Denuncian torturas en penal de Aguascalientes

Aguascalientes.- Internos del Centro de Reclusión Varonil de Aguascalientes acusan a policías ministeriales de esa entidad de haberlos torturado.

“Esta tortura consistía en amarrarme a una banca de fierro completamente desnudo y me empezaron a mojar todo el cuerpo y me ponían unos cables de electricidad por todo el cuerpo, pero en especial en el pene y los testículos donde sin dejarme de poner cables de electricidad, me pusieron como una especie de lámina caliente con fuego en las plantas de los pies”, escribió Arturo I.

El testimonio, de su puño y letra, forma parte de decenas de denuncias por abusos y vejaciones en ese reclusorio.

En sólo un año, el Centro de Reinserción Social documentó 186 casos de tortura de presos, de acuerdo con una lista proporcionada por el director del Cereso, Juan Manuel González Rodríguez, los cuales ya están siendo investigados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Además, REFORMA entrevistó a familiares de varios presos, quienes acusaron al propio Procurador de Justicia de Aguascalientes, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, de actos de tortura. “El Procurador los torturó”, afirmó un familiar de las víctimas que pidió el anonimato.

La hermana de otro preso aseguró: “El señor Procurador se encapucha para golpear a la gente. Yo le echo la culpa al Procurador de cualquier cosa que nos pase”.

Los 186 casos documentados en un año por personal médico del Centro de Reinserción Social para Varones “Aguascalientes” ocurrieron al momento de la detención o en casas de arraigo de Aguascalientes a manos de policías ministeriales, de acuerdo con la lista proporcionada por el director del Cereso.

El documento, entregado a REFORMA por el abogado defensor de una de las víctimas, consiste en una lista con el nombre del detenido, el número de causa penal, el número de queja en la Comisión de Derechos Humanos, las lesiones físicas que presenta, una evaluación psicológica, a quién atribuye los hechos, el relato de la tortura sufrida y los delitos de los que fue víctima por parte de autoridades.

Las declaraciones fueron registradas al momento de ingreso al Cereso, que hasta enero de 2013 alberga una población de 791 detenidos bajo el fuero común y federal. Fechadas del 6 de marzo de 2011 al 2 de febrero de 2012, en 68 de las fichas, los detenidos presentan lesiones físicas recientes como contusiones, escoriaciones, hematomas y quemaduras. En dos casos hay pérdida del globo ocular y en tres hay quemaduras en la región genital y perineal.

“Huellas de lesiones por quemadura en trayecto uretral”, “hematomas, quemaduras y golpes internos”, o “hematoma infraorbitario izquierdo, ausencia de globo ocular izquierdo” son algunas de las lesiones documentadas por los médicos del Cereso.

En la lista también se proporciona un perfil psicológico del interno, en el cual se explica su personalidad y carácter; en algunos casos, se habla de estrés post-traumático debido a la tortura sufrida antes del traslado al penal.

“Presenta constante reviviscencia del evento en donde se presentan recuerdos reiterativos del hecho lo cual le genera angustia e inestabilidad emocional. Se esfuerza por no perder el aplomo y se enfoca en actividades sublimatorias de tipo laboral a fin de canalizar su ansiedad”, explica el certificado psicológico de uno de los internos.

De acuerdo con la lista, los 186 internos denunciaron haber sido detenidos sin orden de aprehensión, la mayoría por policías ministeriales vestidos de civiles. La mitad dijo que sus familiares fueron golpeados, y aquellos detenidos en sus hogares afirmaron que sus pertenencias, como automóviles, teléfonos celulares, joyas y dinero, fueron hurtadas.

Treinta individuos reportaron haber recibido visita por parte de la CNDH y en dos casos se cree que los familiares interpusieron queja.

“Refiere que se metieron (los policías) a su casa sin su permiso y sin orden de cateo (…) se robaron pertenencias como 10 celulares, alahajas, 2 sombreros tipo tejana, computadoras, le refirieron que lo iban a entregar al cártel de la oficina amenazándolo que lo iban a matar”, detalla una de las declaraciones.

El documento fue proporcionado el 15 de marzo de 2012 por el director del Centro, en tabla de Excel impresa en plotter, a petición del defensor particular de tres víctimas señaladas en el documento, para ser usado como parte del ofrecimiento de pruebas en el proceso penal que llevan.

Investigan quejas

De acuerdo con familiares de los presuntos torturados, hasta el momento la CNDH investiga 260 quejas vinculadas con tortura, corrupción, abuso de poder y desapariciones a manos de elementos de la Policía Ministerial de Aguascalientes, a cargo del Procurador Felipe de Jesús Muñoz Vázquez.

No obstante, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Aguascalientes sólo ha emitido una recomendación por tortura a manos de elementos de la Policía Ministerial, ocurrida durante el periodo de gestión de Muñoz Vázquez.

La recomendación 1/2013 documenta el caso de un hombre que fue trasladado a las instalaciones de la Policía Estatal, donde personal del equipo antidrogas lo electrocutó con una chicharra, además de que fue golpeado en pies, manos, espalda y genitales, y sometido con un cincho, en posición de cuclillas, por espacio de 4 horas. También reporta el robo de su camioneta, la cual fue asegurada al momento de su detención, y que no le fue devuelta al ser liberado de las instalaciones de la Policía Estatal.

De acuerdo con la recomendación, se pudo acreditar la participación de Víctor Hugo Lara Pérez, suboficial de la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de Aguascalientes, en la violación de derechos humanos del reclamante.

Procurador, señalado

“El Procurador los torturó”, afirmaron familiares de hombres torturados en Aguascalientes a manos de policías ministeriales.

Reunidas en entrevista con REFORMA, una docena de madres, esposas, hijas y hermanas denunciaron la responsabilidad del Procurador de Justicia de Aguascalientes, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, en actos de tortura cometidos para forzar a firmar declaraciones falsas.

Otros de los familiares, quienes pidieron el anonimato al temer por sus vidas, dijeron haber mantenido guardia afuera de casas de arraigo, debido a que los detenidos eran sacados por las noches y trasladados a un gimnasio para ser torturados.

Todos ellos afirmaron que en la Comisión de Derechos Humanos Estatal se ignoran las quejas por tortura.

Martha Martínez, cuyo hijo fue detenido en junio de 2011 por el cargo de homicidio, acusó que su hijo recibió una golpiza tan fuerte que tuvo que ser internado en el Hospital Hidalgo de Aguascalientes durante dos semanas, donde recibió hemodiálisis debido a una falla renal.

“Se ensañaron con él; cuando yo lo vi estaba golpeado en el piso, llorando, porque no podía mover ni sostenerse. Lo trasladaron al Hospital Hidalgo y el doctor que lo recibió fue a declarar por cómo llegó. El Procurador fue a verlo al hospital y le dijo que se iba a fregar porque tenía los papeles que le obligaron a firmar”, dijo.

La esposa de un preso aseguró que, tras la detención de su marido, los policías se adueñaron de la casa en la que vivía, reteniendo el título de propiedad e impidiendo su reingreso al inmueble.

Después de ser torturados, los hombres son trasladados a casas de arraigo por más de 30 días, periodo en el que curan sus heridas, para después ser enviados a penales fuera de Aguascalientes, aseguraron.

La campaña de acoso que mantienen policías ministeriales contra los familiares los obligó a manifestarse ante la Secretaría de Gobernación en el Distrito Federal el pasado 27 de febrero, durante un acto en el que exigieron la renuncia de Muñoz Vázquez, y que el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, interceda en los casos de tortura en el estado.

‘Golpearon también a mi familia’

En 30 cartas escritas a mano por detenidos en el Centro de Reclusión Varonil “Aguascalientes”, y fechadas al 26 de noviembre de 2012, se acusan actos de tortura que van de golpes a quemaduras por electrocución, realizados por miembros de la Procuraduría General de Justicia de Aguascalientes.

Las cartas, cuyas copias fueron otorgadas a REFORMA por un abogado defensor que ejerce en el estado, proporcionan un relato del momento de detención, así como lo ocurrido en oficinas ministeriales, casas de arraigo y otros lugares donde fueron torturados. En todas ellas, se afirma que las detenciones se hicieron sin orden de aprehensión y que se aplicó tortura para forzar a firmar declaraciones.

Las historias empiezan igual: los hombres son interceptados por policías ministeriales en sus casas, negocios o en la calle, donde son golpeados y forzados a subir a un vehículo, sin que se les informe la razón de la detención o se dé a conocer la orden de aprehensión.

En algunos casos, los individuos dijeron haber sido asegurados junto con sus familiares, quienes fueron maltratados para apresurar la firma de confesiones.

José L. iba en un taxi después de pasar a dejar a sus hijos a la escuela, cuando una camioneta les cortó el paso. Del vehículo salieron aproximadamente 15 personas, quienes se lo llevaron alegando que ocultaba armas y drogas.

El hombre los dirigió a su casa para que realizaran un registro; los policías, enojados al no encontrar las armas y las drogas, detuvieron a su esposa, hermana, madre y sobrinos de 4 y 5 años de edad.

“Me preguntaban que a cuántos había matado a lo que yo les dije que a nadie y a ellos les dio risa y me dijeron ‘a nadie orita vamos a ver si sigues diciendo lo mismo’ (…) arrimaron a mis familiares que habían detenido y enfrente de mí empezaron a golpearlas y a mi esposa le hacían tocamientos en sus sentaderas y me decían ‘si nos dices a quién has matado vamos a dejar de golpear y tocar a tus familiares”, se lee su carta.

El procedimiento de tortura física descrito por los firmantes es parecido: los llevan a una casa donde los asfixian con bolsas de plástico, los golpean con cachas de las armas y tablas de madera, los amarran a una llanta y los electrocutan.

En general, los firmantes describen haber sido privados de su libertad durante dos o tres días, algunos en una casa y otros en el gimnasio de las oficinas de la Policía Ministerial, en donde fueron torturados en periodos de hasta cuatro horas.

FUENTE:
http://www.lapoliciaca.com/nota-roja/denuncian-torturas-en-penal-de-aguascalientes/