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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM

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Mensaje por mossad Octubre 11th 2009, 14:20

Recuerdo del primer mensaje :

Nada tontos los aguiluchos,cuando se acabo la guerra algunos se fueron a EU con las nenorras que conocieron alla.

Y no mas chequen en su ciudad cuantas calles y avanidas tienen el nombre de escuadron 201,probablemente muy pocas ,ahh pero hay avenidas y calles Carlos Salinas De Gortari .

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Mensaje por r_krimen Mayo 3rd 2011, 08:50

Cuando estuve en mexico me toco ver a un par de ellos en la SEDENA, a platica y platica con oficiales en activo
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Mensaje por Lanceros de Toluca Mayo 3rd 2011, 12:21

Quedan 26, de 283, de esos 26, solo pudieron ir 6

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Mensaje por yax Mayo 3rd 2011, 14:15

Contando mecánicos,climatologos,armeros y demás?
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Mensaje por Takeda Mayo 3rd 2011, 21:05

Nunca he entendido porqué no es el 201 el escuadrón de élite de la F.A.M. Con todo el legado que tiene, debería ser el máximo honor de la Fuerza Áerea servir en ese escuadrón.
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Mensaje por Lanceros de Toluca Mayo 4th 2011, 14:53

Todo el personal de todas las armas del Ejercito Mexicano que fueron incluidos (aun no se creaba la FAM)

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Mensaje por lucas2ss Julio 31st 2011, 02:43

Oigan y algunas de las aeronaves las tiene México? porque tengo entendido de que al termino de las misiones en Filipinas se regresaron a eu y otros países que les prestaron las aeronaves... y si es así en donde se encuentran me gustaría verlas en persona.
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Mensaje por PILATUS Julio 31st 2011, 07:41

lucas2ss escribió:Oigan y algunas de las aeronaves las tiene México? porque tengo entendido de que al termino de las misiones en Filipinas se regresaron a eu y otros países que les prestaron las aeronaves... y si es así en donde se encuentran me gustaría verlas en persona.

De hecho las aeronaves que participaron en Filipinas se quedaron allá,y a México le mando un lote nuevo de P-47D. Junto a los AT-6,AT-11,PT-17.
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Mensaje por hwk-11 Febrero 4th 2012, 11:01

me encontre esto
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MEXICAN AIR FORCE AIRCREWS

Posted 2/25/2010 Printable Fact Sheet

Photos
World War II: Airmen in a World at War
DAYTON, Ohio - The Mexican Air Force portion of the WWII: Airmen in a World at War exhibit in the World War II Gallery at the National Museum of the U.S. Air Force. (U.S. Air Force photo)
Download HiRes
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In the summer of 1945 airmen of the Mexican Air Force flew combat missions along with their American Allies. Mexico's Escuadrón 201, The Aztec Eagles, equipped with Republic P-47D Thunderbolt fighter aircraft distinguished themselves in providing close air support to American ground units as well as long-range bombing strikes deep into Japanese held territory.

Mexico declared war on Japan, Germany and Italy on May 28, 1942, after having broken off diplomatic relations with those countries shortly after the Japanese attack on Pearl Harbor. The final provocation was the continued violation of Mexico's territorial waters by German submarines and the sinking of two Mexican oil tankers.

The United States and Mexico entered into numerous wartime treaties and agreements which dramatically changed the diplomatic and social relations of the two countries. These included agreements for the unlimited reciprocal use of airfields and facilities as well as the establishment by the U.S. Army Air Forces (USAAF) of a number of bases in Mexico to train personnel. Basic pilot training was done at Guadalajara, Mexico after which the students moved to USAAF schools in the United States for advanced individual and unit training.

The President of Mexico, Manuel Avila Camacho, had accepted a U.S. invitation to provide Mexican Air Force units in the war against Japan. By July 1944 enough Mexican Air Force pilots and ground support personnel had been trained to form the first squadron for overseas deployment, the 201st Fighter Squadron (Escuadrón Aéreo de Pelea 201) consisting of 36 pilots and over 264 support personnel. This unit, along with a Mexican Expeditionary Air Force (Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana) headquarters, moved to the Philippine Islands in February of 1945.

Arriving in March of 1945 the Escuadrón 201 was attached to the U.S. 5th Air Force and the 58th Fighter Group which was based at Porac, Luzon. The 58th Fighter Group merged the Escuadrón 201 into combat operations and provided invaluable support to the new unit during its first combat missions. In early July 1945 the 58th Fighter Group deployed to Okinawa and the now fully operational Escuadrón 201 assumed full responsibility for air operations in its area. It provided not only close in ground support to the advancing U.S. 25th "Tropic Lightning" Division and Philippine Army units on Luzon but also strenuous and dangerous seven hour long-range fighter strikes on strategic Japanese targets on the island of Taiwan.

The attacks on Hiroshima and Nagasaki were quickly followed by Japan's unconditional surrender. Had the war continued, other Mexican squadrons as well as replacement pilots and personnel would have followed the Escuadrón 201 footsteps for the invasion of Japan.

During its operational history the Escuadrón 201 had flown 795 combat sorties, had accumulated nearly 2,000 hours of combat flying, and had sadly lost seven pilots. At the end of the war the Escuadrón 201 was awarded the Philippine Presidential Unit Citation, individual decorations and awards from the United States, and, the most treasured award, the Mexican Far East Service Medal (Servicio en el Lejano Oriente). The Escuadrón 201 remains the only military unit in the history of Mexico to engage in combat outside of its national borders.
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Mensaje por ivan_077 Marzo 20th 2012, 00:46

salve! hubiera estado chido un tirito con los japoneses.
hay un ex "pancho pistolas" viviendo alla en Santo Domingo Teojomulco, y siempre decia que los japoneses habian estado bien cabrones.....Es mas me acuerdo que nos contaba que eran tan malditos, que la mayoria de los reclutas gringos les tenian un miedo espantoso. En fin, que el senor se siente una reata bien peluda(en sus propias palabras) por haberse enfrentado al ejercito kwantung sin esconderse en una fosa......

Pero eso si: no confien nunca en ese canal de historia. Ya perdi el numero de veces que los he cachado en mentiras manifiestas.
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Mensaje por luisbcs31 Marzo 20th 2012, 19:56

ivan_077 escribió:salve! hubiera estado chido un tirito con los japoneses.
hay un ex "pancho pistolas" viviendo alla en Santo Domingo Teojomulco, y siempre decia que los japoneses habian estado bien cabrones.....Es mas me acuerdo que nos contaba que eran tan malditos, que la mayoria de los reclutas gringos les tenian un miedo espantoso. En fin, que el senor se siente una reata bien peluda(en sus propias palabras) por haberse enfrentado al ejercito kwantung sin esconderse en una fosa......

Pero eso si: no confien nunca en ese canal de historia. Ya perdi el numero de veces que los he cachado en mentiras manifiestas.
Jajajjaja, y vaya!, sobre todo cuando se trata de exhaltar a los gringos.
En una ocasión estaba viendo el programa "ases de combate" y sacaron la m.....de que un piloto gringo había derriba el solo ¡16 aviones! :O lo que no recuerdo jejej, era si fueron alemanes o japoneses.
Pero da lo mismo.......soberana j.......ada.
De hecho por ahí leí a una persona que analizaba que los gringos nunca podrían ganarle una guerra convencional a los chinos en asia, y entre las razones expuestas estaba que aunque los cazas gringos fueran los mejores, al final no podrían contra la superioridad numérica de tres o cuatro a uno de los aviones chinos y les pasaría lo que a los alemanes en la II GM que teniendo aviones superiores, les aplicaron la "aplanadora". Amén de que para quedar a distancia de los misiles chinos, los portaaviones tendrían que alejarse y los f-22 o f-35 no podrían llegar a territorio chino por quedarse sin combustible.

Jejejej, creo que me desvié un poco del tema, pero el caso era que si un aún hoy, un piloto con un avión por ser muy superior en aviónica, radares, velocidad, etc, no puede solo contra varios aviones enemigos "similares", imagínate contra 16!! jajaja.

En fin, mis respetos para los buenos pilotos, y claro está, para los del 201.
¡SALUDOS!
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Mensaje por luisbcs31 Marzo 20th 2012, 20:38

Aclaro: según el history, estaba solo sin nadie que le ayudara contra 16 enemigos y les ganó. Yo se que hubo muchos ases del aire, algunos llegaron a derribar ellos solos a mas de 50 enemigos....pero en una guerra, no en un combate Very Happy
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Mensaje por Pleomax. Marzo 21st 2012, 00:02

o solo ponen ejemplos de historias gringas, da igual. Conosco personas que participaron en la realizacion de este documental y que conocen a los viejones que quedan vivos :)
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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty Captura de una bandera Japonesa (FAEM 201)

Mensaje por Lanceros de Toluca Junio 20th 2012, 20:40

Estracto tomado del libro PRESENCIA DE MEXICO EN LA II GUERRA MUNDIAL "ESCUADRON 201" escrito por el capitán Ricardo Quintal Pinzon.

-----Ricardo Quintal Pinzón, sargento del Escuadrón 201 que representó el històrico y tradicional heroìsmo de los mayas, entre las Naciones Unidas que lucharon por la VICTORIA.

Yucatán hizo acto de presencia entre los aguiluchos del 201 y esperamos que nunca retornen ideologìas dictatoriales en el mundo, que no en vano sea tanta sangre derramada en los campos de batalla, respetemos la DEMOCRACIA por un mundo mejor. Jacinto Peraza Mendez (revista Yucatán, 1946)-----


CAPTURA DE UNA BANDERA JAPONESA

Ni en las batallas más cruentas es fácil capturar una bandera de guerra. Hace falta para ello que se conjuguen muchos factores extraordinarios y decisivos. Por eso, la bandera japonesa que un grupo de integrantes del Escuadrón 201 capturamos durante un enfrentamiento con soldados de ese país en ela Segunda Guerra Mundial, es un trofeo que nos trae recuerdos muy profundosde cosas que, aunque pasadas en el tiempo, siguen presentes en el cúmulo de experiencias que modelaron nuestras vidas.

Las circunstancias que nos llevaron a esa captura iniciaron en el mes de Agosto de 1945, cuando los integrantes del Escuadrón 201 nos encontrabamos en la Base Aérea de Clark, en el extremo Norte de la Isla de Luzón.

El ejército japonés, que había ocupado la mayor parte de las Islas Filipinas, estaba disperso en la selva haciendo una parcial resistencia al ejército norteamericano y sus aliados por medio de la guerrilla, especializada en emboscadas o ataques por sorpresa.

Nuestro Escuadrón salía diariamente en misiones de bombardeo y ametrallamiento contra esas fuerzas invasoras para reducir su movilidad y el daño que realizaban con sus incursiones.

No se crea que los japoneses, a pesar de operar como guerrilla, estban mal armados, pues tenían artillería de largo alcance, cañones antiaéreos, tanques y otras armas pesadas. Su comandante era el célebre general Yamashita, alias el "tigre de las Filipinas".

En la madrugada del día 26 de ese mes se nos ordenó una misión de patrullaje en tierra, con seis elementos a mi mando (Sgto Ricardo Quintal) en un area de cinco kilometros alrededor de la Base. Para ello, nos preparamos con agua, armas, municiones y raciones "K". Una mochila ligera a nuestras espaldas era la impedimenta.

A las siete de la mañana ya estabamos en camino, la mañana se sentía fresca pero sabiamos que el sol arreciaría poco a poco hacía el mediodía. Serían las 10 hrs, cuando nuestra avanzada nos indicó a señas que algo se acercaba. Era un jeep con dos oficiales norteamericanos a bordo. Apenas llegando, nos pidieron identificaciones, porque eran encargados de la sobrevigilancia de la zona.

Intercambiamos unas cuantas palabras, nos obsequiaron cigarrillos y partieron. Nosotros seguimos nuestro camino, todo estaba calmado, excepto el sol, que ya calaba. Vi mi reloj, ya eran las 12. Al poco rato vislumbramos las tres atalayas que nos marcaban el final de la zona de inspección: Tenían personal de guardia permanente, que al vernos bajó a platicar con nosotros. Nos invitaron unos refrescos, descansamos un rato y luego continuamos.

A la una volvimos al camino y unos 500 metros adelante vimos una vereda que conducía a una cañada. Entonces pensamos que si la atravezabamos acortaríamos el camino hacia la Base. Por ello, sin pensar más, nos internamos decididos hacia ese rumbo y caminamos por media hora. Pero no encontramos nuestra ruta y, sintiéndonos perdidos, decidimos regresar.

En eso estabamos cuando a nuestras espaldas vimos gente que se dirigía hacia donde nos encontrabamos. Reaccionamos inmediatamente ocultandonos. Los compañeros Olegario Gómez Rodríguez y Fernando Miranda cruzaron un riachuelo para ubicarse en una mejor posición de tiro y poder sorprenderlos. Los otros hicieron lo mismo.

Por mi parte, desde un pequeño montículo, ocultandome detrás de unas rocas, alcancé a dominar el camino. Eran ocho nipones. A señas se los hice saber a mis compañeros.

Unos minutos más tarde ya los teníamos enfrente. Habíamos decidido, tambien mediante señas, que si no nos veían los dejaríamos pasar, pero de pronto uno de ellos, dijo algo y el que estaba cerca de mi sacó una granada dispuesto a lanzarla hacia donde estaba Olegario y Miranda. Afortunadamente lo tenía en la mira y antes de que pudiera lanzarla le disparé repetidamente.

Enseguida se generalizó el fuego por ambos lasdos, sin embargo, la ventaja de nuestra posición hizo que cayeran dos más de ellos. Los otros huyeron hasta la entrada de una cueva y fuimos a su busqueda sin lograr hallarlos. A la entrada de esa formación natural ví una bandera japonesa amarrada y la tomé. Nos asomamos al interior y vimos que la caverna era muy profunda, con muchas conexiones. Decidimos regresar hacía donde habíamos dejado a los otros a dos de nuestros compañeros vigilando a los japoneses que habían caido. Dos ya no respiraban y uno todavía estaba vivo, pero herido, entonces hicimos a un lado a los muertos y al herido le vendamos la cabeza.

Empezamos a esperar escondidos, todos teníamos temor porque el lugar estaba infestado de japoneses. Pasó el tiempo y cuando empezaba a obscurecer escuchamos ruido arriba de la cañada. De pronto, se encendieron unos reflectores hacia donde nos encontrabamos, Olegario dijo: "oigo voces en ingles y español" Y si, eran nuestros compañeros del Escuadrón y soldados norteamericanos.

Debo decir, en honor a la verdad, que el soldado al que le disparé salvo la vida. La bandera conquistada la tengo en mi poder. Es una autentica bandera de guerra, en ella está escrito el historia de la campaña, como acostumbraban hacer los japoneses. Esa bandera ondeo victoriosa en Formosa, las Filipinas y otros lugares.

Debo agregar que esta bandera estuvo en manos del señor Presidente General Manuel Avila Camacho, porque en Diciembre de 1945 se nos citó al Palacio de Bellas Artes en México, Distrito Federal, para la Ceremonia de Condecoración del Escuadrón 201, en la que se nos entregó la medalla al "Servicio en el Lejano Oriente" como reconocimiento del Gobierno de la República a la labor desarrollada en la Segunda Guerra Mundial.

En esa ocasión, el compañero Olegario Gómez y el que escribe, se la ofrecimos a nuestro Presidente y él respondio: "esta bandera es de ustedes, conservenla o llévenla a un Museo"

Entonces a la espera de que algún día se abra el Museo del Escuadrón 201, la hemos conservado. Tambien participaron en esta pelea los compañeros David Lozano Hernandez y Arnulfo Vieyra Pozos.


pag 50-51

Tomado del foro MAF, usuario GREYHOUND

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Mensaje por Pleomax. Junio 20th 2012, 22:20

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Mensaje por PIXELADO Junio 20th 2012, 22:30

ah que preciosidad de narrativa, ay que buscar el libro para saber mas gracias por el aporte.
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Mensaje por acadio Junio 21st 2012, 08:33

Muy interesante esta narracion save alguien donde se pude conseguir el libro o revista sobre este tema, se los agradeseria.

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Mensaje por Lanceros de Toluca Junio 21st 2012, 20:50

Probablemente en el HCM, en la ESG, el CDN o en el CESNAV.

Pero para la plebe, con mucha mucha muchisisisima suerte en los libros viejos. O en las colecciones privadas de FAMeros de corazon.

Es un libro viejo y escazo, por lo que se

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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty Muere en Veracruz integrante del Escuadrón 201

Mensaje por Powah Julio 21st 2012, 13:20

Se trata del sargento mecánico Erasmo Meza Rivera, quien falleció a las 11:00 horas en su natal municipio de Tantoyuca, en el norte de la entidad
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Xalapa.- Uno de los integrantes del Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana, que participaron en la Segunda Guerra Mundial, falleció en el norte de Veracruz.

Se trata del sargento mecánico Erasmo Meza Rivera, quien murió hoy a las 11:00 horas en su natal municipio de Tantoyuca, en el norte de la entidad, donde hay una gran conmoción por la partida del "Héroe de Tantoyuca".

Con más de 80 años de edad, el sargento fue dos veces presidente municipal de Tantoyuca y dos veces diputado local.

Durante su incursión en la Segunda Guerra Mundial, estaba asignado -relata el profesor Héctor González Ostos, uno de sus biógrafos- con otros jóvenes al mantenimientos de las naves que salían a combate.

De acuerdo con Wikipedia, el Escuadrón Aéreo de Pelea 201 o Escuadrón 201, conocido como las Águilas Aztecas, fue una unidad mexicana de combate aéreo que participó en la Segunda Guerra Mundial encuadrada dentro de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana.

El escuadrón voló como anexo al Grupo 58o. de combate de la 5a. Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la liberación de la isla madre de Luzón, Filipinas, durante el verano de 1945 y sirvió con distinción en observaciones, bombardeos y ametrallamiento de posiciones japonesas, vehículos en convoy y emplazamientos de artillería en Filipinas y Formosa.
Spoiler:
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Mensaje por Ray_UCMtz Julio 21st 2012, 13:43

Que descanse en paz el sargento piloto
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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty Re: Homenaje al Escuadrón 201 FAEM

Mensaje por Lanceros de Toluca Julio 22nd 2012, 10:47

QEPD mi sargento. Se ha reagrupado en el cielo.

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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty … Alias “Pantera Roja”

Mensaje por Invitado Mayo 18th 2013, 18:12

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“Y retiemble su centro la tierra...”

Esta frase la usaba mi abuelo para decir que después de eso, cualquier tema de discusión quedaba cerrado. Al menos para él.

Mi abuelo Nabucodonosor nació a la vuelta del siglo, por ahí de 1910 ó 1915, aunque no lo recuerdo bien. Contaba que era de La Laguna, pero el recuerdo más presente de su infancia era que la gente en Zacatecas se detenía todos los días a las once de la mañana para tomarse un mezcal para combatir el frío. Eso es todo lo que recordaba de su infancia, y uno que otro ahorcado colgando de los postes de telégrafo durante la revolución cristera.

Después fue piloto de guerra. Luchó en el Pacífico, junto con el reducido contingente nacional que combatió en la liberación de las Filipinas con el Escuadrón 201.

Entre un cuerpo de élite, era el peor piloto de todos: después de su tercer aterrizaje de panzazo con un avión caza nuevecito lo dejaron detrás de un escritorio: fue una decisión sabia porque descubrieron su talento como oficial meteorólogo y se hizo irremplazable. Así que, después de todo sí marchó al frente, aunque no al ruso, como fantaseaba.

Le decían “Nabo”, aunque el apodo no era de su agrado, como pasa con todo mundo y sus apodos. Él insistía que su call name era Pantera Roja, pero como volaba poco, una vez en el aire nadie recordaba quién era el tal Pantera Roja hasta que algún compañero tenía un chispazo de inspiración “Ah, es el cabrón del Nabo” y entonces volvía a ser Nabo para todo mundo.

Tras la guerra, siguió un rato en la Fuerza Aérea Mexicana, lo suficiente para terminar de aburrirse por pertenecer a una institución relegada al olvido. Se quejaba: en las Filipinas, todos los días los pilotos mexicanos salían a tres o cuatro misiones diarias, misiones de combate que los pilotos yankees rehusaban hacer, mientras que en tiempos del presidente Alemán - cuando mencionaba ese nombre, escupía al suelo un gargajo oscuro y pastoso - la hierba crecía sin control en los hangares y los tlacuaches anidaban plácidamente dentro de las aeronaves aparcadas eternamente.

Se retiró antes del poco conocido “incidente guatemalteco”, cuando Guatemala casi invade México, incidente penoso como el que más y del que ahora todos dicen que jamás ocurrió, como en las películas de espías.

Tengo algunas fotos de él: un par de cuando fue capataz de una finca chiclera, en Colima. En ella se le ve orgullosamente de pie sobre el asiento del conductor de un jeep Willys. Lleva un casco tipo sarakoff y una mirada solemne, parece un amito blanco en una mina de diamantes del Congo.

De esos años surgió la expresión esa de “y retiemble en su centro la tierra”: se quejaba amargamente de que el Himno Nacional estuviera escrito “Y retiemble en sus centros la tierra...” pues decía que era un error fatal suponer que la tierra tuviera varios centros. Peor aún era que la gente al entonarlo cantara “Y retiemble en sus centros la tieee-rraaa” lo cual – según su opinión – era de un afeminamiento aborrecible.

Para él, el Himno Nacional era una cuestión de absoluta virilidad, por tanto, la entonación adecuada era “Y retiemble en sus centro la tierr-a”, cortando la “a” inmediatamente y no arrastrándola, como si se estuviera balando. Así se lo hizo saber al Presidente de la República en una larguísima carta, de la nunca recibió respuesta alguna.

Poco después vivió en Mulegé, en la punta sur de la península de Baja California. Según él, su trabajo era “censar ballenas”.

Ahí conoció a Raymond Chandler. Compartieron una amistad cuyo común denominador era una mutua y autodestructiva afición a los destilados mexicanos: sotol, mezcal, aguardiente, bacanora y lo que fuera. Tras sus monumentales borracheras, eran llevados en carretilla a la pensión donde se hospedaban, pues durante toda la noche narraban cuentos increíbles a una concurrencia que los celebraba con el homenaje más grande que existe en las cantinas de todo el mundo: liquidando sus cuentas íntegramente.

El resultado de esas correrías fueron las novelas policíacas que Chandler publicó con mucho éxito en los Estados Unidos.

Una noche, mi abuelo lloraba desconsoladamente en el bar: había recibido una carta en la que su esposa, cansada de esperar a que regresara, a que creciera, o lo que ocurriera primero, anunciaba que lo abandonaría irremediablemente. Claro, él la había dejado mucho antes: mientras que la paciente mujer permanecía en Torreón, que era un pueblo aburridísimo, él se pasaba los días y los años brincando de un puesto al otro, siempre lejos de casa, sin aportar un solo cinco.

Raymond estaba sorprendido y Nabo le explicó lo que pasaba: No era que le doliera el abandono, que va: le dolía el concepto, que le parecía atroz e injusto, aunque él en realidad no se sintiera abandonado en absoluto. Raymond Chandler estaba azorado por aquel razonamiento tan verdadero y escribió: “No hay nada más triste que un mexicano triste.”

Cuando conocí personalmente a mi abuelo sus mejores años ya habían pasado, pero su memoria seguía siendo prodigiosa. Recordaba completa la obertura de una obra teatral, cuyo nombre ignoro, pero que declamaba completita, con mucha soltura.

Siempre que llegaba de visita le pedía que la declamara para mí. Era una perorata nacionalista, pero me impresionaba su manejo de las emociones: lloraba, reía, podía enfurecerse cerrando sus manos en un par de puños funestos, o ver al horizonte mansamente, como si la virgen le hablara:

“Desde el seno de las tinieblas, hasta donde ha descendido mi estirpe de águilas, vengo henchido de glorias y recuerdos de grandeza derruida... ¡soy mi raza!”

Desde el comedor de la casa, podía escuchar a mi madre reclamando: Papá, ¡Vas a asustar a los vecinos! Y desde la terraza, como un Hamlet mestizo, manaban atronadores los ríos de palabras:

“¡No arraigarán en suelo de mexica tus pinos y mis palmas! ¡No dejarán mis águilas al buitre hollar el pedestal de mis montañas! ¡Ni tu sangre unirás, de mercaderes, con mi sangre de dioses, que es sagrada; raza de ojos azules, pelambre rubia y epidermis blanca!”

Al final de una de estas largas recitaciones decidió dejar de hablar. Se retiró a un rincón de la casa donde solíamos él y yo pasar las tardes de verano jugando al ajedrez y ahí escogió morirse.

Cuando los de la funeraria retiraron su cuerpo del catre donde pasó sus últimos días, descubrí bajo la almohada varios pliegos manuscritos con la letra preciosista que solía utilizar cuando lo que estaba a punto de escribir tenía – al menos para él – alguna enorme trascendencia: era la versión completa del poema Águilas y Estrellas, escrito para mí.

En medio de los pliegos de papel, había una fotografía en sepia, donde aparecía él a punto de declamar el citado poema, disfrazado de Cuauhtémoc…esa foto la quemé: después de lo que les he contando, seguramente esa imagen le quitará toda la seriedad al asunto.

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Mensaje por ivan_077 Mayo 19th 2013, 01:38

Pues ya saben: a ponerles sus velitas y sus bebidas este 2 de noviembre, que bien se merecen un lugar en el altar. Descansen en paz!

y si, miguel aleman era un reverendo p*****o....
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Mensaje por Lanceros de Toluca Mayo 3rd 2014, 00:03

Recordando respetuosamente a los supervivientes del Escuadron en el dia de sus caidos.

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Mensaje por ivan_077 Mayo 5th 2014, 00:07



Recuerda FAM a Escuadrón 201
03 de mayo del 2014

México, 3 de mayo (Reforma).- La Fuerza Aérea Mexicana (FAM) recordó este viernes el 69 aniversario luctuoso de cinco pilotos mexicanos caídos en combate en las Islas Filipinas, durante la Segunda Guerra Mundial.

El General de División Sergio Alejandro Pérez Castillo, comandante de la Región Aérea del Centro, con sede en Santa Lucía, Estado de México, acudió al monumento de las Águilas Caídas, en el Bosque de Chapultepec, para depositar una ofrenda floral.

A la ceremonia acudieron cuatro veteranos de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, Escuadrón 201, que participaron en las batallas de Filipinas:el sargento retirado, Fernando Nava, el capitán retirado Miguel Cervantes, el sargento retirado Maximiliano Gutiérrez, y el teniente retirado Heriberto Cañete.

“Es importante que nuestra historia no quede en el olvido”, expuso Nava.

Durante años Nava ha impulsado la historia del Escuadrón 201 para que reciba un justo homenaje cada año.

El sargento Nava, ahora de 85 años, apoyó a los pilotos a preparar los vuelos de los aviones P-47 Thunderbolt artillado con dos bombas de mil libras en cada lado y 8 ametralladoras calibre 50.

El veterano se fracturó dos vértebras en la misión y apenas puede caminar.

Tras sus reclamos, en este sexenio la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha reconocido a Nava y al Escuadrón 201.

Apenas el 24 de abril los Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón, colocaron una ofrenda floral en el Monumento a las Águilas Caídas, en honor al Escuadrón Aéreo 201.

Benito Jiménez
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Mensaje por ivan_077 Agosto 10th 2014, 13:01


World War II: Mexican Air Force Helped Liberate the Philippines
Originally published by Aviation History magazine. Published Online: June 12, 2006

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Nearly a century after a bitter defeat by the United States, Mexico sent a military force to fight against the Axis powers alongside U.S. military forces in World War II. It was the first time that Mexico sent combat personnel abroad and the first time both nations battled a common threat. This unique unit was the Mexican air force, Fuerza Aerea Mexicana (FAM). Its pilots provided air support in the liberation of the Philippines and flew long-range sorties over Formosa, earning praise from Allied theater commander General Douglas MacArthur and decorations from the U.S., Mexican and Philippine governments.

In the late 1930s, as nations around the globe endured the Great Depression, political and military developments were brewing that would engulf the world in flames. U.S. and Mexican leaders knew that hemispheric defense would be a vital issue. The threat came at a difficult time, when both countries were struggling to achieve economic recovery. Relations were worsened by the nationalization of U.S. oil properties, and in Mexico there was fear of American intervention if Mexico looked unable to defend itself against an attack by the Axis powers. Relations between the nations' militaries, however, were less strained than those between their politicians. FAM officers maintained a dialogue with U.S. Army representatives and made efforts to acquire aircraft as World War II intensified.
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Like the U.S. Army Air Corps of the 1930s, the FAM was a small, underfunded arm of the Mexican army. Its missions included reconnaissance, air support, airmail and mapmaking. It had tactical units but no modern pursuit planes. Mexico had no indigenous aircraft industry; therefore any planes capable of stopping an offshore attack would have to come from the United States.

On May 13, 1942, a Mexican oil tanker was torpedoed by a U-boat, killing 13 crewmen. A protest filed by the Mexican government was answered with the sinking of a second tanker. When Germany refused to indemnify Mexico, President Manuel Avila Camacho declared war on the Axis powers.

Although prompted by tragedy, Mexico's entry into the war actually proved beneficial to the country in some ways. Mexico's population united behind the war effort. The government received shipments of U.S. aircraft, including Douglas A-24B Banshee (Navy SBD Dauntless) dive bombers, North American B-25 Mitchells and Consolidated PBY Catalinas. While Mexican military authorities were grateful for the planes they received from the United States, any plan to send Mexican personnel to fight abroad at first appeared unrealistic, running as it did against tradition and politics. A more pressing priority was coastal defense. Additional Mexican units were activated, and coastal patrol and tanker escort missions were stepped up. They soon bore results. On July 5, 1942, Major Luis Noriega Medrano, flying a North American AT-6 Texan, bombed the German submarine U-129 in the Gulf of Mexico, damaging the vessel.

In April 1943 President Franklin D. Roosevelt met with President Avila Camacho at Monterrey to encourage Mexico to participate offensively in the war. The Mexican president was at first noncommittal, but he would soon decide that Mexico should fight aggressively alongside the Allies. On November 13, he declared that Mexico was willing to take the offensive on condition that its forces serve in a defined sector under Mexican command. The Mexican constitution mandated that the president obtain permission from the Senate, which would require public support. A former army general, President Avila Camacho knew the army was unprepared, but he also believed that a tactical air unit could be readied quickly.

To sell the idea to the public, the president ordered the FAM to stage an airshow. Near Mexico City on March 5, 1944, more than 100,000 capitalinos watched as AT-6s and A-24Bs blasted a simulated enemy base with live ordnance. The show was a stunning success, and shortly thereafter the president declared that Mexico should fight and that the FAM would lead the nation in the conflict.

A special training group was formed in Mexico City, staffed with expert specialists chosen in a competitive recruiting process. The group consisted of 300 enlisted men and officers from all branches of the military, including 38 of the best pilots. Command was assigned to Colonel Antonio Cardenas Rodriguez, known for his goodwill flights over Latin America. He had flown combat missions over North Africa with the U.S. 97th Bomb Group and was well connected with senior American officers, including U.S. Army Air Forces General Jimmy Doolittle.

Group personnel were as diverse as their specialties. Volunteers came from the Rio Grande to the Guatamalan border, from large and small towns. Ramiro Bastarrochia Gamboa came from the state of Yucatan; Pedro Martines de la Concho, a mechanic, hailed from Baja California; radioman Pedro Ramirez Corona was from the coastal hamlet of Colima; Miguel Alcantar Torres, a paratrooper with U.S. combat experience at Casablanca, Bizerte and Sicily, received an honorable discharge from the U.S. Army to join; Joaquin Ramirez Vilchis, a pilot and scion of a prominent Mexico City family, had commanded a cavalry unit in Jalisco. All were eager to serve with the elite FAM.

On July 20, 1944, at Balbuena Military Camp, the new group passed in review before the president, who told them they were headed to the United States for combat training. He reminded them that their 'brothers from the Republic of Brazil' were fighting in Italy and that if necessary they would go there, concluding with an invitation to all personnel 'to petition me with whatever you may desire.'

Avila Camacho was undoubtedly surprised when, according to historian Dennis Cavagnaro, 'a soldier in the rear ranks took two steps forward, smartly saluted and said, in a loud, clear voice, `Mi Presidente, I am Angel Cabo Bocanegra del Castillo, and, Sir, I request that a school be built in my home town of Tepoztlan, Morelos.' Today, the school that was subsequently built still stands in that beautiful mountain village.

After the review and ceremonies, the young pilots and ground personnel bid their families farewell amid tears and singing of the traditional 'golondrinas' and boarded a special train. On July 26, the men arrived at Nuevo Loredo, on the Texas border. The whole town turned out to cheer the first unit in history to leave the country on a fighting mission. Newsreel cameras captured the ceremonies as the men crossed the border into Laredo and were greeted by Mexican congressmen and U.S. military and civilian authorities. There, they entrained to Randolph Army Air Base at San Antonio. Personnel were then separated by specialty and sent to various bases for training. The pilots went to Victoria, Texas, to transition to Curtiss P-40 Warhawks.

Their next posting was to Pocatello, Idaho. There, in October, pilots were reunited with ground personnel and began training as a unit. The pilots transitioned to Republic P-47D Thunderbolts with little difficulty. The mechanics took a liking to the big fighters, calling them 'Peh-Cuas,' short for P-47 in Spanish. A special unit, Section I, was designated to train the Mexicans and was commanded by Captain Paul Miller, a dedicated American officer who had grown up in Peru and was fluent in Spanish. Just 24, Miller had served as assistant air attache at the U.S. Embassy in Mexico. His priority was the pilots' safety and preparation for combat. As a result, he rigorously enforced the tight discipline that he believed was necessary to the Mexican airmen's success.

With the onset of winter, bad weather and below-zero temperatures began to limit flying and retard training. A change of station was requested by Colonel Cardenas, and on November 27 the unit left for Greenville, Texas, northeast of Dallas. There, the pilots flew an intensive schedule, incorporating ground attack, air combat, advanced acrobatics, instrument flying and navigation, and formation and high-altitude flight. Their P-47Ds were state-of-the-art aircraft. Equipped with twin turbochargers, they could top 40,000 feet, and in a dive they could approach the sound barrier. It was heady stuff for new fighter pilots, and dangerous as well.

After a rainstorm on January 23, 1945, a young second lieutenant, Cristoforo Salido Grijalva, attempted a takeoff from a muddy taxiway that he had apparently mistaken for an active runway. Warnings from the tower went unheeded. Salido hit his brakes and crashed before becoming airborne. His P-47 ended up inverted, and the young officer drowned in the mud that jammed the cockpit before the crash crew could free him. Salido's death hit the unit hard.

Morale was further eroded by the discrimination the Mexican airmen encountered in the area. A sign over the town's main street read 'Greenville Welcome–The Blackest Land–The Whitest People.' Pilots were amazed when they were refused service in a restaurant, but a more serious concern was off-base housing. An international incident was narrowly averted through hasty intervention between base officials and civic leaders. Accommodations were found for the men, and authorities circulated the word that the Mexicans were there as allies and should be treated with courtesy.

In some cases the youthful pilots' natural exuberance led to breaches of regulations. In one notorious incident, Lieutenant Reynaldo Perez Gallardo brought his Thunderbolt in hot and low over Greenville one evening, intent on celebrating his recent marriage by giving the locals a beautiful buzz job. The big 'Jug' thundered down main street at over 300 miles an hour, its wingtips narrowly missing the buildings. Unknown to the lieutenant, inside a movie theater sat Captain Miller and his wife, enjoying a show. As Perez roared overhead, the vibrations reportedly'shook the building to its foundations.' Miller was furious and summarily removed the lieutenant from flying status. The young lieutenant would later return to the unit and fly combat missions in the Philippines.

At year's end, Mexico prepared for the unit's deployment. Speaking to the senate, the president asked for the authority to send troops abroad. It was granted, and an order was issued redesignating the unit as the Mexican Expeditionary Air Force (FAEM). Rather than send the FAEM to join the Brazilian squadron in Italy, the Mexican president suggested operations in the Philippines to President Franklin D. Roosevelt. There, he said, the unit could aid 'the liberation of a people for whom it is felt a continuity of idiom, history and traditions.'

On February 22, 1945, the new unit was given its battle flags in a formal ceremony, complete with two bands and a 21-gun salute. With the entire FAEM at attention, and officials from both countries, family members and hundreds of civilians watching, Mexican Subsecretary of War General Francisco L. Uruquizo, representing the president, presented the Mexican battle flag to Colonel Cardenas and gave a speech. He emphasized that Mexico was fighting with the Allied nations to support democracy and human rights, and reminded the pilots to represent their country with valor and honor. The airmen passed in review, manned their planes and roared into the cold, clear sky for an hour-long demonstration of combat tactics. The proceedings were broadcast live on radio in Mexico and Latin America and covered extensively in area newspapers. Newsreel footage of the event was later shown in theaters across the United States.

The pilots completed their training with air-to-air gunnery practice at Brownsville. On the afternoon of March 10, Lieutenant Javier Martinez Valle was up over the gunnery range, pursuing a target trailing from a tow plane. Flying alone into the setting sun, Martinez encountered trouble. His aircraft went out of control, and he was killed in the ensuing crash. It was thought that his P-47 must have struck the target cable or counterweight.

On March 27 the FAEM members boarded the liberty ship Fairisle at San Fransisco, joining 1,500 U.S. troops bound for the Philippines. Seasickness and fear of attack by submarines weighed on the men as the voyage wore on, and the screaming sirens of battle station drills made them edgy. But there were some lighter moments. At New Guinea, for example, the base commander invited the pilots to a party where they enjoyed iced beer and watched the new color movie Fighting Lady. Returning to Fairisle after that interlude, some of the well-lubricated airmen fell during the climb up the cargo net and had to be assisted aboard.

Underway once again, Fairisle joined a convoy. 'The journey was made bearable by the happy spirit of the Squadron,' wrote one man. 'In these hot nights, the sound of the guitars was heard: `La Cancion Mixteca' and other Mexican melodies were played while young soldiers played cards using their life jackets as cushions.' As the ships steamed west, General Douglas MacArthur cabled President Avila Camacho: 'The 201st Squadron … is about to join this command. I wish to express to you, Mr. President, the inspiration and pleasure this action arouses…it is personally most gratifying because of my long and intimate friendship with your great people.'

The convoy entered Manila Bay on May 1 and was received by the theater air commander, General George Kenney–representing General MacArthur–Honorary Consul Alfredo Carmelo and other officials. Shortly afterward, they left by train for their assigned airfield at Porac, near Clark Field.

Porac was hardly a paradise. The Mexicans' new base of operations consisted of a dirt runway hacked out of the jungle, surrounded by low green hills. By night, small-arms fire could generally be heard, and by day there was the intermittent sound of artillery pounding the retreating enemy. A nearby prisoner of war camp had just been liberated, and the Mexican airmen were sobered by the ghastly sight of American and Filipino soldiers and civilians in a state of acute starvation. Filipino guerrillas were mopping up, and occasionally a Japanese soldier emerged from the jungle. There was a control tower in the center of the field, an encampment at one end where the Fifth Air Force's 58th Fighter Group had established itself, and not much else.

The 58th Group, to which Kenney had assigned the squadron, was a seasoned veteran of the New Guinea campaign, consisting of three squadrons. The 201st was attached as a fourth, though it would operate under Mexican command and administration and occupy its own area.

On May 17, 1945, the 201st began flying combat orientation missions, with its pilots assigned to various other squadrons. Shortly thereafter, however, the so-called Aztec Eagles started flying missions as a unit. Their initial targets were buildings, vehicles, artillery and enemy concentrations in the Marikina watershed east of Manila, where the U.S. 25th Infantry Division was encountering fierce resistance.

The squadron comprised four flights of eight pilots each. Commanding flight operations was Captain Radames Gaziola Andrad, a senior pilot with 4,000 flight hours. Pilots were briefed each evening for the first mission of the next day. In the morning, they took off at about 0800. Missions were short, though they lengthened as the Japanese were pushed back. After the first mission of the day, mechanics and armorers would refuel and rearm the aircraft. The second mission would take off about 1300. In the hot afternoon the pilots would relax while mechanics repaired the aircraft, armorers removed and cleaned machine guns and specialists checked radios and instruments.

The squadron soon began flying missions led by its own officers. On June 1, a sortie was launched in which 2nd Lt. Fausto Vega Santander, the squadron's youngest pilot, was killed. That loss came when a four-plane flight led by Lieutenant Carlos Garduno made a target run on an island off Luzon's west coast. Vega died when his P-47, for reasons that have never been explained, suddenly rolled and crashed into the sea.

Only a few days later another pilot, Lieutenant Jose Espinosa Fuentes, died when the P-47 he was flight-testing after repairs crashed at nearby Floridablanca after takeoff. The reported cause was engine failure, but one analysis found the rudder trim-tab linkage reversed. Witnesses said the engine had been running up to the moment of impact.

Throughout June, the campaign to liberate Luzon continued as the U.S. Sixth Army fought north toward Cagayan Valley in the central highlands, where Japanese General Tomoyuki Yamashita's Fourteenth Army was holding out. The troops advanced through rugged mountain passes above scenic valleys, sculpted with ancient rice terraces and dotted with the thatch-roofed houses of the Ifugao people. The fighting was a brutal combination of jungle and mountain warfare. Close air support proved crucial, and as the fighting moved deeper into the mountains, the 201st's missions changed from hitting visible targets to striking hard-to-see troops and fortified positions in close proximity to friendly forces.

The new targets were generally covered with jungle and virtually invisible. Steep mountains, bad weather and anti-aircraft fire made air support missions hazardous. A controller on the ground or in a liaison aircraft would mark Japanese positions with a colored smoke shell or rocket and confirm with the squadron leader as the flights orbited the area. The leader would make a 'dry' pass over the target, then lead the first flight in.

The pilots dived one by one, ignoring enemy tracers and flak, dropped their ordnance and pulled up hard, nearly blacking out from G-forces as they felt the concussions of their 1,000-pounders ripping open the jungle canopy just below them. Debris was often thrown up 1,500 feet by the blasts, and the air was filled with black smoke. When a controller was unable to identify the target, or the frequent summer rainstorms closed in, the pilots had to abort and jettison their bombs in a safe zone. The controllers couldn't always see the effects of the bombing, but where they could, they frequently noted 'very good' to 'excellent' results. Amazingly enough, no friendly casualties were attributed to the 201st.

When the Japanese presented a visible target, the Aztec Eagles quickly pounced on their prey. On June 17 on a mission to Payawan, in the central highlands, a controller with the call-sign 'Bygone' directed the squadron members to attack enemy concentrations 4,000 yards northeast of that town. Lieutenant Amador Samano Pia later remembered: 'Our leader, Lieutenant Hector Espinosa Galvan, discovered an enemy convoy on one of the secondary roads, and he ordered our seven planes to attack it. We came directly toward the target, machine-gunning. I took aim at a truck right in front of me, we got closer and I fired two bursts of machine-gun fire and almost immediately flames enveloped the truck. Quickly we pulled up to avoid the explosions after dropping bombs. The enemy responded vigorously with light arms fire and damaged two of our airplanes. This mission lasted from 1330 hours to 1545 hours.'

As dangerous as close support was, a riskier assignment was in the works — very long-range (VLR) fighter sweeps across the South China Sea. The U.S. Navy, preparing to invade Japan, needed control of the sea lanes south of Kyushu, an area dominated by the island of Formosa (Taiwan), an occupied Japanese military bastion. Though enemy activity had been reduced by Fifth Air Force bombing, it was still a threat and — located almost 600 miles from the 201st's base — at the limit of the range of its P-47s.

Early in July, the 58th Fighter Group left for Okinawa. The 201st would operate from Clark Field while it brought its P-47 inventory up to strength with new P-47D-30 models and awaited more Mexican squadrons. In the meantime, the aircraft were fitted with auxiliary wing tanks and prepared for VLR missions.

Early on July 6, eight Mexican Thunderbolts took off from Clark with a maximum load, barely clearing the runway. Hanging over the vast expanse of the Pacific as they traveled north hour after hour, with the blazing tropical sun beating down on their cramped cockpits, the pilots became drained and dehydrated. Adding to their discomfort was the tension of flying single-engine aircraft over hundreds of miles of water with only basic instruments. A small navigational error, bad weather or high fuel consumption could force them to ditch.

Over Formosa, the Mexicans encountered no challengers. The Aztec Eagles owned the air. The sweep was completed successfully, and all pilots managed to return safely to Clark except Lieutenant Perez, who put down at Lingayen, out of fuel. After over seven hours in the air, in full survival gear, the men had to be helped from their cockpits. Each downed several ounces of hard liquor before debriefing, to break the tension.

More sweeps were flown in July. The Mexican pilots also practiced combat tactics and ferried new P-47s from Biak Island, New Guinea, to Clark — as well as flying war-weary Jugs to Biak for disposal. It was the height of the typhoon season by that time, and the weather conditions proved both unpredictable and treacherous.

On July 16, Lieutenant Espinosa Galvan, flying in foul weather, ran out of gas just short of Biak and was forced to ditch. His plane sank, and he apparently did not get out. Three days later two pilots — Captain Pablo Rivas Martinez and wingman Lieutenant Guillermo Garcia Ramos — flew into a thunderstorm and became separated. Garcia bailed out over a Japanese-held island and was saved in a dramatic rescue by an Australian Consolidated PBY crew. Rivas was never found. On July 21, Lieutenant Mario Lopez Portillo took off from Biak with an American pilot. They made it to Luzon before hitting stormy weather. Flying on instruments, they made a navigational error and crashed into a mountain.

On August 8 the Aztec Eagles returned to Formosa on a bombing mission led by Lieutenant Amadeo Castro Almaza. Crossing the sea at altitude, they dropped to the water near the island to evade enemy radar. Each pilot had his hands full, balancing a 1,000-pound bomb under the right wing with the near-empty external fuel tank under the left. Over the target, a cluster of buildings near the port of Karenko, they attacked. As Lieutenant Castro dropped his bomb, his P-47 lurched violently, due to the sudden loss of equilibrium, slamming him around the cockpit. Recovering, the shaken lieutenant radioed his companions to warn them. Their mission completed, the pilots landed at alternate airfields.

Two days later, the squadron flew its final mission, escorting a U.S. Navy convoy bound for Okinawa. Intelligence had concerns that Japanese suicide planes based on Formosa might attack the ships. The 201st provided air cover in shifts for a 12-hour period until they were relieved by USAAF Northrop P-61 Black Widows at dusk.

On the night of August 26, the men were watching a movie when Captain Gaziola suddenly ordered the film stopped. He announced that Fifth Air Force headquarters had received a message that an atom bomb had been dropped and Japan had surrendered. Later the report was verified, and the men celebrated with the traditional 'grito' shout of joy.

Fifty-eight years have passed since the FAEM came home from the war in the Philippines. Its men paraded victoriously into Mexico City's national square on a sunny day in November 1945, presented their battle flag and heard President Avila Camacho, speaking to the crowd and to the nation by radio. His voice echoing over a sea of cheering people, the president said: 'General, chiefs, officers and troops of the Expeditionary Air Force, I receive with emotion the Flag that the country has conferred…as a symbol of her and those ideas of humanity for which we fight in a common cause. … You return with glory, having complied brilliantly with your duty and, in these moments, in this historic Plaza, you receive the gratitude of our people.'

The young pilots who flew and fought with their Yankee counterparts are now gray-haired grandfathers, enjoying retirement. The P-47s with bright Mexican tricolor markings and U.S. star-and-bar insignia they flew so proudly have long ago been scrapped. The battle flag they carried rests in a place of honor in the National History Museum.

Five of those pilots became FAM generals; others went on to distinguished careers in aviation, business and academia. In reminiscing about their WWII experiences, they often mention the satisfaction they feel in having represented their country to help defeat a global threat. Above all, however, when they get together today they remember their fallen comrades. The FAEM helped end Mexican isolationism. It paved the way for important accords between Mexico and the United States and demonstrated that Mexico was capable of mounting an expeditionary force in a successful partnership, achieving good results at reasonable cost. It also helped modernize the FAM.

Significant as these accomplishments are, perhaps the unit's most meaningful legacy is the improved understanding and cooperation it fostered between the American and Mexican peoples and the national and cultural pride the Aztec Eagles brought to their country. Those have proved to be enduring benefits.

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el dia que sabaton les haga una cnacionXD aunque me conformo conque la saquen los de septimo angel, no hay pedo
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Mensaje por Lanceros de Toluca Agosto 10th 2014, 13:27

Quien escribio esto? Esta de altisima fibra.

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Mensaje por ivan_077 Agosto 11th 2014, 23:58

ni idea. el articulo online no dice nada al respecto.
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Mensaje por ivan_077 Febrero 3rd 2015, 19:44


DoD News
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News Article
'Aztec Eagles' A Dying Breed; Only 10 of 300 Still Living

By Rudi Williams
American Forces Press Service

ANAHEIM, Calif., Oct. 21, 2003 – The more than 300 Mexicans who volunteered to help the United States kick the Japanese out of the Pacific islands during World War II are slowing passing on. Only 10 of them are still around.
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"We're very proud to have served with the Americans veterans in World War II," said Miguel Moreno Arreola, who fought with the Mexican Fighter Squadron 201, the "Aztec Eagles," during the war. Photo by Rudi Williams
(Click photo for screen-resolution image);high-resolution image available.

Only three of them -- two combat pilots and one ground crew member -- were well enough to travel here from Mexico to be honored for their contributions by the Defense Department on Oct. 16 and 17. They were former "Aztec Eagles" pilots, retired Mexican air force Col. Carlos Garduno and Capt. Miguel Moreno Arreola, and ground crewman former Capt. Manuel Cervantes Ramos.

"Only 10 of us are still alive," Garduno said sadly during an interview at the Hyatt Regency Orange County Hotel here during DoD's Hispanic American Heritage Month observance.

The Mexican war hero said the Mexican Fighter Squadron 201, "El Escuadron 201," was composed of more than 300 volunteers – 36 experienced pilots and the rest ground crewmen. The ground crewmen were electricians, mechanics, radiomen, and armament – "all the specialties that are required for a typical fighter squadron," the colonel said.

The Aztec Eagles were attached to the U.S. Army Air Forces 5th Air Force's 58th Fighter Group during the liberation of the main Philippine island of Luzon in the summer of 1945. The pilots flew P-47D "Thunderbolt" single-seat fighter aircraft carrying out tactical air support missions.

"We flew close air support missions for American and Filipino infantry troops on the ground, and had to hit where we saw a smoke bomb go off," Garduno said. "Otherwise, we could have hit friendly troops, because the difference in distance was about 300 yards between the enemy and the friendly troops.

"We were 31 pilots (who) went to war," said Garduno, who flew 26 combat missions and served more than 37 years in the Mexican air force. "Originally, we were 38 pilots, but two were killed in training and the others were eliminated from training. All the time we were in the war, we never got a replacement pilot. It took a long time for training, and by the time they were going to be shipped out it was too late."

The squadron left Mexico for the United States on July 24, 1944, arrived at Laredo, Texas, on July 25, and moved on to Randolph Field in San Antonio, where they received medical examinations and weapons and flight proficiency tests. They received five months of training at Majors Field in Greenville, Texas; Pocatello (Idaho) Army Air Base; Foster Field in Victoria, Texas; and Randolph. The pilots received extensive training in armament, communications or engineering as well as combat tactics, formation flying and gunnery.

This marked the first time Mexican troops were trained for overseas combat. The "Aztec Eagles" flew 59 combat missions, totaling more than 1,290 hours of flight time. They participated in the Allied effort to bomb Luzon and Formosa (now Taiwan) to push the Japanese out of those islands.

"We were trying to get three more squadrons to have a whole group of Mexican air force in the war," Garduno said. "I joined the squadron of Aztec Eagles because as a professional military man, I was dedicated to serving my country, which had declared war against the Axis. Professional men have to accept the call to duty.

"They sent me to learn dive-bombing at North Island in San Diego with the Navy for eight months," continued Garduno, who noted his English, which he started learning at age 7, helped him during his military career. "But I flew only 26 missions because I had an accident and spent three weeks in the hospital."

Garduno said he remembers Mexican President Manuel Avila Camacho saying in his welcome home speech that "your pilot comrades that are not with you because they've passed on to the hills of Mexico, you live to remember them forever."

"It was like an order that each one of us never forgot," Garduno said. "So we formed an association of veterans, called "Asociacion Mexicana de Veteranos II Guerra Mundial" (Mexican Association of World War II Veterans), which is very small now only 10 members. We remember them every time one dies. Every year we have a very important celebration on Nov. 18, which is the day we came back from the war."

Garduno, the association's president and international issues representative, has printed on the back of his business card, "This card identifies those who believe in the principles of freedom, for which veterans of many countries gave their lives. Voluntary affiliation will help to preserve their memory."

He said even today, the Mexican president, secretary of defense, air force and others support the surviving Aztec Eagles when they remember their dead on Nov. 18. The American Legion and Veterans of Foreign Wars, as well as British and French veterans organizations in Mexico, always participate in the observance.

"We all get together for International Remembrance Day on Nov. 10," Garduno noted. "It's just a very important day for us."

Arreola, who finished pilot training on June 3, 1944, remembers arriving at San Antonio's Randolph Field, which, he said, at that time, was the best school for pilot training.

"Sometimes something nice happens," Arreola said with a big smile. "When I was waiting for my training, a beautiful lady arrived and said, 'Are you Arreola?' I said, 'Yes I am.' And she said, 'I'm your instructor.' "I was totally surprised because I never thought that a woman would be giving me training."

Arreola was one of 34 out of 36 pilots to pass the examinations. "We left from San Francisco on March 27, 1945, and arrived in Manila on April 30 and (were) attached to the 58th Group," said Arreola, who started out as a wingman and later became a commander. "Then they sent us about 70 miles north to one of the big islands. We arrived May 1, 1945, and raised our battle flag the second day there.

"We flew some very dangerous missions from Clark Field in the Philippines to Formosa, now called Taiwan," continued Arreola, who flew 36 missions, including two over Formosa, during his six months in the Pacific. "We saw more frequent airplanes from Japan on that 650-mile trip than ever before. But they didn't want to have combat with us, because they knew our P-47s were better than their Mitsubishis. We could fly higher and faster."

Arreola said the Aztec Eagles didn't find out until Aug. 8, 1945, that the United States had dropped an atomic bomb on Hiroshima, Japan, on Aug. 6. "We didn't know what it destroyed, or if it destroyed anything," he said. "Then on Aug. 9 they dropped another atomic bomb on Nagasaki."

After the war ended, the Mexican pilots were sent to Okinawa and placed on standby.

Arreola said the Aztec Eagles dedicated a monument in Manila on Sept. 25, 1945, honoring the five pilots who were killed.

They left the Pacific and returned home triumphantly on Oct. 21, 1945. They were greeted as national heroes in Mexico City on Nov. 18 by huge crowds, including President Camacho.

"I said to the president, the mission is over," said Arreola, who got out of the air force and flew civilian airliners in Mexico for 36 years. "That's one of the best memories I have."

But today, the enormous crowds are gone and in most cases, the Aztec Eagles are all but forgotten. "Now, we receive more attention in the United States than in our own country," Arreola noted. "We have a very small pension, not like the pension veterans in American have. We have very few dollars per month.

"But we're very proud to have served with the American veterans in World War II," he said.

Garduno said the cooperation between Mexico and the United States in World War II "to go fight and help the Allied countries was very important."

"In those days," he noted, "Mexico still had a tremendous resentment toward the United States for the Mexican War of 1846 and 1847 and for the American occupation of Veracruz in 1914 during the Mexican Civil War. So about 90 percent of the population of Mexico was against cooperation with the United States during World War II."

He said Mexican President Camacho had a tremendous opposition to cooperation with the United States. "It took the sinking of two Mexican oil tankers in the Gulf of Mexico by U-boats for the Mexican congress to accept a declaration of war on the Axis," Garduno noted.

"As small as Mexico's contribution was compared to the big nations, it was very significant," he said. "We're trying to convince the people that regardless of past conflicts we had with the United States, the important thing is to be together (as we were) in the Second World War. Unity, cooperation and integrity for our beliefs in freedom are the important thing. We won the war, but we still want to be winning the peace that we've had since then.

"So our sentiments were with the United States to save the freedom that we're still enjoying today," Garduno said.


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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty Re: Homenaje al Escuadrón 201 FAEM

Mensaje por ivan_077 Febrero 10th 2015, 02:15


La segunda Guerra Mundial fue (y esperemos que siga siendo) el conflicto más devastador de la historia. Los ejércitos de dos países, Alemania y Japón (los italianos estaban de relleno) desataron su poder sobre las demás naciones, que en un principio no pudieron hacerles frente. Era una lucha de gigantes contra niños.
Hitler, usando quizás al mejor ejército que haya habido nunca, arrolló a sus países vecinos, mientras que Francia e Reino Unido quedaban impotentes. Francia fue sometida tras una campaña relámpago, y los ingleses estuvieron a punto de ser destruidos también, pero lograron salvar a su ejército tras la evacuación en Dunkerque.

En el este, las naciones europeas no pudieron hacerle frente “a los inferiores japoneses”, y pronto las tropas coloniales eran arrolladas una tras otra bajo el espíritu del bushido. En una serie de victorias igualmente espectaculares, las tropas del Sol Naciente infligieron serias humillaciones a tropas estadounidenses, inglesas y holandesas, avanzando por el Sudeste de Asia y llegando a amenazar a la India y a la Australia.
Las cosas en México estaban que ardían. El movimiento Nacional Sinarquista se pronunció claramente a favor de los países del Eje, y los miembros del Partido Comunista Mexicano se abstuvieron de decir nada, estando como estaba la Unión Soviética en buenos términos con el régimen nazi tras el Pacto Molotov-Ribbentrop. Cárdenas (que habia aceptado el arribo de Trotsky con el fin de dividir a la ultra izquierda mexicana, parte de la cual seguía ordenes desde Moscú y por ende de Stalin) habia adoptado una opinión distante, aunque denunciando de manera esporádica los abusos de Hitler. El petróleo mexicano era indispensable en aquella etapa para la maquinaria de guerra alemana, así que el tercer Reich habia salvado a la naciente industria paraestatal Pemex del boicot al que ingleses y gringos la habían sometido unos años antes e incluso habían convencido a Italia y a Japón de comprarnos petróleo también, ganándose el aprecio y la gratitud de gran parte de la nación mexicana.

Sin embargo, y tras la actuación de Hitler en Múnich, el presidente mexicano se habia dado cuenta de hasta donde las aspiraciones del Führer llevarían al mundo, así que ordenó a su secretario de relaciones exteriores extremar las precauciones. Cárdenas era un antiimperialista convencido, y la postura diplomática que adoptó México durante aquellos años estuvieron a punto de alejar a Alemania y debilitar a Pemex, sobre todo por el apoyo mexicano a los republicanos españoles, el aceptar la llegada de cualquier refugiado militar o civil que llegara a pedir protección a territorio nacional, la protesta ante la sociedad de naciones por el anexamiento de Austria y la invasión italiana a Etiopia.

Sin embargo, la presión por unirse a uno u otro bando se incrementó sobremanera, especialmente porque la derecha mexicana era pro fascista y gran parte de la izquierda comunista. Contrariamente a la opinión posterior, Cárdenas, aunque de orientación socialista, no se llevaba bien con la Unión Soviética (por Trotsky). Sin embargo, su intención era que México permaneciera neutral todo lo posible, evitar que las tropas y el pueblo mexicano sirvieran como carne de cañón al servicio de Gringolandia o del Eje y aprovechar tal coyuntura mundial para generar cuantas ganancias fuera posible. Con ese fin, designó a su sucesor, el general Manuel Ávila Camacho, en el entendido de que si ganaba la oposición de Juan Andreu Almazán México se alinearía irrevocablemente con los países del Eje.

Como fuera, y tras la salida de Cárdenas, Pearl Harbor y el hundimiento del Potrero del Llano y el Faja de Oro (episodio que algunos quieren atribuir a Estados Unidos, y no sin cierta razón) la neutralidad que habia mantenido el país se hacía cada vez más difícil de mantener. Roosevelt trató de presionar al gobierno mexicano para que movilizara a su población y se uniera a la invasión de los países del Eje.

La respuesta del gobierno fue la mejor que se pudo adoptar. Los estadounidenses (e ingleses y franceses) sencillamente querían que otros fueran a morir en su lugar con el fin de evitar en todo lo posible bajas entre sus conciudadanos (y ahorrarse una lana). Brasil mandó una fuerza expedicionaria más o menos grande, la Força Expedicionária Brasileira, pero el congreso mexicano adoptó dos medidas: una, levantar la prohibición de pelear en un ejército extranjero, y dos, la creación de una Fuerza Expedicionaria Mexicana, alias el poderosísimo Escuadrón 201, con el fin de liberar a las Filipinas y pelear contra la legendaria fuerza del Sol Naciente. México ya tenía para ese entonces una población coreana de tamaño respetable (de mayor tamaño que la población nipona, al menos), y las Filipinas eran vistas como una especie de hermana menor en el ámbito nacional, así que la respuesta a tal medida fue magnifica. Además, se habia desarticulado una conspiración de los Ejércitos y Marina Imperiales japoneses para desembarcar en Navojoa, así que dedicar a aquella fuerza expedicionaria en el frente asiático pareció la opción más natural.

Un grupo especial de entrenamiento fue formado en la ciudad de México. El liderazgo fue dado al Coronel Antonio Cárdenas Rodríguez, famoso entonces por sus vuelos de buena voluntad a lo largo y ancho de Latinoamérica. El presidente Ávila Camacho antes de mandarlos a entrenamiento los despidió, recordándoles que “los hermanos de la Republica de Brasil” ya estaban combatiendo en Italia, y que el peso de la reputación por valentía que tenía México en aquellos años recaería sobre todos ellos. “Pídanme lo que quieran” concluyó.

“Mi presidente” un soldado de la fila de hasta atrás avanzó hasta el frente “Me llamo Ángel Cabo Bocanegra del Castillo, y solicito que una escuela sea construida en mi pueblo natal de Tepoztlán, Morelos, ya que me da usted esta oportunidad de pagarla con mi sangre, porque no tenemos ninguna.”

Los miembros fueron mandados a Texas por entrenamiento, donde recibieron uno decente, aunque claro, los gringos se comportaron igual de racistas en el pueblo de Greenville, donde por verlos morenos les negaron alojamiento. El piloto Cristóforo Salido perdió la vida en un trágico accidente aéreo, el teniente Javier Martínez Valle también, pero después de recibir sus banderas de guerra, salieron dispuestos a las Filipinas, en medio de sones de guitarras y las notas de La Canción Mixteca.

Pronto llegó su bautizo de fuego, y la FAEM no tardó en distinguirse por su valor, que otro piloto, Fausto Vega Santander, perdió la vida en otro accidente mientras volaba en combate. Hasta estos momentos no se sabe que le pasó a su aeronave. El general japonés Tomoyuki Yamashita habia asumido el mando del ejército imperial japonés en las Filipinas, y el general Mc Arthur intentaba sacarlo de ahí. Los combates se identificaron, porque a despecho de la superioridad numérica estadounidense los japoneses respondieron con espíritu bushido, por lo que los casos de bajas psiquiátricas se incrementaron exponencialmente entre las tropas gringas. Mc Arthur solicitó más mexicanos para operaciones en la selva, de manera bien específica, argumentando que eran mejores combatiendo bajo tales condiciones selváticas infernales (ya se imaginaran ustedes de donde eran) y los vuelos del escuadrón 201 se intensificaron. La batalla de Luzón estaba todo lo que daba, y la fuerza aérea expedicionaria mexicana jugó un papel decisivo, hundiendo un convoy de refuerzos necesarios para el mantenimiento de la isla. Pocas veces ha habido en la historia de un país tal ejemplo de eficiencia en cuanto a tamaño y eficacia. La mayoría de sus bajas no fueron por bajas en combate; tanto en tierra como en el aire, los miembros del 201 mostraron su valor. El teniente Espinosa Galván cayó por culpa del mal tiempo, mientras que el capitán Pablo Rivas Martínez y el teniente Guillermo García Ramos — se cayeron en una tormenta y se separaron. El teniente García cayó sobre una posición japonesa y fue salvado en una operación comando por un equipo australiano. Rivas nunca fue encontrado. El teniente Mario López Portillo se estrelló contra una montaña. A los demás, tras mil batallas y desventuras, el fin de la guerra los agarró chupando tranquilos.

“¡Generales, jefes, oficiales y tropa de la Fuerza Aérea Expedicionaria!” los saludó a través de la radio el presidente Ávila Camacho al entrar a la ciudad de México “¡Llegan ustedes en majestad y gloria!...Recibo con emoción la bandera que este país les ha conferido… como símbolo de ésta y de las ideas de humanidad por la que pelearon en una causa común…¡Han cumplido ustedes con su deber de manera magnifica, y estos momentos, en esta histórica plaza, reciban ustedes la gratitud de su gente!”

Aquellos hombres que regresaron son ahora abuelos canosos, y disfrutan del retiro, al menos tanto como se pude disfrutar de tal cosa en este país. La bandera de batalla descansa en una un lugar de honor en el Museo Nacional de Historia. Cinco de esos pilotos se convirtieron en generales de la FAM; otros prosiguieron sus carreras de aviación, o emprendieron carreras mercantiles o académicas. Nunca olvidan a sus camaradas caídos.

LA FAEM ayudó a México a salir del aislacionismo, aislacionismo que ahora empieza a correr rampante de nuevo en este siglo XXI. Demostró que México era capaz de montar una fuerza expedicionaria de manera exitosa, consiguiendo resultados espectaculares a un precio razonable. Y lo mejor de todo, convenció al gobierno de aquel entonces de la necesidad de montar una fuerza aérea nacional.


Y lo mejor de todo, que soldados mexicanos eran capaces de dar raciones de chorizo a diestra y siniestra contra un ejército altísimamente motivado y legendario como lo era el ejército japonés.



Por desgracia, mucho tiempo ha pasado ya. Después de la salida de Ávila Camacho, asumió la gubernatura del país un imbécil con más ñonga que cerebro, y dejó pudrir el inicio tan prometedor de la FAM. Los hangares volvieron a llenarse de pasto y los aviones empezaron a caerse llenos de óxido. En estos mismos momentos, un arma absolutamente importante de la guerra moderna está en estado lamentable, y el estándar es de risa, por no decir otra cosa.

La FAM debe tomar otra dirección. Este artículo fue escrito para conmemorar los cien años de la FAM y con el propósito añadido de crear conciencia de un problema más o menos grave (que abundan aquí en México). En las palabras de nuestro colaborador Geonautic y del Vozh:

“La Fuerza Aérea Mexicana es ahora la más rezagada de todas las fuerzas armadas, sobre todo en doctrina, la cual data de la Segunda Guerra Mundial. La FAM tiene actualmente mucho equipo civil que lo único para lo que sirve es para matar pilotos, mantener escuadrones "de papel" y quitarle presupuesto a la compra de equipos militares, como lo son las avionetas tipo cessna y un número desmesurado de entrenadores artillados, actualmente obsoletos para combate. LA FAM está subordinada al ejército, a pesar de que la propuesta de independizar a la FAM tiene décadas, y fue amplia y duramente exigida por los generales de la FAM que estuvieron a cargo de las operaciones durante la Segunda Guerra Mundial, esto debido a que en 1947 se creó la United States Air Force.

Y así por lo menos los siguientes 30 años se estuvo chingue y jode por parte de los Comandantes de la FAM (entiéndase DN-19), de esos que SI TENIAN HUEVOS, pero el mando terrestre los detuvo y nunca les dio nada, los dejo muy marginados por lo mismo de ser ponte al pedo. Las siguientes generaciones se fueron "acostumbrando" a ser dependientes del Ejercito y con el tiempo se llegó a como estamos ahorita, en el que a ellos mismos les vale madres, ya ni dicen nada.

Luego llego Chiapas, FAM dependiente del Ejercito fue un éxito y ya como que les valió madres a todos.”
Hasta aquí Geonautic y LdT.
Bueno, pues esto no puede seguir así. Solo hace falta que nuestros senadores y diputados se fajen los huevos y se bajen el sueldo.
EL 201 debería ser ascendido a escuadrón de élite y en el deberían convergir lo mejor de los pilotos que tiene el país.
Salud y eterna gloria a los Panchos Pistolas
-Indra-
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Mensaje por ivan_077 Febrero 14th 2015, 00:51


ACTIVIDADES FAM
El Regreso de los Héroes: Escuadrón 201
Celebra la Secretaría de la Defensa Nacional a quienes tienen por misión el procesamiento sistemático y la seguridad de la información. Ceremonias alusivas al 69 aniversario del regreso de la Fuerza Aérea Expedicionaria “Escuadrón 201”.
El Regreso de los Héroes: Escuadrón 201

La Segunda Guerra Mundial fue un suceso devastador que afectó cada uno de los rincones del planeta, la situación política-económica que derivó en una escalada de conflictos provocó una reacción en cadena que empezaba a gestarse desde el final de la Gran Guerra de 1914-1918. México sin embargo, ha procurado mantenerse ajeno a estos acontecimientos pues no compete a los intereses nacionales el involucrarse en ellos. Aún así, las potencias del Eje Berlín-Roma-Tokio hicieron caso omiso al acuerdo previamente hecho al inicio de las hostilidades en Europa, torpedeando de manera impune y sin ninguna provocación a los barcos mexicanos.

Si bien México no es un país agresor, la historia nos ha demostrado que ninguna amenaza extranjera logra quebrantar el espíritu mexicano, ni mucho menos perpetuarse en tierras mexicanas. La voluntad de los hombres que se aventuraron en el llamado de las armas para defender los intereses nacionales y su soberanía en tierras lejanas, es digno de admiración.

El reconocimiento que tiene el personal que compuso el Escuadrón 201 desde su regreso, se lleva en lo más hondo del sentir mexicano, la participación de México en la Segunda Guerra Mundial fue totalmente significativa para los esfuerzos aliados y con ello el honor y la gloria de la victoria, nuestros enviados en pro de la defensa de la libertad: pilotos, tropas especialistas, intendentes y reemplazos, se levantaron en pro de los Derechos Humanos fundamentales.
Referentes de paz y libertad

Como primer acto conmemorativo del regreso de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, se realizó en el comedor del 1/er. Batallón de Fusileros Paracaidistas una comida-baile, organizada por la Asociación Mexicana de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial A.C.

En la mesa de honor estuvo en representación del comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, el general de división piloto aviador D.E.M.A., Sergio Alejandro Pérez Castillo, comandante de la Región Aérea del Centro; el embajador de la República de Filipinas Catalino Reinante Dilem Jr.; el, general brigadier D.E.M., Homero Mendoza Ruiz, comandante de la Brigada de Fusileros Paracaidistas; así como el teniente coronel Luis Aguilar Molina, en representación del comandante de la Estación Aérea No. 1.

Durante la conmemoración, el general Pérez Castillo pronunció unas palabras en representación del comandante de la Fuerza Aérea, extendiéndoles el reconocimiento y admiración por las acciones realizadas en la isla de Luzón en las Filipinas, sirviendo como referente del compromiso que tiene México en la defensa de los ideales de paz y libertad.

Destacó que las acciones realizadas así como el sacrificio heroico de los pilotos que cayeron en combate nos invitan a reflexionar acerca del deber con la Patria a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y en especial a los pilotos y personal de la Fuerza Aérea Mexicana.
Remembranza en el monumento a los caídos de la Fuerza Aérea Expedicionaria de México

El día 18 de noviembre pasado, se celebró en el monumento al Escuadrón 201 una solemne ceremonia que celebró el día exacto de su regreso de las Filipinas. Personal del batallón de Fusileros Paracaidistas; personal en activo de la Fuerza Aérea Mexicana; miembros del Pentatlón; miembros de la Asociación Mexicana de Veteranos de la Segunda Guerra mundial; así como familiares e invitados presenciaron la ceremonia.

En ella, y en representación del Secretario de la Defensa Nacional, el general de ala piloto aviador D.E.M.A., Joaquín Flores Ortiz, comandante del Ala de Reconocimiento y Transporte; agregados militares de Estados Unidos de América y de Filipinas, presidieron el acto conmemorativo.

Después de rendir los honores correspondientes al cargo, el teniente coronel piloto aviador Raúl Guzmán Aguirre, perteneciente al escuadrón de vigilancia aérea pronunció unas palabras en las que destacó que nuestro país es respetuoso de la no intervención y de la libre autodeterminación de los pueblos, así como partidario de la solución pacífica de los conflictos entre naciones y ha sido reconocido a lo largo de la historia como un defensor del diálogo y de la paz, “sin embargo en 1942 esto no les importó a las potencias del Eje y provocó que nuestro país se uniera a la guerra.

Recordó que el presidente Manuel Ávila Camacho pidió al Senado que declarara la guerra a las potencias del Eje, uniéndose así al bando aliado.

Puntualizó que al convocar a los mexicanos al pie de lucha se formó el Escuadrón el 16 de junio de 1944, asignándole el mando de la unidad al coronel piloto aviador Antonio Cárdenas Rodríguez. En vísperas de incorporarse a la guerra, el general de división y presidente de México Manuel Ávila Camacho arengó al escuadrón con las siguientes palabras: “No olviden que son ustedes los depositarios de la dignidad de la Patria y de las instituciones armadas. Estoy seguro de que siempre llevarán muy en alto la Bandera del pueblo mexicano. He venido a saludarlos, no a decirles adiós, porque estamos con ustedes donde quiera que se encuentren. Por ahora les deseo buena suerte”.

Agregó que durante el entrenamiento en las instalaciones de la Fuerza Aérea Norteamericana, los pilotos mexicanos sobresalieron por su destacada disciplina y aprendizaje, obteniendo los puntajes más altos. Además recordó que el 22 de febrero de 1945, el subsecretario de la Defensa Nacional, general de división Francisco L. Urquizo hizo entrega en representación del presidente de la república de la bandera de guerra que ondearía en la base mexicana de ultramar.

Destacó la participación del Escuadrón 201 en territorio de la isla de Formosa, recordando la valentía y heroísmo de los pilotos mexicanos que ayudaron de manera significativa apoyando a las fuerzas terrestres así como realizando bombardeos en posiciones japonesas. Enfatizó que durante varias misiones, los pilotos mexicanos no dejaron caer el nombre de México, siendo dignos de admiración y respeto por parte de las fuerzas norteamericanas.

Señaló que una vez terminadas las hostilidades, cuando el Imperio de Japón se rindió incondicionalmente se decretó el regreso inmediato de la fuerza expedicionaria a la Ciudad de México, donde fueron recibidos de manera heroica; sin embargo, no todos los que salieron del país regresaron. Recalcó además a los seis pilotos mexicanos dieron su vida por la Patria quedando grabados sus nombres en el recuerdo de las glorias nacionales. Finalmente, el teniente coronel agradeció a los veteranos su participación.

Por su parte la banda de guerra del batallón de Fusileros Paracaidistas reconoció el heroísmo del Escuadrón 201 con el toque “tres de diana”. Al término del evento se entonó con fervor el Himno Nacional. La mesa agradeció la asistencia a los veteranos y les rindió honores de manera personal a cada uno de los supervivientes del Escuadrón 201
Sorteo Magno en la Lotería Nacional
Sorteo Magno en la Lotería Nacional

Por su parte la Lotería Nacional para la Asistencia Pública así como la Cámara de Diputados conmemoraron a los héroes dedicando el Sorteo Mayor numero 3522, como un homenaje. Fueron invitados los veteranos del Escuadrón 201, miembros de la Asociación Mexicana de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial, A. C. y representantes de la Cámara de Diputados.

El sorteo fue presidido por el C. Luis Ocampo Gómez, Director Técnico Jurídico, en representación de la Directora General de la Lotería Nacional, quien al hacer uso de la palabra recordó que México se vio obligado a participar en la Segunda Guerra Mundial debido al hundimiento del barco petrolero Potrero del Llano. Puntualizó que nuestro país se vio obligado a entrar en la guerra, pues desde que se inició el conflicto se había firmado un acuerdo de no agresión a los países neutrales.

Agregó que México exigió una explicación por el atentado sufrido y la respuesta del gobierno alemán fue hundir nueve días después a la embarcación mexicana Faja de Oro. Recalcó que ante ello, el General Manuel Ávila Camacho con la autorización del Congreso de la Unión, declaró el Estado de Guerra en contra de las Fuerzas del Eje: Alemania, Japón e Italia en mayo de 1942. Destacó que después Alemania hundió cuatro barcos más: Tuxpan, Las Chiapas, Oaxaca y el Amatlán. Por lo que se escogió como arma de guerra a la Fuerza Aérea.

Refirió que la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana Escuadrón 201 fue comandada por el entonces Coronel Piloto Aviador, Antonio Cárdenas Rodríguez. Destacó que este escuadrón ha sido el único contingente armado en la historia de México que ha combatido en el extranjero bajo el amparo de la bandera mexicana. “La unidad voló más de 95 misiones de combate, un total de mil 900 horas de vuelo, participó en el esfuerzo aliado de bombardear Luzón y Formosa para expulsar a los japoneses de aquellas islas. Durante su lucha en las Filipinas cinco heroicos pilotos del Escuadrón 201 fallecieron, sirva el presente sorteo y la emisión de este billete para conmemorar orgullosos el 69 aniversario de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana Escuadrón 201. Mexicanos que honraron y defendieron a la Patria”.

A continuación, la diputada federal y presidenta de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional y Secretaria de la Comisión de Defensa Nacional, Adriana González Carrillo, aseveró que la Cámara de Diputados y la Lotería Nacional promovieron la emisión de este billete de lotería, para llevar la conmemoración en memoria de “nuestros valientes mexicanos a todos los rincones del país” y agregó “Se dice que para los muertos todos los días son domingo; pero para los héroes muertos en guerra toda la vida es gloria. El escuadrón mexicano sufrió la pérdida de cinco pilotos durante las acciones en el frente. Los cuerpos encargados de la defensa de la Nación son imprescindibles para preservar la independencia de México y garantizar la seguridad nacional. Por su lealtad a México, agradecemos hoy y siempre a nuestras Fuerzas Armadas su compromiso con la Patria, especialmente a la Fuerza Aérea Mexicana y nuestro querido Escuadrón 201”.

El Diputado Federal y Secretario de la Comisión de Defensa Nacional, Víctor Manuel Manríquez González, dijo que la Segunda Guerra Mundial es un hecho histórico que nos debe servir para recordar que es nuestra obligación fortalecer a la política como la herramienta que permita resolver las diferencias. “Entre los mexicanos, la política ha sido el mecanismo que hemos privilegiado para construir las instituciones; nos hemos esforzado en lograr la paz, combatir la pobreza y asistir a la población”.

Añadió que bajo esta perspectiva se ha logrado consolidar a los Institutos Armados, que con su dedicación, disciplina, esfuerzo y autocrítica, las Fuerzas Armadas mexicanas han participado en la construcción de la sociedad y de nuestro proyecto nacional. “Para constatarlo basta recordar la contribución que nuestro país realizó en la defensa de la libertad y la paz en la Segunda Guerra Mundial; fue en este conflicto que México, su Ejército y la Fuerza Aérea demostraron haber avanzado en un proceso de institucionalización”.

El funcionario de la Lotenal entregó a los legisladores; al general de ala piloto aviador Víctor Manuel Ruesga Ramírez, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Mexicana, , y al Sargento Primero Armero Retirado, Fortino González Gudiño, Presidente de la Asociación Mexicana de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial, una reproducción ampliada del billete conmemorativo del sorteo, el cual difundió la imagen de una unidad de combate (Republic P-47 D, Thunderbolt), junto con los logotipos de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados y de la Asociación Mexicana de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial A.C.
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Mensaje por jabojaguar Febrero 26th 2015, 23:20

buenas noches señores, recurro a su basta experiencia y conocimiento sobre la Fuerza Aérea Mexicana, en concreto estoy buscando información sobre el P-47D que piloteo el Subteniente Piloto Aviador Jaime Zenizo Rojas en el glorioso escuadrón 201 durante la segunda Guerra Mundial, ya que quiero ayudar a un descendiente de este piloto a hacerle una respetuosa ofrenda

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Mensaje por Lanceros de Toluca Marzo 10th 2015, 01:03

Ya hay un tema abierto sobre el Escuadron.
Hay algo de bibliografia en Internet al respecto, dejame ver si puedo encontrar algo al respecto.

Lanceros de Toluca
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Homenaje al Escuadrón 201 FAEM - Página 2 Empty Re: Homenaje al Escuadrón 201 FAEM

Mensaje por ivan_077 Marzo 23rd 2015, 02:30

con la pena, es nuestro deber informarles que otro pancho pistolas ha muerto.


Muere piloto del histórico Escuadrón 201
Por Antonio Heras / La Jornada Baja California jue, 12 mar 2015 12:19
6. bc-escuadron 201.jpg
El piloto aviador Wenceslao Martínez Vázquez fue uno de los 290 hombres que conformaron el Escuadrón 201, entre militares y civiles, de los cuales cinco murieron en acción de guerra. Foto Archivo

Ensenada, BC. El piloto Wenceslao Martínez Vázquez, uno de los integrantes del Escuadrón 201 que participó en la Segunda Guerra Mundial, falleció la noche de ayer a los 93 años de edad en el Hospital Militar de El Ciprés.

Con grado de Mayor Piloto Mecánico de Aviación, Martínez Vázquez, estuvo durante dos años en los frentes de la Guerra del Pacífico en el único contingente mexicano que ha combatido en el extranjero, luego que el barco tanque petrolero Potrero del Llano fue hundido por un submarino alemán que provocó la muerte de 13 tripulantes, al igual del barco Faja de Oro, ambos en mayo de 1942.

El piloto aviador Wenceslao Martínez Vázquez fue uno de los 290 hombres que conformaron el Escuadrón 201, entre militares y civiles, de los cuales cinco murieron en acción de guerra.

El militar era padre de cuatro hijos: Virginia, Esmeralda, Nora Angélica y Wenceslao; desde su retiro de las fuerzas armadas sentó su residencia en el puerto de Ensenada, con su esposa Evelia Santos Luna, también fallecida.
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Mensaje por Lanceros de Toluca Marzo 28th 2015, 17:57

QEPD.

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Mensaje por Lanceros de Toluca Mayo 12th 2015, 21:19

Escuadrón 201: México en la II Guerra Mundial

Los pilotos mexicanos del Escuadrón 201 lucharon al lado de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. En el frente del Pacífico, 30 Águilas Aztecas lograron poner fuera de combate a 30.000 japoneses.

El 13 de mayo de 1942, a las 23:55 horas, el mar frente a las costas de Florida se estremeció cuando el torpedo de un submarino alemán impactó en el buque petrolero mexicano “Potrero del Llano”. El gigante de acero desapareció en las profundidades del Golfo de México, arrastrando consigo a 13 miembros de la tripulación.

Este acontecimiento no solo removió las aguas marinas, sino también las entrañas de la nación mexicana, que hasta aquel momento había logrado mantener su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial. La prensa del país incluso publicó un corrido sobre esta provocación:

“Con el pecho conmovido/ mi gran pueblo mexicano/ vengo a cantar el corrido/ de un atentado inhumano/ lloro al ‘Potrero del Llano'/ barcotanque nacional/ al que un torpedo villano/ hundió artero su puñal”.

Solo siete días más tarde, Neptuno volvía a exigir un sacrificio: a su regreso de un viaje a Estados Unidos, el buque petrolero “Faja de Oro” fue torpedeado y destruido por un submarino alemán. Esta vez, nueve marineros perdieron la vida a manos de los nazis.
Pilotos del Escuadrón 201.

Pilotos del Escuadrón 201.

México entra en la guerra

Las agresiones en alta mar desataron un tsunami político que obligó al gobierno de México a adoptar una postura frente al conflicto bélico. El 28 de mayo de 1942, la seria y segura voz del presidente Manuel Ávila Camacho resonaba en las radios a lo largo y ancho del país: “Frente a esta reiterada agresión, …un pueblo libre y deseoso de mantener sin mancha su ejecutoria cívica no tiene más que un recurso: el de aceptar valientemente las realidades y declarar… que… existe un estado de guerra entre nuestro país y Alemania, Italia y Japón”.

Para apoyar a las fuerzas aliadas –y evitar que los mexicanos sirvieran de carne de cañón– se decidió crear una pequeña, pero efectiva, unidad aérea de combate cuya misión consistiría en liberar a Filipinas del asedio japonés. Así fue como nació la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM), alias Escuadrón 201.
El logotipo de la Águilas Aztecas: Pancho Pistolas.

El logotipo de la Águilas Aztecas: "Pancho Pistolas".

A México y Filipinas los unían fuertes lazos de hermandad. Asimismo, el país latinoamericano contaba con una significante población coreana resentida con la brutal lucha que el imperio nipón libraba en territorio coreano. Por último, los japoneses también se convirtieron en el blanco de la FAEM tras conocerse los planes de una conspiración frustrada con el fin de desembarcar en Navojoa, en el estado de Sonora.

300 voluntarios se alistaron para defender a la patria. El 21 de julio de 1944, el pueblo mexicano se congregó en la capital del país para despedirse de sus valientes hijos, y Ávila Camacho ofreció cumplirles una especie de último deseo. Las palabras del soldado Ángel Cabo Bocanegra del Castillo trascendieron el tiempo: “Mi presidente, ...solicito que una escuela sea construida en mi pueblo natal de Tepoztlán, Morelos, ya que me da usted esta oportunidad de pagarla con mi sangre”.

Águilas Aztecas vs. Sol Naciente

Durante aproximadamente siete meses, la unidad mexicana recibió entrenamiento en distintas bases militares en EE. UU. Curiosamente, los pilotos, que encabezaban el Escuadrón 201, fueron instruidos por mujeres, lo que probablemente significó un reto inusual para hombres que provenían de una sociedad preponderantemente machista. Finalmente, solo los 30 mejores pilotos fueron seleccionados para apoyar a EE. UU. en la guerra aérea en el frente del Pacífico, a donde partieron el 27 de marzo de 1945, acompañados por 268 integrantes del personal de tierra.
Desfile de los victoriosos supervivientes del Escuadrón 201.

Desfile de los victoriosos supervivientes del Escuadrón 201.

Bajo su nombre de combate “Águilas Aztecas”, los mexicanos no solo pelearon contra la legendaria fuerza del Sol Naciente, sino que también se enfrentaron a los prejuicios racistas de muchos militares norteamericanos, a quienes demostraron su destreza y valor.

El Escuadrón 201 voló 1.966 horas en misión de combate, sirviendo en observaciones, bombardeos y ametrallamientos de posiciones japonesas en Filipinas y Formosa. Los pilotos mexicanos jugaron un papel decisivo en la liberación de la Isla de Luzón. Si bien cinco de ellos murieron en el frente, al final de la Segunda Guerra Mundial, las “Águilas Aztecas” habían puesto fuera de combate a 30.000 soldados japoneses, destruyendo infraestructura, armas y convoyes de abastecimiento y refuerzo.

El 18 de noviembre de 1945, un México orgulloso recibía con los brazos abiertos a los victoriosos supervivientes. Con máxima eficacia, esta pequeña unidad de combate contribuyó significativamente a combatir las potencias del Eje.
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Mensaje por Lanceros de Toluca Junio 16th 2015, 00:09

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