La odisea de los Sentimientos de la Nación
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La odisea de los Sentimientos de la Nación
La odisea de los Sentimientos de la Nación
ALFREDO AVILA*
Este documento, esencial para el pensamiento constitucionalista, cayó en manos de los realistas en 1814, cuando las tropas de José María Morelos fueron sorprendidas en Tlacotepec, cerca de Chilpancingo. Por azares de la historia, llegó a manos de Lázaro Cárdenas en 1937, y la versión completa, la original, se divulgó hasta hace pocas décadas.
En 2013 se cumplieron 200 años de la reunión del Congreso Nacional en Chilpancingo. Por alguna razón, las autoridades federales no prestaron mucha atención a la conmemoración, ni siquiera las Cámaras federales, pese a que hubieran podido aprovechar la ocasión para recordar que se estaban cumpliendo dos siglos de tareas legislativas en este territorio. Esto no quiere decir que no hubo celebraciones ni actividades que recordaran el establecimiento de la “junta revolucionaria de Chilpancingo”. Entre éstas, no dejan de llamar la atención las que pusieron más énfasis al discurso elaborado por José María Morelos como gula para los diputados, que al propio Congreso o al Acta de Independencia, promulgada en noviembre de 1813.
En efecto, hubo varios programas de radio y televisión, congresos académicos y otra clase de celebraciones dedicados a los Sentimientos de la nación. En casi todos ellos, por supuesto, se lamentaba el incumplimiento de algunos de los más destacados principios del célebre documento morelense, en especial aquel que señala que “como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”.
Sin duda, las condiciones de enorme desigualdad social en nuestro País y la desconfiaría que muchas personas tienen de los políticos hicieron que se extraviara el cumplimiento de aquellos Sentimientos. Esto no quito el júbilo de las celebraciones, y en no pocos lugares escuchamos que fue un documento de enorme importancia para la construcción de nuestro País, que tiene un carácter fundacional y que influyó de manera determinante en el establecimiento de las instituciones y Constituciones liberales de nuestro País.
En efecto, si revisamos las Constituciones de 1824, 1857 e incluso la de 1917, encontraremos que algunas de las propuestas de los Sentimientos se encuentran allí plasmadas. En la primera Constitución federal se recupera el principio de división de poderes, mientras que la de 1857 hizo realidad aquello de que “las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados”. La de 1917, por su parte, intentó cumplir la promesa de mitigar la pobreza, con leyes favorables a obreros y campesinos.
Sin embargo, al revisar los debates de los congresos, los discursos de los diputados constituyentes y la prensa en los momentos en que se elaboraban estas Constituciones, los Sentimientos de la nación no aparecen, al menos en lo que respecta a las dos Constituciones mencionadas del siglo xix y a las otras, como las Siete Leyes o las Bases Orgánicas. Cuál es la razón de esta ausencia? La respuesta la podemos encontrar en la historia del documento, de aquel célebre papel redactado por José María Morelos y leído por su secretario Juan Nepomuceno Rosáinz el 14 de septiembre de 1813.
Al parecer, desde agosto de 1813 Morelos ya habla elaborado algunas de las ideas que plasmarla en los Sentimientos de la nación. Según testimonio de Guillermo Prieto, el caudillo insurgente comunicó a Andrés Quintana Roo sus propuestas y le preguntó qué pensaba de ellas. El joven Andrés —quien muchos años después sería protector de Prieto— respondió: “Digo señor, que Dios lo bendiga a usted, que no me haga caso ni quite una sola palabra de lo que ha dicho... Es admirable”. Como señalé, los Sentimientos fueron leídos en 14 de septiembre, y después de eso, pese a lo que dijera Quintana Roo, los diputados se dispusieron a meterles mano, a quitar palabras y agregar otras. La historia de las peripecias de este documento después de haber sido leído en el Congreso, la contó hace años el historiador Ernesto Lemoine (1927-1993), en el prólogo a la edición del llamado Manuscrito Cárdenas. Merece la pena recordarla.
El principio de la travesía
Poco antes de que Morelos abandonara Chilpancingo para emprender la campaña sobre Acapulco, los diputados elaboraron el primer encargo de los Sentimientos: promulgar una Declaración de Independencia. Sin embargo, la presencia de Ignacio López Rayón en aquella asamblea (quien se manifestó opuesto a la declaración y no ocultaba su disgusto con Morelos por haberlo reducido a mero diputado luego de comandar la insurgencia), la ausencia del Generalísimo y las precarias condiciones en las que se estaba legislando, hicieron muy pronto que los diputados dejaran de lado algunas de las propuestas de los Sentimientos de la nación y que, incluso, modificaran este documento.
Lemoine sugiere que tal vez Carlos María de Bustamante fue quien metió mano al célebre papel, pero me parece, por lo que mencionaré más adelante, que don Carlos no conoció los Sentimientos. Pienso, por lo tanto, que entre los responsables de las modificaciones se encontraban José Manuel de Herrera y Andrés Quintana Roo, y quizá el propio Rayón. El hecho es que para el 21 de noviembre los diputados ya hablan borrado el artículo sexto, el que prevela la separación de poderes, lo que se agregó al quinto. También hubo tachones en el 11, 14 y 22, y muy posiblemente se agregó un artículo nuevo, el 23 —que solemniza ci i6 de septiembre como aniversario de la independencia—, pues se encuentra después del nombre y rúbrica de Morelos.
Para finales de 1813, la situación del Congreso era difícil. Algunos diputados, comoJosé María Múrgula, se habían retirado, y otros, como el propio Bustamante, lo harían en poco tiempo. Las derrotas que empezaron a sufrir las tropas insurgentes empeoraron la situación. En febrero de 1814, solo habla cinco diputados juntos andando a salto de mata: José Sixto Verdusco (o Verduzco), José María Liceaga, el joven Andrés Quintana Roo, José Manuel de Herrera y José María Cos. El 24, ci coronel José Gabriel de Armijo al frente de tropas virreinales entró en Tlacotepec, una población cercana a Chilpancingo. Persiguió a los insurgentes al rancho de las Ánimas, en donde los derrotó. A punto estuvo de capturar a! mismo Morelos, quien consiguió escapar. Al huir, los insurgentes abandonaron varios documentos, incluido el archivo del Congreso. Entre esos papeles iban los Sentimientos de la Nación.
Como relata Ernesto Lemoine, ci virrey Félix María Calleja estaba feliz por la captura de esos papeles. Ordenó a su secretario, Patricio Humana, que los ordenara y que elaborara copias para el archivo y para mandar a Madrid. De hecho, la versión más conocida de los Sentimientos de la Nación, sin artículo sexto y con la adición del 23, es la copia de Humana. Los papeles más importantes quedaron atados en el cuaderno segundo, titulado “Constitución, actas y otros documentos dc la junta revolucionaria de Chilpancingo en la Nueva España”. Tiempo después, en 1818, luego del fusilamiento de Morelos y de la disolución del Congreso en Tehuacán, este cuaderno se agregó a! proceso que se seguía en contra de Ignacio López Rayón, como constancia de sus actividades como rebelde. Allí quedaron los Sentimientos de la nación por años, sin que se conocieran.’
Cuando México se convirtió en un País independiente, nadie más habló dc los Sentimientos de la Nación. En 1823 y 1824, cuando se estaba constituyendo la república federal, ningún diputado se acordó de las labores constituyentes de la década anterior. Carlos María de Bustamante, quien fue diputado en ambas asambleas, se quejó de esto. En su periódico La Avispa de Chilpancingo sugirió que se leyera el Decreto Constitucional de 1814 como referente para la Constitución Federal, pero no dijo una sola palabra de los Sentimientos de su admirado Morelos. Lo más probable es que no los conociera, pues en ninguno de sus impresos sobre el Generalísimo ni en el Cuadro histórico los menciona. Quienes, con certeza, si sabían del documento, eran Herrera y Quintana Roo, pero ambos habían sido colaboradores muy cercanos de Agustín de Iturbide, y muchos los responsabilizaban de haber disuelto el Congreso en octubre de 1822, de modo que no estaban en posición de promover estas ideas.
En 1843, finalmente, Carlos María de Bustamante encontró el célebre cuaderno segundo, pero no puso mucha atención a los Sentimientos de la Nación, que no menciona, y si al discurso que aparentemente leyó el propio Morelos en la sesión inaugural del Congreso de Chilpancingo y que tanto el virrey Calleja como Lucas Alamán aseguraron que el autor era el mismo Bustamante. Alamán también consultó el cuaderno segundo, en el expediente de la causa de López Rayón, y fue el primer historiador en ponderarlo e incluirlo en el relato de la apertura del Congreso cie Chilpancingo, en la célebre Historia de Méjico. Tras él, varios historiadores más lo recuperaron pero de nuevo el documento fue perdido de vista.
Al parecer, hacia 1856 Ignacio López Rayón hijo, encargado del Archivo Nacional, se encontraba elaborando una biografía de su padre y sustrajo los documentos del repositorio. En la segunda mitad del siglo XIX, cuando los historiadores consultaban los Sentimientos de la Nación, usaban la copia del secretario del virrey Calleja, aquella a la que le falta el artículo sexto. De hecho, ésta es la versión que Juan Hernández y Dávalos incluyó en su Colección de documentos, y sin duda es la más conocida.
Ernesto Lemoine supone que algún descendiente de Rayón vendió los documentos al historiador Luis Chávez Orozco, quien los regalo al presidente Lázaro Cárdenas en 1937. Hacia 1965, gracias a Antonio Martínez Báez y a Lemoine, estos documentos fueron dados a conocer, precisamente como Manuscrito Cárdenas, aunque la edición facsímil de los mismos no se hizo sino hasta 1980. Dos años después, Amalia Solórzano y Cuauhtémoc Cárdenas regresaron el expediente al Archivo General de la Nación, donde actualmente se encuentra.
¿Base de nuestras Constituciones?
¿Cómo es posible, entonces, que el documento de los Sentimientos de la Nación fuera el fundamento de las Constituciones liberales de México? La verdad es que no lo fue. La división de poderes de la Constitución de 1824 respondió a una tendencia muy generalizada a comienzos del siglo XIX en todo el constitucionalismo atlántico. Las discusiones en la época no pasaban tanto por si los poderes debían o no estar separados sino más bien sobre el peso que se le debía otorgar a cada uno. La igualdad ante la ley garantizada en la Constitución de 1857 y el desconocimiento de los privilegios corporativos del clero coincidían con el artículo 13 de los Sentimientos, pero esto se debla más al conflicto que vivía la generación de la Reforma que al pensamiento morelense, intolerante en materia religiosa y defensor de las prerrogativas eclesiásticas.
Si después de 200 años en nuestro País no se ha mitigado la opulencia ni la indigencia, si sigue pareciendo que hay cuerpos privilegiados que están por encima de la ley; si las leyes no mueven al patriotismo, como quería Morelos, tal vez se debe precisamente a que durante años su documento fue desconocido y a que la versión completa, la original, apenas se divulgo hasta hace pocas décadas.* Doctor en Historia par la UNAM e investigador en el Instituto de Investigaciones Históricas de esa casa de estudios. Como especialista en historia de la cultura política de la época de Independencia, ha publicado En nombre de Ia nación (Taurus, 2002), así como los libros en coautoría: Las experiencias de 1808 en Iberoamérica (Universidad de AIcalá, 2008). La independencia de Mexico: temas e interpretaciones recientes (UNAM. 2010), Actores y escenarios de Ia Independencia (FCE, 2010), Diccionario de la Independencia de México (UNAM, 2010).
Los Sentimientos de la Nación
1° Que la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación Gobierno o Monarquía, y que así se sancione dando al mundo las Razones
(Debería notar el lector que esta es la causa de que en los 16 de Septiembre se grite ¡Viva México, Viva la América! y no porque debamos chuparle la reata a los vecinos; si usted decide hacerlo llamándolos americanos es cosa suya)
2° Que la religión católica sea la única sin tolerancia de otra
3° Que todos sus ministros se sustenten de todos y solos los diezmos y Primicias, y el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda
4° Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia que son el Papa, los obispos y los curas porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó.
5° Que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en el Supremo Congreso Nacional Americano compuesto de representantes de las provincias en igualdad de números
6° Que los Poderes Legislativo Ejecutivo y Judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos
7° Que funcionaran cuatro años los vocales turnándose saliendo los mas antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos
8° La dotación de los vocales será una congrua suficiente y no superflua, y no pasara por ahora de ocho mil pesos
9° Que los empleos sólo los americanos los obtengan
10° Que no se admitan extranjeros si no son artesanos capaces de instruir y libres de toda sospecha
11° Que los Estados mudan costumbres y, por consiguiente la Patria no será del todo libre y nuestra mientras no se reforme el Gobierno abatiendo el tiránico substituyendo el liberal, e igualmente echando fuera de nuestro suelo al enemigo español, que tanto se ha declarado contra nuestra Patria.
12° Que como la buena ley es superior a todo hombre las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto
13° Que las leyes generales comprendan a todos sin excepción de cuerpos privilegiados y que estos solo lo sean en cuanto al uso de su ministerio
14° Que para dictar una ley se haga junta de sabios en el número posible para que proceda con más acierto y exonere de algunos cargos que pudieran resultarles
15° Que la esclavitud se proscriba para siempre y lo mismo la distinción de Castas, quedando todos iguales ante la ley y que sólo distinga a un americano del otro el vicio o la virtud.
16 Que nuestros puertos se franqueen a las naciones extranjeras amigas, pero que estas no se internen adentro por mas amigas que sean y sólo habrá puertos señaladosp ara el efecto, prohibiendo el desembarco en todos los demás señalando el diez por ciento
17° Que a cada uno se le guarden sus propiedades y respete en su casa como en un asilo sangrado, señalando penas a los infractores
13 Que en la nueva legislación no se admita la tortura
19° Que en la misma se establezca por ley (constitucional la celebración del día 12 de diciembre en todos los pueblos a la Patrona de nuestra Libertad, María Santísima de Guadalupe encargando a todos los pueblos la devoción mensual
20° Que las tropas extranjeras o de otro reino no pisen nuestro suelo y si fuere en ayuda no estarán donde la Suprema Junta
21° Que no se hagan expediciones fuera de los límites del reino, especialmente ultramarinas pero se autorizan las que no son de esta clase para propagar la fe a nuestros hermanos de Tierra dentro.
22° Que se quite la infinidad de tributos, impuestos s e imposiciones que nos agobian y se señale a cada individuo un cinco por ciento de semillas y demás efectos u otra carga igual ligera que no oprima tanto coma la Alcabala, el Estanco, el Tributo y otros pues con esta ligera contribución y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de los empleados.
Chilpancingo 14 de septiembre de 1813
José María Morelos [rúbrica]
23° Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los Años como el día del aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa Libertad comenzó pues en ese día fue en el que se desplegaron los labios de nuestra Suprema Nación para reclamar sus derechos con espada en mano para ser oída y recordando siempre el mérito del grande héroe, el señor Don Miguel Hidalgo y so compañero Don Ignacio Allende
Repuestas en 21 de noviembre de 1813 y por tanto quedan abolidas estas, quedando siempre sujetos al parecer de S A S
* Paleografía y versión definitiva de Ernesto Lemoine Villicaña
Tomado del Manuscrito Cárdenas: Documentas del Congreso de Chilpancingo hallados entre Ios papeles del Caudillo José María Morelos.
N. del A. Este texto fue leído en el congreso por la conmemoración del Bicentenario de los Sentimientos de la Nación el 29 de noviembre de 2013, en la ciudad de Morelia, Michoacán, organizado por la asociación civil Luna Nueva Promoción Cultural.
Me limitaré a señalar que pocas cosas hay más perjudiciales para cualquier nación que una opulencia mal habida. Incluso Maquiavelo no dudó en señalar que los criminales de guantes blancos son más peligrosos que los que terminan en la horca y son contrarios por completo al espíritu de cualquier República, justificándose su exter….su remoción.
Por cierto, se les conmina a poyar esta clase de trabajos y comprar la Revista de Relatos e Historias de México, de donde fué sacado el presente artículo.
ivan_077- Staff
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