Bayonetas- Historia y usos
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Bayonetas- Historia y usos
Bayonetas.
Según se cree, el origen de la bayoneta fue casual, en la ciudad francesa de Bayonne. Era la mitad del siglo XVII; los soldados estaban inmersos en guerras irregulares de caracter rural. Durante la lucha se quedaron sin pólvora ni proyectiles, y para salir del paso, se dice que tomaron sus cuchillos y los ataron a los inútiles mosquetes, creando así una suerte de lanzas improvisadas con las cuales se defendieron.
Esta invención, sin embargo, fue rápidamente adoptada por los ejércitos europeos para la segunda mitad del Siglo XVII, cosechando un gran éxito en diversos países. Las bayonetas, invento netamente europeo, se asociaron así al arma de fuego, volviendo a introducir las armas de filo en el arsenal occidental.
En esa época, las armas de fuego eran aparatos largos, pesados y difíciles de usar. Eran poco precisos, incluso a corta distancia, y se tardaba mucho en cargarlos. La táctica contemplaba una formación cerrada de una o dos filas de mosqueteros (una parada, la otra arrodillada), la cual disparaba una andanada. Terminados los disparos, dejaban avanzar a una nueva línea, que repetía la andanada, mientras la primera línea recargaba los mosquetes.
Más allá de otros problemas, el principal inconveniente de los mosquetes era la lentitud para cargarlos. Se requería mucho entrenamiento para hacerlo de manera rápida y precisa, ya que uno solo de los soldados que tardara más tiempo desarmaría la formación. Los primeros mosquetes tenían una tasa de disparo de cerca de uno por minuto. El procedimiento estaba dividido en muchos pasos: cargar el cañón con pólvora desde una bolsita, presionarla con una varilla, luego meter el proyectil, presionarlo contra la pólvora apisonada de manera similar, etc. Para cuando se inventaron los cartuchos de papel (pequeños paquetes que contenían de antemano la pólvora, evitando esa parte del proceso), la tasa se elevó, podiendo hacerse 3 o 4 disparos por minuto.
Esto hacía que los soldados, por más entrenados que fueran, eventualmente llegaran a tener a sus enemigos a pocos metros. Siendo que los mosquetes tenían un alcance bajo (no más de 100 metros), no era raro que luego de dos andanadas, el enemigo estuviera ya casi al cuerpo a cuerpo. En ese momento los mosquetes se convertían en algo totalmente inútil, salvo que fueran usados como palos, lo cual ocurría muy a menudo. Los oficiales tenían sables, y algunos ejércitos mantenían en línea algunos alabarderos o piqueros, pero estas armas a veces no eran de mucha utilidad tampoco.
Las primeras bayonetas se calzaban directamente sobre la boca del mosquete, impidiendo el disparo. Los modelos siguientes tenían un mango hueco que permitía esta acción. Esta es una típica bayoneta de pica para un mosquete.
Las bayonetas de pica
Aquí entró en juego la bayoneta. Con un tamaño de entre 30 y 45 centímetros, al ser adosada a un mosquete de metro y medio, se convertía en una nueva arma. Similar a las anteriores picas o lanzas utilizadas por la infantería contra la caballería, le daba a los soldados algo más con qué combatir.
Luego de una o dos andanadas, los oficiales daban la ahora clásica orden de calar bayonetas, la cual los soldados obedecían rápidamente. Entonces la formación se acercaba de manera similar a como hacían antes los ejércitos griegos y macedonios, con sus lanzas: la punta hacia adelante, y se atacaba a la formación enemiga que generalmente avanzaba de la misma manera. Entonces la lucha se hacía cuerpo a cuerpo, como en los viejos tiempos.
El hecho de que las primeras bayonetas se calaran solamente luego de haber disparado se debía, curiosamente, a un grave error de diseño. Estos modelos originales se calzaban directamente sobre el cañón, obstruyéndolo e impidiendo abrir fuego.
Obviamente, esto hacía que, en el caso de que al soldado todavía le quedara un disparo preparado, este fuera inútil. Durante las numerosas guerras de todo tipo que hubo en Europa en esa época, este error se fue haciendo patente, dando lugar a las nuevas bayonetas con calzo en forma de anilla. La hoja hacía una curva al dejar la anilla, y luego de un ángulo recto retomaba la forma normal y volvía a apuntar paralelo al cañón. Diferentes modelos mejoraron la sujesión del arma al mosquete, previniendo que se saliera. Sin embargo, las primeras bayonetas no eran armas pensadas para ser usadas de manera separada. Este mango de anilla era pequeño, de metal y totalmente cilíndrico, sin ayudas para la manipulación. En un caso de emergencia uno podía usarlas como arma, pero su eficiencia caía notablemente.
Aquellas eran épocas de transición en tácticas terrestres, y la bayoneta tenía tanto aliados como detractores. Era cuestión de ensayo y error, y los diferentes diseños estaban a la orden del día. Para los últimos años del Siglo XVII, el rey francés Luis XIV irónicamente las prohibió, pero los ingleses y alemanes, al abolir el uso de la pica en sus ejércitos, la adoptaron. A partir de ese momento, el arma de fuego y la bayoneta fueron símbolos irrenunciables del soldado de infantería.
Una particularidad de las primeras bayonetas era que solamente servían para clavar, ya que no tenían filo. Convertían a los mosquetes en picas, y de esa forma las tácticas de infantería recuperaron y adaptaron esa forma de uso propia de la pasada Edad Media. La mayoría de las bayonetas tenían hojas de sección triangular, lo cual aumentaba su fuerza sin hacerlas más pesadas ni necesitar el uso de más acero. Eran armas de contacto, y por eso debían ser fuertes; si se doblaban o quebraban, el soldado quedaba casi condenado.
Terminado el Siglo XVII, se continuaron desarrollando diferentes formas de bayonetas, así como diferentes formas de usarlas. Su uso hizo que la infantería volviera a las viejas épocas del combate cuerpo a cuerpo con armas de filo, aunque la pólvora seguía teniendo su parte en la balanza.
Además de usarse en mosquetes, se probó su uso en revólveres, lo cual terminó en un completo fracaso. Las armas resultantes eran muy pesadas, desbalanceadas y tenían una precisión muy mala: no eran ni lo uno ni lo otro.
Las bayonetas, sin embargo, tuvieron caminos difíciles en algunos paíeses. Nuevamente, por cuestiones de tradición, muchos ejércitos y marinas no terminaron a ajustarse a su uso, continuandose el uso de picas, espadas, etc., al menos por algunas décadas más.
Un soldado inglés en la Segunda Guerra Mundial, utilizando una combinación ya usada en la anterior guerra: un Lee-Enfield con su vieja espada bayoneta de hoja recta.
Las espadas bayonetas
Sin embargo, hacia el siglo XIX, ya era innegable la necesidad de su uso, y en esa fecha se popularizaron las espadas bayonetas (aunque ya habían aparecido en el siglo anterior) . Como su nombre lo indican, estas sí tenían filo, en uno o dos lados, y mantenían un largo de aproximadamente 30 o más centímetros. Hay que tener en cuenta que durante todo ese tiempo, las armas de fuego también habían evolucionado, y el rifle o fusil estaba reemplazando al mosquete. Comenzaban a aparecer los cartuchos de papel y los proyectiles más avanzados; eventualmente aparecieron los primeros intentos de cartuchos metálicos y se afianzó el sistema de retrocarga. Más corto, confiable y fácil de cargar , esta nueva arma requería una redefinición de la bayoneta. El uso mixto del mosquete y el fusil ante un asalto de caballería necesitaba que se formara una pared defensiva homogénea; como los fusiles eran más cortos que los mosquetes, las bayonetas aumentaron un poco de tamaño.
De esta manera, también, las bayonetas se independizaron lentamente del arma de fuego. Como eran más pesadas y grandes, también se comenzaron a usar mangos más anatómicos, lo que permitía su uso como arma secundaria, sin calarla. Los fusiles incluían sistemas especiales para esto, sin tener que enroscarla o algo similar. Algunos fusiles tenían muescas a los costados del cañón para hacer esto más fácil.
Este tipo de bayonetas, las cuales duraron hasta bien entrado el Siglo XX, tenían una fuerte reminiscencia de las espadas de los oficiales, particularmente de la caballería. Aunque su mango era relativamente pequeño (comparado con el largo de la hoja), se la podía usar para inspirar a los infantes a una carga, además del uso personal como arma de defensa a corta distancia. Muchas de ellas tenían incluso decorados similares a los de las espadas en toda regla, y eran casi espadas en miniatura, copiando detalles de sus hermanas mayores.
El uso de filo también cambió la forma de uso de las bayonetas en el sentido de que ahora no solamente servían para clavar, sino también para cortar. Los mosquetes habían sido convertidos en picas, pero los rifles, más pequeños y livianos, se habían convertido en espadas o herramientas. Rápidamente los soldados comenzaron a usarlas como palas improvisadas, para cortar madera o limpiar claros de hierba, asar o cortar carne. Lo que también aprendieron era que los rifles se hacían pesados y descabalanceados al intentar disparar con la bayoneta calada; también se dificultaba su recarga (defecto que compartían con las bayonetas de pica). Es por eso que a veces se desaconsejaba su uso continuo junto con el arma principal.
La gran cantidad de guerras coloniales del Siglo XIX obligó nuevamente al avance tanto en tácticas como en formas de diseño y producción. Con oponentes que solamente tenían lanzas y flechas como armas de distancia, las naciones europeas necesitaban tener a sus soldados tan bien entrenados en el uso de armas blancas como sus enemigos. En este siglo, no fueron pocas las veces en las cuales los soldados europeos (y también los estadounidenses) se quedaron sin municiones o sin espacio para usar sus rifles, teniendo que recurrir a sus bayonetas caladas para el combate cuerpo a cuerpo.
Hacia finales del siglo XIX, la constante mejora de los fusiles, sin embargo, también fue disminuyendo el uso general de la bayoneta. Estas armas, más confiables, efectivas y rápidas de cargar y disparar (ahora con cartuchos metálicos), extendieron la brecha entre los enemigos. Los fusiles de cerrojo permitían a un grupo de usuarios entrenados mantener lejos a sus enemigos a una cadencia de tiro muy grande, y rifles como el famoso Winchester tenían ya sistemas de cargadores que facilitan una secuencia de disparo todavía mayor.
Se crearon algunos de los mejores fusiles de cerrojo de todos los tiempos, como los modelos Mauser alemán y los Lee-Enfield ingleses, o los Mosin Nagant rusos, los cuales serían usados (con nulas o escasas modificaciones) durante las siguientes dos Guerras Mundiales. Esto sentó las bases para un extraño fenómeno. Mientras la mayoría de las naciones europeas tenían en servicio aquellos fusiles muy eficaces, pero algo anticuados, también permanecían en servicio las viejas espadas bayoneta.
Las espadas bayoneta permanecieron en uso hasta mediados del siglo XX, hasta la llegada del fusil de asalto. Muchos fusiles de cerrojo europeos eran tan buenos y abundantes que sobrevivieron a las dos Guerras Mundiales, y así se perpetuó el uso de las bayonetas diseñadas para ellos.
La Primera Guerra Mundial demostró las grandes deficiencias de aquellas armas, que no podían ser usadas en los cortos espacios de las trincheras. Mientras se comenzaban a usar, oficial o extraoficialmente, los denominados cuchillos de trinchera, la bayoneta seguía atada a su forma antigua, a mitad de camino entre la espada y el cuchillo. Surge también en la Gran Guerra el subfusil, que disminuye el alcance del fusil pero asegura mayor cadencia de fuego automático y un tamaño fácil de manejar en todo tipo de espacios.
Países como EEUU, que desarrollaron fusiles nuevos antes y durante la Segunda Guerra Mundial, pudieron beneficiarse de la lección, pero las naciones europeas tuvieron que mantenerse con sus viejos stocks, aunque supieran que no eran de lo más adecuado.
Cuchillos bayoneta
Luego de la Segunda Guerra Mundial, los enormes avances en materia militar hicieron que muchos países no solamente descartaran sus arsenales anteriores, enormes y obsoletos (destruyéndolos o vendiéndolos a naciones en formación o en vías de desarrollo), sino que se impulsó la creación de nuevas armas para librar el siguiente gran conflicto.
Entre estas armas estuvo el fusil, ahora hecho automático. El descartamiento del fusil de cerrojo, ya fuera nuevo o viejo como en el caso de los modelos de la Gran Guerra, terminó de sellar el destino de las espadas bayoneta. Con nuevas tácticas, venían nuevas armas.
No todos los fusiles de asalto eran más cortos que sus homólogos de cerrojo, pero de todas maneras, viéndose la utilidad de los cuchillos en combate mano a mano, se decidió pasar definitivamente al cuchillo bayoneta. Las experiencias en guerras coloniales y el estallido de la Primera Guerra Mundial habían creado las bases para esta última redefinición; sin embargo había pasado mucho tiempo hasta que finalmente se adoptó.
Esto hizo que, lentamente, las bayonetas y los cuchillos fueran uniéndose, dándole a los soldados un arma polivalente, ya que servía tanto como herramienta, como arma personal, o como bayoneta, al unirse a su arma principal, el fusil de asalto.
En la actualidad, aunque se cuestiona el uso y entrenamiento de este arma, prácticamente todos los ejércitos del mundo continúan dándoselo a sus soldados, para el caso en que, como ha sucedido siempre, el enemigo llegue al cuerpo a cuerpo.
Incluso en los abiertos espacios del desierto, las bayonetas tuvieron un papel durante la Segunda Guerra Mundial. Según muestran numerosas fotografías de la época, los soldados ingleses las llevaban caladas frecuentemente. Esto se debía, a veces, a la naturaleza abrupta del terreno, y a la forma de combate cerrado, nocturno o entre nubes de polvo y tormentas de arena, que imperaba. Los pequeños golpes de mano estaban a la orden del día. Una de las más conocidas secuencias muestra a un soldado inglés, a la carrera, amenazando a un soldado alemán tripulante de un tanque, que se está rindiendo.
Formas y variantes en el Siglo XIX y XX
Desde finales de la Primera Guerra Mundial, la bayoneta fue lentamente uniéndose con el cuchillo del soldado y por lo tanto, ambos compartieron forma, diseño y uso. Por lo tanto, las bayonetas dejaron de lado los dos filos que algunas tuvieron durante el Siglo XIX, aunque mantuvieron por un tiempo su peso y forma.
Muchas bayonetas previas a la Segunda Guerra Mundialy utilizadas también durante este período tenían todavía un tamaño bastante grande, de unos 30 centímetros, lo que las seguía acercando a las viejas espadas bayonetas. Sin embargo, su diseño era más moderno y el uso de materiales y formas de fabricación mejores (si es que los había) las hacían más resistentes. Los soldados podían usarlos para cavar, cortar carne o maleza en casos de emergencia, y un largo etcétera.
Finalizada la guerra, los cuchillos fueron cambiando, y por lo tanto también lo hizo la bayoneta. La Segunda Guerra Mundial vio el nacimiento y afianzamiento de la figura del comando, soldado de operaciones especiales que hacía un amplio uso del cuchillo, desde la eliminación de centinelas hasta la construcción y eliminación de trampas. La experiencia ganada en estos casos posiblemente se permeó hacia los cuchillos regulares que usaban los soldados comunes, y más tarde hacia sus bayonetas.
Los cuchillos actuales tienen mangos cómodos, hojas sólidas y ya no tan largas, aunque sí son más anchas. Casi siempre de un solo filo, a veces la parte inferior de la hoja está serrada para mejorar la capacidad de corte sobre sogas, tela, etc. Aunque pueden ser usados como bayonetas, este es solo un uso más de esta herramienta. Algunos cuchillos incorporan destapadores de botellas, mientras otros, en conjunción con sus fundas rígidas, pueden ser usados para cortar alambradas (e incluso detectar si están electrificadas).
La bayoneta actualmente utilizada por los US Marines es la OKC-35. Nótese la cómoda empuñadura y la forma de la hoja, con un filo y serrada en parte.
Formas de hoja
Durante los varios siglos de existencia de las bayonetas (principalmente de las espadas bayonetas), las ha habido de todas formas y tamaños.
Así como las bayonetas antiguas eran de sección triangular, algunas del Siglo XX todavía eran así. Las bayonetas de pica reaparecieron hacia principios del siglo XX, siendo usadas en los fusiles MAS-36 franceses, las carabinas SKS soviéticas y el fusil de paracaidistas FG-42 alemán; también se la usó en el ubicuo Mosin Nagant ruso/soviético y en algunos modelos del Lee-Enfield inglés. Las primeras versiones chinas de la carabina SKS tienes una bayoneta con sección cruciforme. Como esto le niega al soldado la posibilidad de usar la bayoneta para cortar o cavar, el uso de la bayoneta de pica ha caido en un total desuso en la actualidad.
Durante muchas décadas, los suizos y otras naciones usaron bayonetas de dos filos, con forma triangular o de hoja, relativamente corta, con sujeción de anilla. Sin embargo, al acortarse los mosquetes, las bayonetas solían alargarse y convertirse en armas similares a los sables de caballería, perdiendo así uno de los filos. Es innegable la influencia que ambas armas tuvieron unas sobre las otras.
Muchas bayonetas y cuchillos de hoja convencional tienen un surco en la misma; este surco les asegura una mayor dureza estructural al diseño mientras reduce su peso. Es una falacia común el creer que sirve para aumentar el dolor del enemigo o introducir aire en la herida. En lo que sí son superiores las hojas comunes sobre las bayonetas de pica (además del filo) es que aumentan la posibilidad de herir al enemigo; al girar la hoja después de clavarla se provocan heridas mayores a la simple penetración.
Aunque la mayoría de las espadas bayoneta o cuchillos bayoneta tienen hojas rectas, durante el siglo XIX se popularizó un tipo de espada bayoneta con una hoja sinuosa, en forma de S, derivada de un tipo de espada turca que se llamaba yataghan. Actualmente este tipo de bayonetas no son usadas y son poco más que una nota al pie en la historia de las armas blancas occidentales.
Dos variantes de espadas bayoneta: la de arriba, prusiana, similar a un machete; la de abajo, inglesa, con la hoja curiosamente curvada. Los modelos de hoja variaron enormemente con el tiempo, no así la empuñadura, que solía ser siempre similar.
Empuñaduras y formas de encastre
Por regla general, todas las bayonetas con hojas afiladas mantienen el filo hacia abajo, pero hay algunas excepciones a la regla, principalmente la del AK-47, en el cual el filo queda hacia arriba.
Las primeras bayonetas con mango de anillo se encastraban alrededor del cañón, con la hoja curvándose por sobre el mismo. Otras lo hacían por debajo, y finalmente esto se convirtió en una convención, aunque pueden encontrarse casos aislados en donde todavía se las calza a los lados.
Cuando las bayonetas se fueron asimilando a las espadas cortas, los mosquetes y fusiles fueron adaptándose de manera que ala empuñadura pudiera ser acoplada sin ningún tipo de modificación. Esto hizo más adelante que el cuchillo se independizara definitivamente, ya que el diseño de la empuñadura no debía pensarse para el fusil, sino el fusil pensarse para el cuchillo.
Si se observan las espadas bayonetas del siglo XIX, se verá que a veces la forma de la hoja se modifica mucho, no así la empuñadura. Por lo general, estaba hecha de madera y metal, y era parte íntegra de la hoja. Uno o dos remaches o tornillos mantenían las piezas de madera en su lugar, y la base estaba rematada para dar solidez. Casi siempre una o dos guardas de metal impedían que el soldado pudiera tomar el filo, separando la hoja del mango, sirviendo igualmente como defensa y bloqueo de la hoja rival, evitando que se cortaran los dedos. Estas piezas eran claras reminiscencias, también, de las espadas, y copiaban sus adornos y formas.
Un caso poco común lo constituyen las bayonetas encastradas directamente en los fusiles, y que no pueden ser removidas. Los dos ejemplos más conocidos son las variantes chinas de la carabina SKS y del fusil automático AK-47. Ambos fueron intensamente utilizados en la Guerra de Vietnam por fuerzas norvietnamitas (regulares e irregulares), como puede verse tanto en fotografías o en propagandas. En condiciones de combate cerrado, esto les daba una cierta ventaja a los soldados comunistas, ya que los estadounidenses no estaban tan entrenados en su uso ni solían tenerlas caladas. Posiblemente esto tenía mucho que ver con las tácticas de asaltos en oleadas humanas que los chinos habían usado años antes: los soldados o guerrilleros, a veces poco entrenados, asaltaban en grandes números, disparando justo lo necesario como para cubrir su avance y llegar al combate cuerpo a cuerpo, en el cual la diferencia tecnológica se reducía.
La carabina soviética SKS, de la cual se derivó el reconocidísmo AK-47, incluía en algunas variantes (principalmente chinas) una bayoneta plegable. Esto la convertía en un parte más del arma; nótese que parte del mango incluye una mira de hierro. La SKS tuvo buen uso en los conflictos de Oriente, como por ejemplo la Guerra de Vietnam, y no es raro que las variantes chinas del AK-47 también tuvieran esta bayoneta plegable. En la fotografía de arriba se puede ver una SKS con bayoneta plegable, del tipo espada; en el detalle de abajo, un modelo similar, pero con bayoneta de pica con sección cruciforme.
Este tipo de fusiles cargaban normalmente la bayoneta plegada por debajo del cañón, con el filo hacia dentro. Un sistema piezas metálicas la mantenía en su lugar, ya estuviera o no plegada.
El sistema de bayonetas plegables no ha perdurado, ya que hace más pesada al arma durante todo el tiempo, modificando su puntería y cansándolo antes de tiempo, sin permitirle usar la bayoneta para otras cuestiones.
En uno caso realmente poco particular, el fusil inglés SA-80 incorporó una bayoneta similar a las más primitivas, la cual se calaba directamente sobre la boca de fuego. Aunque es un mito difundido el que esa bayoneta obtura el fusil y le impide disparar, lo cierto es que la hoja está desplazada hacia el costado, exactamente como las primeras bayonetas (ver la primera foto del presente artículo).
Las razones para este diseño son desconocidas, teniendo en cuenta la amplia experiencia en el uso de este tipo de armas que tienen los ingleses. Es difícil blandir un arma que mantiene su punta y filo en un eje diferente al del mango. Finalmente, es imposible sacar la bayoneta de la boca del fusil luego de haber hecho fuego, ya que el calor se transmite a la empuñadura. Este aspecto del arma, como se ve, ha sido señalado reiteradas veces como uno de los principales errores de diseño de la misma.
Una de las grandes fallas de diseño del fusil inglés SA-80 fue su bayoneta. El agujero en la hoja (que otras bayonetas también tienen) sirve para encajar en una pieza de la vaina y convertirla en herramienta cortaalambres.
Forma de uso
Por lo general, la bayoneta no se utiliza cuando el fusil se está disparado, principalmente porque el peso extra (al cual el soldado no está acostumbrado) perjudica la puntería. Los fusiles se diseñan para ser usados sin bayoneta, y por lo tanto el peso en la punta no solamente cambian la forma en que el soldado lo empuña, sino que también alteran el balance del arma en sí, haciendo que reaccione de manera diferente al disparo normal.
Otra razón por la cual la bayoneta no va siempre calada es porque hace más larga al arma, lo cual puede dificultar su uso en ciertos escenarios, como la jungla tupida, una ciudad o edificio, etc.
En los primeros siglos del uso de la bayoneta, ésta se colocaba en el arma sólo si el oficial que daba las órdenes así lo requería, cuando el enemigo se acercaba mucho a la escuadra o cuando esta avanzaba por territorio potencialmente peligroso (un bosque, o una ciudad) en donde la bayoneta pudiera ser útil. De hecho, muchas de las imágenes que tenemos de la época nos muestran a los soldados usando sus bayonetas dentro de las ciudades: esto se hacía tanto para aumentar la imagen del soldado frente al potencial enemigo, como para permitirle dispersar multitudes o responder rápidamente a cualquier tipo de amenaza cercana.
A veces, a causa de este tipo de razones, se requería el uso continuado del arma, incluso cuando el enemigo estaba lejos. A los soldados, por lo general, esto no les gustaba; la bayoneta, como ya se ha indicado, dificultaba la carga de los mosquetes y rifles, además de agregar peso y molestar a la puntería.
Con el tiempo, aunque los oficiales pueden dar la orden, el soldado también puede decidir si calar o no la bayoneta. Se trata, sin embargo, de una decisión de último momento, cuando ya no queda esperar más que el combate cercano.
Otro uso de la bayoneta es el de la carga con bayoneta. Aunque frecuentemente usada en el pasado, la carga con bayoneta no suele ser de mucha utilidad, sino más bien una maniobra suicida. Durante el Siglo XX ha habido algunos casos en donde unidades desesperadas o muy fanatizadas por sus oficiales (como el caso de los soldados soviéticos, que no podían retroceder a riesgo de que sus propias fuerzas les dispararan, o de los japoneses o chinos) han hecho maniobras defensivas u ofensivas, a corta distancia, con mejores o peores resultados. Sin embargo, se trata por lo general de casos aislados, en donde la gran parte de las fuerzas muere antes de llegar a usar realmente sus bayonetas.
De hecho, la carga de caballería y la de bayoneta fueron dos de las grandes maniobras condenadas, ya a finales del Siglo XIX y principios del XX (principalmente gracias a la Gran Guerra) gracias al avance técnico de las ametralladoras y armas de tiro rápido.
Soldados estadounidenses en Bouganville, 1943, cubriendo el avance de un tanque. En los combates cerrados en ciertas islas del pacífico, el uso de la bayoneta calada era imprescindible, aunque dificultara la puntería. El enemigo daba una resistencia feroz y podía estar oculto en la maleza.
Uso diario
Cuando está calada, la bayoneta le da la oportunidad al soldado de usarla para detectar trampas, tocar elementos lejanos, etc. La bocacha del fusil debe permanecer limpia para evitar problemas de puntería o atascos, de manera que la punta de la bayoneta es perfecta para abrir puertas desde lejos, revisar cadáveres (que pueden no serlo), levantar sogas, cables o telas, etc., sin tener que acercarse peligrosamente al objeto o persona en sí.
Finalmente, la bayoneta es una herramienta importante en la captura y control de prisioneros. Le da al soldado algo con qué amenazar, sin llegar al disparo. Un simple pinchazo de la punta basta para motivar a cualquiera; por otra parte, la distancia extra que da la bayoneta dificulta cualquier movimiento sospechoso que el prisionero quiera hacer.
Como cuchillo, la bayoneta le da muchas posibilidades al soldado. Además del principal, que es ser la última arma para el uso cuerpo a cuerpo, le sirve como destornillador, abrelatas, destapador, herramienta de corte, y un largo etc. Ciertos modelos de cuchillos bayoneta tienen un sistema para cortar alambres (usados en conjunto con la vaina, la cual encaja en un agujero de la hoja), sistemas para detectar si están electrificados y muchas otras opciones que, si bien no son de última tecnología, forman parte de las necesidades de combate (a veces diarias, a veces inesperadas) del soldado común.
La práctica de carga contra el saco es una de las más básicas y conocidas lecciones de la esgrima de fusil, y todavía se utiliza.
El aspecto psicológico
Es aquí donde la bayoneta se une con el coraje y la determinación del soldado. Estar en un combate implica un cierto riesgo; pero entrar en un combate a corta distancia, cuerpo a cuerpo, es entrar en una situación en donde el error conduce rápida e inevitablemente a la muerte. En este punto, la bayoneta es el último recurso del soldado: y este lo sabe.
Principalmente en la actualidad, la orden de calar bayonetas es una orden que nadie quiere impartir, pero que cualquier oficial da con la certeza de que sus tropas tienen que entregarlo todo para salir vivas. Es una maniobra que reconoce, hasta cierto punto, un fracaso; algo ha salido mal para que el enemigo llegue tan cerca y con capacidad de combatir. Pero en este momento de peligro mayor, la orden le da al soldado la fuerza necesaria para estar todavía más atento.
No pocas veces esta orden, en lugar de minar la combatividad del soldado, le da más ánimos. Lejos de cualquier duda que tenga sobre el combate o la razón del conflicto, ahora sabe que debe actuar ferozmente, o morir. La supervivencia, propia y del compañero, pasa a estar al frente de todo.
Entrenamiento con bayoneta.
El término militar de esgrima de fusil marca a las claras el origen primigenio de la bayoneta, que convertía al primitivo mosquete o rifle en una especie de espada. Con el tiempo, las técnicas entrenadas y el tiempo y esfuerzo dedicados ha ido variando, hasta llegar a la actualidad, en la cual, si bien se le da espacio a este tipo de entrenamiento, es relegado a unas pocas lecciones.
Tal vez una de las imágenes más representativas de esta parte es la clásica carga de bayoneta contra un saco colgado, el cual a veces tiene forma o características humanas. En este momento se le enseña al recluta la más vieja forma de usar la bayoneta: como una lanza. Pero también la esgrima de fusil implica entrenar al recluta en una forma de combate cercana, visiblemente violenta, lo cual lo prepara para el caso en que tenga que mirar al enemigo a la cara antes de matarlo.
Así como los soldados aprender lecciones básicas para usar el cuchillo solamente, se los entrena generalmente en el uso básico del fusil con bayoneta calada, incluyendo cómo parar golpes y estocadas con otros fusiles, y cómo combinar las técnicas del fusil con bayoneta con otras partes del cuerpo.
La importancia que se le da a la esgrima de fusil dentro de cada ejército forma parte de su forma de ver el conflicto, aunque en la actualidad ningún ejército regular le dedica una parte significativa de dicho entrenamiento.
Entrenamiento de esgrima de fusil para los soldados soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Obsérvese la longitud total del arma, que era tan alta como muchos soldados. Uno de los fusiles más usados, el Mosin Nagant, hacía sido concebido en el siglo XIX y fue usado durante las dos Guerras Mundiales; curiosamente muchas bayonetas de las usadas eran del tipo pica, y no tenían filo.
El futuro
Existe una controversia acerca de la verdadera importancia de la bayoneta en el campo de batalla del futuro. De manera similar a la creencia de que los aviones no deberían llevar ya cañón, ya que los misiles de largo alcance los hacen obsoletos, algunos creen que la bayoneta en sí debe ser eliminada, al igual que su entrenamiento.
Los que argumentan a favor de su desaparición consideran que su uso a lo largo de la historia reciente ha sido escaso, y que es una pérdida de tiempo de entrenamiento. En la actualidad existen pistolas y subfusiles muy compactos, de poder de fuego muy grande, que sirven en el caso de que el enemigo esté realmente cerca.
Sin embargo, los que la defienden consideran que la bayoneta posee un valor utilitario muy grande para el soldado. No solamente le sirve como cuchillo, sino que también es una herramienta psicológica, cuyo peso en el combate es difícil de medir. En efecto, aunque nunca lo use durante su vida, el soldado sabe que, en el peor de los casos, puede calar su bayoneta a su otro compañero inseparable, su fusil, formando así una nueva arma que puede sacarlo del peor de los aprietos. Esta seguridad, aunque cueste un poco más de entrenamiento, es todo lo que hace falta.
A pesar de todo, los ejércitos del mundo entero continúan usando y entrenando con bayonetas, tanto por tradición como por necesidad, y es relativamente difícil que en un futuro se piense seriamente en su eliminación.
Incluso en los fusiles del Siglo XXI se piensa el uso de la bayoneta. En el caso del G11-K2, ésta se encastra del lado derecho del cuerpo del arma, y no debajo del cañón. Al ser la misma bayoneta del AK-47, también se la usa con el filo hacia arriba.
Otra cuestión a tener en cuenta es que, en la actualidad, el fusil de asalto acumula ya varias décadas de cambio continuo. El desarrollo del sistema bullpup (el cual permite colocar el cargador detrás del sistema de disparo) lo ha hecho mucho más corto y compacto, llevando hacia atrás el peso del mismo. El uso de munición más pequeña, al igual que el empleo de materiales sintéticos, ha rebajado también no solo el tamaño sino el peso del arma, pasando de, por ejemplo, un FAL de 1,10 metros de largo y casi 5 kilos de peso (cargado), a un AUG de entre 60 y 80 centímetros de largo que roza los 4 kilos con cargador y munición.
Sin duda alguna, esto redefine totalmente la esgrima de fusil, que se basó durante años en armas pesadas, bastante largas y resistentes a los golpes. Al hacerse pequeños y livianos, los fusiles pierden valor como armas de carga; y el uso de materiales sintéticos no les asegura (como puede verse en el caso del G36 o del SA-80) una gran fortaleza con respecto a golpes. Lejos están los días en los cuales los fusiles podían ser usados como armas contundentes de largo alcance.
Todo esto, evidentemente, implica también un replanteamiento y un rediseño de la bayoneta, si se la quiere seguir utilizando en las décadas por venir. En su momento, al acortamiento del mosquete le siguió un acortamiento de la bayoneta, pero también una mayor fortaleza en su hoja, que adquirió filo y un mayor grosor. Ahora los cuchillos bayoneta han demostrado ser ideales para muchos usos, y pensar en alargarlos podría arruinar este aspecto. Sin embargo, es inevitable pensar en rediseñar la hoja, y tal vez el mango, de manera que la nueva generación de fusiles, mucho más cortos y livianos, pueda ser tomado fácilmente por los soldados como una nueva arma en el siglo XXI.
Cuchillos bayoneta típicos. Observese la pieza de la puntera de la vaina, en la cual se inserta el agujero de la hoja para poder cortar alambres como si se tratara de una tijera. Algunos modelos se insertan todavía con un sistema de anillas, que rodea el cañón, y se aseguran por debajo a la altura de la empuñadura.
Fuentes:
http://cssbl.com/tierra/monograf-bayonetas.htm
http://cssbl.com/tierra/monograf-bayonetas(2).htm
Según se cree, el origen de la bayoneta fue casual, en la ciudad francesa de Bayonne. Era la mitad del siglo XVII; los soldados estaban inmersos en guerras irregulares de caracter rural. Durante la lucha se quedaron sin pólvora ni proyectiles, y para salir del paso, se dice que tomaron sus cuchillos y los ataron a los inútiles mosquetes, creando así una suerte de lanzas improvisadas con las cuales se defendieron.
Esta invención, sin embargo, fue rápidamente adoptada por los ejércitos europeos para la segunda mitad del Siglo XVII, cosechando un gran éxito en diversos países. Las bayonetas, invento netamente europeo, se asociaron así al arma de fuego, volviendo a introducir las armas de filo en el arsenal occidental.
En esa época, las armas de fuego eran aparatos largos, pesados y difíciles de usar. Eran poco precisos, incluso a corta distancia, y se tardaba mucho en cargarlos. La táctica contemplaba una formación cerrada de una o dos filas de mosqueteros (una parada, la otra arrodillada), la cual disparaba una andanada. Terminados los disparos, dejaban avanzar a una nueva línea, que repetía la andanada, mientras la primera línea recargaba los mosquetes.
Más allá de otros problemas, el principal inconveniente de los mosquetes era la lentitud para cargarlos. Se requería mucho entrenamiento para hacerlo de manera rápida y precisa, ya que uno solo de los soldados que tardara más tiempo desarmaría la formación. Los primeros mosquetes tenían una tasa de disparo de cerca de uno por minuto. El procedimiento estaba dividido en muchos pasos: cargar el cañón con pólvora desde una bolsita, presionarla con una varilla, luego meter el proyectil, presionarlo contra la pólvora apisonada de manera similar, etc. Para cuando se inventaron los cartuchos de papel (pequeños paquetes que contenían de antemano la pólvora, evitando esa parte del proceso), la tasa se elevó, podiendo hacerse 3 o 4 disparos por minuto.
Esto hacía que los soldados, por más entrenados que fueran, eventualmente llegaran a tener a sus enemigos a pocos metros. Siendo que los mosquetes tenían un alcance bajo (no más de 100 metros), no era raro que luego de dos andanadas, el enemigo estuviera ya casi al cuerpo a cuerpo. En ese momento los mosquetes se convertían en algo totalmente inútil, salvo que fueran usados como palos, lo cual ocurría muy a menudo. Los oficiales tenían sables, y algunos ejércitos mantenían en línea algunos alabarderos o piqueros, pero estas armas a veces no eran de mucha utilidad tampoco.
Las primeras bayonetas se calzaban directamente sobre la boca del mosquete, impidiendo el disparo. Los modelos siguientes tenían un mango hueco que permitía esta acción. Esta es una típica bayoneta de pica para un mosquete.
Las bayonetas de pica
Aquí entró en juego la bayoneta. Con un tamaño de entre 30 y 45 centímetros, al ser adosada a un mosquete de metro y medio, se convertía en una nueva arma. Similar a las anteriores picas o lanzas utilizadas por la infantería contra la caballería, le daba a los soldados algo más con qué combatir.
Luego de una o dos andanadas, los oficiales daban la ahora clásica orden de calar bayonetas, la cual los soldados obedecían rápidamente. Entonces la formación se acercaba de manera similar a como hacían antes los ejércitos griegos y macedonios, con sus lanzas: la punta hacia adelante, y se atacaba a la formación enemiga que generalmente avanzaba de la misma manera. Entonces la lucha se hacía cuerpo a cuerpo, como en los viejos tiempos.
El hecho de que las primeras bayonetas se calaran solamente luego de haber disparado se debía, curiosamente, a un grave error de diseño. Estos modelos originales se calzaban directamente sobre el cañón, obstruyéndolo e impidiendo abrir fuego.
Obviamente, esto hacía que, en el caso de que al soldado todavía le quedara un disparo preparado, este fuera inútil. Durante las numerosas guerras de todo tipo que hubo en Europa en esa época, este error se fue haciendo patente, dando lugar a las nuevas bayonetas con calzo en forma de anilla. La hoja hacía una curva al dejar la anilla, y luego de un ángulo recto retomaba la forma normal y volvía a apuntar paralelo al cañón. Diferentes modelos mejoraron la sujesión del arma al mosquete, previniendo que se saliera. Sin embargo, las primeras bayonetas no eran armas pensadas para ser usadas de manera separada. Este mango de anilla era pequeño, de metal y totalmente cilíndrico, sin ayudas para la manipulación. En un caso de emergencia uno podía usarlas como arma, pero su eficiencia caía notablemente.
Aquellas eran épocas de transición en tácticas terrestres, y la bayoneta tenía tanto aliados como detractores. Era cuestión de ensayo y error, y los diferentes diseños estaban a la orden del día. Para los últimos años del Siglo XVII, el rey francés Luis XIV irónicamente las prohibió, pero los ingleses y alemanes, al abolir el uso de la pica en sus ejércitos, la adoptaron. A partir de ese momento, el arma de fuego y la bayoneta fueron símbolos irrenunciables del soldado de infantería.
Una particularidad de las primeras bayonetas era que solamente servían para clavar, ya que no tenían filo. Convertían a los mosquetes en picas, y de esa forma las tácticas de infantería recuperaron y adaptaron esa forma de uso propia de la pasada Edad Media. La mayoría de las bayonetas tenían hojas de sección triangular, lo cual aumentaba su fuerza sin hacerlas más pesadas ni necesitar el uso de más acero. Eran armas de contacto, y por eso debían ser fuertes; si se doblaban o quebraban, el soldado quedaba casi condenado.
Terminado el Siglo XVII, se continuaron desarrollando diferentes formas de bayonetas, así como diferentes formas de usarlas. Su uso hizo que la infantería volviera a las viejas épocas del combate cuerpo a cuerpo con armas de filo, aunque la pólvora seguía teniendo su parte en la balanza.
Además de usarse en mosquetes, se probó su uso en revólveres, lo cual terminó en un completo fracaso. Las armas resultantes eran muy pesadas, desbalanceadas y tenían una precisión muy mala: no eran ni lo uno ni lo otro.
Las bayonetas, sin embargo, tuvieron caminos difíciles en algunos paíeses. Nuevamente, por cuestiones de tradición, muchos ejércitos y marinas no terminaron a ajustarse a su uso, continuandose el uso de picas, espadas, etc., al menos por algunas décadas más.
Un soldado inglés en la Segunda Guerra Mundial, utilizando una combinación ya usada en la anterior guerra: un Lee-Enfield con su vieja espada bayoneta de hoja recta.
Las espadas bayonetas
Sin embargo, hacia el siglo XIX, ya era innegable la necesidad de su uso, y en esa fecha se popularizaron las espadas bayonetas (aunque ya habían aparecido en el siglo anterior) . Como su nombre lo indican, estas sí tenían filo, en uno o dos lados, y mantenían un largo de aproximadamente 30 o más centímetros. Hay que tener en cuenta que durante todo ese tiempo, las armas de fuego también habían evolucionado, y el rifle o fusil estaba reemplazando al mosquete. Comenzaban a aparecer los cartuchos de papel y los proyectiles más avanzados; eventualmente aparecieron los primeros intentos de cartuchos metálicos y se afianzó el sistema de retrocarga. Más corto, confiable y fácil de cargar , esta nueva arma requería una redefinición de la bayoneta. El uso mixto del mosquete y el fusil ante un asalto de caballería necesitaba que se formara una pared defensiva homogénea; como los fusiles eran más cortos que los mosquetes, las bayonetas aumentaron un poco de tamaño.
De esta manera, también, las bayonetas se independizaron lentamente del arma de fuego. Como eran más pesadas y grandes, también se comenzaron a usar mangos más anatómicos, lo que permitía su uso como arma secundaria, sin calarla. Los fusiles incluían sistemas especiales para esto, sin tener que enroscarla o algo similar. Algunos fusiles tenían muescas a los costados del cañón para hacer esto más fácil.
Este tipo de bayonetas, las cuales duraron hasta bien entrado el Siglo XX, tenían una fuerte reminiscencia de las espadas de los oficiales, particularmente de la caballería. Aunque su mango era relativamente pequeño (comparado con el largo de la hoja), se la podía usar para inspirar a los infantes a una carga, además del uso personal como arma de defensa a corta distancia. Muchas de ellas tenían incluso decorados similares a los de las espadas en toda regla, y eran casi espadas en miniatura, copiando detalles de sus hermanas mayores.
El uso de filo también cambió la forma de uso de las bayonetas en el sentido de que ahora no solamente servían para clavar, sino también para cortar. Los mosquetes habían sido convertidos en picas, pero los rifles, más pequeños y livianos, se habían convertido en espadas o herramientas. Rápidamente los soldados comenzaron a usarlas como palas improvisadas, para cortar madera o limpiar claros de hierba, asar o cortar carne. Lo que también aprendieron era que los rifles se hacían pesados y descabalanceados al intentar disparar con la bayoneta calada; también se dificultaba su recarga (defecto que compartían con las bayonetas de pica). Es por eso que a veces se desaconsejaba su uso continuo junto con el arma principal.
La gran cantidad de guerras coloniales del Siglo XIX obligó nuevamente al avance tanto en tácticas como en formas de diseño y producción. Con oponentes que solamente tenían lanzas y flechas como armas de distancia, las naciones europeas necesitaban tener a sus soldados tan bien entrenados en el uso de armas blancas como sus enemigos. En este siglo, no fueron pocas las veces en las cuales los soldados europeos (y también los estadounidenses) se quedaron sin municiones o sin espacio para usar sus rifles, teniendo que recurrir a sus bayonetas caladas para el combate cuerpo a cuerpo.
Hacia finales del siglo XIX, la constante mejora de los fusiles, sin embargo, también fue disminuyendo el uso general de la bayoneta. Estas armas, más confiables, efectivas y rápidas de cargar y disparar (ahora con cartuchos metálicos), extendieron la brecha entre los enemigos. Los fusiles de cerrojo permitían a un grupo de usuarios entrenados mantener lejos a sus enemigos a una cadencia de tiro muy grande, y rifles como el famoso Winchester tenían ya sistemas de cargadores que facilitan una secuencia de disparo todavía mayor.
Se crearon algunos de los mejores fusiles de cerrojo de todos los tiempos, como los modelos Mauser alemán y los Lee-Enfield ingleses, o los Mosin Nagant rusos, los cuales serían usados (con nulas o escasas modificaciones) durante las siguientes dos Guerras Mundiales. Esto sentó las bases para un extraño fenómeno. Mientras la mayoría de las naciones europeas tenían en servicio aquellos fusiles muy eficaces, pero algo anticuados, también permanecían en servicio las viejas espadas bayoneta.
Las espadas bayoneta permanecieron en uso hasta mediados del siglo XX, hasta la llegada del fusil de asalto. Muchos fusiles de cerrojo europeos eran tan buenos y abundantes que sobrevivieron a las dos Guerras Mundiales, y así se perpetuó el uso de las bayonetas diseñadas para ellos.
La Primera Guerra Mundial demostró las grandes deficiencias de aquellas armas, que no podían ser usadas en los cortos espacios de las trincheras. Mientras se comenzaban a usar, oficial o extraoficialmente, los denominados cuchillos de trinchera, la bayoneta seguía atada a su forma antigua, a mitad de camino entre la espada y el cuchillo. Surge también en la Gran Guerra el subfusil, que disminuye el alcance del fusil pero asegura mayor cadencia de fuego automático y un tamaño fácil de manejar en todo tipo de espacios.
Países como EEUU, que desarrollaron fusiles nuevos antes y durante la Segunda Guerra Mundial, pudieron beneficiarse de la lección, pero las naciones europeas tuvieron que mantenerse con sus viejos stocks, aunque supieran que no eran de lo más adecuado.
Cuchillos bayoneta
Luego de la Segunda Guerra Mundial, los enormes avances en materia militar hicieron que muchos países no solamente descartaran sus arsenales anteriores, enormes y obsoletos (destruyéndolos o vendiéndolos a naciones en formación o en vías de desarrollo), sino que se impulsó la creación de nuevas armas para librar el siguiente gran conflicto.
Entre estas armas estuvo el fusil, ahora hecho automático. El descartamiento del fusil de cerrojo, ya fuera nuevo o viejo como en el caso de los modelos de la Gran Guerra, terminó de sellar el destino de las espadas bayoneta. Con nuevas tácticas, venían nuevas armas.
No todos los fusiles de asalto eran más cortos que sus homólogos de cerrojo, pero de todas maneras, viéndose la utilidad de los cuchillos en combate mano a mano, se decidió pasar definitivamente al cuchillo bayoneta. Las experiencias en guerras coloniales y el estallido de la Primera Guerra Mundial habían creado las bases para esta última redefinición; sin embargo había pasado mucho tiempo hasta que finalmente se adoptó.
Esto hizo que, lentamente, las bayonetas y los cuchillos fueran uniéndose, dándole a los soldados un arma polivalente, ya que servía tanto como herramienta, como arma personal, o como bayoneta, al unirse a su arma principal, el fusil de asalto.
En la actualidad, aunque se cuestiona el uso y entrenamiento de este arma, prácticamente todos los ejércitos del mundo continúan dándoselo a sus soldados, para el caso en que, como ha sucedido siempre, el enemigo llegue al cuerpo a cuerpo.
Incluso en los abiertos espacios del desierto, las bayonetas tuvieron un papel durante la Segunda Guerra Mundial. Según muestran numerosas fotografías de la época, los soldados ingleses las llevaban caladas frecuentemente. Esto se debía, a veces, a la naturaleza abrupta del terreno, y a la forma de combate cerrado, nocturno o entre nubes de polvo y tormentas de arena, que imperaba. Los pequeños golpes de mano estaban a la orden del día. Una de las más conocidas secuencias muestra a un soldado inglés, a la carrera, amenazando a un soldado alemán tripulante de un tanque, que se está rindiendo.
Formas y variantes en el Siglo XIX y XX
Desde finales de la Primera Guerra Mundial, la bayoneta fue lentamente uniéndose con el cuchillo del soldado y por lo tanto, ambos compartieron forma, diseño y uso. Por lo tanto, las bayonetas dejaron de lado los dos filos que algunas tuvieron durante el Siglo XIX, aunque mantuvieron por un tiempo su peso y forma.
Muchas bayonetas previas a la Segunda Guerra Mundialy utilizadas también durante este período tenían todavía un tamaño bastante grande, de unos 30 centímetros, lo que las seguía acercando a las viejas espadas bayonetas. Sin embargo, su diseño era más moderno y el uso de materiales y formas de fabricación mejores (si es que los había) las hacían más resistentes. Los soldados podían usarlos para cavar, cortar carne o maleza en casos de emergencia, y un largo etcétera.
Finalizada la guerra, los cuchillos fueron cambiando, y por lo tanto también lo hizo la bayoneta. La Segunda Guerra Mundial vio el nacimiento y afianzamiento de la figura del comando, soldado de operaciones especiales que hacía un amplio uso del cuchillo, desde la eliminación de centinelas hasta la construcción y eliminación de trampas. La experiencia ganada en estos casos posiblemente se permeó hacia los cuchillos regulares que usaban los soldados comunes, y más tarde hacia sus bayonetas.
Los cuchillos actuales tienen mangos cómodos, hojas sólidas y ya no tan largas, aunque sí son más anchas. Casi siempre de un solo filo, a veces la parte inferior de la hoja está serrada para mejorar la capacidad de corte sobre sogas, tela, etc. Aunque pueden ser usados como bayonetas, este es solo un uso más de esta herramienta. Algunos cuchillos incorporan destapadores de botellas, mientras otros, en conjunción con sus fundas rígidas, pueden ser usados para cortar alambradas (e incluso detectar si están electrificadas).
La bayoneta actualmente utilizada por los US Marines es la OKC-35. Nótese la cómoda empuñadura y la forma de la hoja, con un filo y serrada en parte.
Formas de hoja
Durante los varios siglos de existencia de las bayonetas (principalmente de las espadas bayonetas), las ha habido de todas formas y tamaños.
Así como las bayonetas antiguas eran de sección triangular, algunas del Siglo XX todavía eran así. Las bayonetas de pica reaparecieron hacia principios del siglo XX, siendo usadas en los fusiles MAS-36 franceses, las carabinas SKS soviéticas y el fusil de paracaidistas FG-42 alemán; también se la usó en el ubicuo Mosin Nagant ruso/soviético y en algunos modelos del Lee-Enfield inglés. Las primeras versiones chinas de la carabina SKS tienes una bayoneta con sección cruciforme. Como esto le niega al soldado la posibilidad de usar la bayoneta para cortar o cavar, el uso de la bayoneta de pica ha caido en un total desuso en la actualidad.
Durante muchas décadas, los suizos y otras naciones usaron bayonetas de dos filos, con forma triangular o de hoja, relativamente corta, con sujeción de anilla. Sin embargo, al acortarse los mosquetes, las bayonetas solían alargarse y convertirse en armas similares a los sables de caballería, perdiendo así uno de los filos. Es innegable la influencia que ambas armas tuvieron unas sobre las otras.
Muchas bayonetas y cuchillos de hoja convencional tienen un surco en la misma; este surco les asegura una mayor dureza estructural al diseño mientras reduce su peso. Es una falacia común el creer que sirve para aumentar el dolor del enemigo o introducir aire en la herida. En lo que sí son superiores las hojas comunes sobre las bayonetas de pica (además del filo) es que aumentan la posibilidad de herir al enemigo; al girar la hoja después de clavarla se provocan heridas mayores a la simple penetración.
Aunque la mayoría de las espadas bayoneta o cuchillos bayoneta tienen hojas rectas, durante el siglo XIX se popularizó un tipo de espada bayoneta con una hoja sinuosa, en forma de S, derivada de un tipo de espada turca que se llamaba yataghan. Actualmente este tipo de bayonetas no son usadas y son poco más que una nota al pie en la historia de las armas blancas occidentales.
Dos variantes de espadas bayoneta: la de arriba, prusiana, similar a un machete; la de abajo, inglesa, con la hoja curiosamente curvada. Los modelos de hoja variaron enormemente con el tiempo, no así la empuñadura, que solía ser siempre similar.
Empuñaduras y formas de encastre
Por regla general, todas las bayonetas con hojas afiladas mantienen el filo hacia abajo, pero hay algunas excepciones a la regla, principalmente la del AK-47, en el cual el filo queda hacia arriba.
Las primeras bayonetas con mango de anillo se encastraban alrededor del cañón, con la hoja curvándose por sobre el mismo. Otras lo hacían por debajo, y finalmente esto se convirtió en una convención, aunque pueden encontrarse casos aislados en donde todavía se las calza a los lados.
Cuando las bayonetas se fueron asimilando a las espadas cortas, los mosquetes y fusiles fueron adaptándose de manera que ala empuñadura pudiera ser acoplada sin ningún tipo de modificación. Esto hizo más adelante que el cuchillo se independizara definitivamente, ya que el diseño de la empuñadura no debía pensarse para el fusil, sino el fusil pensarse para el cuchillo.
Si se observan las espadas bayonetas del siglo XIX, se verá que a veces la forma de la hoja se modifica mucho, no así la empuñadura. Por lo general, estaba hecha de madera y metal, y era parte íntegra de la hoja. Uno o dos remaches o tornillos mantenían las piezas de madera en su lugar, y la base estaba rematada para dar solidez. Casi siempre una o dos guardas de metal impedían que el soldado pudiera tomar el filo, separando la hoja del mango, sirviendo igualmente como defensa y bloqueo de la hoja rival, evitando que se cortaran los dedos. Estas piezas eran claras reminiscencias, también, de las espadas, y copiaban sus adornos y formas.
Un caso poco común lo constituyen las bayonetas encastradas directamente en los fusiles, y que no pueden ser removidas. Los dos ejemplos más conocidos son las variantes chinas de la carabina SKS y del fusil automático AK-47. Ambos fueron intensamente utilizados en la Guerra de Vietnam por fuerzas norvietnamitas (regulares e irregulares), como puede verse tanto en fotografías o en propagandas. En condiciones de combate cerrado, esto les daba una cierta ventaja a los soldados comunistas, ya que los estadounidenses no estaban tan entrenados en su uso ni solían tenerlas caladas. Posiblemente esto tenía mucho que ver con las tácticas de asaltos en oleadas humanas que los chinos habían usado años antes: los soldados o guerrilleros, a veces poco entrenados, asaltaban en grandes números, disparando justo lo necesario como para cubrir su avance y llegar al combate cuerpo a cuerpo, en el cual la diferencia tecnológica se reducía.
La carabina soviética SKS, de la cual se derivó el reconocidísmo AK-47, incluía en algunas variantes (principalmente chinas) una bayoneta plegable. Esto la convertía en un parte más del arma; nótese que parte del mango incluye una mira de hierro. La SKS tuvo buen uso en los conflictos de Oriente, como por ejemplo la Guerra de Vietnam, y no es raro que las variantes chinas del AK-47 también tuvieran esta bayoneta plegable. En la fotografía de arriba se puede ver una SKS con bayoneta plegable, del tipo espada; en el detalle de abajo, un modelo similar, pero con bayoneta de pica con sección cruciforme.
Este tipo de fusiles cargaban normalmente la bayoneta plegada por debajo del cañón, con el filo hacia dentro. Un sistema piezas metálicas la mantenía en su lugar, ya estuviera o no plegada.
El sistema de bayonetas plegables no ha perdurado, ya que hace más pesada al arma durante todo el tiempo, modificando su puntería y cansándolo antes de tiempo, sin permitirle usar la bayoneta para otras cuestiones.
En uno caso realmente poco particular, el fusil inglés SA-80 incorporó una bayoneta similar a las más primitivas, la cual se calaba directamente sobre la boca de fuego. Aunque es un mito difundido el que esa bayoneta obtura el fusil y le impide disparar, lo cierto es que la hoja está desplazada hacia el costado, exactamente como las primeras bayonetas (ver la primera foto del presente artículo).
Las razones para este diseño son desconocidas, teniendo en cuenta la amplia experiencia en el uso de este tipo de armas que tienen los ingleses. Es difícil blandir un arma que mantiene su punta y filo en un eje diferente al del mango. Finalmente, es imposible sacar la bayoneta de la boca del fusil luego de haber hecho fuego, ya que el calor se transmite a la empuñadura. Este aspecto del arma, como se ve, ha sido señalado reiteradas veces como uno de los principales errores de diseño de la misma.
Una de las grandes fallas de diseño del fusil inglés SA-80 fue su bayoneta. El agujero en la hoja (que otras bayonetas también tienen) sirve para encajar en una pieza de la vaina y convertirla en herramienta cortaalambres.
Forma de uso
Por lo general, la bayoneta no se utiliza cuando el fusil se está disparado, principalmente porque el peso extra (al cual el soldado no está acostumbrado) perjudica la puntería. Los fusiles se diseñan para ser usados sin bayoneta, y por lo tanto el peso en la punta no solamente cambian la forma en que el soldado lo empuña, sino que también alteran el balance del arma en sí, haciendo que reaccione de manera diferente al disparo normal.
Otra razón por la cual la bayoneta no va siempre calada es porque hace más larga al arma, lo cual puede dificultar su uso en ciertos escenarios, como la jungla tupida, una ciudad o edificio, etc.
En los primeros siglos del uso de la bayoneta, ésta se colocaba en el arma sólo si el oficial que daba las órdenes así lo requería, cuando el enemigo se acercaba mucho a la escuadra o cuando esta avanzaba por territorio potencialmente peligroso (un bosque, o una ciudad) en donde la bayoneta pudiera ser útil. De hecho, muchas de las imágenes que tenemos de la época nos muestran a los soldados usando sus bayonetas dentro de las ciudades: esto se hacía tanto para aumentar la imagen del soldado frente al potencial enemigo, como para permitirle dispersar multitudes o responder rápidamente a cualquier tipo de amenaza cercana.
A veces, a causa de este tipo de razones, se requería el uso continuado del arma, incluso cuando el enemigo estaba lejos. A los soldados, por lo general, esto no les gustaba; la bayoneta, como ya se ha indicado, dificultaba la carga de los mosquetes y rifles, además de agregar peso y molestar a la puntería.
Con el tiempo, aunque los oficiales pueden dar la orden, el soldado también puede decidir si calar o no la bayoneta. Se trata, sin embargo, de una decisión de último momento, cuando ya no queda esperar más que el combate cercano.
Otro uso de la bayoneta es el de la carga con bayoneta. Aunque frecuentemente usada en el pasado, la carga con bayoneta no suele ser de mucha utilidad, sino más bien una maniobra suicida. Durante el Siglo XX ha habido algunos casos en donde unidades desesperadas o muy fanatizadas por sus oficiales (como el caso de los soldados soviéticos, que no podían retroceder a riesgo de que sus propias fuerzas les dispararan, o de los japoneses o chinos) han hecho maniobras defensivas u ofensivas, a corta distancia, con mejores o peores resultados. Sin embargo, se trata por lo general de casos aislados, en donde la gran parte de las fuerzas muere antes de llegar a usar realmente sus bayonetas.
De hecho, la carga de caballería y la de bayoneta fueron dos de las grandes maniobras condenadas, ya a finales del Siglo XIX y principios del XX (principalmente gracias a la Gran Guerra) gracias al avance técnico de las ametralladoras y armas de tiro rápido.
Soldados estadounidenses en Bouganville, 1943, cubriendo el avance de un tanque. En los combates cerrados en ciertas islas del pacífico, el uso de la bayoneta calada era imprescindible, aunque dificultara la puntería. El enemigo daba una resistencia feroz y podía estar oculto en la maleza.
Uso diario
Cuando está calada, la bayoneta le da la oportunidad al soldado de usarla para detectar trampas, tocar elementos lejanos, etc. La bocacha del fusil debe permanecer limpia para evitar problemas de puntería o atascos, de manera que la punta de la bayoneta es perfecta para abrir puertas desde lejos, revisar cadáveres (que pueden no serlo), levantar sogas, cables o telas, etc., sin tener que acercarse peligrosamente al objeto o persona en sí.
Finalmente, la bayoneta es una herramienta importante en la captura y control de prisioneros. Le da al soldado algo con qué amenazar, sin llegar al disparo. Un simple pinchazo de la punta basta para motivar a cualquiera; por otra parte, la distancia extra que da la bayoneta dificulta cualquier movimiento sospechoso que el prisionero quiera hacer.
Como cuchillo, la bayoneta le da muchas posibilidades al soldado. Además del principal, que es ser la última arma para el uso cuerpo a cuerpo, le sirve como destornillador, abrelatas, destapador, herramienta de corte, y un largo etc. Ciertos modelos de cuchillos bayoneta tienen un sistema para cortar alambres (usados en conjunto con la vaina, la cual encaja en un agujero de la hoja), sistemas para detectar si están electrificados y muchas otras opciones que, si bien no son de última tecnología, forman parte de las necesidades de combate (a veces diarias, a veces inesperadas) del soldado común.
La práctica de carga contra el saco es una de las más básicas y conocidas lecciones de la esgrima de fusil, y todavía se utiliza.
El aspecto psicológico
Es aquí donde la bayoneta se une con el coraje y la determinación del soldado. Estar en un combate implica un cierto riesgo; pero entrar en un combate a corta distancia, cuerpo a cuerpo, es entrar en una situación en donde el error conduce rápida e inevitablemente a la muerte. En este punto, la bayoneta es el último recurso del soldado: y este lo sabe.
Principalmente en la actualidad, la orden de calar bayonetas es una orden que nadie quiere impartir, pero que cualquier oficial da con la certeza de que sus tropas tienen que entregarlo todo para salir vivas. Es una maniobra que reconoce, hasta cierto punto, un fracaso; algo ha salido mal para que el enemigo llegue tan cerca y con capacidad de combatir. Pero en este momento de peligro mayor, la orden le da al soldado la fuerza necesaria para estar todavía más atento.
No pocas veces esta orden, en lugar de minar la combatividad del soldado, le da más ánimos. Lejos de cualquier duda que tenga sobre el combate o la razón del conflicto, ahora sabe que debe actuar ferozmente, o morir. La supervivencia, propia y del compañero, pasa a estar al frente de todo.
Entrenamiento con bayoneta.
El término militar de esgrima de fusil marca a las claras el origen primigenio de la bayoneta, que convertía al primitivo mosquete o rifle en una especie de espada. Con el tiempo, las técnicas entrenadas y el tiempo y esfuerzo dedicados ha ido variando, hasta llegar a la actualidad, en la cual, si bien se le da espacio a este tipo de entrenamiento, es relegado a unas pocas lecciones.
Tal vez una de las imágenes más representativas de esta parte es la clásica carga de bayoneta contra un saco colgado, el cual a veces tiene forma o características humanas. En este momento se le enseña al recluta la más vieja forma de usar la bayoneta: como una lanza. Pero también la esgrima de fusil implica entrenar al recluta en una forma de combate cercana, visiblemente violenta, lo cual lo prepara para el caso en que tenga que mirar al enemigo a la cara antes de matarlo.
Así como los soldados aprender lecciones básicas para usar el cuchillo solamente, se los entrena generalmente en el uso básico del fusil con bayoneta calada, incluyendo cómo parar golpes y estocadas con otros fusiles, y cómo combinar las técnicas del fusil con bayoneta con otras partes del cuerpo.
La importancia que se le da a la esgrima de fusil dentro de cada ejército forma parte de su forma de ver el conflicto, aunque en la actualidad ningún ejército regular le dedica una parte significativa de dicho entrenamiento.
Entrenamiento de esgrima de fusil para los soldados soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Obsérvese la longitud total del arma, que era tan alta como muchos soldados. Uno de los fusiles más usados, el Mosin Nagant, hacía sido concebido en el siglo XIX y fue usado durante las dos Guerras Mundiales; curiosamente muchas bayonetas de las usadas eran del tipo pica, y no tenían filo.
El futuro
Existe una controversia acerca de la verdadera importancia de la bayoneta en el campo de batalla del futuro. De manera similar a la creencia de que los aviones no deberían llevar ya cañón, ya que los misiles de largo alcance los hacen obsoletos, algunos creen que la bayoneta en sí debe ser eliminada, al igual que su entrenamiento.
Los que argumentan a favor de su desaparición consideran que su uso a lo largo de la historia reciente ha sido escaso, y que es una pérdida de tiempo de entrenamiento. En la actualidad existen pistolas y subfusiles muy compactos, de poder de fuego muy grande, que sirven en el caso de que el enemigo esté realmente cerca.
Sin embargo, los que la defienden consideran que la bayoneta posee un valor utilitario muy grande para el soldado. No solamente le sirve como cuchillo, sino que también es una herramienta psicológica, cuyo peso en el combate es difícil de medir. En efecto, aunque nunca lo use durante su vida, el soldado sabe que, en el peor de los casos, puede calar su bayoneta a su otro compañero inseparable, su fusil, formando así una nueva arma que puede sacarlo del peor de los aprietos. Esta seguridad, aunque cueste un poco más de entrenamiento, es todo lo que hace falta.
A pesar de todo, los ejércitos del mundo entero continúan usando y entrenando con bayonetas, tanto por tradición como por necesidad, y es relativamente difícil que en un futuro se piense seriamente en su eliminación.
Incluso en los fusiles del Siglo XXI se piensa el uso de la bayoneta. En el caso del G11-K2, ésta se encastra del lado derecho del cuerpo del arma, y no debajo del cañón. Al ser la misma bayoneta del AK-47, también se la usa con el filo hacia arriba.
Otra cuestión a tener en cuenta es que, en la actualidad, el fusil de asalto acumula ya varias décadas de cambio continuo. El desarrollo del sistema bullpup (el cual permite colocar el cargador detrás del sistema de disparo) lo ha hecho mucho más corto y compacto, llevando hacia atrás el peso del mismo. El uso de munición más pequeña, al igual que el empleo de materiales sintéticos, ha rebajado también no solo el tamaño sino el peso del arma, pasando de, por ejemplo, un FAL de 1,10 metros de largo y casi 5 kilos de peso (cargado), a un AUG de entre 60 y 80 centímetros de largo que roza los 4 kilos con cargador y munición.
Sin duda alguna, esto redefine totalmente la esgrima de fusil, que se basó durante años en armas pesadas, bastante largas y resistentes a los golpes. Al hacerse pequeños y livianos, los fusiles pierden valor como armas de carga; y el uso de materiales sintéticos no les asegura (como puede verse en el caso del G36 o del SA-80) una gran fortaleza con respecto a golpes. Lejos están los días en los cuales los fusiles podían ser usados como armas contundentes de largo alcance.
Todo esto, evidentemente, implica también un replanteamiento y un rediseño de la bayoneta, si se la quiere seguir utilizando en las décadas por venir. En su momento, al acortamiento del mosquete le siguió un acortamiento de la bayoneta, pero también una mayor fortaleza en su hoja, que adquirió filo y un mayor grosor. Ahora los cuchillos bayoneta han demostrado ser ideales para muchos usos, y pensar en alargarlos podría arruinar este aspecto. Sin embargo, es inevitable pensar en rediseñar la hoja, y tal vez el mango, de manera que la nueva generación de fusiles, mucho más cortos y livianos, pueda ser tomado fácilmente por los soldados como una nueva arma en el siglo XXI.
Cuchillos bayoneta típicos. Observese la pieza de la puntera de la vaina, en la cual se inserta el agujero de la hoja para poder cortar alambres como si se tratara de una tijera. Algunos modelos se insertan todavía con un sistema de anillas, que rodea el cañón, y se aseguran por debajo a la altura de la empuñadura.
Fuentes:
http://cssbl.com/tierra/monograf-bayonetas.htm
http://cssbl.com/tierra/monograf-bayonetas(2).htm
CaballeroDelMar- Staff
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Re: Bayonetas- Historia y usos
Desde la Guerra de Corea los gringos no han realizado una carga con bayoneta, pero eso no quiere decir que otros ejércitos no hayan usado esa táctica en la actualidad. Ya en "Mail Call" mencionaban una unidad inglesa que cargó con bayonetas contra una posición en Irak. En Wikipedia mencionan varios ejemplos, pero sólo menciono aquellos que tenían una fuente externa confiable:
27 de mayo de 1995: 4/o Batallón, 3/er Regimiento de Infantería de Marina francesa. Soldados serbios, disfrazados de franceses y usando vehículos franceses robados, capturaron y tomaron como rehenes a 12 guardias de paz franceses en el puente Vrbanja, en Sarajevo. Cuando se dieron cuenta de esto, se envío una sección de ese batallón a investigar. Cabe mencionar que fue una acción donde los ERC 90 franceses tomaron parte. La sección, de 30 hombres, cargaron con bayonetas contra una fortificación improvisada en la cabecera del puente. En muchos lugares mencionan el combate, pero en el video es el único donde un protagonista especifica que cargaron con bayonetas.
http://www.granules-pellets.latretoire.org/video/PAPox1A3F6U/French-peacekeepers-assault-on-the-Vrbanja-bridge-Bosnian-war.html
http://articles.latimes.com/1995-05-28/news/mn-7017_1_french-peacekeepers
http://www.independent.co.uk/news/french-humiliation-sparks-battle-of-vrbanja-bridge-1621353.html
14 de mayo de 2004. 1/o Batallón, Regimiento Real de la Princesa de Gales. 28 hombres del batallón fueron a rescatar a un grupo de soldados de los Argyll y Suntherland Highlanders. Al ser emboscados, se dio la orden de calar y cargar con bayonetas las posiciones atrincheradas junto al camino. Se reportaron 30 muertos iraquíes, 12 heridos y capturados y 12 más que escaparon. Ambos batallones participaron en combates mano a mano con bayonetas
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/middleeast/iraq/1464411/British-battalion-attacked-every-day-for-six-weeks.html
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/8016685.stm
Madrugada del 14 de junio de 1982, Monte Tumbledown, Islas Malvinas. El comandante Mayor John Kiszely, de los Guardias Escoceses informó que iba a liderar una carga de bayoneta para tomar posiciones argentinas que acosaban a los ingleses con fuego de ametralladoras y morteros. Con dos secciones (platoons) cargó contra las posiciones, logrando tomarlas, pero con el costo de 7 muertos y 18 heridos. Los argentinos no adivinaron que la toma de las posiciones y de prisioneros ocupó a la mayoría de los soldados enemigos, y que el mayor llegó a la cúspide de la montaña con sólo seis hombres, tres de ellos heridos.
http://www.britains-smallwars.com/Falklands/Tumbledown.htm
No se especifica la fecha de la acción, la noticia es del 13 de septiembre de 2009. Teniente James Adamson, 4/o Batallón Argyll y Sutherland Highlanders, Regimiento Real de Escocia. Tras quedarse sin parque, cargó y mató a un atacante con su bayoneta. Galardonado con la Cruz Militar inglesa.
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/8252974.stm
Octubre 2011. "Lance Corporal" Sean Jones, 1/o Batallón, Regimiento de la Princesa de Gales, lideró una carga de bayoneta con sólo tres hombres más para desarmar y poder escapar de una emboscada talibán en Helmand. Lograron un repliegue temporal de los talibanes, y cuando regresaron fueron repelidos por toda la sección. Sean Jones fue galardonado con la Cruz Militar por esta acción.
http://www.bbc.co.uk/news/uk-england-shropshire-19755107
27 de mayo de 1995: 4/o Batallón, 3/er Regimiento de Infantería de Marina francesa. Soldados serbios, disfrazados de franceses y usando vehículos franceses robados, capturaron y tomaron como rehenes a 12 guardias de paz franceses en el puente Vrbanja, en Sarajevo. Cuando se dieron cuenta de esto, se envío una sección de ese batallón a investigar. Cabe mencionar que fue una acción donde los ERC 90 franceses tomaron parte. La sección, de 30 hombres, cargaron con bayonetas contra una fortificación improvisada en la cabecera del puente. En muchos lugares mencionan el combate, pero en el video es el único donde un protagonista especifica que cargaron con bayonetas.
http://www.granules-pellets.latretoire.org/video/PAPox1A3F6U/French-peacekeepers-assault-on-the-Vrbanja-bridge-Bosnian-war.html
http://articles.latimes.com/1995-05-28/news/mn-7017_1_french-peacekeepers
http://www.independent.co.uk/news/french-humiliation-sparks-battle-of-vrbanja-bridge-1621353.html
14 de mayo de 2004. 1/o Batallón, Regimiento Real de la Princesa de Gales. 28 hombres del batallón fueron a rescatar a un grupo de soldados de los Argyll y Suntherland Highlanders. Al ser emboscados, se dio la orden de calar y cargar con bayonetas las posiciones atrincheradas junto al camino. Se reportaron 30 muertos iraquíes, 12 heridos y capturados y 12 más que escaparon. Ambos batallones participaron en combates mano a mano con bayonetas
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/middleeast/iraq/1464411/British-battalion-attacked-every-day-for-six-weeks.html
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/8016685.stm
Madrugada del 14 de junio de 1982, Monte Tumbledown, Islas Malvinas. El comandante Mayor John Kiszely, de los Guardias Escoceses informó que iba a liderar una carga de bayoneta para tomar posiciones argentinas que acosaban a los ingleses con fuego de ametralladoras y morteros. Con dos secciones (platoons) cargó contra las posiciones, logrando tomarlas, pero con el costo de 7 muertos y 18 heridos. Los argentinos no adivinaron que la toma de las posiciones y de prisioneros ocupó a la mayoría de los soldados enemigos, y que el mayor llegó a la cúspide de la montaña con sólo seis hombres, tres de ellos heridos.
http://www.britains-smallwars.com/Falklands/Tumbledown.htm
No se especifica la fecha de la acción, la noticia es del 13 de septiembre de 2009. Teniente James Adamson, 4/o Batallón Argyll y Sutherland Highlanders, Regimiento Real de Escocia. Tras quedarse sin parque, cargó y mató a un atacante con su bayoneta. Galardonado con la Cruz Militar inglesa.
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/8252974.stm
Octubre 2011. "Lance Corporal" Sean Jones, 1/o Batallón, Regimiento de la Princesa de Gales, lideró una carga de bayoneta con sólo tres hombres más para desarmar y poder escapar de una emboscada talibán en Helmand. Lograron un repliegue temporal de los talibanes, y cuando regresaron fueron repelidos por toda la sección. Sean Jones fue galardonado con la Cruz Militar por esta acción.
http://www.bbc.co.uk/news/uk-england-shropshire-19755107
Ocelote- Tropa/Marineria
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Fecha de inscripción : 08/08/2013
Re: Bayonetas- Historia y usos
Eso me recuerda a esta anecdota que lei en un libro de historia militar sobre Napoleon y el estadista Klemens Von Metternich la cual cito a continuacion:
http://anecdotas.com.es/klemens-von-metternich-y-las-bayonetas/
Olvide la bibliografia donde lo encontre pero para no quebrarme la cabeza les pongo un link donde pueden observar dicha cita...y del cual lo fusile para poder compartirlo jejeje...
Estaba el estadista austriaco, Klemens Von Metternich, debatiendo sobre estratagemas de guerra con Napoleón Bonaparte cuando éste le gritó:
"¡Con bayonetas puede hacerse de todo!"
A lo que Metternich respondió con frialdad:
"Todo señor, menos sentarse encima"
http://anecdotas.com.es/klemens-von-metternich-y-las-bayonetas/
CaballeroDelMar- Staff
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Fecha de inscripción : 16/03/2012 Edad : 39
Re: Bayonetas- Historia y usos
Miren que interesante articulo sobre el posible futuro de las bayonetas al menos en el U.S. Army...
¡No a las bayonetas!
A finales de 2007 les ofrecimos en esta misma sección de curiosidades una reseña sobre el uso de la bayoneta, especialmente tomando como referencia a las Fuerzas Armadas Estadounidenses y sus diversos métodos de entrenamiento con ella.
Pues bien, en enero de este año el Teniente General Mark Hertling, perteneciente al Army’s Training and Doctrine Command, mando que supervisa el entrenamiento en el U.S. Army, anunció que la Infantería no tiene tiempo para dominar todas las técnicas que se les enseñan a los reclutas en la academia militar, por lo que hay que eliminar todo aquello que parezca poco útil y concentrarse en lo básico.
Hartling, concretamente a cargo del entrenamiento inicial de los reclutas, considera que el adiestramiento debe estar encaminado a preparar al soldado para combatir desde el primer día en Afganistán o Irak, dónde se lucha contra un enemigo muy diferente al antiguo adversario soviético, no lleva a cabo ataques masivos y se esconde muchas veces entre la población civil.
Para ayudar al soldado a enfocar mejor sus nuevas habilidades el general propone deshacerse, entre otras, de las clases de esgrima con bayoneta, dado que según sus palabras “no hay motivo para que aprendan cómo fijarlas al cañón de un fusil o cómo destripar al enemigo con ellas, además de que las bayonetas no se adaptan a los rifles que los soldados llevan hoy en servicio”.
El general reconoció que algunas de sus ideas iban a “hacer removerse en sus tumbas a los antiguos soldados de Infantería, dado que la bayoneta es un utensilio tradicional del U.S. Army” pero añadió que, a cambio, se iba a intensificar el aprendizaje de técnicas de combate sin armas y con cualquier elemento que caiga a mano (cuchillos, piedras, palos, botellas…), desterrando también las antiguas técnicas de inmovilización mediante llaves, obsoletas según su punto de vista.
www.army.mil
Fuente: http://www.revistaarmas.com/3418/%C2%A1no-a-las-bayonetas.html
CaballeroDelMar- Staff
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Fecha de inscripción : 16/03/2012 Edad : 39
Re: Bayonetas- Historia y usos
Y miren que otro interesante reportaje me encontre un catalogo de una compañia de Bayonetas...este articulo es de 2009 pero la verdad es un detalle a la vista...
Extrema Ratio: ¡En Vanguardia!
Sólo doce años después de su creación, Extrema Ratio ha sabido situarse en un envidiable lugar entre los más importantes fabricantes de armas blancas en el concierto internacional, destacando además en un segmento difícil y comprometido como es el que se destina al ambiente profesional. Todo ello sin olvidar la atracción que sus modelos ha generado en aficionados y coleccionistas de todo el mundo.
Texto: Luis Pérez de León / Fotos: A. F. Pérez de León (salvo indicadas)
Como dicen los propios responsables de la empresa italiana, sus cuchillos no pretenden ser obras de arte, sino “sólo” instrumentos creados para ofrecer eficacia y fiabilidad bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, y para confirmar la validez de esa afirmación, en Extrema Ratio se han preocupado por aplicar las más modernas técnicas para fabricar sus cuchillos, empleando sofisticadas máquinas herramientas asistidas por control numérico para garantizar una producción perfecta y homogénea que beneficia la calidad de los ajustes, que se complementa con acabados superficiales asimismo contrastados por exhautivas pruebas, y que se remata por un afilado manual y preciso en cada pieza. Pese a todo, basta con contemplar cualquiera de sus modelos para reconocer que toda esa encomiable y valiosa “carga técnica” se ve reforzada por unos diseños extraordinariamente acertados, funcionales y, lo que no es menos destacable, modernos y hasta atractivos. Es una empresa que nació con la intención de fabricar cuchillos deportivos de calidad, pero que muy poco tiempo después derivó su producción hacia modelos claramente dirigidos hacia las armas que pudieran denominarse tácticas, las de supervivencia y de rescate.
Han sido ya varias las ocasiones en las que desde las páginas de ARMAS nos hemos referido a Extrema Ratio, pero la constante evolución de la marca, traducida también en la constante aparición de nuevos e interesantes modelos, nos plantea volver a ofrecerles al menos algunas de sus más destacables novedades.
Fulcrum K9
Con esta denominación (K-nine, en inglés), se refieren en muchos países a las unidades policiales o militares especializadas en el empleo de perros para múltiples misiones de detección de estupefaciente o explosivos, rescate, etc. Precisamente por ello, Extrema Ratio ha producido este cuchillo cuyo diseño se basa en el ya bien conocido y extendido Fulcrum (convertido incluso en bayoneta en algunos ejércitos), realizando un arma de tamaño medio y siguiendo las especificaciones de la Unidad Canina del Ejército Italiano. Su misión, independientemente de servir de instrumento de apoyo y defensa para su portador, es también la de ayudar al soldado a proteger al perro militar del ataque de otros perros vagabundos.
Se trata de una arma extraordinariamente robusta y hasta compacta entre las de su clase, con la misma excelente empuñadura que en tamaño y diseño ya ha creado escuela desde estos cuchillos italianos. La longitud de su hoja es de 125 mm, el largo total 255, el grosor de la hoja realmente impone con sus 6,3 mm y el peso se sitúa en 280 gramos. En su construcción se ha empleado acero Boehler N690 (ofreciendo una dureza final de 58º en la escala Rockwell), y en ella se ha efectuado un vaciado plano, además de haberse integrado una sierra de rasgar de 40 mm en la zona del tercio fuerte (la más próxima al recazo). La monopieza que conforma la empuñadura está realizada en Forpreno (un elastómero que cumple especificaciones OTAN), y el tratamiento superficial negro cumple asimismo la norma MIL-C-13924.
Suppressor.
Es este sin duda un cuchillo de diseño impresionante, aunque por su diseño más bien deberíamos denominarlo daga, y entre las más específicas de cuantas puedan incluirse en la saga de las de combate y eliminación. La vocación de las clásicas Fairbairn Sykes, o de las más modernas Gerber MK-II, culmina en este modelo con la aplicación de las más avanzadas técnicas de fabricación y contando con materiales no menos vanguardistas. No es un cuchillo de uso general o de supervivencia, su aguzadísima punta no lo permitiría, sino un instrumento específicamente concebido para cumplir misiones muy concretas y “fulminantes”.
El puntiagudo pomo es fácilmente intercambiable, y la empuñadura texturada de extraordinaria adherencia favorece que el cuchillo prácticamente se integre en la mano de quien lo esgrime. La guarda integral es escalonada, y el arma se complementa con una funda rígida, de fijación automática, y compatible con el sistema Molle. La hoja del Suppressor mide 180 mm, 320 es la longitd total, el grosor es de 6,3 mm, y en la báscula refleja 300 gramos. El tipo de acero y la dureza conseguida se corresponden con el modelo antes citado, lo mismo que el tratamiento superficial dado al metal. La empuñadura está realizada en poliamida de alta resistencia, cumpliendo igualmente especificaciones OTAN.
Cuchillo 30-09
Quizás menos conocidos que los alemanes o que algunas piezas emblemáticas entre las armas blancas militares de británicos o norteamericanos, en Italia se forjaron también un gran número de armas de excelente diseño y calidad a lo largo de los años, existiendo un gran número de modelos realizados en los 20 y 30 del pasado siglo. Desde modelos de “gala” con inspriraciones clásicas o incluso Art Dèco, hasta otros basados en armas indigenas (como los Billaos abisinios), y sin olvidar a los muchos que en los que se emplearon antiguos sables o bayonetas para convertirlos en más funcionales cuchillos, la producción trasalpina fue enorme y variada. Los cuchillos se convirtieron en complemento casi obligado de muchos uniformes y hasta se empleaban de forma ceremonial en desfiles y otros actos de índole militar. Pues bien, el 39-09 de Extrema Ratio es un proyecto patrocinado por el Comando Operativo Force Speciali (C.O.F.S.), del Ejército Italiano, aunque de hecho ya había sido sugerido por numerosos coleccionistas de cuchillos militares entre los apasionados a la militaria. Así es como en definitiva ha nacido esta moderna versión del “Pugnale da Paracadutista Assaltatore Mod. 1939″, una de las piezas más atractivas de las realizadas para uso militar entre las italianas.
El nuevo cuchillo mantiene la forma y proporciones que el original, aunque se ha reforzado su estructura, a la vez que se han añadido detalles funcionales, aplicando en su elaboración materiales y procesos de última generación que cumplen las actuales especificaciones militares. Así, y desde un diseño tan veterano como válido, nos encontramos con un cuchillo eficaz y funcional que puede competir con los más mejores y más modernos modelos de combate.
El 39-09 se presenta en un auténtico estuche maletín (similar al que acompaña a algunas pistolas), y en su interior se incluyen también dos fundas: una, la “táctica”, con solapa y prevista para situarse en la pantorrilla, a la típica manera de los paracaidistas italianos, y también otra llamada “de ceremonia”, pensada para situarse en el cinturón con un ángulo de 45º, tal como antes comenté que se hacía de forma ritual en la Italia de hace siete u ocho décadas.
La longitud de la hoja es de 190 mm, 315 la del cuchillo entero, el grosor es de 6,3 y el peso de 360 g. El acero y su dureza se mantienen desde los cuchillos precendentes en este artículo, lo mismo que la composición del polímero que conforma la empuñadura y el tratamiento superficial.
BF3 “Dark Talon”
Es esta una navaja que se encuadra en la categoría que Extrema Ratio denomina “utilitaria” o “Basic Folder”, entre las que se incluyen también las BF1 y BF2. Sus rasgos fundamentales son: ligereza, funcionalidad y portabilidad. Pero si los modelos antes mencionados son navajas de “uso general”, esta “Dark Talon” puede considerarse también como apta para combate.
El diseño de la hoja ofrece una inequivoca capacidad punzante, además de estar extraordinariemente afilada. Por otra parte es muy ligera (sólo 125 g), y dispone de un eficaz sistema de bloqueo de tipo Liner Block, es decir, con una fuerte lámina de acero que se interpone por detrás del talón de la hoja e impide que ésta pueda cerrarse hasta que desplacemos esa lámina con el pulgar.
Pero debido a las normas de nuestro Reglamento de Armas, esta navaja sólo puede adquirirse para coleccionismo u ornato, estando prohibido su porte o uso fuera del propio domicilio, tal como se aplica a todas las navajas cuya hoja tenga una longitud superior a 11 cm, medida que la atractiva italiana supera en uno. De hecho estamos hablando de un arma de notable tamaño, pues su indiscutible esbeltez se debe también a que el largo total de la navaja abierta se sitúa nada menos que en 270 mm, siendo la medida 150 cuando está cerrada. El gosor de la hoja es de 3 mm, y el mango o empuñadura está realizado en Anticorodal. El tipo de acero, dureza y tratamiento superficial se repiten de nuevo desde los previamente comentados.
Navaja “Reventón”
Un curioso nombre sin duda para una navaja, lo mismo que a muchos les resultará para un coche deportivo de superlujo y tan exclusivo como para sólo existir 20 ejemplares de él. Hablamos de un Lamborghini, una marca entre las más famosas del mundo que eligió a Extrema Ratio para fabricar una navaja relacionada con su extraordinario modelo y asimismo exclusiva.
La Reventon Folder se considera como una navaja de emergencia, prevista para cortar con ella los cinturones de seguridad o para poder romper los cristales del vehículo. Diseñada por el Centro Stile Lamborghini, se convierte en la “herramienta de rescate” oficial de cada uno de los únicos veinte vehículos Reventón fabricados; el más exclusivo supercoche de la “casa del toro”.
Teniendo en cuenta múltiples parámetros en cuanto a fortaleza y funcionaliad, esta navaja incluye asimismo la máxima calidad en un diseño verdaderamente único y nunca más acorde con el del vehículo al que evoca.
De ella se han fabricado 2.000 ejemplares; las 20 primeras ya dijimos irán con los coches, mientras que las 1980 restantes se han repartido entre los principales distribuidores de Extrema Ratio en el mundo. •
Fuente: http://www.revistaarmas.com/466/extrema-ratio-%C2%A1en-vanguardia.html
Extrema Ratio: ¡En Vanguardia!
Sólo doce años después de su creación, Extrema Ratio ha sabido situarse en un envidiable lugar entre los más importantes fabricantes de armas blancas en el concierto internacional, destacando además en un segmento difícil y comprometido como es el que se destina al ambiente profesional. Todo ello sin olvidar la atracción que sus modelos ha generado en aficionados y coleccionistas de todo el mundo.
Texto: Luis Pérez de León / Fotos: A. F. Pérez de León (salvo indicadas)
Como dicen los propios responsables de la empresa italiana, sus cuchillos no pretenden ser obras de arte, sino “sólo” instrumentos creados para ofrecer eficacia y fiabilidad bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, y para confirmar la validez de esa afirmación, en Extrema Ratio se han preocupado por aplicar las más modernas técnicas para fabricar sus cuchillos, empleando sofisticadas máquinas herramientas asistidas por control numérico para garantizar una producción perfecta y homogénea que beneficia la calidad de los ajustes, que se complementa con acabados superficiales asimismo contrastados por exhautivas pruebas, y que se remata por un afilado manual y preciso en cada pieza. Pese a todo, basta con contemplar cualquiera de sus modelos para reconocer que toda esa encomiable y valiosa “carga técnica” se ve reforzada por unos diseños extraordinariamente acertados, funcionales y, lo que no es menos destacable, modernos y hasta atractivos. Es una empresa que nació con la intención de fabricar cuchillos deportivos de calidad, pero que muy poco tiempo después derivó su producción hacia modelos claramente dirigidos hacia las armas que pudieran denominarse tácticas, las de supervivencia y de rescate.
Han sido ya varias las ocasiones en las que desde las páginas de ARMAS nos hemos referido a Extrema Ratio, pero la constante evolución de la marca, traducida también en la constante aparición de nuevos e interesantes modelos, nos plantea volver a ofrecerles al menos algunas de sus más destacables novedades.
Fulcrum K9
Con esta denominación (K-nine, en inglés), se refieren en muchos países a las unidades policiales o militares especializadas en el empleo de perros para múltiples misiones de detección de estupefaciente o explosivos, rescate, etc. Precisamente por ello, Extrema Ratio ha producido este cuchillo cuyo diseño se basa en el ya bien conocido y extendido Fulcrum (convertido incluso en bayoneta en algunos ejércitos), realizando un arma de tamaño medio y siguiendo las especificaciones de la Unidad Canina del Ejército Italiano. Su misión, independientemente de servir de instrumento de apoyo y defensa para su portador, es también la de ayudar al soldado a proteger al perro militar del ataque de otros perros vagabundos.
Se trata de una arma extraordinariamente robusta y hasta compacta entre las de su clase, con la misma excelente empuñadura que en tamaño y diseño ya ha creado escuela desde estos cuchillos italianos. La longitud de su hoja es de 125 mm, el largo total 255, el grosor de la hoja realmente impone con sus 6,3 mm y el peso se sitúa en 280 gramos. En su construcción se ha empleado acero Boehler N690 (ofreciendo una dureza final de 58º en la escala Rockwell), y en ella se ha efectuado un vaciado plano, además de haberse integrado una sierra de rasgar de 40 mm en la zona del tercio fuerte (la más próxima al recazo). La monopieza que conforma la empuñadura está realizada en Forpreno (un elastómero que cumple especificaciones OTAN), y el tratamiento superficial negro cumple asimismo la norma MIL-C-13924.
Suppressor.
Es este sin duda un cuchillo de diseño impresionante, aunque por su diseño más bien deberíamos denominarlo daga, y entre las más específicas de cuantas puedan incluirse en la saga de las de combate y eliminación. La vocación de las clásicas Fairbairn Sykes, o de las más modernas Gerber MK-II, culmina en este modelo con la aplicación de las más avanzadas técnicas de fabricación y contando con materiales no menos vanguardistas. No es un cuchillo de uso general o de supervivencia, su aguzadísima punta no lo permitiría, sino un instrumento específicamente concebido para cumplir misiones muy concretas y “fulminantes”.
El puntiagudo pomo es fácilmente intercambiable, y la empuñadura texturada de extraordinaria adherencia favorece que el cuchillo prácticamente se integre en la mano de quien lo esgrime. La guarda integral es escalonada, y el arma se complementa con una funda rígida, de fijación automática, y compatible con el sistema Molle. La hoja del Suppressor mide 180 mm, 320 es la longitd total, el grosor es de 6,3 mm, y en la báscula refleja 300 gramos. El tipo de acero y la dureza conseguida se corresponden con el modelo antes citado, lo mismo que el tratamiento superficial dado al metal. La empuñadura está realizada en poliamida de alta resistencia, cumpliendo igualmente especificaciones OTAN.
Cuchillo 30-09
Quizás menos conocidos que los alemanes o que algunas piezas emblemáticas entre las armas blancas militares de británicos o norteamericanos, en Italia se forjaron también un gran número de armas de excelente diseño y calidad a lo largo de los años, existiendo un gran número de modelos realizados en los 20 y 30 del pasado siglo. Desde modelos de “gala” con inspriraciones clásicas o incluso Art Dèco, hasta otros basados en armas indigenas (como los Billaos abisinios), y sin olvidar a los muchos que en los que se emplearon antiguos sables o bayonetas para convertirlos en más funcionales cuchillos, la producción trasalpina fue enorme y variada. Los cuchillos se convirtieron en complemento casi obligado de muchos uniformes y hasta se empleaban de forma ceremonial en desfiles y otros actos de índole militar. Pues bien, el 39-09 de Extrema Ratio es un proyecto patrocinado por el Comando Operativo Force Speciali (C.O.F.S.), del Ejército Italiano, aunque de hecho ya había sido sugerido por numerosos coleccionistas de cuchillos militares entre los apasionados a la militaria. Así es como en definitiva ha nacido esta moderna versión del “Pugnale da Paracadutista Assaltatore Mod. 1939″, una de las piezas más atractivas de las realizadas para uso militar entre las italianas.
El nuevo cuchillo mantiene la forma y proporciones que el original, aunque se ha reforzado su estructura, a la vez que se han añadido detalles funcionales, aplicando en su elaboración materiales y procesos de última generación que cumplen las actuales especificaciones militares. Así, y desde un diseño tan veterano como válido, nos encontramos con un cuchillo eficaz y funcional que puede competir con los más mejores y más modernos modelos de combate.
El 39-09 se presenta en un auténtico estuche maletín (similar al que acompaña a algunas pistolas), y en su interior se incluyen también dos fundas: una, la “táctica”, con solapa y prevista para situarse en la pantorrilla, a la típica manera de los paracaidistas italianos, y también otra llamada “de ceremonia”, pensada para situarse en el cinturón con un ángulo de 45º, tal como antes comenté que se hacía de forma ritual en la Italia de hace siete u ocho décadas.
La longitud de la hoja es de 190 mm, 315 la del cuchillo entero, el grosor es de 6,3 y el peso de 360 g. El acero y su dureza se mantienen desde los cuchillos precendentes en este artículo, lo mismo que la composición del polímero que conforma la empuñadura y el tratamiento superficial.
BF3 “Dark Talon”
Es esta una navaja que se encuadra en la categoría que Extrema Ratio denomina “utilitaria” o “Basic Folder”, entre las que se incluyen también las BF1 y BF2. Sus rasgos fundamentales son: ligereza, funcionalidad y portabilidad. Pero si los modelos antes mencionados son navajas de “uso general”, esta “Dark Talon” puede considerarse también como apta para combate.
El diseño de la hoja ofrece una inequivoca capacidad punzante, además de estar extraordinariemente afilada. Por otra parte es muy ligera (sólo 125 g), y dispone de un eficaz sistema de bloqueo de tipo Liner Block, es decir, con una fuerte lámina de acero que se interpone por detrás del talón de la hoja e impide que ésta pueda cerrarse hasta que desplacemos esa lámina con el pulgar.
Pero debido a las normas de nuestro Reglamento de Armas, esta navaja sólo puede adquirirse para coleccionismo u ornato, estando prohibido su porte o uso fuera del propio domicilio, tal como se aplica a todas las navajas cuya hoja tenga una longitud superior a 11 cm, medida que la atractiva italiana supera en uno. De hecho estamos hablando de un arma de notable tamaño, pues su indiscutible esbeltez se debe también a que el largo total de la navaja abierta se sitúa nada menos que en 270 mm, siendo la medida 150 cuando está cerrada. El gosor de la hoja es de 3 mm, y el mango o empuñadura está realizado en Anticorodal. El tipo de acero, dureza y tratamiento superficial se repiten de nuevo desde los previamente comentados.
Navaja “Reventón”
Un curioso nombre sin duda para una navaja, lo mismo que a muchos les resultará para un coche deportivo de superlujo y tan exclusivo como para sólo existir 20 ejemplares de él. Hablamos de un Lamborghini, una marca entre las más famosas del mundo que eligió a Extrema Ratio para fabricar una navaja relacionada con su extraordinario modelo y asimismo exclusiva.
La Reventon Folder se considera como una navaja de emergencia, prevista para cortar con ella los cinturones de seguridad o para poder romper los cristales del vehículo. Diseñada por el Centro Stile Lamborghini, se convierte en la “herramienta de rescate” oficial de cada uno de los únicos veinte vehículos Reventón fabricados; el más exclusivo supercoche de la “casa del toro”.
Teniendo en cuenta múltiples parámetros en cuanto a fortaleza y funcionaliad, esta navaja incluye asimismo la máxima calidad en un diseño verdaderamente único y nunca más acorde con el del vehículo al que evoca.
De ella se han fabricado 2.000 ejemplares; las 20 primeras ya dijimos irán con los coches, mientras que las 1980 restantes se han repartido entre los principales distribuidores de Extrema Ratio en el mundo. •
Fuente: http://www.revistaarmas.com/466/extrema-ratio-%C2%A1en-vanguardia.html
CaballeroDelMar- Staff
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Fecha de inscripción : 16/03/2012 Edad : 39
Re: Bayonetas- Historia y usos
Los gringos las usaron masivamente, y hablo de realmente de forma masiva, se le ordeno a todo un RCT (un regimiento pues) de Marines a calar bayoneta en Falluyah, Irak.
Re: Bayonetas- Historia y usos
Las armas blancas poseen una belleza diferente a las de fuego. La pureza de líneas, lo fluido de los bordes, el brillo del acero en contraste con el pavonado, la forma en que los ángulos se relacionan entre sí...
Mi padre decía que la guerra se había vuelto, desde hace ya mucho tiempo, en algo muy desagradable. Decía que ahora cualquier tonto puede conseguir un AK-47 y dispararle a otra persona desde lejos (en el supuesto que acierte), pero que el combate cara a cara con armas blancas vuelve a la guerra algo muy, muy personal, íntimo. Quizá por eso los veteranos protestan cada vez que un diseñador de fusiles quiere eliminar el aditamento para bayonetas. Es algo que le da seguridad y confianza al soldado. Saber que al final, cuando falten las balas, aún tiene una oportunidad de definir por sí mismo el combate. Él y su confiable bayoneta...
Mi padre decía que la guerra se había vuelto, desde hace ya mucho tiempo, en algo muy desagradable. Decía que ahora cualquier tonto puede conseguir un AK-47 y dispararle a otra persona desde lejos (en el supuesto que acierte), pero que el combate cara a cara con armas blancas vuelve a la guerra algo muy, muy personal, íntimo. Quizá por eso los veteranos protestan cada vez que un diseñador de fusiles quiere eliminar el aditamento para bayonetas. Es algo que le da seguridad y confianza al soldado. Saber que al final, cuando falten las balas, aún tiene una oportunidad de definir por sí mismo el combate. Él y su confiable bayoneta...
Ocelote- Tropa/Marineria
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