Enrique Sanmiguel Sánchez, jefe de policía de Guadalupe, lucha contra Los Zetas

Enrique Sanmiguel Sánchez, jefe de policía de Guadalupe, lucha contra Los Zetas

Por Rosalía Santareno

Para agorarevista.com

2013-06-21

A principios de 2011, los líderes electos del municipio de Guadalupe, Nuevo León, buscaban a un líder fuerte que saneara el departamento de policía local.

En ese entonces, la fuerza policiaca de Guadalupe era un desastre. Los delitos violentos en Guadalupe eran muchos, debido en gran parte a los homicidios y robos que cometían Los Zetas y el Cártel del Golfo (CDG), los cuales están activos en la ciudad. Casi la totalidad de los 900 agentes del departamento de la policía municipal estaban bajo sospecha de estar coludidos con el crimen organizado.

Uno de los candidatos que entrevistaron los funcionarios de la ciudad fue el coronel retirado del Ejército Enrique Sanmiguel Sánchez, quien fungía como jefe de la policía preventiva de Cancún, Quintana Roo, después de una distinguida trayectoria militar de 32 años. Durante sus años en el Ejército, había participado en el equipo presidencial. Sanmiguel no se desanimó a causa de los problemas que enfrentaba el departamento de policía de Guadalupe. Se sintió motivado por el reto.

“Les dije que me interesaba estar ahí”, dijo Sanmiguel, de 55 años de edad, en una entrevista reciente.

Dos años después de asumir el cargo, Sanmiguel ha dado grandes pasos en la erradicación de la corrupción en la policía. La fuerza de la policía de Guadalupe ahora es altamente respetada y efectiva. El delito violento ha ha ido bajando en la ciudad desde que Sanmiguel es el jefe de la policía.

Lucha contra la corrupción

Sanmiguel asumió el cargo de Secretario de Seguridad Pública del municipio de Guadalupe, de aproximadamente un millón de habitantes, en abril de 2011.

El exlíder militar no perdió ni un minuto al limpiar el departamento de policía. En unos cuantos meses, Sanmiguel había despedido a 860 de los agentes por sospecha de corrupción. Sanmiguel contrató a 250 agentes, pero los despidió cuando sospechó que también se estaban coludiendo con el crimen organizado.

“Encontré una fuerza policíaca que no respetaba los derechos humanos de los ciudadanos, que estaban acostumbrados a robos y secuestros. Lo menos que hacían era robarle a los detenidos”, dijo Sanmiguel. “Vine con el lema ‘Cero Corrupción’ e inculqué el espíritu de sacrificio y orgullo en mi grupo de empleados, de manera que se sientan orgullosos de ser agentes de la policía en Nuevo León.”

Durante unos seis meses, Sanmiguel tuvo únicamente 40 agentes. La mitad trabajaba un turno de 12 horas y la otra mitad, el siguiente.

Sanmiguel filtró cuidadosamente a los candidatos, para asegurarse que no tenían ningún vínculo con cárteles de la droga. Para mediados de 2012, había contratado a 300 agentes nuevos. Sanmiguel se aseguró que los nuevos agentes fueran honestos y estuvieran bien entrenados. Muchos de ellos, como Carlos Valero, de 40 años, son exsoldados del Ejército. Valero era teniente en el Ejército, responsable de entrenar a oficiales en manejo de armas y técnicas de combate urbano. Ahora es uno de los principales comandantes de la policía de Sanmiguel.

Para junio de 2013, Guadalupe tenía 276 agentes en la policía municipal. Sanmiguel dijo que esperaba contratar otros 500 más o menos para finales del año.

Atrevidas innovaciones

Sanmiguel salió a las colonias para hablar con los residentes y dueños de negocios y escuchar sus preocupaciones. Sanmiguel se enteró que muchos de los residentes y dueños de negocios estaban “aterrorizados” por los rateros, secuestradores y extorsionistas. Sanmiguel se unió a los agentes en patrullas para asegurarse de que hacían su trabajo en forma adecuada. Para motivar a los miembros de la comunidad a que le llamaran, Sanmiguel distribuyó miles de volantes que incluían su número de teléfono.

“Un secretario de seguridad pública no puede estar sentado detrás de un escritorio, tiene que salir, trabajar con los agentes y asegurarse de que todo esté en orden”, declaro Sanmiguel.

Sanmiguel también inició entrenamiento opcional sobre valores humanos y espirituales, impartido por pastores cristianos.

Sanmiguel también prohibió a sus agentes usar máscaras para ocultar su identidad. Muchos agentes utilizan las máscaras por cuestiones de seguridad, de manera que no los identifiquen los operarios del crimen organizado. Pero usar máscaras facilitaba que los agentes cayeran en la corrupción, señaló Sanmiguel.


La seguridad mejora en Guadalupe

Los esfuerzos de Sanmiguel no sólo han limpiado el departamento de policía, sino que han llevado a una mejor seguridad en Guadalupe.

En 2011, año en el que Sanmiguel asumió el cargo de secretario de seguridad pública, hubo 254 homicidios en Guadalupe, de acuerdo con la Procuraduría del Estado. En 2012, durante el primer año completo de Sanmiguel como jefe de la policía, hubo 80 homicidios en Guadalupe.

Los atracos a mano armada, hurtos y robos de autos también bajaron en 2012, según las estadísticas de la Procuraduría del Estado.

“El orden llegó a Guadalupe en un momento de crisis de seguridad en toda la parte norte de México”, dijo el alcalde de Guadalupe, César Garza Villarreal. “La debilidad institucional fue compensada por el liderazgo e integridad del coronel; sus contribuciones generaron un estado de ánimo que pasó de temer a los criminales a luchar contra ellos.”

Amenazas de Los Zetas y del CDG

Operarios de cárteles de la droga han tratado de amedrentar a Sanmiguel. Miembros del crimen organizado han dejado cabezas cercenadas en la puerta de la jefatura de policía, junto con obscenas amenazas de muerte dirigidas a Sanmiguel.

Amenazar a jefes de la policía es una táctica común para Los Zetas y el CDG. Los Zetas son comandados por Miguel Ángel Treviño Morales, también conocido como “Comandante 40” y “40”. En septiembre de 2012, Marinos mexicanos capturaron en Tamaulipas al capo del CDG, Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss.”

Las autoridades creen que Mario Armando Ramírez Treviño, durante mucho tiempo jefe de plaza del CDG para Reynosa y Río Bravo, es el nuevo líder del Cártel del Golfo. Es conocido como “El Pelón” o “X-20”.

Durante sus primeros meses como jefe de la policía, operarios del crimen organizado emboscaban a sus agentes de forma regular, señaló Sanmiguel.

“Los criminales nos emboscaban hasta cuatro veces en un día, todas mis patrullas estaban marcadas con orificios de balas y me dejaban mensajes todos los días diciendo que iban a matar a mi familia”, añadió Sanmiguel.

Aunque los sicarios tenían mejores armas, Sanmiguel y sus agentes repelieron los ataques. En varias balaceras mataron a cuatro líderes de Los Zetas. “Nosotros teníamos pistolas y ellos tenían AK-47s, AR-15s y lanzagranadas”, agregó Sanmiguel. “Ellos son solo jóvenes cargando AK-47s que ni siquiera saben cómo utilizar.”

“Los Zetas ya no disparan contra mí”, bromeó Sanmiguel. “Creo que ya no me quieren a mí.”

Sanmiguel dijo que no teme a los adversarios del crimen organizado.

“No le temo al día que muera, me iré con la satisfacción de un deber cumplido", concluyó.

¿Qué tan importante es el profesionalismo de la policía en la lucha contra el crimen organizado?