Unidad nacional

Unidad nacional

Cadena de mando | Juan Ibarrola
2013-03-02 • Acentos

Qué difícil es darse cuenta de cuándo y cuánto cambian las circunstancias en nuestro país. Las acciones impactantes de los diferentes gobiernos en México han servido para dosificar en la gente las formas de cómo cambiarán y se regirán las condiciones políticas, económicas y sociales, a sabiendas de que la sociedad tardará en darse en cuenta y que, al fin y al cabo, las tendrán que aceptar; a sabiendas de que poco después no estarán de acuerdo y criticarán todo lo que huela a gobierno desde lo recóndito de la habitación conyugal o desde lo intenso de un lavadero de vecindad; desde la grandilocuencia del pasillo en la oficina o la línea de producción de la fábrica. El poder se toma y se ejerce. Este gobierno ya lo comenzó a demostrar a partir del martes con la detención de Elba Esther Gordillo. Sin lugar a dudas, no podría existir mejor pretexto para relanzar a la PGR de Murillo Karam. Para muchos ya era necesario que la procuraduría regresara por sus fueros.

De los cambios que hemos comenzado a vivir como país, habrá que agregar los que refieren todos los campos de la seguridad que, aunque deberían encajar en los políticos, económicos y sociales, aparentemente lo mejor es que los veamos como un tema aparte, es decir, vivimos durante casi 6 años la psicosis de la violencia y la impunidad desmedida, ahora comenzaremos a vivir los reacomodos; tanto las estructuras, órdenes, acciones y naturalezas de quienes proveen y procuran justicia en nuestro país —también seremos testigos de lo que sigue en materia de detenciones—, la mínima presencia de la Policía Federal en el Gordillazo es un buen ejemplo. México necesita ahora de la fortaleza de sus instituciones y, para bien o para mal, solo el gobierno sabe a lo que ha reducido a la otrora supersecretaría de Seguridad Pública federal, por lo que, en la detención de Toluca, se limitó a la PF a ser prácticamente una observadora. Es previsible, a partir de lo anterior, la fuerza que tendrá la PGR por sobre todos los cuerpos policiacos del país.

Queda entonces la gran interrogante del papel que tendrán las fuerzas armadas ante el fortalecimiento de instituciones como la Segob y la PGR.

La realidad es que los niveles de violencia no disminuyen.

A diferencia de otros añejos golpes a líderes sindicales en aquellos “años maravillosos” del poder, ahora tenemos un territorio nacional plagado de impunidad, uso y abuso de la fuerza por parte de la delincuencia; uso y abuso de la fuerza por parte de grupos autodenominados “policías comunitarias”. Se siguen cobrando derechos de piso y de paso. El tráfico de inmigrantes y su correspondiente leva de los “sin nombre” crece día a día. ¡Que no se olvide!

De todo lo anterior se insiste en el desempeño y participación del Ejército, Fuerza Aérea y Marina Armada de México para seguir haciendo frente a necesidades que no se pueden acabar con solo estrategias de imagen. La tarea debe llamarse “unidad nacional”. No es utópico creer que ésta se puede lograr, es necesaria, es urgente, las fuerzas armadas están prestas al llamado, la mejor prueba ha comenzado al interior de la Sedena y la Semar, de las que ya no debe ser extraña su participación conjunta en apoyo a la sociedad.

La gente debe tener claro que este es un “Nuevo México” donde la máxima es la unidad de la clase política en torno al Presidente de la República. De entrada pareciera una amenaza, sin embargo, habrá que esperar los resultados de este nuevo orden. Por todo lo anterior, el gobierno federal no debe perder de vista que mientras se fortalecen las instituciones que perdieron su peso específico en el pasado deberá aprovechar de manera inteligente y estratégica todo lo que las fuerzas armadas significan para los mexicanos.

Los festejos de febrero fueron importantes para el instituto armado. Los reconocimientos de los poderes de la unión y de la sociedad en general son, sin lugar a dudas, un aliciente. Ojalá y no se crea que con solo hacerlo así se cumple con la responsabilidad. Ojalá y por el bien del país se entienda que desde las fuerzas armadas puede comenzar una ruta clara para lograr lo antes posible un reencuentro positivo de todos los sectores del país, es decir, el inicio de la unidad nacional.

Twitter: @elibarrola