La defensa del Estado

CADENA DE MANDO

La defensa del Estado


Para el mexicano Adán Cortés Salas, son la adolescente paquistaní Malala Yousafzai, y el indio Kailash Satyarthi (premios Nobel de la Paz 2014) quienes no deben olvidarse de México ni de sus problemas, es decir, son quienes pueden defenderlo de los males que le aquejan. Adán es un estudiante modelo de relaciones internacionales de la UNAM y en verdad es terrible que con su preparación crea que lo sucedido en Oslo es la manera de defender a su país. Igual o peor de terrible es su actitud, ya que contiene una fuerte dosis de confusión, fanatismo, ignorancia y, por supuesto, arrogancia.

Lo único que logró fue que la imagen de nuestro país siga en negativos.

Para Felipe de la Cruz (vocero de los padres de los estudiantes desaparecidos) “no hay perdón ni olvido para este gobierno”. Supongo que se refiere al de José Luis Abarca, y lo supongo así, porque él y su esposa fueron quienes ordenaron la detención y desaparición de los estudiantes y quienes encubrieron su asesinato, incineración y la desaparición de los restos humanos. ¿Nadie le habrá dicho a De la Cruz que ya están detenidos Abarca, su mujer, policías municipales de Iguala y Cocula, así como también delincuentes confesos, con todo y los líderes criminales?

¿O de qué se trata?

De la Cruz —cuyo hijo, por cierto, no está desaparecido— emite un mensaje donde dice que el movimiento no acepta que ningún político se acerque, con lo cual de facto cierra cualquier posibilidad a que el Estado los defienda.

Nunca será suficiente lo que haga el gobierno. Entonces la pregunta es si Felipe de la Cruz tiene los medios para crear un Estado mejor.

La página web de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos (así se llama, pero es más fácil “Ayotzi”) mantiene como director a Napoleón Anaya del Carmen. Hace dos años que dejó de serlo. No hay un liderazgo real y objetivo en esa escuela.

Alguien sabe quién es el director de la Normal y por qué no ha encabezado este movimiento.

Para el presidente Barack Obama, la defensa de México se reduce a platicarle un periodista de Telemundo que su gobierno ofreció ayuda para encontrar a los 42 desaparecidos. Lo malo fue que nos enteramos casi dos meses y medio después de que, se supone, ofrecieron la ayuda.

Para las fuerzas armadas, la defensa del Estado comienza reconociendo la realidad y la magnitud del problema, aunque con ello algunos periodistas se desgarren las vestiduras queriendo hacerlo ver como amenaza o principio de “la mano dura”.

Quienes mejor entendieron lo que sucedió la madrugada del 2 de octubre del 68 fueron los militares.

Quienes se aferran a esa época son los que han lucrado y vivido de ella y que ahora encuentran en los estudiantes desaparecidos combustible para seguir adelante. Los soldados saben que contra el pueblo nunca, pero contra quien delinque e intenta vulnerar a un Estado es la ley la que debe valer y prevalecer, y aquí es precisamente donde se confundieron algunos “opinadores”, ya que la detección del problema no implica que serán los militares de tierra, mar y aire los que van a salir a las calles a soltarles de balazos a los “rijosos”.

Soldados y marinos detectan el daño que está teniendo de manera general todo el país y en específico el estado de Guerrero con la violencia y el caos que están generando grupos como la Ceteg o el Movimiento Popular de Guerrero. La afectación a la economía estatal es grave y profunda —Oaxaca se acerca velozmente—, de tal suerte que, con estas acciones, a quien se afecta es al pueblo de Guerrero, no al gobierno federal, no al Presidente o a los secretarios de Estado.

Los que opinan que los mensajes de esta semana del general Cienfuegos y del almirante Soberón fueron una instrucción presidencial, son los mismos que hace poco afirmaron que en Los Pinos Peña Nieto regañó a todos sus secretarios, excepto a Osorio Chong y a Videgaray. El Presidente cometerá errores, pero nunca cometerá el de regañar a sus secretarios de la Defensa o de Marina, y no porque estén encima de él, sino porque el Presidente sabe que los únicos que defenderán al Estado mexicano son los altos mandos militares; le guste a quien le guste.

Las fuerzas armadas ya demostraron que su institucionalidad es con el país, no con los partidos o con grupos políticos. Por eso se insiste, le guste a quien le guste.

La crítica fundada es constructiva, la infundada no. Para entender la diferencia, solamente basta con analizar de manera objetiva los hechos que provocan la misma.



jibarrolals@hotmail.com

@elibarrola