De tal palo tal p*****o/

Ciudad de México • Al Día del Niño llegaron con peticiones de adulto. Vestidos con trajes típicos y con acordeones o discursos aprendidos de memoria, 32 menores acudieron a una reunión con Enrique Peña, donde presentaron propuestas y peticiones para que las incorpore a su campaña.

Primero en orden y después en cascada sin mayor orden, los niños pidieron a nombre de sus padres y maestros: seguridad, empleo, educación, equipamiento en hospitales y la lista sigue.

Todas iban sobre el tema de seguridad al principio. Las leyeron solemnes, como en el concurso de oratoria que más de uno había ganado en su escuela.

Primero en un formato duro, donde la única variable de los actos tradicionales fue que el candidato se sentó junto a los niños, escuchó su peticiones, para hacer el formato menos rígido, pocos minutos después Peña abrió el micrófono a varios de los presentes, lo que derivó en lo que él mismo llamó “un amotinamiento”, en el que los niños de todos los estados tomaron la palabra al menos por 30 segundos.

Los niños apenas se sacudieron el formato acartonado.

Al principio los discursos se leían de memoria, Marco, un niño de Tamaulipas con dotes de orador y un físico que recordaba un poco al del candidato, concentró las peticiones de todos que dijo, coincidían sobre seguridad. “Queremos poder a salir a jugar otra vez”, leyó.

Con un completo control sobre la oratoria, pero siguiendo toda la lectura con su pequeño índice, Marco expresó su confianza en el candidato y le pidió que cumpliera sus compromisos.

Otros más fueron menos espontáneos. Cielo, una niña de nueve de Veracruz, estuvo tratando de hablar en secreto con el candidato un buen rato, cuando lo logró lanzó: “Le manda los atentos saludos mi gobernador, Javier Duarte”, y se adueñó del micrófono para una adulación hacia el candidato en forma de poema que duró casi dos minutos.

Enrique Peña, más en un papel de moderador, pasó el micrófono a quien le jalaba la camisa en un gesto infantil.

En una completa improvisación, Danitza, de Sonora, se presentó y contó firme que había vivido seis balaceras y quería que se detuvieran. Segundos después le ganó el llanto cuando pidió que ya no quería eso para sus hermanos.

La escena conmovió al candidato, quien le tomó la cabeza entre las manos y le dio un beso para después iniciar su discurso ya en el atril, como acostumbra.

Habló acerca de los compromisos con la niñez y la juventud donde se comprometió con abatir el bullying y brindar computadoras a los niños de quinto y sexto año.

Enrique Peña perdió la atención de los menores que bailoteaban en su sitio, cuchicheaban entre ellos y uno que otro bostezaba de plano.

Lo acompañó en toda la presentación y la interacción con los niños la candidata al Distrito Federal, Beatriz Paredes, quien decidió recortar su discurso para dar paso a las peticiones de los menores.

Antes de iniciar el evento platicaba con ellos y más de una vez le arrancaron una sonrisa. Al final de su discurso, confesó: “Si los niños pudieran votar, seguramente nos iría mucho mejor”, dijo.





A todos esos padres que mandan a sus hijos con ese p*****o

Mejor mándelos a Televisa por que si la hacen de actores

http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/1e23963bb6a02e607cb45bf926936e19

Ya ni la chingan, aunque bueno, ya sabemos que esos weyes rentarian a su madre si con ello ganaran mas votos, mal por los padres de esos niños que los prestan para esas .................