Reportan como desaparecida a Mujer Subteniente

Confirman muerte de Ingrid Berenice Martínez Munguía

12 de octubre del 2012
Por Angel Silva Juarez
Estado Mayor

México, 12 de octubre (Redacción).- Fuentes familiares confirmaron a la redacción de Estado Mayor que el cuerpo exhumado el día de ayer en Cd. Mendoza Veracruz pertenece a Ingrid Berenice Martínez Munguía.

La militar de tan solo 23 años de edad, desapareció el día 24 de septiembre y fue vista por última vez en las inmediaciones de la catedral del zócalo de la Ciudad de Puebla, estado al que se encontraba actualmente adscrita.

El día de ayer, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz arribaron al cementerio de Ciudad Mendoza para exhumar el cuerpo de una joven, hasta ese momento sin identificación, encontrada el día 25 de septiembre en la congregación de Balestra, a un costado de la autopista Puebla-Veracruz.

Con respecto a las investigaciones, el Ministerio Público y Militar de Puebla señalaban como principal sospechoso a la pareja sentimental de Ingrid. Esta versión fue desmentida por la propia familia de la víctima al asegurar que la egresada del h. Colegio Militar no mantenía ninguna relación sentimental por el momento.

Datos otorgados por las mismas fuentes familiares indican que Ingrid sufría del acoso por parte de su supuesto asesino, razón por la cual pidió su transferencia a la Ciudad de Puebla.

En estos momentos la redacción de Estado Mayor se encuentra en contacto con la Procuraduría General de la República para obtener más información al respecto.

El cuerpo de la castrense será entregado hoy a sus familiares y será traladado posteriormente a Poza Rica de donde era originaria.

Descanse en Paz Ingrid Berenice Martínez Munguía.

Spoiler:

Ingrid Berenice Martínez Munguía

13 de octubre del 2012
Por Angel Silva Juarez

México, 13 de octubre (Redacción).- “Quiero llegar a lo más alto de esta carrera”, esas fueron las últimas de parte de Ingrid hacia mi persona, debo admitir que mi reacción inmediata fue reír…no con una insinuación burlona, simplemente me faltaron palabras para responder ante la seguridad manifestada por una joven de poco más de 20 años recién egresada del H. Colegio Militar…esa seguridad muchas veces esquiva en el redactor de esta líneas a sus 30 y tantos años de edad.

Las circunstancias bajo las cuales tuve el placer de conocer a Ingrid podrían llamarse “especiales”: la Secretaría de la Defensa Nacional tenía la misión de realizar un libro que explicará la labor de la mujer en el Ejército Mexicano y como uno de los colaboradores, entrevistar a la primera generación de mujeres aceptadas como estudiantes del H. Colegio Militar era una parada obligatoria.

Desde mi llegada al lugar donde se realizarían las entrevistas noté a Ingrid, simplemente destacaba por sobre el grupo…la única con una sonrisa de oreja a oreja, la única que no manifestaba nerviosismo y tal vez la que con más orgullo portaba su uniforme…ni siquiera había bajado mi mochila cuando ella manifestó su deseo de ser la primera entrevistada.

La entrevista se realizó de forma “poco ortodoxa” y hasta sin protocolo, si se me permite la expresión, tomando como referencia mi experiencia previa en entrevistas con personal militar…para Ingrid parecía un juego, como si se tratara de una plática entre amigos, aunque resulte pretencioso de mi parte colocarme en esa categoría.

A través de las gesticulaciones, movimientos de manos y expresiones de Ingrid, por las cuales se disculpaba constantemente y justificaba como un elemento más de su personalidad “rollera”, conocí a una niña de Poza Rica que sin tener una referencia militar en su familia siempre sintió curiosidad por ese mundo tan fascinante, pero tan secreto y lejano para las mujeres en ese tiempo.

La curiosidad pronto se convirtió en admiración y esa admiración la empujó a enrolarse como voluntaria en el Servicio Militar Nacional, donde se dio cuenta de que “eso era lo suyo”.

A manera de cuento cuasi fantástico, Ingrid me hizo acompañarla a ese primer día en el Colegio Militar, me compartió su nerviosismo, su miedos al estar en un ambiente donde la sociedad misma le consideraba una extraña.

“Yo merezco estar aquí”, me repetía una y otra vez, no con la intención convencerme creo yo, sino con la intención de manifestar en una sola frase todas las horas de sacrificio invertidas para poder portar el uniforme que la engalanaba ese día.

Con la misma efusividad me presentó a su familia, una familia unida y a todas luces orgullosa de las decisiones tomadas por su hija.

Me llevó casi de la mano por todo un proceso de selección lleno de incertidumbre, el cual culminó con un nudo en la garganta previo a su discurso el día 13 de septiembre de 2008 frente al Presidente de la República, Felipe Calderón, y el General Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, en conmemoración de la gesta heroica de los Niños Héroes, convirtiéndose así en la primera mujer militar en hablar en un evento oficial frente al Presidente y al titular de la Sedena…inclusive durante nuestra conversación se atrevió a declamar algunos extractos de ese discurso, con la misma intensidad que el día antes mencionado.

Durante la parte final de la entrevista, Ingrid no dejaba de hacer alarde de su felicidad al estar a punto de terminar el Curso de Oficiales y ahora sí “salir a la acción”…en ese momento dejó de lado su envestidura de mujer y me habló como un soldado más, un soldado quien en sus palabras “estaba comprometido a demostrar con sus acciones porque el Ejército es digno de confianza”.

Para nuestra desgracia, este testimonio es lo único que nos queda a muchos de Ingrid, el día de ayer fue confirmada su muerte después de haber sido reportada como desaparecida el día 24 de septiembre.

Al seguir de cerca todo el vía crucis de su desaparición, platicar con parte de su familia y posteriormente enterarme de su deceso, me resulta muy difícil referirme a Ingrid en tiempo pasado. Inclusive la redacción de estas líneas se ve interrumpida a cada rato por el surgimiento de sentimientos encontrados…a veces impotencia, a veces enojo, a veces mera tristeza de lo que pudo “haber sido”.

A partir de hoy comienzan los cuestionamientos: ¿por qué ella?, ¿se pudo haber prevenido?…no soy quien para contestar a esto y le corresponde a las autoridades esclarecer todos los eventos que culminaron con su muerte.

Yo me centraría en otro tipo de cuestionamiento: ¿En qué momento perdimos nuestra humanidad?. Tal pareciera que la única forma bajo la cual nos hacemos conscientes del otro, es cuando el otro no está.

Mi motivo para tales preguntas deviene de la desatención por parte de la comunidad ante el suceso: prácticamente ningún medio de comunicación le dio importancia a su desaparición y cuando la información empezó a circular por la redes sociales, hubo quienes dudaron del hecho. Hoy me gustaría saber que le dirían esas personas a una familia desconsolada.

La muerte de Ingrid solo nos revela que la mujer, no solo militar, sigue desprotegida en muchos sentidos.

Si bien el caso de Ingrid se ha dado a conocer paulatinamente, con diferencias en las versiones debo añadir, por la fama o como la misma Ingrid diría por la “responsabilidad” investida en ella al ser de las primeras mujeres admitidas en el H. Colegio Militar y por su discurso el 13 de septiembre de 2008…bien valdría preguntarnos: ¿cuántos casos más cómo este desconocemos?

Esclarecen homicidio de Ingrid Berenice Martínez Munguía

19 de octubre del 2012
Por Angel Silva Juarez

México, 19 de octubre (Redacción).- Por medio de un comunicado, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz dio a conocer el esclarecimiento del homicidio de la subteniente Ingrid Berenice Martínez Munguía.

En dicho comunicado se informa que el Mayor Médico Cirujano Alberto Mosqueda Gutiérrez y su esposa, María Guadalupe Montes carrillo, confesaron haber cometido el delito el pasado 25 de septiembre en el municipio de Ciudad Mendoza.

Por su parte, la Procuraduría General de Justicia Militar resolvió mantener bajo su jurisdicción a Mosqueda Gutiérrez, para ser consignado ante el Juzgado competente.

Montes Carrillo fue puesta a disposición de la PGJ del Estado de Veracruz.

La subteniente Ingrid Martínez Munguía desapareció el 24 de septiembre y fue vista por última vez en las inmediaciones de la catedral del zócalo de la Ciudad de Puebla, donde se encontraba actualmente adscrita.

El caso se acercó a su resolución durante los primeros días de octubre cuando personal de la PGJE y personal militar exhumaron el cadáver de una mujer sepultada en la fosa común del panteón de Ciudad Mendoza, ya que al parecer coincidía con la descripción física de la desaparecida.

El cadáver exhumado tenía un impacto de bala calibre 9 milímetros en la espalda, golpes producidos por cachazos y fue hallado semi calcinado según consta en el expediente Ministerial 308/2012.

Más tarde se confirmaría que el cuerpo encontrado en Ciudad Mendoza pertenecía a la militar de tan solo 23 años de edad.

Declara la implicada en homicidio de Ingrid Martínez Munguía

20 de octubre del 2012
Por Angel Silva Juarez

México, 20 de octubre (Redacción).- El día de ayer fue presentada ante el Juzgado Tercero de lo Penal, María Guadalupe Montes Carrillo, esposa del médico militar señalado como presunto responsable del feminicidio.

Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, Montes Carrillo, de 21 años de edad, negó categóricamente su participación en los hechos, aunque reconoce haber acompañado a su esposo a Puebla para encontrarse con la subteniente.

Montes Carrillo señala que el día 23 de septiembre, salió de Tepic abordo de un vehículo Civic Honda con rumbo a Guadalajara acompañada del médico Alberto Mosqueda Gutiérrez con el fin de pasar unas “vacaciones”. Una vez en Jalisco, se dirigieron a Querétaro donde “tomaron” la decisión de visitar a Ingrid Berenice, quien supuestamente había sostenido una relación extra marital con Mosqueda Gutiérrez meses antes.

En Puebla, Alberto Mosqueda pidió ver a Ingrid, citándola en el zócalo de la ciudad, donde al parecer María Guadalupe se escondió en el asiento trasero del auto con el fin de evitar que la subteniente se resistiera a abordarlo.

Durante la plática, la hoy detenida, se enteró de los detalles de la relación entre la egresada del H. Colegio Militar y su marido, lo cual la motivó a descubrir su escondite. Según la declaración, los tres sostuvieron una conversación por varias horas para que luego el médico militar se ofreciera a llevar a Ingris a Poza Rica con el fin de que pudiera ver a su madre.

En dirección a la carretera Puebla-Veracruz, Ingrid Berenice hizo evidente la necesidad de volver a su batallón con el fin de evitar ser arrestada por varios días. En el intentó por regresar a la ciudad de Puebla, se poncha una de las llantas del vehículo, por lo que se ven obligados a detenerse para poder realizar el cambio de neumático.

Según Montes Carrillo, al interior del vehículo ella e Ingrid Berenice continúan la conversación, terminando en la supuesta propuesta por parte de la subteniente para ultimar al médico y que ella así como Montes Carrillo se escondieran en la casa de un amigo de la militar.

La detenida descarta tal propuesta y sale del vehículo. Ingrid, al ver una muestra de cariño entre los esposo, aparentemente “pierde sus cabales” y ataca a Montes Carrillo con una llave luz, consiguiendo herirla en la cabeza. En ese momento, Alberto Mosqueda, saca de entre sus ropas una pistola y le dispara a la subteniente. La detenida asegura haber entrado en shock y no recordar nada a partir de ese instante.

Una vez fuera del shock, Montes Carrillo declaró que ya se encontraban arribando al Distrito Federal y que su marido le dijo que no se preocupara…Ingrid Berenice ya no se encontraba en el vehículo.

Las autoridades del Juzgado Tercero dictaminarán lo sucedido y determinarán la situación legal de la implicada en el homicidio cometido el 25 de septiembre.