"Soy la oveja negra"

"Soy la oveja negra"
Con el rostro cubierto y en el anonimato, las mujeres también arriesgan su vida en la lucha contra la delincuencia
José Abraham Sanz
09-03-2012


Tras el rostro cubierto está la historia de una madre soltera.
Fotografía: Noroeste.


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MAZATLÁN._Cuando hay charlas sobre policías, la más pequeña de sus hijos siempre quiere dejar algo claro: "Mi mamá es del Grupo Táctico". "Aunque me reclame después, porque siempre ando encapuchada", dijo entre risas.

"Eso, quieras o no, te enorgullece. A mí me enorgullece". Al recibir su reconocimiento como elementos femeniles destacados hay alguien que llama la atención por su atuendo. Lleva el rostro cubierto, manga larga y guantes. Ve a través de los gogles. Escucha atenta y no deja ni un sólo momento el fusil ARX-160 retráctil.

Pero tras el rostro cubierto está la historia de una madre soltera que ha rechazado al Grupo Élite y a la Policía Estatal, para estar cerca de sus tres hijos.

Tiene una plática fácil. Comenzó su carrera policial como promotora vial en su natal Concordia. De ahí se vino a vivir a Mazatlán. "Me gustan las armas", ha repetido. Y básicamente sus deseos de convertirse en policía giró alrededor de eso, aún cuando en su familia nadie había sido policía.

"No, nadie. Soy la primera. Soy la oveja negra, pero me gusta mi trabajo, siempre me han gustado las armas y ahorita desempeñamos bien nuestro trabajo,muestra un botón", y mostró el reconocimiento. "Cuando haces algo que realmente te interesa, que te gusta, luego luego te adaptas, de volada".

En ese grupo de mujeres, las que esperaban a escuchar sus nombres para recibir el papel, era la que más llamaba la atención.

Traía consigo su fusil y una pistola enfundada en el muslo. Casi petrificada. "Me pidieron que viniera tapada y que recibiera el reconocimiento porque soy del grupo táctico", dijo. La mujer del grupo táctico recuerda que fue difícil convencer a sus padres y a su familia de la decisión de convertirse en policía.

"Pues no creas que fue cosa de que tú dijeras que te van a apoyar al 100. No fue así. Ahorita, pues ya no les queda de otra, pero es que yo tengo que sacar adelante a mis hijos. Soy madre soltera. Tengo tres, dos niñas y un niño". Del miedo se da cuenta cuando ya pasó todo.

"Después de que pasa algo, en el momento no, porque se te sube la adrenalina a todo lo que da y te gusta. Lo que es mi trabajo me gusta ya cuando pasan después las cosas, quedo como gelatina, ¡en serio!".

Actualmente, dijo, estudia la preparatoria de manera abierta. Dejó sus estudios truncados por comenzar a trabajar. En casa, sus hijos esperan a una madre que arriesga por ellos.

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