Justicia, mensajes y señales militares

Cuando un militar hace una declaración a medios de comunicación se prenden los focos amarillos. Cuando el secretario de la Defensa lo hace se vuelven rojos y muchos sienten que retiembla en sus centros la tierra.

En Aguascalientes, a principios de semana, el general Salvador Cienfuegos Zepeda declaró que, “cuando los ciudadanos lo pidan y el Presidente de la República lo ordene, los militares estarían en condiciones de regresar a sus cuarteles”. Este mensaje, muchos lo quisieron entender como un atrevimiento, debido a la política de difusión y propaganda que el gobierno de la República ha implementado desde su inicio. No tiene nada de particular, al contrario, si se analiza objetivamente, la declaración en sí, viene a dar un elemento de seguridad y tranquilidad a la población que sigue sufriendo diariamente la realidad de la violencia y la inseguridad. Tomando en cuenta lo anterior, Enrique Peña Nieto, necesita otra voz firme que fortalezca con sus mensajes al gobierno.

Referente a la reciente liberación de tres generales y un teniente coronel, Cienfuegos dijo: “eso es cuestión de la justicia, a nosotros nos parece que se hizo justicia y que esos generales son reivindicados y entrarán a trabajar nuevamente con nosotros”. De aquí también corrieron especulaciones del porqué en el caso de la liberación del general Ángeles Dahuahare no hubo un pronunciamiento directo del general secretario. Sedena —por institucionalidad— debe mantener un discurso proactivo que no provoque que retiemble el país. El proceso judicial contra los militares liberados comenzó en abril de 2012 y culminó el pasado viernes 5 de julio. De aquí la razón de cuidar los tiempos.

Como sociedad nos tomó tiempo entender la importancia de tener a las tropas en la calle. Al principio, ni soldados ni marinos querían realizar las funciones a las que la policía no pudo responder. La realidad es que en muchos puntos del país la cosa sigue que “arde” y por tanto, ahí seguirán; le guste a quien le guste. Una de las consecuencias negativas para el instituto armado es precisamente el enfrentamiento jurídico-social al que se someten, intentando restablecer el orden legal que se ha perdido y que los expone a dividir, por ejemplo, delitos del fuero militar con los del fuero civil, donde precisamente la controversia es que militares —sujetos a sus propias leyes— tienen que perseguir delincuentes que violan leyes civiles. Los somete a que si un testigo protegido, refiere que oficiales del Ejército están involucrados con la delincuencia organizada, entonces se les encierra para comprobar su inocencia.

Las fuerzas armadas se enfrentan a la irresponsabilidad de los poderes Judicial y Legislativo, de no darles las garantías que necesitan para protegerlos en su actuación.

Que nadie se sorprenda entonces, cuando hay declaraciones.

CABO DE TURNO
Positivo, por demás, el mensaje que la Secretaría de Marina envía en la ceremonia de graduación de los alumnos colegiados del Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav). A nombre de los 204 egresados, habló el coronel de infantería DEM Gaudencio García Rodríguez. Esta deferencia de los marinos hacia “un hermano de armas” refuerza la relación que promueven los altos mandos militares y navales.

Claro el mensaje del vicealmirante C.G. DEM Ángel Enrique Sarmiento Beltrán, director del Centro de Estudios Navales, al afirmar: “es inútil tratar de enseñar solo con la palabra, el ejemplo es la educación real”.

Directo, el discurso del Almirante Vidal Soberón, secretario de Marina, cuando recuerda la importancia de generar vía la educación de calidad, una Marina de vanguardia que esté a la altura de las necesidades de la seguridad nacional. Fraterno, también el mensaje sobre la importancia de contar en el Cesnav con la participación de militares mexicanos de tierra y aire, así como militares de otros países, y funcionarios del gobierno federal.

Fraterno, cuando Soberón se congratula de tener en la ceremonia a su amigo Salvador Cienfuegos.

Buena señal de los marinos.

Buena señal de los soldados.

Buenas señales para México.

FUENTE:
http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9186054