Olvidan víctimas en sistema de justicia

Olvidan víctimas en sistema de justicia

17 de octubre del 2013


México, 17 de octubre (Reforma).- Cada hora, el crimen en México atacará a 194 víctimas, 81 serán asaltadas, 24 sufrirán una lesión física, 4 habrán muerto y una será violada, pero ninguna de ellas recibirá la atención necesaria de parte de las autoridades.

Irvin Waller, Doctor en Derecho por la Universidad de Cambridge y director del Centro Internacional para la Prevención del Delito, sostiene que estas víctimas estarán reducidas a meros testigos de los hechos y que las autoridades sólo se concentrarán en perseguir a los delincuentes, olvidando del dolor, el trauma y los costos económicos que sufren las personas que han sido blanco de los delincuentes.

“Desafortunadamente las víctimas están fuera del sistema penal, es un problema que acarreamos desde hace 200 o 300 años, la víctima se convierte en el testigo de un juego que protagonizan el Estado -que se asume como el ofendido- y el delincuente”, asegura en entrevista.

Waller, quien está en México para participar en el foro “Violencia, inseguridad y víctimas: una agenda para los derechos humanos”, organizado por la UNAM y otras instituciones sociales y académicas, dice que la atención principal del sistema de justicia debe estar centrado en quienes sufren los delitos y para ello tendría que existir toda una infraestructura institucional especializada en proporcionar esa atención.

Las personas que han sufrido un delito, señala, desean primero, ser escuchadas y asistidas, tener la certeza de que la autoridad se encargará de resolver su situación; después, quieren obtener información sobre cómo avanza su caso; y más tarde, desean ver que al responsable se le impone un castigo y que a ellas se le restituye el daño que les fue ocasionado.

El experto canadiense, quien el viernes presentará en el INACIPE su libro “Derechos para las víctimas del delito.
Equilibrar la justicia”, es uno de los precursores de la declaración en favor de las víctimas que la ONU asumió en los ochentas, y en las últimas tres décadas se ha dedicado a promover estos lineamientos en distintos países, entre ellos México, en donde el año pasado asesoró al Legislativo respecto de la Ley General de Víctimas.

“En México está la ley, ahora hay que aplicarla, hay que hacer que la víctima tenga acceso a todos sus derechos”, dice.

En su libro, Waller propone ocho derechos para las víctimas de los delitos: uno, ser reconocidas como víctimas, pues son ellas las que sufren el delito, no el Estado; dos, necesitan estar informadas de los servicios a los que pueden acceder y de la evolución de su caso; tres, recibir ayuda psicológica; cuatro, ser resarcida por el daño causado; cinco, gozar de protección en caso de estar en peligro.

El número seis es que la víctima pueda participar en el juicio y sea asesorada para la preservación de sus intereses; siete, ser beneficiaria de medidas que reduzcan en el futuro su posible revictimización; y ocho, que la aplicación de todos los derechos anteriores se dé efectivamente y no sea sólo retórica.

Waller sostiene que para no generar más y más víctimas, los gobiernos deben establecer políticas públicas centradas en la prevención del delito, y que para ello, actualmente, ya se cuenta con el conocimiento necesario para generar comunidades seguras.

En México, apunta, a partir de esta administración se ha comenzado a trabajar en políticas preventivas, pero aún falta un mayor esfuerzo para realmente tener un impacto que ayude a mejorar el entorno.

De no implementar estas acciones, advierte, no mejorará la seguridad pública y en la próxima hora, otras 194 personas serán atacadas por la delincuencia, sufrirán el olvido de las autoridades y no podrán ejercer sus derechos como víctimas.

Rolando Herrera