¿Fuí yo un rehén?

en el asedio del Alcázar de Toledo
¿Fuí yo un Rehén?
autor: Lorenzo Morata
Colección Denuncia
Fuerza Nueva Editorial, S.A.
primera edición sept de 1997

Lorenzo Morata Rodríguez nación en Toledo en noviembre de 1924 y en esa ciudad trascurrió su infancia. Hijo de un guardia civil y una partera, estuvo presente en el Alcázar junto a su padre, teniendo 11 años de edad, los 70 días de la defensa. Una fatalidad hizo que su madre no los acompañara, porque ella tuvo que ir a atender a una parturienta el día que las familias de los guardias civiles se refugiaron en el Alcázar, y no alcanzó a llegar antes de que cerraran las puertas. Afortunadamente sobrevivió a la guerra.

Lorenzo Morata estudió Medicina y ejerció hasta su jubilación forzosa en 1989, dedicándose siempre en forma exclusiva a su profesión. Nunca perteneció a un partido ni asociación política.

Cuando voces mezquinas empezaron a querer deformar el recuerdo de la epopeya de la defensa del Alcázar, y dijeron entre otras muchas infamias que las únicas mujeres y niños que habían en el Alcázar, eran rehenes, el escribió ese libro. El estuvo ahí, fué testigo y fué uno de esos niños. Por otra parte hay muchas pruebas documentales, con nombres y señas,
de las monjas, mujeres, niños y ancianos que se refugiaron salvándose de la barbarie roja.

También se ha querido manchar la memoria del jefe de los defensores, Coronel Moscardó, que perdió a su hijo asesinado por los rojos. Hasta hace pocos años se conservaba intacto su despacho con una grabación (hecha con la voz del propio Moscardó y por un actor que hacía la parte de su hijo) de la última conversación telefónica que alcanzó a tener con su hijo antes de que lo asesinaran. Los milicianos secuestraron a su hijo y amenazaron con matarlo si Moscardó no se rendía. Con todo el dolor de su corazón, Moscardó no se dejó extorsionar.
Hay quien ha querido negar, de la manera más miserable, la historicidad de este hecho. Hay demasiadas pruebas documentales que así fué.

Se dice que murieron pocos defensores. Les parecen pocos casi un centenar, incluyendo los que a consecuencias de sus heridas fallecieron en los tres meses siguientes. Caso especial, que murió poco después de la liberación, con terribles dolores, fué "el Ángel del Alcazar" en proceso de beatificación, el de "disparen sin odio". Los heridos, que fueron más de 500 (casi la mitad de los defensores) se silencian. Eso sin contar con las heridas leves y los casos menos graves que no pasaron por la enfermería.

Los agresores no tuvieron la menor consideración con las mujeres y niños refugiados en el Alcázar, de hecho el primer bombardeo aéreo contra un edificio que tenía mujeres y niños, lo cometieron los rojos contra el Alcázar apenas iniciado el asedio. Poco después se dió el bombardeo del pueblo de Cabra, contra población civil, de parte de la fuerza aérea roja. El caso de Guernica, tan publicitado y exagerado, se dió más de dos años después, y Guernica era un objetivo militar.

Bombardearon el Alcázar con aviones y con nueve cañones de 155 mm que en un solo día (el 20 de septiembre) lanzaron 472 proyectiles, y esto después de la explosión de las minas el 18 del mismo mes.

Presos eran ocho o diez hombres y tres mujeres, fanáticos izquierdistas, únicos a los que Moscardó retuvo a la fuerza. El resto eran defensores y sus familias.

Tristemente, entre otras aberraciones como la destrucción del magnífico Museo Militar (uno de los mejores del mundo, dicho por un directivo del War Museum de Londres) que había en el Buen Retiro, en el Alcázar actualmente ya no se permite la entrada al despacho de Moscardó ni se reproduce la grabación. Ya en 1999 me llamó la atención que los guías evitaban mencionar que el Alcázar fué destruido por los atacantes durante el asedio, que resistió valientemente 70 días, y que en la post guerra fue reconstruido. La última vez que visité Toledo, en el 2004, estaban haciendo unas excavaciones en la explanada y unas remodelaciones muy raras. Y en el 2010 que pensaba volver a Toledo, llegué a Madrid con retraso y mis amigos con los que iba a Oviedo ya no podía desviarse de la ruta, así que quedó pendiente sine die. Espero volver en un día no muy lejano y ver que destrozos hicieron estos descastados (los políticos que están arrasando todo en la península)