CUMPLE 100 AÑOS EL EJERCITO MEXICANO.

“Siempre leales”

Cadena de mando | Juan Ibarrola
2013-02-16 • Acentos

La lealtad es la mejor virtud para definir al Ejército mexicano. Lo señaló bien en su discurso, el pasado sábado en el Castillo de Chapultepec, el general Salvador Cienfuegos Zepeda en la ceremonia del Centenario de la Marcha de la Lealtad. “Las mujeres y los hombres del instituto armado estamos conscientes de que mover a México implica retos que conllevan disenso y consenso, propios de la pluralidad ideológica”. “En México tenemos la certeza de que los actores involucrados sabrán resolverlos con autodeterminación y lealtad a partir del interés compartido”. Y fue más allá cuando dijo que la lealtad es de todos, no solamente de los soldados.

Si el mensaje no fue claro, habrá que replantear las formas de relacionar al instituto armado y a la clase política.

El próximo martes 19 de febrero los soldados celebran su primer centenario. La fortaleza de su ser ha quedado para el objetivo juicio de la historia. Lo importante ahora es cómo empatar la realidad político-social del país —y sus necesidades— con el resultado latente y vigente del Ejército, producto de estos 100 años. La lealtad —espero— no debe estar en duda; los militares han demostrado, con subordinación, convicción y resultados, que su práctica ha estado al servicio del país no importando quien esté al frente de él. La lealtad y la disciplina no han estado sujetas a las formas personales de los secretarios de la Defensa. Siempre ha sido la misma. Lealtad a la nación, al pueblo y por supuesto a su comandante supremo.

Como parte del convencimiento en el que coinciden tanto el general Cienfuegos como el almirante Soberón sobre la necesidad de marchar juntos para atender las necesidades urgentes que de ellos requiere el país; sin lugar a dudas, se reforzará la fortaleza que como sector preponderante tienen en México. Sin embargo existen riesgos. El primero es que los mandos militares y navales comprendan la razón de hacerlo así. Ya se verá, dentro de poco, si los jefes y capitanes castrenses capitalizan sobre el mismo camino una agenda conjunta. El segundo riesgo latente es la comprensión que el gobierno federal deberá tener sobre las instrucciones que gire a unos y a otros.

En estos 100 años de lealtad, el gobierno actual debe concientizarse sobre la diferencia que existe entre utilizar y aprovechar a las fuerzas armadas. Una de las principales victorias que los de uniforme han alcanzado en este siglo es su alto grado de preparación académica, mismo que, por fuerza, los ha catapultado a ser verdaderos profesionales de las armas, donde su servicio a la patria no es limitado ni sujeto al sometimiento de necesidades particulares. Si alguien ha dudado sobre el conocimiento exacto que tienen los soldados sobre el país, y no únicamente en temas de seguridad pública, sino también, por ejemplo, en desarrollo social, está perdiendo un tiempo valioso, mismo que no se recuperará con discursos ambivalentes sobre condiciones de felicidad y tranquilidad.

Habrá que preguntarles a los soldados y marinos hasta dónde estarán dispuestos a seguir si el gobierno se mantiene con una idea equivocada e ignorante sobre la esencia del instituto armado.

Para los de uniforme es claro y preciso el papel que tienen como institución del Estado mexicano. Tal vez ya requieren de una participación activa que no se concentre únicamente en tareas de seguridad, de apoyo en casos de desastre; en suma, de las acciones sociales que han desarrollado en este siglo de vida que cumplen. ¿No será el momento de insertarlos más en la vida política, económica y cultural del país? Según las encuestas que reflejan la confianza en las instituciones, es el Ejército mexicano el de mayor nivel, por lo que, entonces, relegarlos a segundo término de las estrategias de gobierno que se quieren emprender reportará a corto plazo mayor desconfianza entre la población al faltarles ese factor de fuerza que tienen los soldados. Es decir, se mencionó su estatus de profesionales de las armas que se debe aprovechar ahora que la sociedad ya se acopló y acostumbró a su presencia.

Que no se pretenda utilizarlos, será un grave error.

Felicidades a todos los hombres y mujeres que conforman el siempre leal Ejército mexicano.

Twitter: @elibarrola

Los 100 años de ‘Batallas’ de un Ejército para la paz

Este 19 de febrero, la Secretaría de la Defensa Nacional conmemorará el centenario, entre otros sitios, en el antiguo Hospital Militar de Veracruz y la Fortaleza de San Carlos, en Perote

por Roberto Cruz el Domingo 17 de febrero de 2013 - 04:10:06

El hecho más destacado de su participación en un conflicto bélico fue en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, al lado de Estados Unidos, con el heroico “Escuadrón 201” de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana

Al interior del país ha vivido etapas contrastantes y episodios polémicos, tales como los hechos de la rebelión estudiantil en 1968, la escaramuza con el EZLN en 1994 o su actual lucha contra el narcotráfico

De 1942 a 1945, México se involucró en el conflicto de la Segunda Guerra Mundial. En el último de estos años, el “Escuadrón 201” de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana participó en la defensa de Filipinas junto a Estados Unidos.

Es la única vez, en 100 años, en que el Ejército Mexicano participa en una conflagración internacional.

La incursión de México en el conflicto internacional fue empujada por el ataque de submarinos alemanes a mercantes mexicanos en 1942, a causa de la venta de petróleo a Estados Unidos. El Gobierno mexicano hizo la declaración de guerra contra Alemania, Italia y Japón.

Era, sin duda, un Ejército joven, pues su conformación había ocurrido apenas 32 años atrás, en medio de la turbulencia política.

De hecho, para participar en la liberación de la isla de Luzón, Filipinas, en 1945, los 300 hombres que conformaron el “Escuadrón 201” recibieron un adiestramiento de meses en bases aéreas estadounidenses.

El Ejército Mexicano constitucionalista fue formalmente constituido tres años después del estallido de la Revolución Mexicana, un 19 de febrero de 1913, y apenas días después del episodio denominado “La Decena Trágica”, que culminó con el asesinato del Presidente Francisco I Madero.

El decreto fue firmado por Venustiano Carranza y establecido en el Plan de Guadalupe.

“Para la organización del Ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos nombramos como primer Jefe del Ejército, que se denominará ‘Constitucionalista’, al ciudadano Venustiano Carranza, gobernador del Estado de Coahuila”, indicaba el documento publicado en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila.

La tarea no era fácil. Enfrente había otro ejército, el Federal. Para el nuevo había que reclutar y “enseñar a sus soldados las tácticas y técnicas de combate, el uso del armamento, material y equipo de guerra con el que se contó”.

La evolución del Ejército Nacional Mexicano ha sido discreta y siempre apegada a la institucionalidad de los aires políticos. La propia efervescencia en la conformación de gobiernos y su representatividad como autoridad hicieron a sus miembros ser parte activa en los cambios históricos del país.

Sin embargo, la evolución democrática en la República, ciertamente lenta, fue situándolo, más firmemente, como una de las instituciones pilares de México.

“Con la llegada al poder de Miguel Alemán Valdés, ocurrida el 1 de diciembre de 1946, finalizó la etapa correspondiente a los mandatarios militares; durante su gobierno se creó el Departamento de Industria Militar; para evitar la fuga de divisas, y que nuestro país fuera autosuficiente en esa materia. De igual manera, se creó el Banco del Ejército”, señalan las crónicas.

En 100 años, el Ejército ha enfrentado etapas contrastantes y episodios polémicos al interior del país, tales como los hechos de 1968, durante la rebelión estudiantil, la escaramuza con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en 1994, o su actual lucha contra el narcotráfico.

Durante mucho tiempo ha participado en lo que se llamó “Mejoramiento al entorno ecológico”, pero también se hizo tradición admirarlo durante los desfiles en conmemoración del 15 de septiembre.

Su disciplina y apego a la institucionalidad, sin embargo, como se reitera cada año durante la conmemoración de la “Marcha de la Lealtad”, es innegable.

Este 19 de febrero, el Ejército Mexicano vivirá uno de sus festejos más emblemáticos, el de un siglo de existencia.

Uno de los grandes eventos, seguramente encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto y el Secretario de la Defensa, General Salvador Cienfuegos, se llevará a cabo en el antiguo Hospital Militar de Veracruz y la Fortaleza de San Carlos, en el municipio de Perote.

La conmemoración contempla una ofrenda floral en el monumento a Venustiano Carranza, quien, como lo testifica la Historia, firmó el documento para la creación del Ejército.
UNA INSOSPECHADA Y PELIGROSA GUERRA

Sin enemistad con ningún país, el Ejército Mexicano ha tenido una labor prácticamente de resguardo civil, con tareas, básicamente, de apoyo y socorro ante desastres naturales.

Y no fue sino hasta finales del Siglo XX cuando su actividad interna se enfocó a enfrentar a un enemigo en ciernes que, a la postre, resultó mejor armado que él: El crimen organizado.

Esta “batalla”, más que cruenta, se ha tornado desgastante, incómoda y hasta contraproducente. Desde que le fue otorgada la misión, con mucho ahínco, durante el gobierno panista de Felipe Calderón se alegó que era una tarea policiaca, y no militar.

El panorama al que se enfrentaría era, prácticamente, desconocido y lleno de incógnitas, básicamente, legales y de tácticas.

¿Hasta dónde podía llegar el despliegue de su capacidad? ¿Era o no una guerra la que enfrentaba? ¿Eran militares con objetivos de policías?

Los inconvenientes llegaron cuando su reacción a ciertos incidentes fue calificada de excesiva. Se comenzó, entonces, a hablar de derechos humanos, de adecuar su “modus operandi”, de su regreso a los cuarteles.

Mientras tanto, el temible enemigo del gobierno y de la sociedad crecía en territorio y en armamento.

La idea de sacar a los soldados a las calles comenzó a urdirse como una fatalidad y mala decisión, sobre todo, cuando la cifra de muertos por el combate al crimen organizado era, ya, una estadística que espantaba a los mexicanos y recorría el mundo.

El saldo llegó a ser tan abultado que más parecía el resultado de una confrontación con otra nación que la inútil extinción entre mexicanos.

Sin la declaración de una guerra de por medio, el Ejército Mexicano escribía una historia que tal vez no le correspondía, a veces elogiado, a veces criticado.

De esa incursión en terreno de un enemigo suspicaz y con aprendizaje casi de doctorado en países como Colombia surgieron las dificultades que dañaron la reputación militar.

En principio, cientos de elementos desertaron para acomodarse en las filas de los diferentes cárteles de la droga. La paga, esgrimían muchos, era mucho mejor.

Pero la cosa no quedó ahí; altos mandos militares comenzaron a ser involucrados en negocios de las drogas, basando las acusaciones en declaraciones ministeriales de narcotraficantes detenidos.

Esto llevó, recientemente, al arraigo, y posterior consignación, de cuatro generales (Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González, Rubén Pérez Ramírez y Ricardo Escorcia Vargas), así como al teniente coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto y al mayor Iván Reyna Muñoz.

Los escenarios trágicos rodeados de sospecha se sucedieron: En febrero de 2009 fue asesinado, en Cancún, el General en retiro Mauro Enrique Tello Quiñónez.

En noviembre del mismo año es ejecutado el General Brigadier Juan Arturo Esparza García, Secretario de Seguridad del Municipio de García, Nuevo León.

En mayo de 2011 es asesinado en Tlalnepantla, Estado de México, el General de División Diplomado del Estado Mayor en retiro Jorge Juárez Loera.

Sin embargo, uno de los casos más sonados fue el ocurrido en abril del 2012, cuando, en un ataque directo, es ejecutado el General en retiro Mario Arturo Acosta Chaparro a casi dos años de haber sobrevivido a un primer atentado en la Ciudad de México.
EN POS DE SU MODERNIZACIÓN

Casi al arrancar el sexenio de Felipe Calderón, un informe (gran parte de él publicado en distintas ediciones por IMPACTO) cimbró el medio castrense, político y social.

Era, a la vez, un análisis y un reclamo que abría en canal las entrañas del Ejército Mexicano.

En él había de todo; no cabía nada más que la propia respuesta de la Comandancia Suprema recaída en el Presidente de la República.

Con Calderón, para alentar su participación en lo que, primero, fue “guerra” y, después, “lucha” contra el crimen organizado, se le consiguieron a la tropa algunos ascensos económicos.

Del equipo, nada. Ocasionalmente se ha hablado de adquisiciones que, comparadas con las de otros países, no llegan ni al 1 por ciento. Y de modernidad ni hablar.

El estancamiento no es, sin embargo, una intransigencia del Estado mexicano, sino el nivel de prioridad asignado dentro del presupuesto federal lo que rezaga su actualización con respecto a otros ejércitos.

La urgencia en Educación, Salud y Desarrollo Social se impone sobre el tema militar.

El informe fue elaborado por altos mandos militares.

En su momento, el General Guillermo Galván, durante su cargo de Subsecretario de Defensa, expuso ante legisladores algunas consideraciones parecidas.

Al hablar, por ejemplo, de los batallones de infantería señala las carencias y las limitaciones.

Los vehículos tácticos (Humvee) datan de 1990; se emplean para reconocimiento y apoyo logístico. Su vida útil ya feneció; los de transporte de personal son del año 1994 y de características civiles; su capacidad es para 2 compañías.

Se carece, a nivel individual, de equipos de visión nocturna; ello limita la capacidad para el combate nocturno.

La Infantería a pie es, ya, obsoleta en los ejércitos modernos por su vulnerabilidad en el combate, debido a la carencia de vehículos blindados en su orgánica.

Con respecto a la Infantería ligera, indica: “La carencia del elemento de apoyo por el fuego les impide ser consideradas como unidades de combate”.

“Es una infantería creada, exclusivamente, para participar en actividades limitadas de orden interno y Plan DN-III-E”.

Sobre los regimientos blindados y mecanizados:

“No tenemos el elemento de combate que son los tanques, indispensables para plantear un esquema coordinado de maniobra”.

Doctrinariamente no deberían existir unidades blindadas, por no contar con su componente principal, que es, precisamente, el citado tanque.

La potencia y volumen de fuego del armamento vehicular es reducido.

Por la antigüedad de los vehículos, las fallas en sus sistemas son frecuentes, circunstancia que se agrava por la carencia de refacciones.

Por la misma razón, sus sistemas de comunicación no responden a las necesidades del combate moderno y, en consecuencia, el control de las operaciones es deficiente.

Los vehículos blindados carecen de elementos de defensa antiaérea propia.

Carecen de unidades de ingenieros mecanizados, circunstancia que limita su movilidad y en terreno accidentado y cursos de agua.

La interdependencia de sus componentes torreta y chasis no permite el empleo del armamento vehicular en movimiento.

Los sistemas de tiro, en su mayoría, son hechizos.

Como referencia citamos que países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Perú, Venezuela, Uruguay, Paraguay e incluso Nicaragua sí poseen en sus unidades blindadas elementos del arma blindada (tanques), principalmente, de origen alemán, norteamericano, ruso y francés.

Sobre la Fuerza Aérea, indicaba hace siete años que, ante la eventualidad de un conflicto bélico, ésta tiene un déficit de 227 tripulaciones, considerando la necesidad de contar con dos por aeronave.

Sólo dispone de municiones para un día de fuego, a razón de dos salidas por aeronave artillada.

Esto significa, indica, que la Fuerza Aérea podría operar sólo el primer día de combate si a todas sus aeronaves les fueran asignadas dos misiones.

Pero, además, las Fuerzas Armadas carecen de infraestructura y medios tecnológicos para contrarrestar las actividades de guerra electrónica de una potencia militar.

“Tenemos aviones de hace 50 años... Me subo, pero no sé si baje”, lo explicó, en alguna ocasión, el General Galván.
EL MANDO ÚNICO

El reporte contempla, también, la petición de un mando único de las Fuerzas Armadas.

“Por elemental congruencia estratégico-operativa, el sistema de fuerzas de la ‘defensa nacional’ debe estar estructurado y unificado bajo un solo mando militar”, indica.

La actual organización, indica, es impropia.

“La Secretaría de la Defensa Nacional, como Ministerio responsable de la política militar del país, debería integrar, dentro de su estructura operacional, a las tres Fuerzas Armadas nacionales.

“Sin embargo, la Armada de México, institución militar del mismo nivel que el Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos, no sólo no está integrada a la cadena de mando de las otras dos Fuerzas Armadas, sino que, inclusive, forma otra dependencia de Estado bajo un mando militar distinto: La Secretaría de Marina”.

Esto, advierte, pone en riesgo la defensa exterior de la Federación ante la deficiente capacidad de respuesta conjunta y coordinada de las tres fuerzas.

“Como lo prevé nuestra doctrina militar, es conveniente que, en tiempo de guerra, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada se hallen subordinados, por igual, al Secretario de la Defensa Nacional”, señala.

El informe, sin embargo, desecha la idea de que un civil o un político estén al frente de las Fuerzas Armadas; estos últimos, señala, por ser una clase desprestigiada.

“En caso de designarse a un funcionario de formación civil al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional, las acciones realizadas por las Fuerzas Armadas pueden politizarse o cuestionarse por parte de la oposición, según la filiación partidista del titular del ramo”, señala el documento, cuya copia obra en poder de IMPACTO.

“Existen pocos cuadros de políticos con conocimientos especializados referentes a defensa y seguridad nacional que puedan integrarse a una posible estructura unificada de defensa donde tenga cabida civiles”, añade.

Pero advierte: “El descrédito de la clase política puede afectar la imagen institucional forjada por las Fuerzas Armadas”.

Para su organización y buen mando, al frente del Ejército Mexicano estuvo la Secretaría de Guerra y Marina de 1884 a 1937. Y, a partir de éste último, la Secretaría de la Defensa Nacional.

En esta han transcurrido decenas de Generales de casta variada, pero de firmeza probada, desde Lázaro Cárdenas del Río hasta el recién nombrado Salvador Cienfuegos.

De 1976 a la fecha la han encabezado Félix Galván López, Juan Arévalo Gardoqui, Antonio Riviello Bazán, Enrique Cervantes Aguirre, Ricardo Vega García y Guillermo Galván.

La historia del último Ejército Mexicano, a 100 años de su conformación, gira, indudablemente, entre la gloria, el contraste y la polémica.
RECIBE PEÑA NIETO ESPADA Y SABLE DE MANDO

Al entregar la Espada y el Sable de Mando al Presidente Enrique Peña Nieto, los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Salvador Cienfuegos Zepeda y Vidal Francisco Soberón Sanz, respectivamente, ratificaron la lealtad inquebrantable al jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y a las instituciones del país.

Al recibirlos, el titular del Ejecutivo federal pidió a los militares del país mantener la lealtad a las instituciones y respetar, escrupulosamente, los derechos humanos.

“Así, con disciplina y compromiso, sigan cumpliendo su alta misión, protegiendo a la sociedad y los intereses de la nación; leales, por su honor y su palabra, militares y marinos dejan en prenda su espada y su sable de mando. Con esta acción, nuestras Fuerzas Armadas refrendan su lealtad institucional”, subrayó.

Paralelamente, Peña Nieto, acompañado por Cienfuegos Zepeda, inauguró, en el Zócalo capitalino, la exposición militar “Fuerzas Armadas, pasión por servir a México”.

Satisface desempeño del Ejército, proyecta imagen positiva.

La institución inspira respeto a los mexicanos: 91% considera que su actuación se ha apegado al orden legal y 90% está de acuerdo con su participación en la lucha contra el crimen organizado

Ulises Beltrán y Alejandro Cruz/ BGC, Ulises Beltrán y Asocs., S. C.

18/02/2013 09:09

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero.- En las vísperas de conmemorarse el centenario de su existencia, el Ejército goza de una imagen positiva entre la población, producto principalmente de su labor de ayuda en casos de desastre y de protección con el combate a la delincuencia organizada. Se piensa que ha sido una institución apolítica, respetuosa del orden legal y de los derechos humanos, leal a los gobiernos y al poder civil, tal y como se observa en la última encuesta telefónica nacional BGC-Excélsior.

La mayoría de la población sigue contando con una impresión positiva del Ejército. 62% expresa una buena opinión sobre esta institución militar (gráfico 1). Se trata ante todo de una organización que inspira respeto (84%). Las referencias más positivas de su accionar son la atención que ha prestado frente a desastres y su participación en el combate al narcotráfico y crimen organizado. Para la gente, el Ejército ha contribuido a la paz y estabilidad en México (muchísimo/ bastante 68%).

En la óptica de la gente, el Ejército mexicano no ha sido una milicia golpista, sino una apegada al orden legal existente (91%). Se piensa que ha sido leal (gráfico 2) a los gobiernos que le han tocado (siempre leal, 51%; la mayoría de las veces, 39%) y obediente (gráfico 3) a los presidentes civiles (total obediencia, 39%; bastante, 36%).

La mayoría (56%) considera que el Ejército se ha mantenido fuera de la política (gráfico 4) y se cree (65%) que así debe permanecer (gráfico 5).

Dado que México no ha enfrentado desafíos militares desde el exterior desde hace muchas décadas, la función actual más visible del Ejército para la población reside en la seguridad interna, principalmente en el combate al narcotráfico y crimen organizado (gráfico 6).

Junto con sus labores de defensa nacional frente a amenazas del extranjero y de protección civil en casos de desastre (gráfico 7), su participación en la lucha contra las bandas delictivas ya se ha acreditado en la opinión pública como una responsabilidad que sí debe cumplir (90%).

En cambio, aunque la mayoría cree que sí debe colaborar en conservar el orden público en casos de movimientos de protesta social (65%), una minoría relevante estima que debe mantenerse al margen (31%). No en balde, de los hechos que se llegan a cuestionar del Ejército en su siglo de vida, el más señalado es su intervención para aplacar el movimiento estudiantil de 1968.

En general se califica bien al Ejército en la manera como ha cumplido las labores que ha desempeñado. La mejor calificación (gráfico se la lleva en la atención de casos de desastre (excelente, 35%; buena, 57%), pero también recibe nota positiva en el combate a la inseguridad y crimen organizado (excelente, 21%; buena, 57%) y en la defensa del país frente al exterior.

Al llegar a su centenario, el mayor reto que enfrenta el Ejército para sostenerse como una institución confiable ante la población lo establecen sus tareas para combatir al crimen organizado, su accionar actual más visible. Hasta ahora, ha podido enfrentar su incursión más activa en esta lucha manteniendo su perfil de organización honesta (63%) y respetuosa de los derechos humanos (66%), frente a los riesgos de corrupción y abusos contra civiles.

La aprobación a su responsabilidad en el combate a la inseguridad depende de que mantenga su imagen de eficacia y observancia de la legalidad en ese ámbito. La mayoría (gráfico 9) cree que su participación en ese campo ha sido fundamental (31%) o importante (48%), aun si todavía persiste ese problema.

Asimismo, la legalidad de su proceder no ha sido hasta ahora cuestionada por la opinión pública pues se estima que los casos de violaciones a los derechos humanos son más bien aislados (68%) y no algo extendido.

Logros de la Sedena.

Jesús Aranda
Periódico La Jornada
Lunes 18 de febrero de 2013, p. 20

Para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los logros obtenidos en el sexenio 2006-2012 fueron el incremento en haberes (sueldos) de los militares, en 17.34 por ciento en promedio y de personal de tropa en ciento por ciento; el aumento de la presencia de la mujer en el Ejército y la Fuerza Aérea con 7 por ciento –14 mil 150 mujeres forman parte de sus filas– y el ingreso femenino en los 17 planteles, incluidos el Heroico Colegio Militar y la Escuela del Aire.

En ese periodo desertaron 43 mil 827 soldados de distintos rangos, es decir, 20 por ciento del total. Esta cifra, sin embargo, representó menos de la mitad de quienes abandonaron las fuerzas armadas en el gobierno anterior.

Realizó 212 operaciones de alto impacto contra grupos delictivos, "que superan 26 por ciento las programadas", detuvo a nueve capos nacionales y uno extranjero, 118 lugartenientes, 97 operadores, 46 mil 814 delincuentes nacionales "de menor nivel" y 683 extranjeros.

Aseguraron 9 mil 798 toneladas de mariguana; 36 de cocaína; cuatro toneladas 591 kilogramos de heroína; 74 toneladas 633 kilogramos de drogas sintéticas; 118 mil 640 armas de diverso calibre; 12 millones de cartuchos útiles; 9 mil 679 granadas; 538 aeronaves, 48 mil 456 vehículos; 219 embarcaciones; 343 millones 675 mil pesos y 176 millones 207 mil dólares estadunidenses. Destruyeron 3 mil 817 pistas de aterrizaje, desmantelaron 808 laboratorios clandestinos y liberaron a mil 959 secuestrados.

Pese a imagen dañada, tiene Ejército credibilidad

Martha Elba Figueroa
El Diario/Corresponsal | 2013-02-16 | 22:14

Distrito Federal— En el marco de la celebración de su día, el próximo 19 de febrero, el Ejército Mexicano conserva una alta credibilidad entre los mexicanos, a pesar de tener una imagen desgastada en materia de derechos humanos por las violaciones cometidas en contra de civiles, derivadas de la guerra emprendida por el ex presidente Felipe Calderón en contra del narcotráfico y del crimen organizado.

En una encuesta realizada en julio pasado por la empresa Parametría acerca de la confianza en las instituciones mexicanas, se observó que aquellas con una mejor evaluación fueron: amigos y familiares, Marina, Ejército, maestros, la Iglesia católica, sacerdotes, los funcionarios de casilla y la Presidencia de la República, “la mayoría de ellas con una fuerte carga simbólica”. En este caso, el 75 por ciento de los entrevistados aseguró que le inspiraba “mucho o algo” de confianza el Ejército.

A pesar de ello, otro análisis realizado por Consulta Mitofsky en marzo del mismo año, advirtió que “en cinco años el número de presuntas violaciones a los derechos humanos por parte del personal del Ejército y la Marina aumentó 931.3 por ciento y 1,962.5 por ciento, respectivamente”.

Por ello, en la Décima primer Encuesta Nacional sobre Percepción de Inseguridad Ciudadana en México, elaborada en noviembre de 2012, al cuestionar el uso del Ejército para combatir el crimen organizado, a pesar de que durante todo el sexenio fue mayoritario el porcentaje que creyó que es correcto, se observó que este porcentaje bajó 15 puntos porcentuales (84% a 69%) y que año con año crecía el porcentaje de respuestas “incorrecto” que iniciaron con 9% y finalizó en 25%

Por regiones, se explicó en ese entonces, el norte, donde se presenta más temor al delito y más desconfianza a la policía, es precisamente donde más consideran correcto usar al ejército; en cambio el centro del país, la región más crítica al éxito de la estrategia del actual gobierno, es donde menor acuerdo con usar el ejército se tiene.

“Estos elementos nos sirven para determinar o cuestionarnos si las prioridades de las instituciones son la investigación, detención, procesamiento y sanción de presuntos delincuentes bajo un principio de respeto a los derechos humanos, como lo determina un Estado de Derecho o una actuación distinta bajo la premisa de la ‘eliminación del enemigo’”, cuestionaba en ese entonces tanto la encuestadora como la organización México Unido contra la Delincuencia, quien también participó en la elaboración de la encuesta.

En tanto, en su reporte anual de 2013, capítulo México, la organización internacional Human Rights Watch (HRW), advirtió que en este país “en el marco de sus actividades de seguridad pública, las fuerzas armadas mexicanas han cometido graves violaciones de derechos humanos”.

Entre enero de 2007 y mediados de noviembre de 2012, resaltó la organización, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México emitió informes detallados sobre 109 casos en los cuales determinó que miembros del Ejército habían cometido graves violaciones de derechos humanos, y recibió denuncias de 7 mil 350 abusos militares.

“Una de las principales causas por las cuales se repiten los abusos militares es que los soldados que los cometen casi nunca responden ante la justicia. Esto se debe en gran medida a que los casos siguen siendo investigados en el sistema de justicia militar. La Procuraduría General de Justicia Militar inició casi 5 mil investigaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por soldados contra civiles entre enero de 2007 y abril de 2012, y durante este período los jueces militares condenaron solamente a 38 militares por violaciones de derechos humanos”, se advirtió.

Fue en este marco que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) acotara, en agosto de 2012, el fuero militar a aquellos elementos castrenses que hubieran cometido un delito en el que se vieran afectados los derechos humanos de uno o más civiles, por lo que en este supuesto se dictó jurisprudencia para que fueran juzgados por el fuero federal.

La resolución se dio al revisar el caso del joven morelense Jethro Ramsés Sánchez Santana, quien desapareció en mayo de 2011 y fue encontrado muerto presuntamente por la tortura que se le infringió por parte de militares, por lo que siete magistrados del Máximo Tribunal de Justicia de la Nación coincidieron en que el fuero de guerra debe ser interpretado de manera restrictiva.

El ministro Arturo Zaldivar explicó en aquel entonces, que la resolución avalada por la mayoría de los integrantes de la SCJN, iba en consonancia con lo establecido un año atrás en el caso del activista Rosendo Radilla, detenido ilegalmente y desaparecido en un retén militar en el estado de Guerrero, en 1974, y la sentencia sobre el asunto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuando el máximo tribunal determinó, de manera unánime, que “todos los jueces del Estado mexicano deben replicar en casos futuros el criterio de restricción del fuero militar en cumplimiento de la sentencia del caso Radilla Pacheco y en aplicación del artículo 1 constitucional”, es decir, que los delitos en los que se viera afectada la ciudadanía debían ser procesados en juzgados civiles.

Sin embargo, HRW advirtió que “no obstante, los distintos proyectos legislativos de reforma del Código de Justicia Militar que están siendo impulsados en el Congreso encontraron una férrea resistencia. El Ejército ha manifestado que continuará ejerciendo jurisdicción respecto de casos de presuntos abusos hasta que se reforme el código de justicia”. (Martha Elba Figueroa/El Diario/Corresponsal)

Asiste Peña Nieto a concierto por los 100 años del Ejército Mexicano.

El presidente de México asistió al Auditorio Nacional, acompañado de su esposa Angélica Rivera como parte de los festejos del centenario del Ejército

Redacción/Fotos. Presidencia

18/02/2013 21:58

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero.- El presidente de México, Enrique Peña Nieto asistió al Auditorio Nacional acompañado de su esposa Angélica Rivera, al concierto por los 100 años del Ejército Mexicano.

El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray anunció en su cuenta de Twitter la presencia de Peña Nieto en el evento, “en el auditorio nacional, en el concierto por los 100 años del Ejército Mexicano, con el Presidente @EPN”.

El pasado 16 de febrero, el presidente inauguró en el Zócalo capitalino la exposición “Fuerzas Armadas, Pasión por Servir a México”, como parte de los festejos del centenario del Ejército.

Vicente y Alejando Fernández se suman al festejo militar
Política • 18 Febrero 2013 - 11:54pm — Rubén Mosso

Los cantantes de música ranchera amenizaron el centenario del Ejército Mexicano en el Auditorio Nacional ante el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, a quienes les dedicó la canción "Cien Años".

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Foto: Daniel Cruz
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Ciudad de México • El cantante Vicente Fernández y su hijo cerraron el magno concierto que ofrecieron la Orquesta del Ejército mexicano y la Fuerza Aérea y la Filarmónica de la Armada de México, en el Auditorio Nacional, evento que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto.

Vicente, quien recorre el país por motivo de su retiro de los escenarios saludó al primer mandatario y a la esposa de éste, Angélica Rivera, a quienes les dedicó la canción "Cien Años"; dijo en tono de broma que cantaba esa melodía, porque la que le pidió el presidente no se la sabía.

Vicente Fernández llamó "hermanos" a los soldados y marinos, pues dijo sentirse también un "soldado", el cual puede ser invitado de manera privada cada 19 de febrero para conmemorar el Día del Ejército, lo que entusiasmo a los asistentes.

También saludó a los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Francisco Soberón, respectivamente.

Entre las canciones que interpretó Vicente Fernández destacaron "Por tu maldito amor", "Que bonito amor", "Acá entre nos", "Nos estorbó la ropa" y "Mujeres Divinas", por mencionar algunas.

Pero eso no fue todo, pues casi al final los festejados se sorprendieron cuando salió al escenario Alejandro Fernández, el "menor de los potrillos, dijo su papá.

Alejandro agradeció el apoyo que ha dado a la sociedad las fuerzas armadas y cantó a dúo con su padre; una de las canciones fue la de "Perdón".

El concierto duró casi cuatro horas y el personal castrense no dejó de aplaudir a sus compañeros que interpretaron diversas obras y, por supuesto a Vicente Fernández y al "potrillo", con quienes cantaron todas las canciones que interpretaron.

"Somos un mismo pueblo, pero con uniforme": General Noé Sandoval.

19 de Febrero del 2013 a las 15:02pm

El Comandante de la Cuarta Región Militar invitó a la ciudadanía para que siga haciendo sus denuncias anónimas para combatir el problema de la inseguridad en Nuevo León.

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Monterrey.- • El General Noé Sandoval, Comandante de la Cuarta Región Militar, invitó a los nuevoleoneses a que sigan haciendo las denuncias anónimas para combatir el problema de la inseguridad.

En entrevista, tras el evento donde se conmemoró el Día del Ejército Mexicano, manifestó que sólo así se logrará tener una paz en la entidad y por su parte la milicia seguirá colaborando con la comunidad como es la orden del ejecutivo federal.

"Sin ellos no podemos seguir avanzando, necesitamos que la sociedad se sume a este esfuerzo denunciando, informando como un vigilante más de la sociedad, para tener paz", dijo.

Aunque no precisó si se incrementará la presencia de militares en la entidad, el Comandante señaló que los soldados están comprometidos y seguirán en la calle por mandato del presidente Enrique Peña Nieto.

"El Ejército y Fuerza Aérea están comprometidos con la sociedad, estamos para servir a la sociedad y es una vocación de servicio que se tiene porque somos el mismo pueblo, pero con uniforme.

"Las instrucciones del Presidente de la República de seguir colaborando y coadyuvando con las autoridades civiles en tareas de seguridad pública y en cualquier circunstancia que necesiten de los soldados", argumentó.

Asimismo comentó que Nuevo León ha avanzado mucho en materia de seguridad, gracias a la creación de Fuerza Civil y la coordinación que existe con los municipios y el Ejército.

El número al que la ciudadanía se puede comunicar para realizar la denuncia anónima es el 1647-0203.

CON INFORMACIÓN DE MARILÚ OVIEDO

Cumple 100 años el Ejército mexicano.

Con diversos actos se conmemoró el centenario de la institución creada el 19 de febrero de 1913 como Ejército Constitucionalista bajo el mando de Venustiano Carranza.

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Izamiento de la bandera en Sinaloa como pare de la conmemoración del centenario del Ejército. (Foto; Rashide Frías/Cuartoscuro)

Este martes se conmemoró el centenario de la creación del Ejército Mexicano con distintos actos en los estados, donde gobernadores reconocieron las acciones de los elementos castrenses.

El Ejército es junto a la Marina, una de las instituciones que más confianza genera en la ciudadanía de acuerdo a una encuesta de Parametría publicada en julio de 2012 y a una de Consulta Mitofsky del pasado octubre.

Durante las ceremonias realizadas en Tabasco, Quintana Roo, Sinaloa y Tamaulipas, por el centenario de la fundación del Ejército Mexicano, mandatarios locales y alcaldes destacaron su labor en las entidades mencionadas.

La institución nació el 19 de febrero de 1913, un día después de que se culminara el periodo conocido como la Decena Trágica, en el cual Victoriano Huerta derrocó el gobierno del Francisco I. Madero.

El XXII Congreso Constitucional de Coahuila, emitió el decreto 1421, en el cual desconoció a Huerta como jefe del Ejecutivo. Al mismo tiempo le concedió a Venustiano Carranza, mandatario de la entidad, facultades extraordinarias para armar fuerzas y se exhortó a gobernadores de los demás estados, así como otras fuerzas federales para que apoyaran el acto, con lo cual nacería posteriormente el Ejército Constitucionalista, que enfrentó a las fuerzas federales.

Acciones conmemorativas

La Cámara de Diputados aprobó con 431 votos a favor, el dictamen que establece las características de una moneda conmemorativa del centenario del Ejército Mexicano como reconocimiento a sus hombres y mujeres por las acciones emprendidas en beneficio de los ciudadanos.

El dictamen remitido al Senado, acordó la creación de una moneda con valor nominal de 20 pesos, con un diámetro de 32 milímetros y un contenido de 75 por ciento cobre y 25 por ciento de níquel.

La noche del lunes tuvo llevaron a cabo un magno concierto “Cien años de lealtad institucional” donde la Orquesta Sinfónica del Ejército y Fuerza Aérea, así como la Filarmónica de la Secretaría de Marina-Armada de México brindaron la función musical en el Auditorio Nacional. El acto contó con la presencia del presidente Enrique Peña Nieto y de varios funcionarios federales.

También el pasado 15 de febrero se instaló la exposición “Fuerzas Armadas… Pasión por servir a México” que se encontrará en el Zócalo de la Ciudad de México hasta el próximo 6 de marzo y cuenta con entrada libre.

(Con información de Notimex y Sedena)

100 años de formar héroes.

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Hombres y mujeres al servicio de la patria y de las familias mexicanas.


El 19 de febrero de 1913 Venustiano Carranza crea fuerzas armadas que dieron paso a lo que hoy es el Ejército Mexicano
Por AGENCIA ESQUEMA / Morelia
Publicada el 02/19/2013

Este martes se cumplen 100 años de la creación del Ejército Mexicano, 100 años de formar héroes, hombres y mujeres al servicio de la patria y de las familias mexicanas.

Es el centenario de miles de millones de historias, de anécdotas alegres y muchas otras amargas que fueron vividas por los militares que pasaron por cada cuartel, en las cuales también se narran los momentos crudos donde varios soldados perdieron la vida en cumplimiento de su deber, acción que podría calificarse quizá como el mérito más grande sólo por dar la existencia por el prójimo y de luchar por lo que se cree es justo: el bienestar de la población, aunque esto sea poco reconocido por la a veces ingrata opinión pública.

Tal vez sólo las familias, los seres queridos y la gente que conoce a estos “Hijos del Ejército” puedan entenderlos, pues aunque parezca trillado la labor de las armas es una difícil tarea que muy pocos logran comprender, ya que en los hombros se carga la responsabilidad enorme de cumplir con el deber sin ningún pretexto y siempre en sacrificio del propio tiempo y hasta de la vida.

En las manos de Dios

Arturo abraza a su hija, le da un beso que quisiera fuera eterno, la mira a sus ojos y le dice: “cuida a tu mami”, luego se despide con el deseo de no mirar atrás para que no sufra el corazón, para que no rompa en llanto: “Al verme fuerte le doy fuerzas a ellas, piensa.

Él sabe que la próxima vez que vea a su pequeña puede ser dentro de un mes o más, tal vez crudamente ya jamás vuelva a hacerlo porque la vida de un soldado está como se dice: “siempre a un paso del hoyo”.

Arturo es militar, al salir a su trabajo siempre se encomienda a Dios, pues sabe que está en sus manos, mientras camina hacia un destino incierto. En una ocasión junto con sus compañeros se enfrentó a varios pistoleros: “Los encontramos en la carretera, vimos que estaban armados, primero pasó una camioneta, enseguida otra y comenzamos a perseguirlos, los individuos del segundo automotor comenzaron a disparar y ahí se dio el enfrentamiento”.

Durante el tiroteo, como si fuera una mala jugada, el arma de Arturo se encasquilló: “mi fusil se quedó trabado, sólo escuchaba como pasaban las balas cerca de mí y rebotaban por doquier, eran segundos que parecían eternos, en un breve instante pensé que iba a morir y todos los recuerdos con mi hija y con mi esposa me pasaron por la mente como flashes, así como sucede en las películas”.

Precisamente, ya en las manos de Dios Arturo rezó: “Yo creo mucho en Dios, mientras mi arma estaba atascada comencé a rezar y como si fuera un milagro ésta se destrabó. La balacera fue sangrienta hubo más de seis muertos”.

El soldado “la libró” y luego de unas semanas volvió a su hogar, dejando atrás aquellas duras escenas y aunque está consciente de que no es fácil, prefiere olvidar y saber que por un instante más tiene la fortuna de estar con los suyos, con lo que más ama en la vida:su hija, pues en la labor militar la fe es una de las cosas más importantes.

El casco milagroso

En cada misión Fernando siempre renegaba por usar su casco: “Es muy pesado e incómodo, más cuando hace mucho calor, pues te asas como si fueras un pollo a la leña”.

Sin embargo, nunca dejó de usarlo ni desobedeció al mando que les pidió a todos siempre tener todas las medidas de seguridad necesarias para evitar una tragedia durante las encomiendas.

Comenzaba a anochecer, parecía la conclusión de un día tranquilo, sin novedades, la patrulla militar circulaba por una brecha, cuando de pronto un disparo rompió el silencio de la sierra y se unió al ruido de los motores de los vehículos castrenses.

Enseguida vino otra detonación, a la cual la sucedieron muchas más, era ya una emboscada. Los uniformados saltaron de sus unidades y se pusieron a cubierto, de donde repelieron el ataque enemigo. Las balas daban en los cristales y cerca de los soldados que parecían inmutables ante la refriega.

Detrás de unas piedras estaba Fernando, quien disparaba contra los gatilleros que parecían fantasmas al amparo de las sombras y al querer ubicarlos uno de ellos le acertó un tiro justo en la cabeza, tras lo cual el soldado se desvaneció.

Los militares lograron hacer que los maleantes huyeran, pero en el suelo estaba tirado Fernando y todos creían que estaba muerto, su casco se veía claramente penetrado por una bala.

Con rostros de tristeza y coraje se acercaron a él, pero luego como por arte de magia se levantó y alarmado dijo: “Qué me pasó”, el joven rápidamente se quitó su casco y vio el gran impacto que tenía, pero la ojiva no logró atravesarlo.

El militar volvió a nacer y supo por qué siempre era necesario minimizar los riesgos, además de que guardó el casco como un “objeto sagrado” de aquella ocasión para recordar que la vida da oportunidades.

Basadas en hechos reales.

“Cien Años de Lealtad” contados con música.

19 de febrero del 2013
Por Angel Silva Juarez

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México, 19 de febrero.- Con un majestuoso Auditorio Nacional como escenario, la Orquesta Sinfónica del Ejército y Fuerza Aérea y la Orquesta Filarmónica de la Marina-Armada de México unieron fuerzas en un magno concierto para celebrar a los soldados por 100 años de servir con valor y lealtad a México.

Bajo las notas de “Juntos todos somos la gran Fuerza de México” dio inicio el maravilloso viaje de imágenes y sonidos, los cuales evocaban en todo momento la grandeza del Ejército Mexicano y su labor de defender a esta gran nación.

Una zarzuela, las “Voces de Primavera” de Strauss, “Aire de Berlín”, “Marcha Persa”, “Obertura 1812″ de Tchaikovski, así como unas sobresalientes versiones de “La Vida en Rosa” de Édith Piaf y “Bohemian Rhapsody” de Queen completaron la primer parte del recorrido.

Para la segunda parte se desató el sabor latino con un popurrí llamado “Fiesta latina” que no hizo dudar ni un segundo al público para utilizar sus palmas y con ello motivar a los músicos, un guapango, el estreno de la “Obertura Centenario del Ejército Mexicano” y el clásico “Cielito Lindo”, el cual literalmente puso a los asistentes a cantar.

Cuando todo parecía llegar a su fin, un mariachi apareció en el escenario después de un breve receso y por si fuera poco, Vicente y Alejandro Fernández deleitaron a los asistentes con sus melodías para cerrar una velada fantástica con broche de oro.

Galería del evento.

Angel Silva Juárez

Estado Mayor

“El extraño enemigo”

Cadena de mando | Juan Ibarrola
2013-02-23 • Acentos

Los pendientes que tiene el Estado mexicano con el Ejército, a 100 años de su creación, siguen en esa calidad. Pendientes que, en definitiva, la clase política no ha querido resolver por esa confusión que existe en torno al empoderamiento de los militares. La realidad es que los soldados siempre han tenido poder, la diferencia radica en que primero lo han utilizado en beneficio de la sociedad, después en el de ellos —lo que tendría lógica— y, al final, en estricto provecho del gobierno federal.

Los pendientes se fundamentan en el discurso que el general Salvador Cienfuegos ofreció el 19 de febrero en la conmemoración de Centenario del Ejército, enfatizando que “este Ejército es de México y de todos los mexicanos”; Ejército que, “ha contribuido a mantener la armonía, la paz y seguridad de la sociedad; ese es nuestro mayúsculo aporte a la estabilidad y progreso nacional”.

El mensaje de Cienfuegos tiene dos claros que se ponen a disposición del Estado mexicano y le dan sentido al hecho de que todos los días hay algo que el Ejército puede hacer para que México sea cada vez mejor. Su permanencia en tareas de seguridad pública y la participación activa con otras secretarías en temas de desarrollo social son las acciones que, sin lugar a dudas, le dan seguridad y tranquilidad a gran parte de la población, esa que el único miedo que tiene hoy es el de que los soldados regresen a sus cuarteles.

Sin embargo, dentro de la civilidad hay grupos que se convierten en extraños enemigos. Estos se hacen presentes intentando debilitar al instituto armado y, evidentemente, el mejor momento para hacerlo es en este mes tan significativo. Los enemigos cobran vida a manera de detracción, confusión, pero, sobre todo, de ignorancia. Apuntan también de manera directa a los tres niveles de gobierno, impactando de paso a las fuerzas armadas, convirtiéndose en recipiendarios finales de esos embates; es decir, cuando ya esté a punto de hervir la olla —policías comunitarias como ejemplo— que vengan los militares y lo resuelvan.

Y todo lo anterior, por fuerza, nos lleva a la incongruencia. Sería interesante que se explique por qué si el Ejército mexicano es un violador sistemático de derechos humanos, todas las encuestas de opinión nacionales e internacionales los ubican como la institución del país con el mayor nivel de confianza, por encima de la Iglesia y las universidades.

A 100 años de ser la institución soporte de todos los acontecimientos políticos y sociales de nuestro país, quizá debiéramos comenzar una reflexión objetiva y justa del papel desempeñado por los soldados mexicanos. La atención que prestamos a diferentes actores sociales debe ser revaluada en la existencia de que sus dichos, sentencias y señalamientos contra las fuerzas armadas en verdad tengan sustento y perspectiva.

Un paso dado para generar cultura castrense fue el seminario de relaciones cívico-militares que la Sedena organizó durante febrero, a través de la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea y del Centro de Estudios de Ejército y Fuerza Aérea, el cual tuvo como objetivo presentar ante funcionarios del gobierno federal, académicos y analistas de las fuerzas armadas cuál es el ser y el hacer del Ejército. Vale la pena pensarlo como una introducción a lo que debe ser la dinámica de unos y otros; es decir, una relación basada en el conocimiento, en la objetividad y en la comprensión. Una relación basada en la unidad nacional.

El Senado hizo lo propio con el reconocimiento al Ejército el pasado jueves 21, sin embargo, la importancia del acto se vio superada mediáticamente por la negativa de los senadores panistas a que el Presidente fuera orador en el mismo. No les podían robar el estelar a los senadores del PAN. Si bien hubo un sesgo mediático, para el Ejército tiene una distinción que se reflejará en la sociedad.

Termina este mes del Ejército con grandes retos. Uno de ellos es la suma de esfuerzos conjuntos que tanto soldados y marinos emprenden en función de un nuevo orden nacional, soportados, como lo dijo el general secretario, en la necesidad de crear una política de defensa nacional. Las órdenes ya están dadas, así como la firmeza de hacerles frente a los extraños enemigos. Sean quienes sean estos, como sean; representen lo que representen.

Al tiempo, entonces.

Twitter: @elibarrola

Lanceros de Toluca escribió:Se fusionaron diversos temas al respecto.

No es vocación del Ejército estar en las calles: Salvador Cienfuegos
08 de noviembre del 2013

En compañía del presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya, y los coordinadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones y del PRD, Silvano Aureoles, el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda develó una placa conmemorativa a los 100 años del Ejército Mexicano en el recinto legislativo de San Lázaro.

Durante su intervención, el General Cienfuegos enfatizó que los soldados responden con lealtad y con respeto a los derechos humanos a los retos actuales del país e hizo un llamado a los legisladores para crear un marco jurídico acorde a dichos retos que garantice los instrumentos legales apropiados, modernos y funcionales.

De la misma manera, recalcó que la labor y vocación del Ejército no es el de patrullar las calles, pero en vista de la demanda de la sociedad y las órdenes dadas, las Fuerzas Armadas coadyuvan en éste ámbito para el desarrollo del país.

Por su parte, Ricardo Anaya, exaltó la lealtad del Ejército hacia México y aclaró que no se debe abusar de dicha lealtad ya que están en riesgo las vidas de los soldados y el prestigio de la institución castrense.

Asimismo, el Presidente de la Cámara Baja, hizo evidente la imposibilidad (por el momento) de retirar a las Fuerzas Armadas de las calles. Sin embargo, invitó a la sociedad a colaborar para que dicha intervención sea una medidas transitoria en tanto se restablece el orden institucional.

Angel Silva Juárez

@Usul16

Estado Mayor