Residentes y negocios regresan a Ciudad Mier una vez que el ejército asegura las calles

Residentes y negocios regresan a Ciudad Mier una vez que el ejército asegura las calles

Por Maja Wallengren
Para agorarevista.com

Cientos de casas en Ciudad Mier parecen estar en zona de guerra.

Las casas muestran agujeros de bala, o están salpicadas por ráfagas que dejaron profundas hendiduras.

Fragmentos de vidrios rotos cubren muchas veredas de la zona comercial de la ciudad. Muchos negocios han cerrado, sus puertas están trabadas con candados de seguridad.

Sin embargo, los barrios donde se encuentran las casas con las cicatrices de la batalla vuelven a la vida, a medida que las personas regresan a sus hogares. Y la zona comercial también se está recuperando, a medida que reabren algunos negocios. Lentamente, el pueblo fantasma está resucitando.

En los primeros seis meses de 2012, decenas de restaurantes locales, hoteles y otros negocios han reabierto sus puertas. Las escuelas que estaban cerradas, están nuevamente en funcionamiento.

Feroces combates ocasionan que miles de personas abandonen Ciudad MIer

Hace sólo 18 meses, Ciudad Mier, una localidad fronteriza de Tamaulipas, era zona de guerra.

La violencia que abundaba en Mier, comenzó a unos 200 km de distancia, en Matamoros, el 4 de noviembre de 2010. Elementos de la Marina participaron en una intensa balacera contra hombres armados del Cártel del Golfo.

El líder del cártel, Antonio Cárdenas Guillén, alias 'Tony Tormenta' fue abatido por los marinos.

Su muerte desencadenó nuevos enfrentamientos armados a medida que Los Zetas luchaban contra el Cártel del Golfo por el control de las plazas de contrabando de drogas. Ambas partes utilizan potentes rifles de asalto. La violencia aumentó a medida que los líderes del Cártel del Golfo formaban facciones y luchaban entre sí por el control de la organización delictiva transnacional.

El derramamiento de sangre pronto salpicó a Ciudad Mier. Todos los elementos de la fuerza policial de la ciudad, que eran más de una treintena de oficiales fueron asesinados o secuestrados por sicarios de la delincuencia organizada.

En pocas semanas, la ciudad de 7.500 habitantes quedó casi vacía. La mayoría de sus residentes huyó para escapar de la intensa violencia. Algunos se fueron a la cercana Ciudad Miguel Alemán, otros huyeron hacia Estados Unidos; prácticamente todos los negocios cerraron.

Ejército restablece el orden en Mier

En el otoño de 2011 el presidente Felipe Calderón envió al ejército a Ciudad Mier para restablecer la seguridad. En diciembre de ese año, el presidente asistió a la inauguración de una base del ejército, para el 105 Batallon de Infantería en Mier. Las cosas empezaron a cambiar para mejor, a medida de que los 600 soldados asignados a la base comenzaron a patrullar el lugar.

La violencia en Ciudad Mier se redujo drásticamente en 2011.

"Se estima que a finales del año habían regresado 1,500 de los 7.500 habitantes. Por ahora son entre 2 mil y 2.500, pero las cifras cambian mucho de una semana a otra", señaló un funcionario de la alcaldía. El funcionario pidió no ser identificado por razones de seguridad.

Ciudad Mier no siempre se asoció a la delincuencia organizada. Por décadas, el pintoresco pueblo era un sitio turístico muy popular. El Cártel del Golfo controlaba las plazas de narcotráfico en la región. En la década de 1990, un grupo de desertores del ejército y la policía formaron Los Zetas para servir como brazo armado del cártel.

A principios de 2010, Los Zetas se separaron del Cártel del Golfo, y la ciudad se convirtió en un campo de batalla clave para los dos grupos de delincuencia organizada.

Al final de ese año, Los Zetas amenazaron con asesinar a todos los que se quedaran en la ciudad, y dieron una hora para que la gente empacara y se fuera.

La violencia obliga a un empresario a abandonar Mier

Al día siguiente de que Tony Tormenta muriera a manos de elementos de la Marina, el dueño de un restaurante en el centro histórico abandonó Mier.

"Era 5 de noviembre, y por pura coincidencia tuve que salir de la ciudad ese día para ir a una reunión con mis abogados en EUA", manifestó el dueño del restaurante quien pidió que su nombre se mantenga en reserva por seguridad.

Y agregó: "Cuando regresé a los pocos días, me dí cuenta de lo que había pasado y que ya no quedaba casi nadie. Tuve que cerrar el restaurante durante casi un año, y luego, en noviembre del año pasado (2011), traté de abrirlo de nuevo, pero después de un mes me vi obligado a cerrarlo otra vez, porque no había negocio".

"No hay duda de que para todos los que vivimos aquí, el problema de seguridad fue la razón principal de que abandonáramos la ciudad y, después de que el ejército estableció una base aquí, hemos empezado a sentirnos seguros de nuevo", dijo el dueño del restaurante.

En febrero, Gorena volvió a abrir su restaurante. El negocio de comida mejora lentamente, dijo. Otros hoteles y restaurantes también han reabierto sus puertas.

"La ciudad se ha ido recuperando, aunque es un proceso muy lento, pero ahora tengo un negocio normal de nuevo. La gente ha empezado a salir en las noches, para dar un paseo por la plaza central o para cenar, y desde que volví a abrir el restaurante en febrero, no he tenido problemas", dijo, y agregó: "La presencia del ejército ha calmado las cosas y no ha habido ningún problema de seguridad en los últmos seis meses".

La economía de Mier se recupera lentamente

El comercio en la zona norte de Tamaulipas, incluyendo Ciudad Mier, ha crecido de cinco a siete por ciento en los primeros cuatro meses de 2012, según un informe de la oficina local de la Cámara Nacional de Comercio.

Los hoteles y restaurantes tienen todavía que recuperarse por completo, principalmente porque los grupos de delincuencia organizada siguen siendo una amenaza para la industria del petróleo, que es clave para la economía de Tamaulipas. Antes de que estallara la violencia de la delincuencia organizada en la región en 2010 se hospedaban en Ciudad Mier cerca de 1.000 trabajadores contratados por la industria petrolera cada mes.

"Siempre teníamos los hoteles y restaurantes llenos por todos los trabajadores zafrales y contratados que venían aquí para trabajar en la industria de explotación de gas, y ahora han empezado a regresar en el último mes", manifestó el dueño del restaurante.

Un empresario señala: La economía aún no ha alcanzado los niveles de mejora de la seguridad.

La seguridad ya no es un problema, dijo Laura Rocha propietaria de una pequeña tienda en Mier.

Algunas personas no han regresado por la falta de trabajo, señaló.

“Aunque el negocio ha comenzado a regresar, muchos de los trabajos habituales no lo han hecho", dijo Rocha. 'Los puestos de trabajo en las fincas agrícolas no han regresado todavía y el sector de la construcción esta muerto'.

http://www.agorarevista.com/es/articles/rmim/features/online/2012/07/25/mier