Entre más repiten…

Entre más repiten…
29 de agosto del 2012
Manuel J. Jáuregui

Opinión

Reforma

México, 29 de agosto (Reforma).- Entre más repiten y aseguran que han “depurado”, que han aplicado “pruebas de confianza”, que para cuando se vayan (escasas 12 semanas) van a dejar muy avanzado el proceso de limpia… ¡MENOS SE LES CREE!

La evidencia obra en su contra.

El que hayan tenido que reemplazar a 348 elementos de la PF en el Aeropuerto de la capital tras el asesinato de tres agentes a manos de sus compañeros, todo porque traficaban droga desde Perú, y ahora con el intento de asesinato de dos agentes estadounidenses -aparentemente de la CIA- por parte de cuando menos DOCE miembros de la PF, denota claramente que lo que hayan hecho (o digan que hayan hecho) las autoridades federales no es ni remotamente la respuesta, ni ha hecho mella tampoco en el intento de restaurar la confiabilidad de nuestras Policías federales.

En algún momento, el que será Presidente, Enrique Peña Nieto, había manifestado que estudiaba crear una “gendarmería”, ello como respuesta para frenar la violencia que azota a nuestro País en esta “guerra” que vamos perdiendo por goleada.

Con estos hechos recientes quizás Peña Nieto y su equipo deban reconsiderar su estrategia.

Cuando el Presidente saliente, Felipe Calderón, le pidió perdón públicamente al Embajador de Estados Unidos en México por la agresión sufrida por su personal a manos de nuestras Policías, simultáneamente estaba aceptando que los esfuerzos de sus subalternos, sobre todo Genaro García Luna y la inepta de la Procuradora, Marisela Morales, han sido más que insuficientes: completamente inútiles.

Las “pruebas de confianza” que dicen que han aplicado y la Carabina de Ambrosio suman dos nadas: el que se apliquen dichas pruebas a los policías y el que éstos SEAN CONFIABLES son dos cosas muy diferentes.

No apantallan a nadie con las estadísticas de cuántas han administrado y que tienen treinta y tantos “centros” de evaluación y que bla, bla, bla.

Los hechos, los actos concretos recientes, indican que estamos muy lejos de contar con organismos policiacos en los que se pueda depositar la confianza de la ciudadanía.

Ahora sabemos, por la divulgación de documentos secretos, que existen acuerdos entre Estados Unidos y México para que éste pague y apoye el entrenamiento de policías y fuerzas de élite, especialmente la Marina, lo cual demuestra que tanto Estados Unidos como México están perdiendo el tiempo y no poca cantidad de dinero.

Ello, ya que al entrenar a nuestras Policías -así como están- le están realizando labores de reclutamiento y entrenamiento ¡al enemigo!

Si los policías que los vecinos vienen a entrenar son los que los quieren asesinar, obedeciendo quién sabe qué interés oscuro, pero que probablemente tiene que ver con la labor de inteligencia que estos dos funcionarios realizaban en México, quiere decir que la labor no sólo es inútil, sino que ¡resulta contraproducente!

Seguramente ellos (los agentes norteamericanos) proporcionaron datos que permitieron asestar buenos golpes a los delincuentes, lo cual desató el intento de venganza por parte de éstos echando mano de sus infiltrados en la PF para “disimular” el hecho como una “confusión”, etcétera.

Esta teoría pudiera fortalecerse ante el hecho de que AMBOS funcionarios agredidos (que ahora nos dicen que eran agentes de la CIA) fueron EVACUADOS de México casi de inmediato, pese a estar heridos.

Seguramente que los norteamericanos siguen viendo en el atentado una mano negra que pretende cobrar una venganza y que este enemigo es alguien -grupo o persona- que tiene tanto la capacidad como la oportunidad de hacerlo.

A estas alturas, entendiblemente, ¡ni en su sombra han de confiar!

Triste y lamentable espectáculo éste que estamos viviendo, el cual se hace aún más vergonzante con los ridículos intentos de nuestras autoridades por querer sepultarlo bajo una manifestación volcánica de buenas intenciones y un recital de supuestas acciones (vanas) tomadas.

¡Qué caso mencionarlas si a leguas se nota que no han rendido frutos!

La única que le queda a Calderón y a su equipo es esmerarse en la investigación y sacar TODA LA mugre que haya en la PF a ventilar: decir la verdad, nada más que la verdad… ¡y TODA la verdad!