El momento ideal para enterrar a la PGR

El momento ideal para enterrar a la PGR
Historias del más acáCarlos Puig
2011-06-18 •

Imprimir
Enviar por email

El deterioro de la Procuraduría, tanto en términos de eficacia como de corrupción, viene de hace años; no es únicamente culpa de Felipe Calderón. Pero sí resulta raro que un presidente que decide que la seguridad y, por tanto, la justicia serán la marca de su sexenio, no se concentre en la institución con la intensidad, por ejemplo, que se dedicó a la construcción de la Policía Federal.

Vapuleada, olvidada... Junio de 2011. Foto: Héctor Téllez

En los últimos 22 años, el país ha tenido 12 procuradores generales de la República.

En promedio no llegan a cumplir los dos años en la función.

Así han tratado los más recientes gobiernos al órgano de procuración de justicia.

Esta es la institución que nos regaló a Javier Coello Trejo, el Quinazo, a Javier Chapa Bezanilla, a la Paca, la osamenta, el desafuero interrumpido de AMLO, a Gutiérrez Rebollo, las múltiples investigaciones de Colosio, la culpabilidad de Othón Cortés, la Operación Limpieza, el michoacanazo, Raúl Salinas… ¿Seguimos? ¿Por qué me cuesta tanto tener un buen recuerdo de la institución?

Vapuleada, utilizada, manipulada, la institución que debería ser garante de tantas cosas, es tan sólo garantía de ineficiencia en el mejor de los casos, de corrupción y complicidad criminal en el peor.

Lo de Hank Rhon es sólo una anécdota de la confusión en la que vive la institución desde hace años. Desde la admisión de la procuradora que no utilizará —por demás legal— la figura del arraigo por razones políticas, hasta la filtración de fotografías y otros detalles del expediente para ganar una batalla mediática, esto de parte de la institución que está luchando contra el IFAI en los tribunales para no dar a conocer averiguaciones previas concluidas.

El deterioro de la PGR contagia a muchas de las procuradurías locales.

Tal vez, dentro de algunos años, cuando se desmenuce la estrategia del presidente Calderón para reestablecer el estado de derecho, abatir la criminalidad y luchar contra el crimen organizado, lo más sorprendente será cómo es que un abogado olvidó de tal manera a quienes procuran justicia.

Los números lo ilustran.

De los cinco presupuestos de egresos de la Federación que ha tocado diseñar a este gobierno, hay cuatro rubros donde se refleja el compromiso y la voluntad de Los Pinos. La política se hace con el presupuesto. La Defensa, la Marina, la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la Procuraduría.

El aumento entre el presupuesto de 2007 y el de 2011 para la Sedena es de 56%. Para la Marina de 67%, para la SSP de 161 %.

Para la PGR, de 29 por ciento.

Para 2011, el presupuesto para la secretaría que encabeza Genaro García Luna es tres veces mayor que el órgano que encabeza Marisela Morales.

Como parte de la lucha contra el crimen organizado, la estrategia central en la SSP ha sido la construcción de una nueva policía federal dotada de herramientas de primer mundo, desde armas, vehículos, helicópteros, aviones, capacidades de espionaje y análisis de información. Plataforma en México, la federal es la policía mejor equipada, pagada y entrenada del país. En la construcción de esta nueva institución mexicana se puso dinero, proyecto, apoyo político.

Ahora volteemos a ver a la policía ministerial, policía de investigación, o AFI, o vaya usted a saber cómo se llama. A ésa no le hacen anuncios ni series de televisión. De hecho, en algún momento del sexenio se discutió desaparecer a la policía de la PGR para entregársela a la Secretaría de Seguridad Pública.

Valga la aclaración: el deterioro de la Procuraduría, tanto en términos de eficacia como de corrupción, viene de hace años; no es, ni por mucho, únicamente culpa de Calderón.

Pero sí resulta raro que un Presidente que decide que la seguridad y, por tanto, la justicia serán la marca de su sexenio, no se concentre en la procuraduría con la intensidad, por ejemplo, que se dedicó a la construcción de la Policía Federal.

Argumentará el gobierno que este es el sexenio de la reforma del Sistema de Justicia Penal. Pero como lo muestran los mismos números del gobierno, y lo he tratado de mostrar en este espacio varias veces, es la reforma de la que el Presidente parece haberse arrepentido.

Cuentan que cuando los chilenos decidieron llevar a cabo la reforma, hubo una orden clara desde la Presidencia de que durante semanas todos los miembros del gabinete, no importa su rubro, sólo hablarían de la reforma y su importancia. Todo lo tendrían que relacionar con la reforma.

La implementación de la reforma, que debería cambiar la manera en que se aplica la justicia en México y que implica la refundación y profesionalización del Ministerio Público, no tiene ni los recursos ni la atención política.

Un par de discursos y nada más.

Ante la situación en que está la procuraduría, más valdría refundarla completita. El camino lo han caminado otros países con éxito. Autonomía del Ejecutivo ha resultado fundamental en otras latitudes.

El país ha tenido más o menos buenas experiencias construyendo instituciones autónomas y de gran eficiencia profesional como el IFE o el IFAI. Este bicho sería diferente, pero nada que no se haya hecho en otras partes y no tan complicado como ir a la luna.

Y eso sí, mucho más sencillo que intentar reformar una institución abandonada, vejada, vapuleada. No hay para donde, pues. Enterrémosla.

http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/8977655

Me pareció muy interesante el articulo lanceros muchas gracias y a mi punto de vista si se ha descuidado mucho a esta institución que lastima.

Una instituciòn que se duda de su lealtad para con el paìs deberìa ser destruida, desarticulada y olvidada, porque sus daños son ams que sus contribuciones.

Tal vez la conversión de la Policía Ministerial al puro estilo de los US Marshals's les ayude un poco.

Todo fue culpa de Garcia Luna.

Aqui si, el la construyo, y luego se encargo de desaparecerla