Seguridad: lo que hay que medir

Seguridad: lo que hay que medir

Julián Andrade


Hace algunos años el entonces embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, decía que el reto de las autoridades mexicanas era generar una percepción de mejoría en la seguridad cuando los resultados sólo se verían en el mediano y el largo plazos.

Es complicado hablar de las bondades de una medicina mientras se resienten sus daños colaterales.

Hoy las cosas no son distintas, porque la sociedad exige y quiere ver resultados en el corto plazo.

Una de las mediciones más visibles, aunque no por ello rigurosas, es la que se refiere al número de homicidios dolosos que presuntamente están relacionados con rivalidad criminal o con su combate.

En los últimos días hemos visto recuentos, en medios de comunicación, que difieren y que inclusive arrojan resultados distintos.

Esto es así porque no hay una metodología adecuada y no podría haberla, ya que sólo las autoridades, y en particular el Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuentan con los números respaldados por información oficial.

Lo que sí tenemos son los últimos resultados de septiembre de 2011 y 2012 y en el comparativo se nota una leve mejoría en lo que se refiere a los homicidios.

En unas semanas sabremos, cuando se den a conocer los datos sobre el comportamiento criminal en el mes de diciembre, en dónde estamos parados.

Pero eso tampoco va a ser suficiente para contar con un panorama claro de lo que está ocurriendo, ya que el eje más importante de la estrategia del gobierno federal es el de prevención del delito y para ello se va a instrumentar un programa de carácter nacional.

La Gendarmería Nacional, que tendrá como una de sus misiones más importantes el fortalecimiento del control territorial, está en proceso de formación, aunque el apoyo a las regiones más vulnerables es garantizado por las fuerzas armadas y la Policía Federal en estos momentos.

Las metas que habrá que cumplir tienen que ver con proyectos integrales en los que la seguridad es sólo un aspecto.

La semana pasada el subsecretario de Gobernación, Eduardo Sánchez, hizo un primer corte de caja.

Dio datos sobre aseguramiento de drogas, captura de criminales y erradicación de plantíos.

La primera conclusión es que el combate a la criminalidad continúa y con resultados permanentes, esto es, no se bajó la guardia.

Por desgracia, la violencia persiste en varias regiones del país y así será por algún tiempo, porque las dinámicas criminales no cambian de un día para otro y porque las formas de combatirlas, en caso de ser las correctas, demoran algún tiempo para consolidarse y más si tienen que ver con cambios en el modelo y en el énfasis.

Esto es, estamos pasando de una etapa en la que imperó el combate directo a los grupos del crimen organizado, para pasar a otra que pone el acento en cambiar las condiciones que lo generan.

Como en todo problema de grandes magnitudes, el gobierno tendrá que trabajar en varias pistas y frente a la impaciencia de una población que cada día es más escéptica.

julian.andrade@razon.com.mx
Twitter: @jandradej