadáveres (las “cocinas”, como las nombran los judiciales).
Durante años, de día y de noche un ejército de sombras a las órdenes del Z-40 se ha dedicado a capturar personas para reclutarlas en sus ejércitos, quedarse con sus vehículos, reducirlas a la esclavitud, castigar a sus objetivos o imponer el terror.
FUENTE:
http://www.proceso.com.mx/?p=347997
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Alfonso Moreno Díaz extiende sobre la mesa de su oficina un mapa que muestra los caminos rurales, semidesérticos, que se abren paso como várices por extensas tierras deshabitadas –y salpicadas de pueblos casi fantasmas– entre Nuevo León y Tamaulipas. Un círculo señala el tramo de estas carreteras que cruzan territorio zeta donde fue capturado su hijo, el ingeniero Alejandro Alfonso Moreno Baca y en el que han desaparecido más de 220 personas.
“Este es el Triángulo de la Muerte: las carreteras que unen Nuevo Laredo, Reynosa y Monterrey, donde las organizaciones civiles han contado más de 200 desaparecidos de 2010 a 2012. Son muchos más si sumamos a los de todo el noreste (Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila)”, dice este hombre, quien junto con su esposa Lucía se ha dedicado a buscar a su hijo desde el 27 de enero de 2011.
Una de las brechas se hizo famosa porque Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, la recorría aparentemente con un solo escolta. Al momento de su aprehensión intentaba llegar a Anáhuac, Nuevo León. Sabía que hasta la caseta de Sabinas Hidalgo el camino estaba libre de obstáculos.
En medio de ese triángulo la tierra está sembrada de huesos y regada con sangre. Sus huizaches ocultan ranchos que tienen a narcotraficantes como nuevos propietarios, ayudados por notarios y pistoleros. Esconde campos de entrenamiento para sicarios y galerones donde ocultan a seres humanos que utilizan como si fueran mercancía.
Por aquí son capturados cada tanto asesinos seriales, se encuentran complejos equipos de comunicación y algunas veces instalaciones para la disolución de cadáveres (las “cocinas”, como las nombran los judiciales).
Durante años, de día y de noche un ejército de sombras a las órdenes del Z-40 se ha dedicado a capturar personas para reclutarlas en sus ejércitos, quedarse con sus vehículos, reducirlas a la esclavitud, castigar a sus objetivos o imponer el terror.
FUENTE:
http://www.proceso.com.mx/?p=347997
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Re: Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
https://www.youtube.com/watch?v=kgxUK71_yH8
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Más información sobre el Z-40
Interrogan al Z-40 por caso Moreira
La Procuraduría del Estado informó que el presunto líder de Los Zetas "manifestó lo que quiso, pero sí nos quedan claras algunas cosas"
La Procuraduría General de Justicia de Coahuila interrogó por cinco horas a Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, por crímenes en los que están involucrados Los Zetas, así lo informó la subprocuraduría de Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas de la PGJE.
Antes de que el presunto líder de Los Zetas fuera traslado al Centro Federal de Rehabilitación Social del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, las autoridades acudieron a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Distrito Federal para cuestionar al capo.
En el interrogatorio se le incluyeron cuestionamientos relacionados con el asesinato de Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del ex gobernador Humberto Moreira Valdez y sobrino del actual gobernador, Rubén Moreira.
Sin dar detalles de la declaración de Treviño Morales, la dependencia señaló que “fue una declaración donde él manifestó lo que quiso, pero sí nos quedan claras algunas cosas”.
Destalló que la información proporcionada por el Z-40 es reservada y quedará en el expediente a fin de determinar si sus declaraciones resuelven algunos casos de homicidios y desapariciones.
Desde el año 2000 a la fecha, la Procuraduría del estado reporta poco más de 2 mil 500 personas desaparecidas y extraviadas, de las cuales aún se busca a mil 500, aproximadamente.
http://www.lasillarota.com/noticias/item/73454-coahuila-interroga-al-z-40-por-caso-moreira
La Procuraduría del Estado informó que el presunto líder de Los Zetas "manifestó lo que quiso, pero sí nos quedan claras algunas cosas"
La Procuraduría General de Justicia de Coahuila interrogó por cinco horas a Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, por crímenes en los que están involucrados Los Zetas, así lo informó la subprocuraduría de Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas de la PGJE.
Antes de que el presunto líder de Los Zetas fuera traslado al Centro Federal de Rehabilitación Social del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, las autoridades acudieron a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Distrito Federal para cuestionar al capo.
En el interrogatorio se le incluyeron cuestionamientos relacionados con el asesinato de Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del ex gobernador Humberto Moreira Valdez y sobrino del actual gobernador, Rubén Moreira.
Sin dar detalles de la declaración de Treviño Morales, la dependencia señaló que “fue una declaración donde él manifestó lo que quiso, pero sí nos quedan claras algunas cosas”.
Destalló que la información proporcionada por el Z-40 es reservada y quedará en el expediente a fin de determinar si sus declaraciones resuelven algunos casos de homicidios y desapariciones.
Desde el año 2000 a la fecha, la Procuraduría del estado reporta poco más de 2 mil 500 personas desaparecidas y extraviadas, de las cuales aún se busca a mil 500, aproximadamente.
http://www.lasillarota.com/noticias/item/73454-coahuila-interroga-al-z-40-por-caso-moreira
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Z-40, el capo que guisaba a sus enemigos
Z-40, el capo que guisaba a sus enemigos
Policiaca / General Lunes, 22 de Julio de 2013 13:21 hrs, por Fuente
EL PAÍS / LUIS PRADOS
La detención del feroz líder de Los Zetas marca el declive del cartel y abre la pugna para conquistar las plazas hasta ahora controladas por ese grupo.
La detención el pasado lunes de Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40, líder de Los Zetas, el cartel más sanguinario de México, fue noticia en todo el mundo menos en Nuevo Laredo, donde nació hace 40 años. Al día siguiente, los diarios de esta violenta ciudad del Estado de Tamaulipas, fronteriza con EE UU, no llevaban una sola línea sobre la captura del matón. Hace años que el crimen organizado ha impuesto el terror en esta población de unos 350.000 habitantes unida por cinco puentes a Texas. Años de cadáveres decapitados y de cuerpos colgados en los pasos elevados, años sin ley —el jefe de policía desapareció en febrero— y de silencio —varios portales de Internet han cerrado por amenazas— en el reino del hombre más peligroso del país.
La carrera criminal del Z-40 acabó de madrugada en una carretera rural, a unos 27 kilómetros al suroeste de Nuevo Laredo, cuando un helicóptero Black Hawk de la Marina mexicana interceptó el todoterreno de color gris plata en el que viajaba con un escolta y un contable. A bordo, dos millones de dólares, ocho armas largas y 500 cartuchos. Los dos cómplices se tiraron de inmediato al suelo, pero el capo, al parecer, trató de huir entre los matorrales. Fue inútil. La operación duró, según la versión oficial, siete minutos y no requirió disparar un solo tiro.
El éxito fue resultado de un largo trabajo de inteligencia en el que nadie duda que participaron las agencias de seguridad gringas —la prensa mexicana habla incluso del empleo de un drone (avión no tripulado)— dadas sus buenas relaciones con la Marina. El Z-40 llevaba tiempo moviéndose por carreteras sin asfaltar entre Coahuila y Tamaulipas y de tanto en tanto visitaba también a su hijo en Nuevo Laredo. Antes de las pruebas de ADN, sus tatuajes dieron una primera confirmación de su identidad: una cobra en la parte interna de su antebrazo derecho y la frase “Hecho en México” en la espalda.
La limpieza de la operación ha llevado a algunos expertos de seguridad mexicanos a sospechar que en realidad pudo tratarse de una entrega pactada, ya que Treviño era sumamente precavido y solía desplazarse con su guardia pretoriana. En cualquier caso, un final de trayecto muy pacífico para un hombre cuya leyenda en el mundo del hampa comenzó de adolescente en Dallas, donde sus padres y sus 13 hermanos vivieron varios años.
Allí se unió a la pandilla de Los Tejas, dedicada al robo de automóviles y la venta de droga. Más tarde sería reclutado por Osiel Cárdenas, jefe del cartel del Golfo. Primero lavando coches, luego como mensajero del mafioso gracias a su dominio del inglés y después como uno de los principales sicarios de su hermano, Ezequiel Cárdenas, conocido como Tony Tormenta, abatido en 2010.
Cuando, a finales de los años noventa, Osiel Cárdenas funda Los Zetas como brazo armado del cartel del Golfo con un grupo de desertores de las fuerzas especiales del Ejército mexicano, Treviño se convertiría en la mano derecha de su líder, el cabo Heriberto Lazcano Lazcano, el Lazca. La crueldad de sus métodos le abriría paso en el escalafón del crimen organizado. El Z-40 impondría la moda de desmembrar cuerpos y “guisar enemigos”, disolviéndolos en ácido o derritiéndolos en contenedores de aceite.
El periodista estadounidense Alfredo Corchado, amenazado de muerte por Los Zetas y quien dio la primicia de su detención en el Dallas Morning News, cuenta en su libro Midnight in Mexico (Penguin Press), de reciente aparición, que el Z-40 solía morder el corazón de alguna de sus víctimas, aún vivas, creyendo que eso le haría invencible, y reclutaba a sus sicarios obligándoles a disparar a una persona al azar. “Ponía una pistola cargada en la mano de un sicario y le ordenaba apuntar a alguien enfrente de ellos. Treviño ponía luego su mano en el corazón del sicario para medir cuán rápido latía al tiempo que gritaba: ¡Chíngatelo! Si dudaba, le pegaba un tiro en la cabeza o le daba un empleo de chivato. Dependía de su humor ese día”.
Tras la detención de Osiel Cárdenas en 2003, Los Zetas entrarían en guerra con el cartel del Golfo hasta su ruptura definitiva en enero de 2010. Los antiguos desertores del Ejército, con el Lazca y el Z-40 a la cabeza y sus bárbaros métodos militares de ocupación del territorio, ensangrentarían en los últimos años el mapa de México en una disputa permanente con los otros grupos de narcotraficantes.
La violencia de Los Zetas llegaría a su clímax en agosto de 2010 cuando fueron hallados en unas fosas en San Fernando (Tamaulipas) 72 emigrantes centroamericanos torturados y asesinados. La noticia conmocionó profundamente a la sociedad mexicana. Además de la saña de sus asesinatos, su táctica de poner al mundo del hampa a su servicio allí donde se imponían, les llevó a dedicarse, además del narco, a otros delitos como el tráfico de inmigrantes, el secuestro y la extorsión, y a tener presencia en 14 Estados e incluso extenderse a Guatemala.
El Gobierno del expresidente Felipe Calderón decidió en sus últimos años concentrarse en desmantelar a Los Zetas. Fruto de esa presión fue la muerte del Lazca en un confuso incidente en octubre del año pasado. El fallecimiento del líder, cuyo cadáver fue misteriosamente robado de una funeraria poco después, originó una nueva lucha por el poder de la que saldría vencedor el Z-40, pero el cartel estaba ya muy debilitado.
La detención de Treviño abre, según los analistas de seguridad, una nueva etapa en la violencia en este país —probablemente Los Zetas dejen de existir como organización cohesionada y coherente a nivel nacional—, pero no significará su final. Previsiblemente se desencadenará una guerra por su control —se considera que su hermano menor, Omar, ha heredado el liderazgo— y los remanentes del Golfo y el cartel de Sinaloa, la confederación que dirige Joaquín el Chapo Guzmán, tratarán de aprovechar la oportunidad para ocupar las plazas de sus viejos enemigos.
El Z-40 está ya encerrado en un penal de máxima seguridad. Sin embargo, desde su detención han muerto más de 30 personas en distintos puntos del país. Un asesino legendario ha salido de escena, pero como ha escrito el sociólogo y periodista Jorge Zepeda, aún persisten “las condiciones que hacen posible la expansión del crimen organizado como la impunidad, la ausencia de un aparato de justicia, la corrupción generalizada y la ineficacia de las policías”. La tragedia de México, que se ha cobrado más de 65.000 vidas en el último lustro, no ha acabado.
Fuente: http://www.nssoaxaca.com/policiaca/30-general/55067-z-40-el-capo-que-guisaba-a-sus-enemigos
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Re: Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
MALDITOS GRINGOS BASTARDOS!!! Hijos de p$#@!!! TRAIDORES!!! P^%!@#$ PERROS!!!
Re: Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
Aparecen narcomantas de Los Zetas en Zacatecas; el Z-40 “sigue vivo”, advierten
La Redacción
28 de julio de 2013
Narcotráfico
ZACATECAS, Zac. (proceso.com.mx).- “Desde este momento vamos a hacer presencia para que vean que estamos aquí”, fue el mensaje divulgado a través de varias narcomantas firmadas a nombre de Los Zetas, que este domingo fueron colgadas en diversos puentes y vialidades en al menos cuatro ciudades del estado.
La aparición de los mensajes fue reportada en Fresnillo, Valparaíso, esta capital y Guadalupe.
En esta última, hoy mismo se encontró el cuerpo de un hombre decapitado y torturado, pero agentes de la Policía Ministerial y municipales amenazaron, armas en mano, a reporteros y fotógrafos para impedirles que se acercaran para informar sobre el hecho.
Los mensajes contenidos en las mantas que aparecieron hoy van dirigidos “al pueblo zacatecano” y en ellos, a semejanza de los que se encontraron en Tamaulipas el viernes, se afirma que aunque Miguel Ángel Treviño, El Z-40 fue capturado por la Marina, “sigue vivo” y no ha dejado de ser el líder del grupo delictivo, puesto que “todo está bien estructurado y esto no se acaba hasta que se acaba”.
A continuación, se advierte que “los verdaderos culpables” de las desapariciones de personas en el estado son los integrantes de un grupo al que denominan Los Chapulines, comandado por José Soto, El Tío.
“Que el pueblo se dé cuenta de quienes son los que le hacen tanto daño a la sociedad”, señalan las mantas.
Finalmente, se anuncia que a partir de este momento Los Zetas harán presencia “para que vean que estamos aquí”, así como para acabar “con las anomalías de dichos sujetos y a los que los siguen”.
Los mensajes son firmados por “La última letra y el señor 40”.
En tanto, en Guadalupe un grupo de reporteros, corresponsales y fotógrafos acudieron a reportar el hallazgo del cuerpo decapitado en una calle de la comunidad de San Jerónimo, ubicada a unos 15 kilómetros de la capital.
Cuando arribaron al lugar, los agentes de la Policía Federal que se encontraban en el sitio los dejaron pasar sin problemas, pero al acercarse más un comandante de la Policía Ministerial les cerró el paso y ordenó a policías preventivos que los retiraran y registraran sus nombres.
Los reporteros pidieron que se les permitiera hacer su trabajo, pero el comandante de la Ministerial argumentó que estaba prohibido tomar fotografías y exigió a los agentes que los sacaran a como diera lugar.
Fue entonces cuando uno de los policías levantó su rifle AR-15, mientras que el otro espetó a los reporteros: “Váyanse, no entorpezcan la investigación. Imagínense que el muertito sea un primo, un hermano o familiar de ustedes ¿no les gustaría que le tomaran fotos para publicarlas, ¿verdad?”.(Con información de Verónica Espinosa)
Fuente: http://www.proceso.com.mx/?p=348687
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El ‘Z-40’ convertía a adolescentes en asesinos a sueldo
El ‘Z-40’ convertía a adolescentes en asesinos a sueldo
La Redacción
6 de agosto de 2013
Narcotráfico
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El líder de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, reclutaba a jóvenes de nacionalidad mexicana y estadunidense, con edades entre 13 y 15 años, para que pudieran cruzar la frontera sin problemas.
Los muchachos que trabajaban al servicio del capo aprendían a asesinar a temprana edad, según relataron dos de ellos, actualmente presos en Estados Unidos.
Rosalío Reta, quien ahora tiene 23 años y purga cadena perpetua en aquel país, dijo a la cadena CNN que “en una batalla, en una confrontación, es el primero en salir de su camioneta y liderar a su gente. Conozco a este hombre (el Z-40) y no te pedirá algo que él mismo no haría, y por eso la gente lo sigue”.
Recordó que conoció al narcotraficante años atrás, en un rancho cerca de Nuevo Laredo, a donde fue llevado. Ahí el joven presenció torturas, decapitaciones y asesinatos.
Luego fue obligado por el Z-40 a matar a un hombre al que él mismo había sometido.
Aseguró que si no mataba al extraño, lo hubieran asesinado a él.
Reta indicó que después de cometer su primer homicidio “ya no tenía vida”. Sin embargo, en una declaración hecha durante un interrogatorio policial en 2006, afirmó que “se creía Supermán”.
Dijo que llegó a lamentar todo lo que había hecho y no podía soportarlo más porque “no estaba viviendo su vida”.
Otro exsicario de Treviño, Gabriel Cardona, quien actualmente tiene 26 años, explica que él era integrante de un grupo de adolescentes estadunidenses que mataban a personas bajo las órdenes de Los Zetas desde Laredo, Texas.
En entrevista con CNN, Gabriel, quien también cumple una pena de por vida en prisión, señala que perdió la cuenta de cuántas personas asesinó, “no tengo idea. Yo creo que entre 20 ó 30”.
“Sientes que puedes hacer cualquier cosa sin siquiera ser tocado y tener esa sensación de poder. Piensas que eso no va a terminar, porque sigue ocurriendo”, apuntó Cardona.
Añade que todo lo que hizo “simplemente pasó” y que él realmente es una buena persona.
Debido a que tienen familia en México y Estados Unidos, Rosalío y Gabriel se movían con facilidad y traficaban desde drogas y armas hasta autos.
Ganaban entre 5 mil y 10 mil dólares, además de tener acceso a casas y autos de lujo, como un Mercedes Benz de 70 mil dólares.
Su carrera delictiva terminó en 2005, cuando fueron detenidos.
Treviño Morales fue capturado por elementos de la Secretaría de Marina la madrugada del 15 de julio durante un operativo en Nuevo Laredo.
Fuente: http://www.proceso.com.mx/?p=349386
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Los riesgos de una “pax mafiosa”
La detención del capo Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, ha provocado más dudas que certezas sobre la estrategia de la administración de Enrique Peña Nieto contra el crimen organizado. Dada la ausencia de una política pública de seguridad humana y los enormes vacíos de Estado existentes, apunta Edgardo Buscaglia, es factible que la captura del jefe de Los Zetas por ahora sólo sirva para que se reorganice políticamente la delincuencia y se genere una “pax mafiosa” similar en algunos aspectos a la que encabeza Vladimir Putin en Rusia.
Edgardo Buscaglia es presidente del Instituto de Acción Ciudadana (México) e Investigador Principal en la Universidad de Columbia (Estados Unidos).
El arresto, el mes pasado, de Miguel Ángel Treviño Morales, un individuo con un alto perfil criminal, volvió a provocar suspicacias tanto en México como en Estados Unidos. Desde el principio la versión del gobierno de Enrique Peña Nieto generó versiones encontradas y desmentidos ya que el modus operandi demostrado corre el peligro de exhibir de nueva cuenta el largo patrón de detenciones inconsecuentes realizadas durante el sexenio de Felipe Calderón.
La forma en que los principales medios de comunicación de México difundieron la detención de Treviño Morales, El Z 40, semeja una cortina de humo, pues aun cuando se señalan diferencias entre la administración peñista con la de su antecesor, en el fondo, es ya obvio el continuismo signado por los “vacíos institucionales de poder de Estado” que invisibilizan las políticas de seguridad y justicia aún pendientes.
Es importante otorgar el crédito a los valientes elementos de la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) y demás autoridades extranjeras en la captura del Z-40. Estos han sabido instrumentar los mecanismos de inteligencia operativa para intentar colocar al Estado mexicano por delante de actores no estatales que atentan contra la seguridad humana de la región. Pero dados los vacíos en muchas áreas del Estado –vacíos causados por instituciones fragmentadas en manos de políticos corruptos vinculados a organizaciones criminales y cárteles empresariales legales–, existe el riesgo de que información de inteligencia operativa sea utilizada políticamente no para combatir a la delincuencia organizada, sino sólo para reorganizarla a través de un criterio selectivo de aplicación de la justicia en el cual se premia a los amigos y se castiga a los políticos adversarios.
Esta reorganización de la delincuencia organizada, sujeta a la gestión política de una corrupción organizada desde Los Pinos, generaría una “pax mafiosa” similar a la que gestiona la administración de Vladimir Putin en Rusia.
Enrique Peña Nieto y su equipo han tenido por lo menos un año, a partir de los comicios de julio de 2012, para diseñar estrategias de seguridad y sus políticas públicas derivadas. De entonces a la fecha tuvieron el tiempo suficiente para diseñar una estrategia de seguridad pública en general, y de seguridad humana en particular hecha pública, sujeta a deliberación y consensuada con la sociedad civil. Pero todavía no lo han hecho.
Hasta ahora se desconocen las metas sujetas a plazos (indicadas cuantitativamente) para cada tipo de delito organizado (por ejemplo: metas cuantificables para disminuir la trata de personas, el tráfico de migrantes, la piratería, los secuestros, la pornografía infantil, etcétera). Y tampoco se sabe cuáles son las divisiones de tareas asignadas a las agencias federales y estatales para la consecución de estas metas. En este preciso sentido, la administración federal no cuenta con una “hoja de ruta” para contener a los grupos criminales. En suma, todo indica que el gobierno de Peña Nieto aún carece de una estrategia de seguridad democrática.
Lo que sí posee la administración de Peña Nieto es una estrategia de medios de difusión. Cuando el presidente y sus operadores aseveran que los mafiohomicidios disminuyen, esperan que los corresponsales de los medios estadounidense y europeos repitan como loros que todo va mejor en México. Y aunque muchos sí lo hacen, omiten informar que más de 85% de esos homicidios no son procesados judicialmente con sentencia ejecutada sujeta a un estado de derecho. Por lo tanto la estadística gubernamental de homicidios ligados a mafias carece de todo sustento técnico jurídico. Lo único cierto es que las desapariciones forzadas continúan incrementándose y suman ya decenas de miles.
FUENTE:
http://www.revistavariopinto.com/nota.php?id=248#.UgXMA9JyEqJ
Edgardo Buscaglia es presidente del Instituto de Acción Ciudadana (México) e Investigador Principal en la Universidad de Columbia (Estados Unidos).
El arresto, el mes pasado, de Miguel Ángel Treviño Morales, un individuo con un alto perfil criminal, volvió a provocar suspicacias tanto en México como en Estados Unidos. Desde el principio la versión del gobierno de Enrique Peña Nieto generó versiones encontradas y desmentidos ya que el modus operandi demostrado corre el peligro de exhibir de nueva cuenta el largo patrón de detenciones inconsecuentes realizadas durante el sexenio de Felipe Calderón.
La forma en que los principales medios de comunicación de México difundieron la detención de Treviño Morales, El Z 40, semeja una cortina de humo, pues aun cuando se señalan diferencias entre la administración peñista con la de su antecesor, en el fondo, es ya obvio el continuismo signado por los “vacíos institucionales de poder de Estado” que invisibilizan las políticas de seguridad y justicia aún pendientes.
Es importante otorgar el crédito a los valientes elementos de la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) y demás autoridades extranjeras en la captura del Z-40. Estos han sabido instrumentar los mecanismos de inteligencia operativa para intentar colocar al Estado mexicano por delante de actores no estatales que atentan contra la seguridad humana de la región. Pero dados los vacíos en muchas áreas del Estado –vacíos causados por instituciones fragmentadas en manos de políticos corruptos vinculados a organizaciones criminales y cárteles empresariales legales–, existe el riesgo de que información de inteligencia operativa sea utilizada políticamente no para combatir a la delincuencia organizada, sino sólo para reorganizarla a través de un criterio selectivo de aplicación de la justicia en el cual se premia a los amigos y se castiga a los políticos adversarios.
Esta reorganización de la delincuencia organizada, sujeta a la gestión política de una corrupción organizada desde Los Pinos, generaría una “pax mafiosa” similar a la que gestiona la administración de Vladimir Putin en Rusia.
Enrique Peña Nieto y su equipo han tenido por lo menos un año, a partir de los comicios de julio de 2012, para diseñar estrategias de seguridad y sus políticas públicas derivadas. De entonces a la fecha tuvieron el tiempo suficiente para diseñar una estrategia de seguridad pública en general, y de seguridad humana en particular hecha pública, sujeta a deliberación y consensuada con la sociedad civil. Pero todavía no lo han hecho.
Hasta ahora se desconocen las metas sujetas a plazos (indicadas cuantitativamente) para cada tipo de delito organizado (por ejemplo: metas cuantificables para disminuir la trata de personas, el tráfico de migrantes, la piratería, los secuestros, la pornografía infantil, etcétera). Y tampoco se sabe cuáles son las divisiones de tareas asignadas a las agencias federales y estatales para la consecución de estas metas. En este preciso sentido, la administración federal no cuenta con una “hoja de ruta” para contener a los grupos criminales. En suma, todo indica que el gobierno de Peña Nieto aún carece de una estrategia de seguridad democrática.
Lo que sí posee la administración de Peña Nieto es una estrategia de medios de difusión. Cuando el presidente y sus operadores aseveran que los mafiohomicidios disminuyen, esperan que los corresponsales de los medios estadounidense y europeos repitan como loros que todo va mejor en México. Y aunque muchos sí lo hacen, omiten informar que más de 85% de esos homicidios no son procesados judicialmente con sentencia ejecutada sujeta a un estado de derecho. Por lo tanto la estadística gubernamental de homicidios ligados a mafias carece de todo sustento técnico jurídico. Lo único cierto es que las desapariciones forzadas continúan incrementándose y suman ya decenas de miles.
FUENTE:
http://www.revistavariopinto.com/nota.php?id=248#.UgXMA9JyEqJ
Invitado- Invitado
El ‘Z-40’ reclutó a un niño sicario
Un exniño sicario de Los Zetas fue forzado por Miguel Ángel Treviño Morales, el líder capturado recientemente de la organización delictiva transnacional, a asesinar a un hombre.
Rosalío Reta, quien se encuentra preso en Texas por asesinatos que cometió para Los Zetas, conoció a Treviño Morales, alias “Comandante 40”, “Z-40” y “40” en 2002, cuando Reta tenía 13 años.
Reta, quien nació y se crió en Houston, Texas, conoció al Comandante 40 en Tamaulipas. Llegó a ser conocido como “El Niño Zeta” y “Bart”.
El Comandante 40 lo reclutó como sicario para Los Zetas.
Una orden de asesinato
Cuando El Niño Zeta conoció al Comandante 40, Los Zetas eran el brazo armado del Cártel del Golfo (CDG) y el Comandante 40 era un operario de alto rango que reclutaba sicarios. El Niño Zeta era un chico problemático a quien no le importaba la escuela.
El Niño Zeta conoció al Comandante 40 dentro de una casa de seguridad de Los Zetas. El Comandante 40 lo reclutó dándole una pistola que tenía “40” incrustado con diamantes en la cacha. El operario del cártel de drogas le ordenó disparar a un hombre que estaba atado y de rodillas en el suelo, recordó El Niño Zeta. Estaba seguro de que el Comandante 40 lo mataría si no mataba al hombre.
El Niño Zeta dijo que disparó y mató al hombre indefenso. “Sabía que mi vida había cambiado para siempre”, dijo. “Ése es un día que nunca voy a poder olvidar. Después de eso, no tuve vida.”
El Comandante 40 es detenido
El Niño Zeta habló recientemente con periodistas acerca de su reclutamiento por el Comandante 40 y su vida como joven sicario. Dijo a CNN la manera en que el Comandante 40 lo reclutó. El 16 de julio de 2013 lo entrevistó el Centro de Periodismo de Investigación (CIR). Un video de la entrevista se publicó en YouTube.
El momento de las entrevistas muestra el miedo que El Niño Zeta tenía al Comandante 40. Aunque está preso en Texas, únicamente aceptó ser entrevistado después de que el Comandante 40 fuera abatido o capturado.
Un equipo de elementos de la Marina mexicana detuvo al Comandante 40 y a otros dos operarios de Los Zetas el 15 de julio de 2013 cerca de Nuevo Laredo. Los elementos de la Marina detuvieron al Comandante 40 ocho meses después de que asumió el liderazgo de Los Zetas. El Comandante 40 reemplazó al antiguo capo Heriberto Lazcano Lazcano, quien fue abatido en un tiroteo con elementos de la Marina en Coahuila, en octubre de 2012. Se le conocía como “El Verdugo” y “El Lazca”.
Al Comandante 40 se le acusa en México de homicidio, actividad con el crimen organizado y otros delitos. También es buscado en Estados Unidos por homicidio y narcotráfico.
La brutalidad del Comandante 40
El Comandante 40 lo entrenó a él y a otros niños para matar, dijo El Niño Zeta en la entrevista con el CIR.
El Niño Zeta observó al Comandante 40 decapitar a una víctima y disparar más de cien veces a otra. El Comandante 40 dijo “Así es cómo se mata a alguien”, declaró El Niño Zeta.
El Comandante 40 lo envió junto con otros jóvenes recién reclutados a un campo de entrenamiento por seis meses, donde aprendió a disparar rifles y a pelear con las manos, dijo El Niño Zeta.
El Niño Zeta cumplió 25 años en julio de 2013. El CIR también entrevistó a su esposa, Eryca Almeciga-Reta. El Comandante 40 “es un monstruo”, dijo ella.
La vida de un niño sicario
El Niño Zeta trabajó para Los Zetas desde 2002 hasta el verano de 2006, cuando fue detenido por la policía de Laredo, Texas.
Él y otros dos sicarios adolescentes vivían en una casa en Laredo que era rentada por Los Zetas, según registros de los tribunales de Texas. Lucio Quintero, alias “El Viejón”, operario de Los Zetas, dirigía al equipo de El Niño Zeta y otro equipo pequeño de sicarios, según los registros de los tribunales.
A los jóvenes sicarios se les pagaban $500 dólares a la semana, y de $10,000 a $500,000 dólares por cada asesinato. Los Zetas también premiaban a los sicarios con dos kilos de cocaína por cada asesinato. Los Zetas le dieron a El Niño Zeta un Mercedes sedán con valor de $70,000 dólares después de un asesinato.
Cooperación México-EUA
La policía mexicana detuvo a El Niño Zeta y a un compañero asesino, Gabriel Cardona, en mayo de 2006 en Monterrey, Nuevo León. Ambos eran sospechosos de los asesinatos de operarios de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el capo del Cártel de Sinaloa, en dos ataques distintos.
Como resultado de la cooperación entre México y Estados Unidos, El Niño Zeta y Cardona fueron extraditados a Texas para enfrentar cargos de homicidio y secuestro.
El Niño Zeta dijo a la policía de Laredo que asesinó a por lo menos 30 personas en México para Los Zetas.
En 2008, un jurado de Texas encontró culpable a El Niño Zeta de asesinato por participar en el asesinato de un hombre en Laredo en enero de 2006. Un juez lo sentenció a 40 años en prisión. En 2009, El Niño Zeta se declaró culpable del asesinato de un hombre en diciembre de 2005. Admitió dispararle al hombre, que estaba sentado en un auto. Un juez lo condenó a otros 30 años de prisión.
Otros niños asesinos
El Niño Zeta no es el único niño que ha trabajado como sicario para un cártel de drogas:
• En febrero de 2013, los habitantes de Morelos, Zacatecas, encontraron el cuerpo de José Armando Moreno León, de 13 años. Se le conocía como "El Niño Sicari" y era sospechoso de trabajar para Los Zetas. Las autoridades creen que fue asesinado por operarios del CDG. Su cuerpo fue encontrado junto con los de cuatro mujeres y un hombre. Una de las víctimas era su mamá, María Isabel León.
• En diciembre de 2010, soldados del Ejército detuvieron a Edgar Jiménez Lugo, quien en ese entonces tenía 14 años. Jiménez, alias “El Ponchis”, admitió haber asesinado a cuatro hombres en nombre de la Organización Beltrán Leyva (OBL). En junio de 2011, un juez de un tribunal de menores lo sentenció a tres años de prisión, la pena máxima para un acusado de su edad.
Remordimiento y vergüenza
El Niño Zeta dijo al CIR que ahora siente “remordimiento y vergüenza” por su vida como sicario. “Esto me está comiendo por dentro poco a poco y no hay nada que yo pueda hacer o decir para justificar mis acciones”, dijo.
¿Cuál es la mejor manera de alejar a los jóvenes de la participación con el crimen organizado?
http://www.agorarevista.com/es/articles/rmim/features/online/2013/08/12/sicarios-jovenes
Powah- Miembro Honorario
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Niega el Z-40 homicidio de Moreira
Niega el Z-40 homicidio de Moreira
De la Redacción
Periódico La Jornada
Martes 20 de agosto de 2013, p. 10
En su declaración ministerial ante representantes de la Procuraduría General de Justicia del estado de Coahuila, Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, rechazó ser el autor intelectual del asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez, sobrino del actual gobernador e hijo del ex dirigente nacional del PRI Humberto Moreira, y responsabilizó de ese hecho al fallecido Heriberto Lazcano Lazcano.
“En el caso del homicidio de José Eduardo Moreira no lo acepta. Dice que está desligado de ello y señala, fuera de actas ministeriales, a Lazcano como el autor intelectual”, afirmó el procurador coahuilense, Homero Ramos Gloria.
Treviño Morales también negó tener responsabilidad en los cientos de homicidios y casos de desapariciones de personas ocurridas en el estado en años recientes.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/08/20/politica/010n2pol
belze- Staff
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Re: Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
JAJAJAJ que tan perro!Treviño Morales también negó tener responsabilidad en los cientos de homicidios y casos de desapariciones de personas ocurridas en el estado en años recientes.
Confirma el Z-40 deceso de El Lazca en 2012; él ordenó robar el cuerpo, asegura
Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, confirmó a la Procuraduría General de la República (PGR) que Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o El Verdugo, líder del cártel de Los Zetas, fue abatido por efectivos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) en Coahuila, en octubre de 2012, informaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.
De acuerdo con la información recabada, El Z-40 reveló a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) haber ordenado a sus hombres que robaran el cadáver de Lazcano para que no quedara en manos de las autoridades.
El pasado 7 de octubre, Heriberto Lazcano presenciaba un partido de beisbol en el municipio de Progreso, Coahuila –en compañía de algunos de sus familiares–, cuando fue ubicado por efectivos de la Secretaría de Marina; trató de huir, pero fue abatido.
El cadáver de El Verdugo fue trasladado a una funeraria del municipio de Sabinas, y horas después un grupo de hombres armados lo robó por órdenes de Miguel Ángel Treviño Morales. Tras el deceso, este último se convirtió en el máximo líder de Los Zetas, pero fue detenido el pasado mes de junio, a 23 kilómetros de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En lo que se refiere a la confirmación del fallecimiento de Heriberto Lazcano, las declaraciones de Treviño Morales han servido para que la Seido concluya las averiguaciones previas que mantuvo abiertas hasta el mes pasado.
Lo anterior se debe a que la PGR no había podido acreditar jurídicamente el deceso del que fuera líder de Los Zetas, debido a que las muestras obtenidas por la Procuraduría General de Justicia de Coahuila y las pruebas genéticas realizadas por la PGR a los restos de los supuestos padres de Lazcano Lazcano no sirvieron para confirmar el deceso.
Actualmente, el Z-40 se encuentra sujeto a un solo proceso penal, en el cual es juzgado por ser presunto responsable de delincuencia organizada, violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero).
vieron que si se lo había chupado la bruja a este @%$# pijoso
FUENTE:
http://www.jornada.unam.mx/2013/08/18/politica/007n2pol
De acuerdo con la información recabada, El Z-40 reveló a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) haber ordenado a sus hombres que robaran el cadáver de Lazcano para que no quedara en manos de las autoridades.
El pasado 7 de octubre, Heriberto Lazcano presenciaba un partido de beisbol en el municipio de Progreso, Coahuila –en compañía de algunos de sus familiares–, cuando fue ubicado por efectivos de la Secretaría de Marina; trató de huir, pero fue abatido.
El cadáver de El Verdugo fue trasladado a una funeraria del municipio de Sabinas, y horas después un grupo de hombres armados lo robó por órdenes de Miguel Ángel Treviño Morales. Tras el deceso, este último se convirtió en el máximo líder de Los Zetas, pero fue detenido el pasado mes de junio, a 23 kilómetros de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En lo que se refiere a la confirmación del fallecimiento de Heriberto Lazcano, las declaraciones de Treviño Morales han servido para que la Seido concluya las averiguaciones previas que mantuvo abiertas hasta el mes pasado.
Lo anterior se debe a que la PGR no había podido acreditar jurídicamente el deceso del que fuera líder de Los Zetas, debido a que las muestras obtenidas por la Procuraduría General de Justicia de Coahuila y las pruebas genéticas realizadas por la PGR a los restos de los supuestos padres de Lazcano Lazcano no sirvieron para confirmar el deceso.
Actualmente, el Z-40 se encuentra sujeto a un solo proceso penal, en el cual es juzgado por ser presunto responsable de delincuencia organizada, violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero).
vieron que si se lo había chupado la bruja a este @%$# pijoso
FUENTE:
http://www.jornada.unam.mx/2013/08/18/politica/007n2pol
Invitado- Invitado
En los dominios del Z-40
Edición No. 17
En los dominios del Z-40
A pesar de la guerra de Calderón y Peña Nieto contra los cárteles de la droga, estos sólo se han fortalecido. El ejemplo más claro de ello son Los Zetas, uno de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. En Zetas: La Franquicia Criminal, nuevo libro de Ricardo Ravelo publicado por Ediciones B México, se describe la red criminal de los Zetas, que incluyen el tráfico de drogas, armas y personas, así como los secuestros y extorsiones por todo el país. El prólogo de la obra está a cargo del investigador Edgardo Buscaglia. Con la autorización de la editorial, Variopinto ofrece un fragmento del capítulo 11, crónica de una visita que el reportero realizó al rancho "Las Palmas", abandonado por el hoy recluso Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40.
El rostro del fotógrafo palideció cuando el guía que nos llevaría hasta Parás, Nuevo León, uno de los feudos de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, preguntó:
– ¿Están seguros de que quieren ir al rancho de Treviño? Yo les pido que lo piensen, anoche (martes 13 de agosto de 2013) hubo una refriega entre malosos en la zona y la carretera es muy peligrosa. Aquí no hay de otra: o nos disparan Los Zetas o nos paran para preguntarnos quienes somos. Si nos paran, ya chingamos; pero si nos disparan, pues nos chingamos. Hasta ahí llegaremos.
– ¿Y tú no tienes miedo de morir?– Le pregunté, mirándolo a los ojos.
– Mire, yo ya estoy más pa’allá que pa’acá. Tengo cáncer y a mí, la verdad, ya me vale madre todo. Ustedes dos son los que tienen que pensarlo, insistió.
Observé al fotógrafo. Sus ojos se hicieron aún más grandes de la impresión o del susto. Me puse a pensar en lo difícil del escenario que nos planteaba el guía. Y, pensando en voz alta, dije: “A mí me pagan como reportero, no como héroe”, pero ya estamos aquí, en esta misión informativa y ni modo de rajarse”, aunque en realidad el miedo me estaba taladrando.
Heriberto podría ser tomado como un peligro si lo veían en la zona. Alto, un metro noventa de estatura, barba abultada, cerrada y piel morena, no podía andar por ahí porque, según el guía, “era el blanco perfecto”.
Le dijo el guía:
– Compadre, así como vienes, van a pensar que eres un talibán y nos revientan. Lo que nos puede salvar es que no llevamos armas.
Le sugerí al fotógrafo rasurarse la barba. No fue muy de su agrado. Acariciándose el abultado pelo negro dijo que lo que sí podía hacer, era recortarla un poco, pero el problema es que no llevaba tijeras ni herramientas de afeitar. “Ponte un sombrero y a ver si así la disfrazas un poco”, le dijo el guía.
– ¿Tú qué piensas, Beto? –Le pregunté mientras preparaba su equipo fotográfico.
Aunque es un trotamundos, supuse que se negaría a ir. Pero su respuesta fue contundente:
– Ya estamos aquí y hay que jugársela.
Todos guardamos silencio. Bajé mentalmente a toda la corte celestial y le dije al guía: “Arránquese, nos vamos ahorita”. Sentí un nudo en la garganta y retortijones en el estómago. Eran las 13:00 horas del miércoles 14 de agosto. En Monterrey, Nuevo León, la temperatura alcanzaba los 40 grados.
Dos camionetas arribaron al hotel donde nos hospedábamos. El guía nos dividió: “el fotógrafo irá en un vehículo de avanzada y tú, Ricardo, tú te vienes conmigo”. “Nos separaremos un kilómetro cada vehículo. Sin ven algo raro, mensajéame”, le dijo a su hijo, conductor del vehículo que iría por delante.
El trayecto se hizo largo en aquella ruta de concreto hidráulico caliente. Conforme dejábamos la ciudad de Monterrey, el calor aumentaba. El termómetro no mentía: 47 grados. El aire caliente golpeaba el rostro y recorría el cuerpo. Un golpe térmico brutal.
Dos horas después, apareció ante nosotros una carretera angosta, recta e interminable. “Ya estamos en los dominios de Los Zetas” –dijo el guía– si te fijas, no hay ni una brecha para huir”. Hacia los lados la carretera se cubre de matorrales, arbustos secos y tristes. El calor los derretía. Había, cada cierta distancia, rejas de madera y alambradas por donde se divisaban caminos de terracería marcados con rodadas de camionetas de llantas anchas. Según el guía, por esas rutas se llega hasta la frontera, se avanza unos 30 ó 40 kilómetros y se topa con el río Bravo y la presa Falcón, por donde los cárteles del Golfo y Los Zetas cruzan sus cargamentos de droga.
Las contadas casas en su mayoría están cerradas. La gente no sale a la calle y si lo hace es por una necesidad muy grande, pues Parás de día y noche parece un pueblo fantasma. “Aquí nada más quedan niños y ancianos”, dijo el guía. Los Zetas han acabado con todo: han asesinado gente, explotaron a las empresas que había, con cuotas millonarias y la mayoría cerraron. Los dueños se fueron de aquí.
El guía recuerda con orgullo: “Mira, en esa construcción –señala una estructura vieja y abandonada que está a la orilla de la carretera– había una empacadora de chile muy grande, pero el propietario ya no aguantó las extorsiones de Los Zetas y se fue. Nada más quedó el esqueleto de la construcción.
En los alrededores de la carretera hay ranchos inmensos: algunos tienen cercas de concreto, otras están sostenidas con alambres. Algunos predios son propiedad de pequeños capos que trafican con droga, al amparo de la impunidad; otros, de personas que combinan la producción de ganado con el narcotráfico y algunos más están abandonados porque los dueños fueron asesinados.
En dos horas y media de trayecto, ni una patrulla estatal ni federal apareció. Aquella zona no sólo está vacía de personas. También tiene un vacío de ley: todos los presidentes municipales de los alrededores son impuestos por Los Zetas y en ningún pueblo de esa comarca hay policías municipales. La única ley que impera es la de ellos.
Al llegar a Parás el sol cae a plomo. Son más de las tres de la tarde y el calor es seco, sofocante. Alrededor de unas tres o cuatro cuadras no se observa ninguna persona deambulando. Ni perros hay en la calle. Una tienda de abarrotes, ubicada en la calle principal, está cerrada. Su fachada es ruinosa. Los depósitos de cerveza parecen llevar meses con las cortinas bajadas y las casas dan la impresión de ser bultos en medio de la oscuridad: puertas cerradas, cortinas corridas y un silencio pesado las envuelve. Ni una silueta humana se asoma por las ventanas. En otras casitas apenas y se filtra la luz mortecina de una habitación.
Las avenidas, largas y pavimentadas, parecen surcos vacíos. Hacia las seis de la tarde, a lo lejos, se observan tres chicas que dan vueltas en una cancha de básquetbol. Sólo las acompaña su sombra. Es lo único que se ve. Y en el Club de Leones, antiguo centro de reuniones, hoy es un campo de fútbol que utilizan algunos soldados para jugar y matar el tiempo, mientras las camionetas con droga van camino a la frontera.
A la entrada de Parás está ubicado un rancho imponente. Cuenta con más de dos mil hectáreas y está cercado con barda de cemento, signo de la prosperidad que tuvo en algún tiempo. De acuerdo con la historia que cuenta un lugareño, el predio era de un “gringo mafioso” que tenía relación con Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40. Un día le dijo: “te vendo mi rancho”. Treviño sacó su pistola y le disparó en la cabeza. Luego le ordenó a sus gatilleros: “El rancho ya es mío, pueden ocuparlo”.
Hacia el año 2007, el jefe de Los Zetas compró otro rancho fastuoso que está a 15 minutos del centro de Parás. Se llama “Las Palmas”. Son 3 mil 500 hectáreas donde Treviño Morales criaba venados de cola blanca y ganado Brahman. Cada ejemplar, se dice en el pueblo, llegaba a costar hasta 200 mil dólares y tenía varios miles de ellos. El rancho fue propiedad de Alesio García, mejor conocido como El Huarachón, quien se lo vendió a Treviño Morales.
El lugareño que hallamos en Parás contó que conoció al Z-40 y que llegó a ser uno de sus empleados en ese rancho. Con base en la información de que dispone, dice que el jefe de Los Zetas jamás solía andar por esos lares con dos personas armadas. Traía mucha gente siempre con él. No se arriesgaba.
– ¿Cómo recuerdas a tu patrón? –Le pregunto.
– Yo lo recuerdo moreno, chaparrito y muy delgado. La verdad, no se parece a la persona que presentaron las autoridades, el día que dieron a conocer su detención. El vestía pantalón de mezclilla, camisetas, botas y a veces bermudas. A esa persona que vi por la tele, no la reconozco como mi patrón. Mi patrón era más moreno, más bajito y más delgado que la persona que presentaron en la televisión.
“Siempre llegaba al rancho al menos con diez o veinte camionetas con personas armadas. Los vehículos comenzaban a llegar uno por uno y al final o en medio venía él. A veces pasaba mucho tiempo sin que se apareciera por el rancho, pero cuando iba a llegar nos llamaban y nos decían: váyanse al rancho, enciendan las luces y prendan los climas, porque el patrón llega como en una hora.
“Y entonces nos jalábamos en chinga para el rancho. Nosotros vivíamos cerca de ahí y llegábamos muy rápido. Prendíamos la planta de luz y los aires acondicionados, poníamos cervezas en los refrigeradores y preparábamos todo para que llegara el patrón”.
Las dudas del lugareño y exempleado de Treviño coinciden con las que dieron a conocer algunos medios de comunicación tras su detención, en julio pasado. En las fotografías oficiales se observa al Z-40, en efecto. La cara redonda y los pómulos expresivos. A simple vista, la estatura no coincide con la persona que supuestamente detuvo La Marina. Sin embargo, para el gobierno federal no hay duda: el detenido sí es el Z-40 y la DEA corroboró su identidad, según las versiones oficiales, mexicana y estadounidense.
De su forma de vida, siempre a salto de mata, el lugareño dijo que el Z-40 solía arribar al rancho Las Palmas entre las dos y las cuatro de la madrugada. Llegaba con diez o veinte personas, cenaban y tomaban algunas cervezas y luego se encerraba en su habitación. Al día siguiente desayunaba lo que había: huevos, carne seca, café… y a veces permanecía uno o dos días. Durante su estancia en el rancho, mataba entre 15 y 20 venados, pues practicaba la cacería.
El rancho es impresionantemente grande y la casa o el casco sólo tiene seis habitaciones, varios baños y un corredor amplio. A un lado de la propiedad, el Z-40 mandó construir una fosa para enterrar a sus víctimas, aunque según el lugareño “la agarraba de bodega” para almacenar drogas.
La recámara donde dormía Treviño Morales no es muy grande. Debido al paso del tiempo –se observa que está abandonada desde hace mucho– existen algunos muebles: una cama grande, colchones regados, una sala café destruida, guantes, botas viejas y los huecos de algunos sistemas de aire acondicionado.
Fuente: http://192.185.4.21/~rvariopi/nota.php?id=306#.Uo20_9I6Jiq
belze- Staff
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Fecha de inscripción : 10/09/2012
Se retrasó 10 meses proceso penal contra El Z-40 por presuntas fallas de un juez
http://www.jornada.unam.mx/2014/05/28/politica/013n2pol
Se retrasó 10 meses proceso penal contra El Z-40 por presuntas fallas de un juez
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de mayo de 2014, p. 13
Por presuntas fallas de un juez federal, durante diez meses Miguel Ángel Treviño Morales evitó que se iniciara un proceso penal por delincuencia organizada en su contra.
Informes del Poder Judicial de la Federación refieren que Treviño Morales –quien fue detenido en julio de 2013– fue acusado por la Procuraduría General de la República de cometer delincuencia organizada en la hipótesis de delitos contra la salud, al encabezar una organización criminal que operaba en diversas entidades de la República Mexicana.
El Z-40 fue acusado junto con Salvador Alfonso Martínez Escobedo, El Comandante Ardilla, de controlar el tráfico de estupefacientes y, con base en las declaraciones ministeriales de sus cómplices, el juzgado tercero de distrito con sede en Toluca, estado de México, libró la orden de aprehensión correspondiente.
El 19 de julio se cumplimentó la orden de captura en el interior del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número Uno, conocido como Altiplano, en Almoloya de Juárez, y seis días más tarde se dictó auto de formal prisión, pero los defensores de El Z-40 se inconformaron con la decisión judicial y promovieron un recurso de apelación. El juicio se detuvo.
El caso fue turnado al quinto tribunal unitario y este órgano del Poder Judicial de la Federación confirmó la decisión del juzgado tercero de distrito.
Sin embargo, sus abogados promovieron un recurso de amparo y esta vez tocó resolver al cuarto tribunal unitario del segundo circuito; su sentencia fue "amparar al quejoso para efecto de que se deje insubsistente" el auto de formal prisión, y ordenó que se tomara nuevamente la declaración preparatoria del jefe del cártel de Los Zetas y que se subsanaran "las deficiencias formales señaladas, tales como efectuar una lectura íntegra de la totalidad de las constancias y certificar la presencia de los defensores particulares en la diligencia".
Ante la posibilidad de que se ratificara el amparo, la PGR promovió un recurso de revisión y entonces intervino el cuarto tribunal colegiado en materia penal, que el pasado 24 de abril resolvió como "parcialmente fundados" los argumentos de la PGR, y aunque modificó la resolución del anterior tribunal, amparó a Miguel Ángel Treviñó Morales para que se le tomara nuevamente su declaración preparatoria y se hiciera de su conocimiento "la naturaleza y causas de la acusación".
Pero el cuarto tribunal colegiado consideró que El Z-40 sí tuvo conocimiento pleno del contenido de las acusaciones en su contra y también estimó que tampoco se le violaron sus garantías, ya que sus abogados esttuvieron presentes cuando rindió su declaración preparatoria en julio de 2013.
Aun así, fue apenas el pasado 22 de mayo cuando el juzgado cuarto de distrito en materia penal con sede en Toluca dictó nuevamente el auto de formal prisión en contra de Treviño Morales, y se inició su proceso penal.
ivan_077- Staff
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Fecha de inscripción : 14/11/2010
Re: Expediente: Miguel Ángel Treviño, 'El Z 40'
Se retrasó 10 meses proceso penal contra El Z-40 por presuntas fallas de un juez
entiendase que dijeron plata o plomo y ya le estaba cayendo el Consejo de la Judicatura Federal. Habra que ver si lo corren como al p****e perro ese dizque juez que andaba juzgando en el Michoacanazo.
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